Martha Luisa entrevistada por Vanity Fair España

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Marta Luisa de Noruega: "Las críticas no me afectan, no busco gustar"
Es la ‘royal’ más excéntrica. Cuarta en la línea de sucesión al trono de Noruega, renunció en 2002 al tratamiento de alteza real. Y nos concede su primera entrevista tras el divorcio de Ari Behn.
Por PALOMA SIMÓN

16 de julio de 2017 / 08:00


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© Alex Bramall

Marta Luisa de Noruega posa con vestido de Lanvin, sombrero de Mariana Barturen, pendientes de Agatha y salones de Jimmy Choo.

¡Anda, Elena!, exclama Marta Luisa de Noruegaal ver un retrato de la infanta en la finca que acoge la sesión de fotos, cerca de Aranjuez. La princesa, experta amazona, conoce al dueño, con quien ha coincidido en varios campeonatos hípicos. “En octubre, volveré a competir”. Además, dos de sus mejores amigos tienen un cortijo cerca de Málaga al que va con frecuencia. Casualmente, días después de nuestro encuentro será su exmarido, el escritor Ari Behn, quien visite Jerez de la Frontera. Marta Luisa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg (Oslo, 1971) es una enamorada de España que piensa disfrutar de la noche madrileña en cuanto acabe la jornada. Ha escogido un céntrico hotel para alojarse y pregunta por los sitios de moda donde cenar y tomar una copa, a pesar de que al día siguiente viajará a primera hora a Fráncfort para asistir al funeral del príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, marido de la princesa Benedicta de Holanda y cuñado de la reina Beatriz.

La primogénita de los reyes Haraldy Sonia de Noruega y hermana del heredero al trono, el príncipe Haakon Magnus, es una mujer peculiar. Estudió Fisioterapia. En 2002, contrajo matrimonio con Behn, un provocador escritor de cuentos y novelas —su obra más popular es la colección de relatos Trist som faen (Triste como el infierno), publicada en 1999— que también ha probado suerte en el cine, la televisión y la pintura. Tienen tres hijas: Maud Angelica, de 14 años; Leah Isadora, de 12; y Emma Tallulah, de ocho. No son princesas.
En sus 14 años de unión, Behn alternó declaraciones explosivas, como admitir que mantenían una relación abierta o que era un “mal marido” que bebía a diario, con apariciones disfrazado de drag queen o de indigente junto a un cartel que rezaba: “Soy un pobre escritor/artista noruego. Por favor, ayudadme”. En diciembre de 2015, la prensa publicó unas imágenes de Behn besándole los pechos a una conocida bloguera. Ocho meses después, la casa real anunció la separación. En el comunicado, la princesa Marta Luisa reconocía que lo habían intentado todo. En una reciente aparición televisiva, Behn se excusó por su comportamiento. “Tengo que disculparme por una cosa, y es que siempre he hablado demasiado, nunca he sabido cuándo tenía que callar y eso ha afectado a mi vida familiar”.

—Su exmarido acaba de pedirle perdón públicamente.
—No vi el programa.

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Marta Luisa de Noruega viste total look de Loewe, sombrero de Mariana Barturen y pendientes de Apodemia.© Alex Bramall
—¿Cómo ve sus extravagancias? Un hombre tan especial, un espíritu libre…
—Yo también lo soy, un espíritu libre —responde entre risas.

—¿Cómo es su relación?
—Nunca me he pronunciado. Puedes poner que estoy bien y que nuestra relación es buena —contesta tajante.

Las singularidades de esta mujer atlética y pecosa, que transmite calidez pero también firmeza, no acaban en su matrimonio fallido con un señor que ya en 2009 se describía como patológicamente desafiante, rebelde e infantil. “Creo problemas y meto a la gente en situaciones comprometedoras y peleas estúpidas. Es muy difícil vivir conmigo”, reconoció. Marta Luisa de Noruega es hipersensible. Su quinto libro sobre el tema, Born Sensitive, es un best seller en su país. Un “talento hereditario” del que se ha escrito mucho en la literatura new age y que comparte con el 15% o el 20% de la población. “Al principio, creía que afectaba a todo el mundo. Si entras en una habitación y a alguien le duele la espalda, a ti también. Era incapaz de detectar si el dolor era mío o no —relata—. Es como tener una aplicación descargándose constantemente, con el correspondiente gasto de batería. Resulta agotador. Cuando la batería del teléfono se acaba, lo enchufas; pero ¿qué haces con tu cuerpo?”.

Este rasgo marcó su infancia. “Era muy dura, un poco tomboy. Me encantaba trepar a los árboles, esquiar, montar en bicicleta realmente deprisa y disfrutar de la naturaleza. Pero por otro lado era muy sensible. Cuando pasaba el fin de semana en la típica cabaña en el campo con mis amigas, algo habitual en Noruega, de repente necesitaba adentrarme en el bosque sola y sentarme debajo de un árbol a llorar. Pensaba que era un bicho raro… Estaba sobreestimulada”.

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La princesa lleva camisa de Polo Ralph Lauren, sombrero de Mimoki y pendientes de Verdeagua Alhajas.© Alex Bramall
La hipersensibilidad también afecta a los sentidos. La princesa recuerda una anécdota. “Mi madre es muy deportista. Ha escalado casi todas las cumbres de Noruega. Corre. Aún no soy capaz de alcanzarla, y eso que acaba de cumplir 80 años. Cuando practicaba actividades al aire libre, no se maquillaba y olía a ella, a madre. Pero cada vez que salía a una cena de gala, lo cual sucedía a menudo, se echaba Chanel Nº 5. Venía a despedirse y yo olía su perfume a 20 metros. Desde entonces, odio las fragancias. Me ponía enferma. Creía que iba a perderla”.

Su estatus agravaba la situación. “Las obligaciones oficiales suponían un desafío. Recuerdo entrar en una iglesia y que todo el mundo se girase para verme. Sentía que me juzgaban y me perseguían; era incapaz de mirarles a la cara. Mientras caminaba por el pasillo, pensaba: ‘¡Dios mío, he sobrevivido!”. Con todo, no duda en calificar su infancia y juventud como felices. “Noruega es un país muy libre e igualitario, no hay aristocracia. Crecí en contacto con la gente. Fui a un colegio público. Me crie como cualquier otro niño. Por supuesto, siempre fui consciente de mi papel y de que mi entorno familiar era diferente”.

—¿Cuándo lo fue?
—No te levantas una mañana y te das cuenta de que eres princesa. Simplemente naces en esa familia y para ti es natural.

Precisamente para explicar en qué consiste su papel publicó en 2005 un libro infantil, Why Kings and Queens Don’t Wear Crowns (Por qué los reyes y reinas no llevan corona). “Siempre que acudía a un acto, los padres empujaban a sus hijos hacia mí mientras ellos se preguntaban: ‘¿Dónde está la princesa? ¿Y la corona?’. Por eso lo escribí”.

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Marta Luisa de Noruega viste total look de Bottega Veneta, sandalias de Etro y pendientes de Verdeagua Alhajas.© Alex Bramall
—En España tenemos un concurso infantil que, por cierto, se llama ¿Qué es un rey para ti? ¿Qué opina?
—La monarquía fomenta la estabilidad y mantiene la nación unida. Guía al pueblo en los buenos y, especialmente, en los malos momentos. Los políticos vienen y van.

En 2002, renunció al tratamiento de alteza real para poder trabajar. “Ahora me llaman simplemente alteza, que es una diferencia enorme”, declaró entre risas al diario ABC. Desde entonces, paga sus impuestos como cualquier ciudadano. Y trabaja en lo que le gusta. Cinco años más tarde, hizo pública su condición de hipersensible y anunció que iba a concentrar sus esfuerzos en ayudar a personas con su misma habilidad. Fundó Astarté junto a su socia, Elisabeth Nordeng, y en 2014 la rebautizó como Soulspring. Una consultoría espiritual que imparte cursos online. La decisión fue duramente criticada por los medios de su país. También por la Iglesia noruega, de la que su padre es jefe. Su confesión más particular desató una fuerte polémica. “Mi primer contacto con los ángeles se produjo mientras estaba con mis caballos. Más tarde comprendí el valor de este enorme regalo y quise compartirlo con los demás”, publicó en su web.

—Caballos y ángeles. Siente su presencia y habla con ellos.
—Hay energías a nuestro alrededor. Cuando eres muy sensible, puedes contactar con ellas. Le ocurre a mucha gente.

— Se trata de una figura más espiritual que religiosa.
—No es incompatible. Soy cristiana, protestante, y creo que mi fe es más profunda gracias a este talento.

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La princesa lleva vestido de Adolfo Domínguez, pantalón de Uterqüe, pendientes de Apodemia, pulseras de Hermès y pamela de Mimoki.© Alex Bramall
Admite que su trabajo es su mayor extravagancia. E insiste en que no le importan las críticas. “No me afectan. Ya estaba acostumbrada a que dijeran que no llevo el calzado adecuado o que había hecho algo mal. Yo no hago esto para gustar, sino para ayudar a quien esté interesado. No me importa lo que piense la gente”. En la actualidad, cuenta con 500 alumnos en sus ocho cursos. “Hay gente de todo tipo: abogados, médicos, empresarios, curanderos o amas de casa”. Su público es mayoritariamente femenino. La princesa también posee habilidades curativas, “pero no enfocadas únicamente al dolor físico, sino al bienestar general, a lograr un respiro en nuestras vidas. Para mí, eso también es curar”.

—Eligió un camino atípico.
—Fue el trabajo el que me escogió a mí. Mi socia y yo arrancamos el proyecto un jueves y ese lunes ya teníamos alumnos. Soulspring creció muy deprisa. Antes incluso de que saliera en la prensa impartimos los primeros talleres. Creímos en lo que hacíamos. Y todo explotó. No me arrepiento, aunque fue duro.

La princesa no lamenta nada, en general. Y todo gracias a su abuela materna, Dagny Ulrichsen. “Cuando tenía 10 años, le pregunté si se arrepentía de algo. ‘De las cosas que no he hecho’, contestó. Decidí seguir su ejemplo”. No se considera rebelde. “He intentado mantenerme fiel a mí misma. Todo el mundo tiene ese derecho. Soy consciente de que he adoptado decisiones que otras princesas jamás habrían tomado. Pero también las hay como yo; por ejemplo, Irene de Holanda, la hermana de la princesa Beatriz. ¡No estoy sola!”. Ha contado con el apoyo de su familia, a la que está muy unida. “Siempre me animaron a que fuera yo misma. Supongo que a estas alturas mi padre se arrepiente de haber insistido tanto”, dice entre risas. Se ríe con frecuencia. Pero cuando escucha alguna pregunta que considera inoportuna, su mirada azul se vuelve glacial. Puede ser tan cercana como inflexible.

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Marta Luisa de Noruega posa con vestido de Lanvin, sombrero de Mariana Barturen, pendientes de Agatha y salones de Jimmy Choo© Alex Bramall
El rey Harald decide su agenda oficial, enfocada fundamentalmente en los discapacitados. Sus padres acaban de celebrar en Oslo su 80 cumpleaños, 26 de ellos en el trono. Les sucederán el príncipe Haakon Magnus y su mujer, la princesa Mette-Marit, con quien Marta Luisa mantiene una relación “excelente”. Ha aplicado en ella sus dotes curativas. A pesar de que Mette-Marit es de origen plebeyo, nunca ha necesitado los consejos de Marta Luisa. Se muestra extrañada ante la pregunta.

Acaba de viajar a India y a México. Atraviesa un buen momento, superadas las dificultades del pasado. “Sí, las he sufrido, como todo el mundo —dice lacónica—. Soy muy feliz. Aún me quedan cosas por aprender, pero sé quién soy en realidad”.

—¿En qué se considera conservadora?
—En nada. Quizá en proteger a mi familia. Sobre todo en lo concerniente a mis hijas y su exposición mediática.

—Apenas hay fotos de ellas en los medios…
—Intento protegerlas en etapas tan vulnerables como la infancia y la adolescencia. Es duro que la prensa no respete su privacidad. Todo el mundo tiene derecho a decidir si quiere salir o no en los medios. Mis hijas también.
 
Última edición por un moderador:
me encanta esta mujer y en lo que se ha convertido...la veo segura, en paz, bien consigo misma, sin pajaritos en la cabeza ni delirios de grandeza y muy guapa, ha ganado con los años, porque de muy joven no era bonita.
 
Ready para volver a entrar al mercado!! A ella le sienta bien la soltería. Se nota que es un espíritu libre. Pero, sobre todo, que es fiel a sí misma.
 
Es guapísima pero a veces creo que -retomo una expresión que leí en un comentario más arriba- tiene algunos pajaritos en la cabeza. Una cosa es ser hipersensible y otra hablar con ángeles y "sanar espiritualmente". No entiendo su situación como royal. ¿ Sigue en la sucesión real y tiene funciones como royal recibiendo paga por eso o es hija de los reyes pero nada más? No me termina de quedar claro. Lo único que me queda claro es lo genial que se la pasan los " segundones" saltando de hobbie en hobbie a piaccere. Marta ha diseñado joyas, ha escrito libros para niños, ahora da cursos sobre espiritualidad, en fin....
 
Hermosa como siempre Martha Louise pero mientras leía no podía dejar de pensar en el error garrafal que cometió Vanity Fair en relación a otros miembros de la realeza: "al día siguiente viajará a primera hora a Fráncfort para asistir al funeral del príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, marido de la princesa Benedicta de Holanda y cuñado de la reina Beatriz".
¿Princesa Benedicta de Holanda?
¿Reina Beatriz?
El príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, fue marido de la princesa Benedicta de Dinamarca.
Benedicta (como todos sabemos en este foro), no es hermana de Beatriz de Holanda, lo es de Margarita de Dinamarca.
Beatriz ya no es reina de Holanda (mas bien seria de los Países Bajos, pero bueno), es princesa desde su abdicación en 2013.

PD: espero que por lo menos en su versión web, corrijan esos errores porque es una vergüenza que alguien no pueda por lo menos googlear esta información. No es el fin del mundo y no es obligación de estos periodistas saber los lazos familiares, pero si van a escribir algo por lo menos que lo hagan bien y se informen para asegurarse de estar en lo correcto en cuanto a los datos que dan.
 
Hermosa como siempre Martha Louise pero mientras leía no podía dejar de pensar en el error garrafal que cometió Vanity Fair en relación a otros miembros de la realeza: "al día siguiente viajará a primera hora a Fráncfort para asistir al funeral del príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, marido de la princesa Benedicta de Holanda y cuñado de la reina Beatriz".
¿Princesa Benedicta de Holanda?
¿Reina Beatriz?
El príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, fue marido de la princesa Benedicta de Dinamarca.
Benedicta (como todos sabemos en este foro), no es hermana de Beatriz de Holanda, lo es de Margarita de Dinamarca.
Beatriz ya no es reina de Holanda (mas bien seria de los Países Bajos, pero bueno), es princesa desde su abdicación en 2013.

PD: espero que por lo menos en su versión web, corrijan esos errores porque es una vergüenza que alguien no pueda por lo menos googlear esta información. No es el fin del mundo y no es obligación de estos periodistas saber los lazos familiares, pero si van a escribir algo por lo menos que lo hagan bien y se informen para asegurarse de estar en lo correcto en cuanto a los datos que dan.

Quien escribió esa metedura de pata garrafal seguro que se fue de copas por Madrid con Märtha Louise la víspera del funeral de Richard....y se pasó bebiendo por eso al escribir el artículo aún debía estar con resaca....
 
Es guapísima pero a veces creo que -retomo una expresión que leí en un comentario más arriba- tiene algunos pajaritos en la cabeza. Una cosa es ser hipersensible y otra hablar con ángeles y "sanar espiritualmente". No entiendo su situación como royal. ¿ Sigue en la sucesión real y tiene funciones como royal recibiendo paga por eso o es hija de los reyes pero nada más? No me termina de quedar claro. Lo único que me queda claro es lo genial que se la pasan los " segundones" saltando de hobbie en hobbie a piaccere. Marta ha diseñado joyas, ha escrito libros para niños, ahora da cursos sobre espiritualidad, en fin....

Sigue en la línea de sucesión. Renunció en febrero de 2002 a su tratamiento de Alteza Real por el de Alteza pero siguió conservando su puesto en la línea de sucesión y el título de princesa de Noruega porque la Familia Real no tiene apellido. Por entonces Haakon no tenia descendencia y Märtha era la segunda en el orden de sucesión. Si Haakon no hubiese tenido hijos y Märtha hubiese renunciado a su puesto en la sucesión al trono, la monarquía se hubiese extinguido por falta de miembros a la muerte de Haakon. Olav V fue hijo único y las hermanas de Harald V renunciaron al casarse así que los únicos miembros en la línea de sucesión desde 1971 en que Sonja dio a luz a su primera hija fueron Harald y Märtha. Con el nacimiento en 1973 de Haakon la línea de sucesión se completó con Harald, Haakon y Märtha hasta el año 2004 en que nació Ingrid. La línea de sucesión era tan corta que eliminar de ella a Märtha en 2002 era correr el riesgo de que la monarquía se extinguiese, de hecho sus tres hijas están en el orden de sucesión al trono noruego.

La renuncia de Märtha implicó que la princesa pagase sus impuestos y se dedicase a sus negocios. No cobra por acudir a actos oficiales, acude a actos familiares y en su agenda se limita a las asociaciones de discapacitados....con las que siempre ha estado muy involucrada.
 
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