Pacto de gobierno PSOE - Unidas Podemos

Creo que a ti los votantes de ningún partido te han dado carta blanca para descalificarles. Porque por esa regla de 3 todos podíamos ponernos al mismo nivel... pero va a ser que no.

Cuando respetes, hablamos. Hasta entonces, pasa buen día.
Claro que dan carta blanca los que descalifican a troche y moche...faltaría más...cuando apliques la misma censura para ambas partes, entonces habla, porque si no, lo que destilas es puro sectarismo.
 
Pero Lana, lo que me llama la atención es que toda su actuación como presidente en funciones estuvo plagada de contradicciones graves y continuas...eso lo ve un tonto... cómo es posible que tanta gente esté tan ciega? Me quedo con que la mitad de sus votantes son estómagos agradecidos y la otra mitad...cenutrios. Yo he votado PSOE hace muchos años, cuando me pareció que el país lo necesitaba, pero votar a este elemento que se ve de lejos lo que es? Ayer estuve echando un vistazo a la prensa internacional y, muy comedidamente, pero casi todos incidían irónicamente en que 2 que no se habían puesto de acuerdo en 6 meses, ahora lo hubieran hecho en 24 horas. Explicación hay, pero más vale no tenerla en cuenta porque nos situa a la altura del betún.
Eran mas intrascendentes... en temas importantes tenia declaraciones muy rotundas, justificaba algunos giros por un bien mayor, se rodeo de un equipo que inspiraba a priori confianza tambien, oias rumores de que no habia trigo limpio por ahi, pero bueno tampoco le dabas importancia. Lo de las elecciones de hecho tal y como trascendió pareció que fue culpa de ciudadanos. Teníamos la impresión de tener a un trio de tontos(Casado Sanchez y Rivera) pero Sanchez cara al publico parecía tender la mano honestamente a una espana estable. Mira en la crisis con Cat, ni se inmuto, nada, cuando volvía de Europa apenas la nombro y para decir que no habia nada que hablar. Nos(a mi) hacia pensar que si no fuera por el, seria peor la situacion, si entras en el hilo del tema catalán veras opiniones mías defendiéndolo, tenia una cara(para mi) totalmente europeista, serio. Y no!!Lo que estaba haciendo era puro teatro!!Lo reconozco, me he equivocado y he sido una confiada. Pero que ya no me la lía, Sanchez y cia nunca mas.

Ademas, he de decir, que se han trabajado mediaticamente una imagen horrible de VOX y a la vez echado la culpa a ciudadanos de lo que ya se ve que era responsable Sanchez. No ha sido hasta hace muy poco, que muchos hemos dicho a ver un momento... que a lo mejor entiendo un poco bastante al votante de VOX, que a lo mejor resulta que el votante de VOX no es el coco y es tu medico de cabecera, tu abogada o el dueño de la panadería, a ver un momento y por que esta gente tan normal vota esto, que pasa aqui... que a lo mejor Rivera tenia razon, a ver un momento que a lo mejor si que es verdad que Sanchez es un tipo sin escrúpulos y es el el que verdaderamente le da igual estar con Podemos y ya ni te cuento con Bildu!
Es que el panorama es tremendo, lo de Sanchez... uff... su mujer imagino que sabrá cuando miente o no y hasta ahi, nadie mas, a mi desde luego me ha enganado.
Y encima con un pp que no ha hecho oposición!! realmente solo la hizo VOX y los llamaban cocos, el PP estaba pero salvo Cayetana... no se, ahora entiendo que querrían que se mojase VOX y ellos recoger el voto de centro , pero en su momento lo que parecía es que Sanchez tampoco seria tan ruin como decían muchos si ni siquiera el PP ponía el grito en el cielo.
En fin... no se, una tomadura de pelo todo.
 
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Vox es ultraderecha y fascista. Misógino, homófobo y racista. Así se le define mejor. Y lo sabe todo el mundo, hasta ellos, que no lo ocultan. Dobleces no tienen.
Ciudadanos va (o iba) de un sitio a otro, como un perrito, a ver quién le daba cobijo. Vendía ser de centro, en cuanto pactó con la ultraderecha muchos se fueron. Y su electorado echó a Rivera el domingo.
Por pringao
Vox defiende a la mujeres y los gays le tienen sin cuidado.
 
Sánchez ha caducado
Sánchez e Iglesias se siguen detestando, desconfían el uno del otro y compiten entre ellos, aunque ahora lo harán con mañas florentinas en vez de con garrotazos goyescos
Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en la firma del preacuerdo. (Reuters)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en la firma del preacuerdo. (Reuters)
Autor
José Antonio Zarzalejos
Actualizado: 14/11/2019 09:40

A Pedro Sánchez le cuadra la sentencia de Aristóteles según la cual “el castigo al embustero es no ser creído ni aun cuando diga la verdad”. La durabilidad en política –con sus componentes de imprevisibilidad y volubilidad- es directamente proporcional a la credibilidad del hombre o mujer que se dedica a ella. Caben los errores, las malas interpretaciones de la realidad y las rectificaciones, pero cuando el político recurre a la mentira entra en caducidad. Y por eso, Pedro Sánchez ha caducado, aunque, como en los fármacos, sus principios activos sigan siendo efectivos un tiempo adicional al previsto en su envase.

Porque lo grave del preacuerdo entre Sánchez e Iglesias no consiste solo en su inconveniencia para la buena gestión de los intereses del país (ya señaló el propio secretario general del PSOE cuáles eran) sino en la impostura que implica. Es tal la pirueta política que ha perpetrado el presidente del Gobierno en funciones que ni siquiera ha tenido la entereza de explicar por qué lo que antes no era posible en absoluto (el pacto de coalición con Iglesias y Unidas Podemos) ahora sí lo es. Si con carácter previo a ese sorprendente y muy precario preacuerdo, Sánchez se hubiese dirigido a los españoles para descodificarles las razones de su giro copernicano, la ciudadanía hubiese sido, quizá, benevolente y eludido la consideración mendaz de la actuación del líder socialista para calificarla benignamente de errática.

Hubo un tiempo en que Pedro Sánchez quiso abandonar el 'sanchismo', es decir, dejar de ofrecer versiones a conveniencia de sí mismo. Hemos pasado por todos los Pedros posibles: desde el 'resistente' hasta el terapeuta que desinflama (sin lograrlo) Cataluña; desde el hombre de Estado que no dormiría con ministros de Podemos al que se entrega ahora a los brazos de Morfeo con Iglesias de vicepresidente; del amable interlocutor de Torra en la Moncloa y en Pedralbes, al adusto interlocutor que no responde a sus llamadas. Evito ampliar el elenco de contradicciones en las que ha incurrido nuestro presidente en funciones que pretende serlo en plenitud aunque sea por muy corto plazo.

Si Sánchez ha pasado de vetar al secretario general de Podemos a abrazarle y prometerle la vicepresidencia de su eventual Gobierno, no deberíamos tener duda alguna de que buscará el apoyo de ERC y/o de la izquierda radical 'abertzale' para lograr la investidura.

No importaría en absoluto que los republicanos tengan al presidente de su organización y a otros de sus cargos dirigentes sentenciados en firme por sedición y malversación.

Tampoco que el partido de Junqueras haya sido el corresponsable del totalitarismo parlamentario del 6 y 7 de septiembre de 2017, o de la declaración unilateral independencia de Cataluña el 27 de octubre de ese año.

También parece cosa menor que el actual vicepresidente de la Generalitat –Pere Aragonès- haya firmado una declaración reclamando el derecho a la autodeterminación con Arnaldo Otegi, otro posible aliado para la investidura cuyo partido organiza los 'ongi etorris' a los etarras excarcelados (...)

Y, en fin, no sería relevante que el republicano presidente de la Cámara legislativa catalana desobedezca al Tribunal Constitucional y cargos de su partido sigan alentando las movilizaciones callejeras que conllevan de continuo perjuicios graves y de distinta índole.

Explicó Sánchez que las elecciones del 10-N las exigían dos circunstancias bien fundamentadas: su desconfianza hacia Unidas Podemos que le 'obligó' a vetar a Pablo Iglesias, y su negativa a depender –por activa o pasiva- de los votos de los independentistas.

Ha bastado un fracaso electoral de importantes dimensiones para que el secretario general del PSOE entrase en pánico y sin abochornarse –al contrario, ahora el proyecto de gobernar con UP es “ilusionante”- cambiase de criterio y lo que era pésimo en julio se haya convertido en deseable y valioso en noviembre. Y toda esa secuencia de versiones 'sanchistas', sin solución de continuidad, carente de una disrupción explicativa (...)

Por esa razón, entre otras, ¿por qué vamos a creer que va a cumplir lo que suscribió el martes con Iglesias?, ¿por qué hemos de dar por hecho que al secretario general del PSOE le importa más el Estado que el desempeño de la presidencia del Gobierno? En definitiva, el preacuerdo PSOE-UP es trascendente en lo bueno (la moderación que propicia el poder) y en lo malo (la pulsión extremista y destructiva de Podemos), pero es mucho más trascendente –en términos cívicos y democráticos- el ralo oportunismo y la impostura que implica. Sánchez e Iglesias se siguen detestando, desconfían el uno del otro y compiten entre ellos aunque ahora lo harán con mañas florentinas en vez de con garrotazos goyescos.

Es posible que Sánchez llegue a la presidencia con un 'patchwork' parlamentario, aunque sea por poco tiempo. Se podían explorar otras alternativas. El socialista –cuya autoestima es menor que su ambición- ha disminuido hasta extremos inimaginables la grandeza de la política, desdiciéndose a una velocidad de vértigo de sus supuestas y recientes convicciones. Ha normalizado el engaño.


 
No quiero ni pensar en el precio...

ERC se inclina por abstenerse en segunda votación en la investidura de Pedro Sánchez

Oriol Junqueras desde la cárcel de Lledoners aboga por el “no bloqueo en cuanto a la acción a desplegar en Madrid” en palabras de Joan Tardà publicadas en un artículo en 'El Periódico'
Foto: El cabeza de lista al Congreso por ERC, Gabriel Rufián, junto a una foto del presidente del partido, Oriol Junqueras. (EFE)

El cabeza de lista al Congreso por ERC, Gabriel Rufián, junto a una foto del presidente del partido, Oriol Junqueras. (EFE)

 
Sánchez ha caducado
Sánchez e Iglesias se siguen detestando, desconfían el uno del otro y compiten entre ellos, aunque ahora lo harán con mañas florentinas en vez de con garrotazos goyescos
Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en la firma del preacuerdo. (Reuters)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en la firma del preacuerdo. (Reuters)
Autor
José Antonio Zarzalejos
Actualizado: 14/11/2019 09:40

A Pedro Sánchez le cuadra la sentencia de Aristóteles según la cual “el castigo al embustero es no ser creído ni aun cuando diga la verdad”. La durabilidad en política –con sus componentes de imprevisibilidad y volubilidad- es directamente proporcional a la credibilidad del hombre o mujer que se dedica a ella. Caben los errores, las malas interpretaciones de la realidad y las rectificaciones, pero cuando el político recurre a la mentira entra en caducidad. Y por eso, Pedro Sánchez ha caducado, aunque, como en los fármacos, sus principios activos sigan siendo efectivos un tiempo adicional al previsto en su envase.

Porque lo grave del preacuerdo entre Sánchez e Iglesias no consiste solo en su inconveniencia para la buena gestión de los intereses del país (ya señaló el propio secretario general del PSOE cuáles eran) sino en la impostura que implica. Es tal la pirueta política que ha perpetrado el presidente del Gobierno en funciones que ni siquiera ha tenido la entereza de explicar por qué lo que antes no era posible en absoluto (el pacto de coalición con Iglesias y Unidas Podemos) ahora sí lo es. Si con carácter previo a ese sorprendente y muy precario preacuerdo, Sánchez se hubiese dirigido a los españoles para descodificarles las razones de su giro copernicano, la ciudadanía hubiese sido, quizá, benevolente y eludido la consideración mendaz de la actuación del líder socialista para calificarla benignamente de errática.

Hubo un tiempo en que Pedro Sánchez quiso abandonar el 'sanchismo', es decir, dejar de ofrecer versiones a conveniencia de sí mismo. Hemos pasado por todos los Pedros posibles: desde el 'resistente' hasta el terapeuta que desinflama (sin lograrlo) Cataluña; desde el hombre de Estado que no dormiría con ministros de Podemos al que se entrega ahora a los brazos de Morfeo con Iglesias de vicepresidente; del amable interlocutor de Torra en la Moncloa y en Pedralbes, al adusto interlocutor que no responde a sus llamadas. Evito ampliar el elenco de contradicciones en las que ha incurrido nuestro presidente en funciones que pretende serlo en plenitud aunque sea por muy corto plazo.

Si Sánchez ha pasado de vetar al secretario general de Podemos a abrazarle y prometerle la vicepresidencia de su eventual Gobierno, no deberíamos tener duda alguna de que buscará el apoyo de ERC y/o de la izquierda radical 'abertzale' para lograr la investidura.

No importaría en absoluto que los republicanos tengan al presidente de su organización y a otros de sus cargos dirigentes sentenciados en firme por sedición y malversación.

Tampoco que el partido de Junqueras haya sido el corresponsable del totalitarismo parlamentario del 6 y 7 de septiembre de 2017, o de la declaración unilateral independencia de Cataluña el 27 de octubre de ese año.

También parece cosa menor que el actual vicepresidente de la Generalitat –Pere Aragonès- haya firmado una declaración reclamando el derecho a la autodeterminación con Arnaldo Otegi, otro posible aliado para la investidura cuyo partido organiza los 'ongi etorris' a los etarras excarcelados (...)

Y, en fin, no sería relevante que el republicano presidente de la Cámara legislativa catalana desobedezca al Tribunal Constitucional y cargos de su partido sigan alentando las movilizaciones callejeras que conllevan de continuo perjuicios graves y de distinta índole.

Explicó Sánchez que las elecciones del 10-N las exigían dos circunstancias bien fundamentadas: su desconfianza hacia Unidas Podemos que le 'obligó' a vetar a Pablo Iglesias, y su negativa a depender –por activa o pasiva- de los votos de los independentistas.

Ha bastado un fracaso electoral de importantes dimensiones para que el secretario general del PSOE entrase en pánico y sin abochornarse –al contrario, ahora el proyecto de gobernar con UP es “ilusionante”- cambiase de criterio y lo que era pésimo en julio se haya convertido en deseable y valioso en noviembre. Y toda esa secuencia de versiones 'sanchistas', sin solución de continuidad, carente de una disrupción explicativa (...)

Por esa razón, entre otras, ¿por qué vamos a creer que va a cumplir lo que suscribió el martes con Iglesias?, ¿por qué hemos de dar por hecho que al secretario general del PSOE le importa más el Estado que el desempeño de la presidencia del Gobierno? En definitiva, el preacuerdo PSOE-UP es trascendente en lo bueno (la moderación que propicia el poder) y en lo malo (la pulsión extremista y destructiva de Podemos), pero es mucho más trascendente –en términos cívicos y democráticos- el ralo oportunismo y la impostura que implica. Sánchez e Iglesias se siguen detestando, desconfían el uno del otro y compiten entre ellos aunque ahora lo harán con mañas florentinas en vez de con garrotazos goyescos.

Es posible que Sánchez llegue a la presidencia con un 'patchwork' parlamentario, aunque sea por poco tiempo. Se podían explorar otras alternativas. El socialista –cuya autoestima es menor que su ambición- ha disminuido hasta extremos inimaginables la grandeza de la política, desdiciéndose a una velocidad de vértigo de sus supuestas y recientes convicciones. Ha normalizado el engaño.




El "abrazo" de Sánchez cuando Iglesias se le colgó, y las caras de Sånchez en general, un poema. No puede disimular. El otro tampoco puede disimular pero su cara es diferente, se le ve eufórico creyendo que consigue la poltrona, es la viva imagen de la ambición de "poder" y el ego superlativo.
 
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