Su impávida Majestad y la ministra 'chic'
GRAND CLASS. Carlos García-Calvo
La prensa más necia lleva días hablando del supuesto enfrentamiento estilístico entre SM la Reina y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que iba a tener lugar esta mañana con motivo de la Pascua Militar.
Se suelen volver tan dramáticos cuando hablan de estos 'duelos', que uno cree a veces que se trata del 'shootout' final de 'Johnny Guitar' entre Joan Crawford y Mercedes McCambridge,
Viendo la ceremonia hace un rato debo de confesar que en el caso de existir este duelo Cospedal sería la ganadora. La ministra llevaba un conjunto en "ton sur ton", con un cuerpo suelto de terciopelo verde botella y una falda larga en "faille" vaporoso de un verde más pálido. Además, se había pinchado un broche sobre el hombro, que es donde se lo colocan las mujeres elegantes, y llevaba un excelente corte de pelo. Es verdad que el 'look' era mejorable, pero la perfección puede resultar cargante, como señaló Truman Capote hablando de Babe Paley.
Su impávida Majestad, en cambio, repitió un traje de noche poco afortunado de Felipe Varela en un tono algo incierto entre verde azulado y gris rata, con bordados en la mangas y en los laterales de la falda, con ausencia casi total de joyas, salvo los discretos pendientes. Llevaba uno de esos recogidos que le dejan el pelo mate y de no ser por los cristalitos de los bordados podría haber sido una institutriz algo tímida de una novela de Charlotte Brontë.
Encuentro maravillosas las repeticiones cuando se trata de un modelo espectacular, pero encuentro absurdo que se haga para un mismo acto. En este caso no se trataba de algo espectacular, sino todo lo contrario.
La Pascua Militar, broche final de las fiestas navideñas, debería ser una ocasión para algo más festivo, colorista y nuevo.
GRAND CLASS. Carlos García-Calvo
La prensa más necia lleva días hablando del supuesto enfrentamiento estilístico entre SM la Reina y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que iba a tener lugar esta mañana con motivo de la Pascua Militar.
Se suelen volver tan dramáticos cuando hablan de estos 'duelos', que uno cree a veces que se trata del 'shootout' final de 'Johnny Guitar' entre Joan Crawford y Mercedes McCambridge,
Viendo la ceremonia hace un rato debo de confesar que en el caso de existir este duelo Cospedal sería la ganadora. La ministra llevaba un conjunto en "ton sur ton", con un cuerpo suelto de terciopelo verde botella y una falda larga en "faille" vaporoso de un verde más pálido. Además, se había pinchado un broche sobre el hombro, que es donde se lo colocan las mujeres elegantes, y llevaba un excelente corte de pelo. Es verdad que el 'look' era mejorable, pero la perfección puede resultar cargante, como señaló Truman Capote hablando de Babe Paley.
Su impávida Majestad, en cambio, repitió un traje de noche poco afortunado de Felipe Varela en un tono algo incierto entre verde azulado y gris rata, con bordados en la mangas y en los laterales de la falda, con ausencia casi total de joyas, salvo los discretos pendientes. Llevaba uno de esos recogidos que le dejan el pelo mate y de no ser por los cristalitos de los bordados podría haber sido una institutriz algo tímida de una novela de Charlotte Brontë.
Encuentro maravillosas las repeticiones cuando se trata de un modelo espectacular, pero encuentro absurdo que se haga para un mismo acto. En este caso no se trataba de algo espectacular, sino todo lo contrario.
La Pascua Militar, broche final de las fiestas navideñas, debería ser una ocasión para algo más festivo, colorista y nuevo.