Los reyes en el último libro de Dan Brown, Origen

¡¡¡Yo lo he leído!!!

Muy bueno lo de que el Rey tenga una relación con el Obispo.
Relación sin s*x*, amor platónico.
Se ha quedado a gusto Dan Brown.
:)
 
En el libro, Ambra Vidal (la prometida del príncipe) es estéril.
Sufrió una infección cuando era pequeña que le provocó infertilidad.
 
Pido perdón a las que lo estáis leyendo porque debería hacer puesto uno de mis anteriores post en spoiler y no lo he hecho.
Ya no lo puedo editar.
Perdonadme si podéis.
:(
 
Cuenta de antemano con mi perdón, pero de qué hay que perdonarte?...No me he enterado de la pelicula y me intriga...

Casi al final del libro, Ambra cuenta que es estéril y que no podrá darle un heredero al futuro Rey de España.
Lo he puesto sin spoiler y luego he pensado en las compis que lo están leyendo y no han llegado a esa parte.
Lo de que el Rey padre está liado con el Obispo, sí que he caído en ponerlo en spoiler.
 
Jajaa nuestro Juanito le tira a todo lo que tiene faldas es sabido, pero a las sotanas en la vida real, no....jajajaja....en la ficción bueno y pase...me descojono imaginando la escena....qué bueno!!!
 
Dan Brown ha publicado un nuevo libro, Origen, cuyo protagonista es nuevamente Robert Langdon. Al menos el inicio está ambientado en España y hay muchas referencias al anciano rey de España y su heredero, el príncipe "Julián". La mayor parte de las biografías de estos personajes ficticios es diferente de los reales, pero me ha llamado la atención este fragmento:

“El padre de Julián siempre había sido muy activo en su rol de rey, dejando a su hijo poco espacio para participar en política. Había declarado abiertamente que el príncipe debía disfrutar de su juventud y que, hasta que se casara y sentara la cabeza, no tenía sentido que se ocupara de los asuntos de Estado. Así, los primeros cuarenta años de Julián —ininterrumpidamente documentados por la prensa nacional— habían consistido en una sucesión de escuelas privadas, competiciones ecuestres, inauguraciones, actos benéficos y viajes por el mundo. A pesar de no haber hecho todavía nada de relevancia en su vida, el príncipe Julián era, sin lugar a dudas, el soltero más deseado del país.
A lo largo de los años, el apuesto príncipe, que ya contaba cuarenta y dos, había mantenido mediáticas relaciones con incontables mujeres, pero, a pesar de su reputación de romántico incorregible, ninguna había conseguido robarle el corazón. En los últimos meses, sin embargo, se le había visto varias veces con una hermosa mujer que, a pesar de que por su aspecto podía parecer una modelo retirada, en realidad era la respetadísima directora del museo Guggenheim de Bilbao.
Los medios de comunicación describieron de inmediato a Ambra Vidal como «la pareja perfecta para un rey moderno». Era culta, exitosa y, lo más importante, no procedía de una familia de la nobleza española. Pertenecía al pueblo.
Al parecer, el príncipe estaba de acuerdo con la prensa y, tras un cortejo extremadamente breve, le propuso matrimonio de la forma más romántica posible. Ambra Vidal aceptó.
A partir de entonces, ésta no dejó de salir en los medios y todo el mundo pudo descubrir que era mucho más que una cara bonita. Rápidamente, se reveló como una mujer muy independiente que, a pesar de haberse convertido en la futura reina consorte de España, rechazaba de plano que la Guardia Real interfiriera en su agenda diaria y no dejaba que sus agentes le proporcionaran protección a no ser que se tratara de un evento público importante.
Cuando el comandante de la Guardia Real sugirió discretamente que Ambra comenzara a adoptar un estilo más conservador y menos entallado a la hora de vestir, ella bromeó diciendo que había sido regañada por el comandante del «Guardarropía Real».
Su rostro no dejaba de aparecer en las cubiertas de las revistas progresistas: «¡Ambra! ¡El hermoso futuro de España!». Cuando no concedía una entrevista la calificaban de «independiente», y cuando sí lo hacía, de «accesible».
Las revistas más conservadoras, sin embargo, acusaban a la descarada futura reina de ser una ambiciosa oportunista que ejercería una influencia peligrosa en el príncipe. A modo de prueba, citaban su abierta indiferencia por el rango que éste ocupaba.
La inquietud inicial se centró en el hábito que tenía de dirigirse al príncipe únicamente por su nombre de pila, obviando la costumbre tradicional de referirse a él como «don Julián» o «Su Alteza».”

Pasaje de: Brown, Dan. “Origen.” Grupo Planeta, 2017



Blanco y en botella. ¿Es Dan Brown un periodista americano ?
 

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