Ese programa que propones es maravilloso pero lamentablemente aún no existe, somos el resultado de un sistema machista y sufrimos sus consecuencias, no somos guerreras del espacio, somos víctimas de una sociedad que nos ha posicionado por debajo del hombre de forma sistemática.
Si vamos a correr una maratón pero yo llevo una mochila de piedras a mi espalda, no voy a hacerme la fuerte, ni a negar mi vulnerabilidad, ni a pedir que me dejen correr como a los demás, voy a poner de manifiesto la desigualdad de condiciones, voy a reivindicar que no es justo, que me la tienen que quitar, y cuando lo haya conseguido, entonces puedo empezar a correr, sin privilegios ni castigos, con auténtica y legítima igualdad.
Ese programa puede existir si los recursos que se pierden en chiringuitos varios, se destinan a mejorar los recursos de orientación de los centros educativos, que es ahí donde pueden obtenerse resultados.
Mientras sigamos definiéndonos como débiles, vulnerables...damiselas (que es el concepto real, no solo un término) y necesitadas de un trato especial, no nos tomarán en serio. Una vez alcanzada la igualdad de derechos entre hombres y mujeres (que eso sí que importa), el movimiento se demuestra andando. ¿Por qué hay mujeres que corren ya igual que los hombres, sin partir de ninguna situación privilegiada? Sé que la posición que defiendes es bienintencionada, pero el efecto es profundamente antifeminista.