"Orgullo y Prejuicio", obra maestra de Jane Austen



Elizabeth Garvie y David Rintoul (1979)






Jennifer Ehle y Colin Firth (1995)




Keira Knighley y Matthew Macfadyen




Colin Donnel as Mr. Darcy, Laura Osnes as Elizabeth Bennet (Musical de Broadway)
 
Y después ya están las variantes de la novela, secuelas y frikadas




Y en la adaptación de la novela de P.D. James "La muerte llega a Pemberley", con la pareja ya casada.
Mathew Rhys y Anna Maxwell Martin

PD. En esta versión , como ya están casados ¡hay escenas conyugales en la cama! Tienen un niño de seis años y acusan al cuñado Wickham de un crimen que no ha cometido, en Pemberley. Y Darcy se convierte en detective privado para que el nombre de la Pemberley no se manche con un asesino en la familia, jajaja...





La de enmedio viaja en el tiempo para encontrarse a Mr. Darcy cual ColinFirth bañado en el lago ¡y sin que exista Elizabeth, para que no le haga la competencia!
  • Jemima Rooper as Amanda Price y Elliot Cowan es Mr. Darcy.​
También está la versión zombie y la versión Bollywood, pero no vale la pena hurgar más en ellas excepto con

El Diario de Bridget Jones



Wickham se llama Daniel Cleaver (Hugh Grant), Colin Firth vuelve a ser Darcy, de nombre Mark y la Renée encarna a una Bridget tonta, insegura y ridícula que no tiene nada que ver con la inteligente Elizabeth original.

En cualquier caso, para juzgar que actor o actriz dan mejor el papel de Darcy y Elizabeth hay que tener en cuenta que Jane Austen afirma ni Darcy y Elizabeth destacan por su belleza física, Wickham sí es tan guapo como sinvergüenza (es un rol que Jane repetirá en sus novelas), de ahí que malinterpretando su actitud por falta de educación Lizzie no se sienta atraida por Darcy a pesar de su dineral y a lo largo de la novela se ve que Darcy se empieza a fijar en la inteligencia que refleja la conversación de Elizabeth (él siempre la llamará Elizabeth, sin diminutivos).​
 
Análisis
El principal logro de Jane Austen es transmitir una perfecta imagen de la sociedad británica en el cambio de siglo, por debajo de las apariencias y los prejuicios. Describe de manera poética, inteligente e irónica las vidas de las jóvenes y la sociedad en la campiña inglesa del siglo XVIII, a través de una minuciosa caracterización psicológica y de comportamiento de los personajes. No obstante, no se hacen referencias en la trama a los dramáticos acontecimientos históricos de la época; entre otros, la revolución francesa o el inicio de las campañas napoleónicas.

El tema central de la obra es el matrimonio, que es la decisión más importante que las hermanas Bennet van a tener que tomar. El peligro está en elegir mal, por inmadurez o por falta de disciplina afectiva.4 Al final, tres de las cinco hermanas se han casado después de elegir pareja valorando el amor, la seguridad económica y las afinidades. Ese interés, que desde la primera página se revela, solo se logra al final después de verse retrasado por muchas tramas y malentendidos, debido principalmente al orgullo y el prejuicio.

Red conceptual que muestra las principales relaciones entre los personajes de Orgullo y prejuicio


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Esta novela ha mantenido el interés de los lectores con el transcurso del tiempo, aunque desde que se publicó se han producido, al menos, dos cambios trascendentales:

  • Temáticamente, en la medida en que ha desaparecido la dependencia legal y la desventaja de las mujeres, que veían reducida su perspectiva vital al matrimonio, sin poder desempeñar otro «trabajo» productivo, e igualmente, no existir ese entorno de pequeña nobleza o gentry tan preocupada por determinadas formas sociales.
  • Estilísticamente, no está de moda ese punto de vista del autor, con sus frecuentes comentarios condescendientes externos y el lenguaje a veces formulario.
No obstante, a pesar del paso del tiempo, esta obra sigue leyéndose, con una modernidad sorprendente. Quizá sea porque la autora, lejos de la tradición literaria de su época, satisface mejor que otros autores algunas de las eternas exigencias del lector:

  • El tópico de una historia de amor con crisis y un final feliz en un entorno de figuras muy contrastadas. Los personajes son fácilmente reconocibles: la madre casamentera, el clérigo adulador, la gran dama dominante Catherine de Bourgh, la joven alegre e inteligente que se casa con el aristócrata altanero pero de buen corazón.5
  • Una composición que desarrolla hábilmente las líneas de la trama sin dejar «cabos sueltos» al lector. La novela tiene una estructura de precisión clásica, los episodios se definen por su realismo y se regulan según la función que cumplen en la narración entendida como un todo.6
  • Un estilo que no aburre al lector con minuciosas descripciones de apariencias, ropas o muebles. Ya la misma frase inicial entra en materia, en el asunto central. Además, la obra es en su mayor parte dialogada, lo que le da mayor interés.
  • Un valor constante como sátira social, que nos entretiene con figuras «cómicas», con muchas ironías y diálogos hostiles. La ironía y el humor son dos de los rasgos más destacados de su estilo. Su primera frase ya es irónica: «Es una verdad universalmente conocida que un hombre soltero...». Es una afirmación doblemente irónica, que «ridiculiza tanto a quienes enuncian verdades universales como a las madres cazayernos».2
  • La novela tiene un valor añadido. Es un manual de instrucciones sobre las charlas sociales aparentemente intrascendentes y las formas educadas de comportamiento. A través de estos comportamientos superficiales, las heroínas deben captar los sentimientos que subyacen (presunción, envidia y celos). Las hermanas Bennet y su amiga Charlotte se encuentran en un momento trascendental de sus jóvenes vidas: la elección de un compañero adecuado, cuando aún no están condicionadas por la edad. Jane Austen escribió, por tanto, un drama sobre la trabajosa interpretación del mundo en el que vive.
Un análisis de la situación de la crítica actual sobre Orgullo y prejuicio y Jane Austen, así como de sus otras obras se encuentra en L. C. y R. T. Lambdin, A Companion to Jane Austen Studies, Londres: Greenwood 2000.
 
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