¡Qué bueno soy! Y ¡Qué malos son los que no quieren ayudar a los más desfavorecidos! Se nota que a ellos no les cuesta ganarlo. Tiran con pólvora de reyPobrecitos y que buenos somo que nos preocupamos por ellos, ese su rollo, cuando la realidad es que están comprando votos con nuestro dinero. Nos toman por idiotas y encima nos dan lecciones de moral.