Muere Juan Carlos Aragón a los 51 años

Tenía cáncer de pulmón con metástasis en el cerebro
el 26 cumplía los 52. una vez me dijeron q no nos morimos cuando nos quedan pocos días para cumplir años. cuando se acerca mi cumpleaños siempre me pilla miedo.

no lo conocía. era profe de filosofía y tenía tres hijos. una gran pena.

eso es un escrito suyo.

Hoy no es el día

Por Juan Carlos Aragón
Domingo, 28 de Abril de 2019. 12:08

Hoy sé que muchos esperáis que hablara de las erecciones generales. Pero hoy voy a ser yo quien va a permitirse el lujo de esperar a que hable primero el pueblo, que es a quien le toca (y, como norma, me decepciona). La última vez que hablé, el triste 2-D, me tuve que tragar casi todo lo que escribí.

Hoy no me veo el protagonista de nada. Y si otros esperan que confirme rumores personales de otra índole, tampoco es el día. Hay en juego un futuro que no es para mí. Hoy solo tengo presente de indicativo del verbo estar, y con eso me doy por bueno.

Hoy quería plantearos un proyecto común y a la vez personal, pero como es personal y he dicho que “hoy no me veo protagonista de nada” prefiero dejarlo para otro día más a mi medida.

Hoy, precisamente hoy, quiero que el humor se me derrame por alguna
parte de mi ser,
aunque sea a costa de la victoria de un partido indecente o un votante partido, que es el único sentido que nos hace vivir olvidándonos de lo malo que hay ahí afuera (y aquí adentro).

Hoy me gustaría ver a la gente celebrando que hoy es un día, porque lo mismo mañana no lo es. Hay muchas pequeñas cosas en la vida que valen el triple de esas que llamamos grandes, quizá porque creemos más difíciles de alcanzar, porque nos van a dar dinero o, simplemente, porque no las tenemos. Y no se trata de codiciar lo que no tenemos para tenerlo, sino de honrar lo que tenemos justo porque es lo que tenemos. Quien no celebra lo que tiene lo termina perdiendo. Quien lo celebra, también. Pero al menos lo disfruta cuando lo tiene.

Hoy no es día para indignarme. Quizá ningún día lo fue. Indignarse en un mundo en el que no puedes luchar contra un poder indigno es igual de frustrante que indignarse con el prójimo al que nunca consigues verle igual de indignado que a ti, ni por los mismos motivos (y lo mismo él es más feliz que tú).

Hoy, por no ser, no es siquiera día para desear la inexistencia de Eduardo Indaporque esta perversa versión del diablo también tiene sentido en un mundo lleno de gente que pretende ser buena (aunque reconozcamos que un mundo sin Eduardo Inda sería más amable y más humano, para que nos vamos a engañar).

Hoy, tú ves, sería día para que ganara el Cádiz. Realmente todos los días son para que gane el Cádiz. Pero una de las cosas que me gusta del Cádiz es que no es un equipo egoísta y también deja que ganen los demás.

Hoy, si es día para algo quizá lo sea para recuperar a un viejo amigo. Pero “recuperar” implica reconocer que lo perdiste o que te perdió. Y si Silvio Rodríguez lleva treinta y tantos años buscando al Unicornio Azul sin conseguirlo, tampoco seré yo quien se afane en encontrar al amigo que se fue.

Hoy, si es día para algo, es para dedicárselo a mi guitarra, la compañera más vieja de mi familia:

“Yo tengo una vieja guitarra
que no necesita las cuerdas
para sonar cual estrella
cantando de madrugada.


Yo tengo una vieja guitarra
que no necesita de acordes.


Sus melodías insomnes
parecen como palabras.


Yo tengo una vieja guitarra
que no necesita de mí,
ni para sobrevivir
por más lejos que me vaya.


Yo tengo una vieja guitarra,
madera de mi condición.
Hueso viejo y corazón
Que es su cuerpo, que es su alma.


Mi guitarra me acompaña
entre la muerte y vida
como saliva y herida
resurrección y mortaja,
como bandera y navaja,
novia nueva dormida
en mis sueños estrenada.


Yo tengo una vieja guitarra
que no necesita cuerdas
para sonar cual estrella
cantando de madrugada”.


Pd.: el de Eduardo Inda era más gracioso, pero… hoy no es el día.

JUAN CARLOS ARAGÓN
 
MUERE JUAN CARLOS ARAGÓN
Juan Carlos Aragón-Mario Benedetti: Versos de vida, poesía hasta en la muerte
El mismo día, diez años después de la despedida del poeta uruguayo, se marcha su admirador y discípulo que unió las dos orillas en su Carnaval
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Hasta la muerte puede resultar poética. Juan Carlos Aragón, versos de vida, el orfebre de la literatura popular gaditana, se ha marchado el 17 de mayo. El día del mes de la primavera, de esas noches en las que la sábana está más caliente; y luego no hay ningún ensayo.

El mismo día, diez años después, que se derramaba la tinta y se congelaba la pluma de Mario Benedetti. Su admirado Benedetti. El juglar del otro lado del charco, de esta tierra lejana de otro continente que él abrazo al oír latir el son de un pueblo que era amigo y hermano.

El gaditano hilaba dos maneras de entender la vida unidas por el Carnaval, que fundía su sentimiento. Con Araka la Kana (2007) Cádiz cantó en uruguayo y Montevideo reconoció las raíces de su folklore en la vieja de Occidente, otorgándole la capitalidad.

Mario Benedetti y Juan Carlos Aragón


Y cada noche, a su lado, ese poema del profesor que siempre le concedió la tregua. «Me da pena de un mundo que vive de espaldas a la poesía», escribía el propio Aragón en El Desmarque cuando «anoche un poema arañó mi alma».

«Tenía a Benedetti a la derecha, cerrado» y saltó el verso 'Elegir mi paisaje'. «Ah, si pudiera elegir mi paisaje, elegiría, robaría esta calle, esta calle recién atardecida».

Admiró su vida y su obra, (como si pudieran desligarse). Su carácter luchador pese a la templanza de su verbo, su mensaje tan sencillo de implacable complejidad, su enraizamiento y defensa de la cultura popular.

De él dijo que «podría haber sido un gran comparsista», como «Quevedo un buen chirigotero». Aragón no alcanzó la popularidad de su reverenciado charrúa, al que al menos pudo corresponder en su enseñanza con 'La risa que me escondes', su libro de poemas.

«Benedetti podría haber sido un gran comparsista»
Su comparsa Araka la Kana resultó invitada para cantar en Uruguay impulsada por el éxito que hasta retumbó en esa orilla lejana ( su muerte, hoy, es noticia en Montevideo). Allí conoció a Catusa Silva, el director de la ¿verdadera?, primigenia Araca la Cana.

Los expedicionarios conocieron muchos de los rincones de la gran ciudad. En uno de esos viajes en autocar, Catusa se dirigió a Juan Carlos, señalando a un viejecito de pelo blanco como la nieve que descansaba sobre un banco entre las palomas.

«Sabes quién es ese?»

«No»

«Es Mario Benedetti. ¿Quieres conocerlo?»

... Aragón dudó. Dudó. Pensó. Y dijo que no. Prefería quedarse con esa última imagen (moriría dos años después). Escogía guardarse para sí al Benedetti poeta, el artista, el genio. No la persona que, humana, con sus miedos e inseguridades, con su aciertos y desatinos, se escondía 'en la poesía como refugio'.

El viaje siguió su curso. Este 17 de mayo, cuando se recordaba la marcha del viejo Benedetti hace una década, su admirador profundo paraba su reloj a la espalda del Falla. Con la cejilla en el último traste, el teléfono sonando, las cartas sin abrir, las persianas hasta arriba...

Hasta la muerte puede resultar poética. Y profética.

https://www.lavozdigital.es/cadiz/l...os-de-vida-poesia-hasta-en-la-muerte&ns_fee=8
 
Las castas de San Pedro, Juan. O de Mon Dylan. O de quien corresponda.

Un tuit que escribió Faly Figuier: Juan Carlos no era uno de los míos y lo he llorado como si lo fuese.

Juan, te mandaría al carajo si no fuese porque no es a ti a quien quiero mandar.

Yo, que no he sío juancarlista; bueno, ni juancarlista, ni ná. Qué de pamplinas tenemo en Carnaval. Y que mi gusto ordenao es: la calle, las pamplina de la calle (que no botellona)... Y de lo que sale del Falla, primero el cuarteto y después, la chirigota. Y las comparsas güenas también, claro. Y las malas. Las del montón del medio no, ésas ni con los canuto marrone. Y los coros en el carrusel , que son tos güenos. Hasta los que duran hora y media en el teatro.

La droga es un problema. Pero un problema depende.

Qué bastinazo de chirigota; y ha tenío que ser la última.

Quién me explica por qué carajo no he podío parar de llorar. Desde hace una semana.
Que yo no he hablao en mi vía con Juan Carlos. Lo he visto de lejos, y de cerca, y más ná. Ni intención de acercarme nunca.

Que yo me he enamorao de Los Carnívales de Ares este año pero to el mundo sabe que don Antonio nos guarda una tragedia por algún lao y en esto que la ves venir que ya voy pensando yo pa mí: Antonio, picha, la pala enterrar déjamela guardaíta en casa, arfavó.
Y Juan Carlos no tenía pala, ni en casa, ni en ningún lao. Y siempre le he estao agradecía por ello.
Y la estaca en el corazón que se me ha clavado es suya. Del último que me esperaba hacerme romper a llorar.
Claro que hay mucho más transfondo con él y con su obra, y que pa mí se quea, de ahí que estemo como estamo muchos de los que estamo como estamo.

A mí se me ha roto el alma, así os lo digo. Me he llegao a pensar que yo no estoy bien del coco o algo.
Una semana va a ser hoy y no me puedo creer el vacío que hay. Pienso en su nombre con apellido y tengo que obligarme a poner el verbo que vi en aquel titular porque no consigo asimilarlo. El tiempo tal y cual... Jí, ya. Lo sé. Lo he sufrido. Lo sigo haciendo. A nivel personal. Pero hay pérdidas que van más allá del tiempo. Y ésta es una. Y lo estoy diciendo yo, que no soy nadie...

Ya puedes estar dando bien por culo en el cielo porque aquí nos has dejao a la mitá llorando y la otra mitá sin lágrimas ya. Como dicen mis amigos madrileños, ya puede rentar el tema, porque viá estar acordándome de las castas der Mon Dylan lo que me quede por aquí.

He terminao en este rincón del interné desahogándome porque sé que asquí no me va a leer nadie y pa nadie escribo en verdá.

Me pilla to en horas bajita, las cosas como son, y las razone no son muy diferente, así que encima te piensa: más allá del Juan Carlos de los versos, de la guitarra, de la Torre de Preferensia, del que llegó a la gente por ser quien era, como era y lo que fue. Más allá de eso, un chavá, de 50 años, uno má, con esposa, hijos, uno de dos meses... Amoavé, ehn, MonDylan, ar caraho tú y to los que son como tú.

He escrito hasiendo mal uso del lenguaje con to la intención. Y porque no hay audio, que le meto la entonasión der Chele Vara.

Cuidad de esa familia, la buena, la de su mujer, sus hijos, y la de sus buenos seguidores, su chusma, la selecta y la que no, algunos lo son y no lo saben, (otros no saben ni por dónde les da el aire y los he visto asomaos a la ventana de la hipocresía, que ya iremo con el puntito en la boca, no preocuparse -lo digo por gente que conozco directamente, no por nadie ajín conocío de arriba-, ara to er mundo se había tomao un nestea fresquito con él, jí); y cuidadme mucho a Javi, al Kanika, a los demás..., ellos son su familia también.
Y a er cómo se cuida lo que tenemos, lo que nos ha dejado; qué tela de complicao esto.

Cosa más bonita, más elegante y con tanto cariño el comunicado de su esposa.

Y cierro. Cito al propio Juan Carlos (ante el fallecimiento de otro poeta joven hace un par de años):
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Ninguno de sus amigos lo esperábamos. No le tocaba. Pero cuando alguien es, ante todo, espíritu, se disuelve hasta el criterio para considerar cuando le toca. Por desgracia, una parte de su entorno allegado tampoco lo ha entendido. En especial, quienes dieron la noticia. El poeta no ha muerto. Solo ha sido la carne, la sangre, el aliento. Que no es poco. Pero no es todo. Esto no puede decirse de todos. Por tanto, es mucho.

(...)
No es saber que hay un ojo, un oído, un corazón de menos, sino saber que es el suyo. Por más que afirmo la hegemonía del espíritu sobre la carne, aún conservo lucidez para entender que sin carne el papel del espíritu se reduce al que ha dejado impreso —no sólo en las páginas de los libros, sino en los espíritus adyacentes—. Mi dolor es metafísico de saber que no imprimirá ninguno más. Pero es un dolor acompañado por un bastón que me ayuda a caminar por este desierto de chapas, adoquines y cencerros humanos. La muerte es otra de mis objeciones contra la igualdad, quizá mi argumento insuperable: no es la vida, sino la muerte la que definitivamente explica por qué no todos somos iguales, y menos mal. La puñetera muerte viene a confirmar que entre nosotros los hubo iguales y mejores, solo con huesos y con huesos y espíritu.
(...)
Pretender es el verbo que anuncia el fracaso. Cuando las cosas se consiguen no es necesario si quiera pretenderlas. De hecho, llevo una semana pretendiendo olvidarme de Nacho, pero acudiendo de súbito a la estantería y releyendo los poemas del libro que me dedicó, y hallando en ellos un sentido más infinito que póstumo, aunque esto que acabo de decir tampoco lo entiendan los que no tienen espíritu. Me da igual. Hoy no estoy escribiendo para ellos.

“Algo se muere en el alma cuando un amigo se va” es uno de los versos más sublimes que he leído —oído— en mi vida. Soy de los que defiende que la poesía cantada es doble, y que el verso no necesita música, pero si la lleva mejor. La música es otra poesía, no gráfica sino cósmica, que se lleva de maravilla con la palabra. Nacieron para estar juntas eternamente, como dos enamorados pingüinos. Pero si en el alma se muere algo cuando se va un amigo, si el amigo es —además— poeta, no se muere algo, sino bastante. Y ese hueco ya no se llena con nada ni con nadie. El hueco, el recuerdo, es ya el consuelo único que ejerce de compañía y fortaleza, para seguir, aunque aún entre los tumbos te preguntes para qué o adónde.
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Hasta y por siempre, Juan.
 
...tenia pinta de no haber llevado una vida muy ordenada. Su (mal) caracter era proporcional a la genialidad de sus letras. Era deslenguado,puntilloso,chulesco y a la vez tenía una sensibilidad grandiosa a la hora de escribir...
Aun me acuerdo el cabreo que pillo alejandro sanz con el o con los carapapas :ROFLMAO: tenia que ser un persinaje.. pero es lo que tienen los genios..
En los últimos años cambio de vida y de habitos
 
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