LOS ANIMALES

Hallados 87 elefantes asesinados en Botsuana en el "mayor acto de cacería ilegal del que se tiene noticia"


Botsuana se considera el último santuario de estos grandes mamíferos. El presidente de Botsuana acusa a Trump de alentar la caza furtiva de elefantes.



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Botsuana se considera un santuario para los elefantes. HBIESER / PIXABAY



Un total de 87 elefantes asesinados por cazadores furtivos han sido encontrados en Botsuana, el país africano considerado el santuario de estos grandes mamíferos, según ha denunciado la organización Elefantes Sin Fronteras. Las imágenes de los elefantes muertos han sido capturadas mediante un estudio aéreo que ha revelado además los cadáveres de tres rinocerontes blancos. Todos los animales tenían los colmillos arrancados. "Estoy muy afectado. Es la mayor cacería furtiva de la que haya oído hablar jamás en toda África", ha firmado un responsable de Elefantes Sin Fronteras, Mike Chase, en declaraciones a la cadena británica BBC. "Estaríamos hablando del doble de la mayor cacería ilegal de la que se tiene noticia históricamente", ha añadido.

El Gran Censo de Elefantes 2015 estimaba que un tercio de los elefantes de África murieron en la última década y que el 60% de los elefantes de Tanzania se perdieron en solo seis años. Botsuana, tierra de elefantes Se estima que unos 130.000 elefantes viven en Botsuana, considerado el último santuario de estos animales. Es uno de los países con una política más restrictiva frente a la caza furtiva y hasta ahora había evitado grandes pérdidas por este motivo. A pesar de que no hay vallas en las fronteras del país, los elefantes decidían permanecer en él y no regresar a otros lugares como Angola, Namibia o Zambia. Además, cuenta con unidades entrenadas y armadas de lucha contra la caza furtiva. Sin embargo, en mayo el Gobierno decidió desarmar estas unidades por motivos presupuestarios, denuncia Chase. "Los cazadores furtivos miran ahora a Botsuana. Tenemos la mayor población de elefantes del mundo y ahora tienen vía libre", se ha lamentado.

https://www.20minutos.es/noticia/3430278/0/elefantes-asesinados-cazadores-furtivos-botsuana/
 
Los furtivos han matado 508 rinocerontes en Sudáfrica durante los ocho primeros meses de 2018
Se reduce el número con respecto al año precedente, pero aumenta, en cambio, la caza de elefantes
Efe

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Los furtivos han matado 508 rinocerontes en Sudáfrica durante los ocho primeros meses de 2018 - WWF

La caza furtiva en Sudáfrica acabó con 508 rinocerontes de enero a agosto de 2018, lo que supone 183 ejemplares menos que en el mismo periodo de 2017, según informó hoy el Gobierno sudafricano.

«Ha habido una bajada del número de rinocerontes cazados en el país, comparado con el mismo periodo de 2017, con todas las provincias experimentando un descenso drástico (de la caza furtiva)», indicó el Ministerio de Medio Ambiente en un comunicado.

Así, de los 691 ejemplares cazados en los primeros 8 meses de 2017 se ha pasado a 508 rinocerontes en el mismo periodo de 2018.

Desde enero hasta el 31 de agosto, las autoridades sudafricanas han arrestado a unos 400 sospechososrelacionados con la caza furtiva, 13 de ellos que ya se disponían a embarcar a otros países.

Además, en este tiempo las autoridades se han incautado de 60,92 kilos de cuernos de rinocerontes.

Sin embargo, el ministerio lamentó que ha aumentado la caza de elefantes, pues un total de 58 ejemplares fueron cazados en el parque nacional Kruger, uno de los más famosos del país, entre enero y agosto de 2018.

https://www.abc.es/natural/biodiver...primeros-meses-2018-201809211936_noticia.html
 
¿Sienten los animales dolor por la muerte de otros?
Una creciente cantidad de evidencias científicas defiende la idea de que las especies con características parecidas al ser humano son conscientes de la muerte, experimentan pena e incluso guardan luto

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Algunos científicos creen que ciertas especies sienten dolor real por la pérdida - Fotolia

Durante semanas, la noticia de una madre orca acompañando el cadáver de su críapor las aguas heladas del mar de los Salish llamó la atención de todo el mundo. La orca, llamada Tahlequah, también conocida por los científicos como J35, mantuvo lo mejor que pudo el cadáver de la criatura durante 17 días hasta que lo abandonó.

Esta ha sido una de las mayores demostraciones que hayamos podido presenciar del dolor que sienten los mamíferos marinos.

Entre los científicos, sin embargo, sigue existiendo un prejuicio contra la idea de que los animales sienten dolor “real” o responden de diferentes formas a la muerte. Sobre este tema, el zoólogo Jules Howard, por ejemplo, escribió:



«Creer que J35 mostraba señales de pena o dolor es creer más en la fe que en la ciencia».

Como especialista en bioética, he estudiado la relación entre ciencia y ética durante más de veinte años. Una creciente cantidad de evidencias científicas defienden la idea de que los animales con características parecidas al ser humano son conscientes de la muerte, experimentan la pena, e incluso puede que guarden luto o que lleven a cabo algún ritual con sus muertos.

han indagado sobre cómo piensan y sienten la muerte la mayoría de los animales con los que el ser humano comparte el planeta, tanto la suya propia como la de otros.

Pero, insisto, no saben sobre el tema porque no lo han estudiado.

Los científicos aún no han prestado la suficiente atención al estudio de lo que podría definirse como “tanatología comparativa”, la ciencia que estudia la muerte y las prácticas relacionadas con ella. Esto se puede deber a que muchos de los humanos no consideran la posibilidad de que los animales sufran por la muerte de aquellos a quienes quieren.

La percepción de la mortalidad es para muchos científicos y filósofos una característica exclusiva los humanos.

El luto del elefante
Sin embargo, varios informes sobre la pena y otros comportamientos relacionados con la muerte de un amplio número de especies están ayudando a los investigadores a formular preguntas sobre la conciencia de la muerte en animales y averiguar cuál es la mejor manera de estudiar estos comportamientos.

Los elefantes, por ejemplo, se preocupan por los huesos de sus muertos y guardan luto por la muerte de sus seres queridos. Un estudiante de doctorado que analizaba el comportamiento de elefantes en África filmó en 2016 uno de estos rituales con los huesos. Miembros de tres familias diferentes acudieron a visitar el cuerpo de una matriarca difunta, oliendo, tocando y pasando varias veces junto al cadáver.

También se ha visto a chimpancés, en varias ocasiones, participar en actos relacionados con la muerte. En una ocasión, se estudió a un grupo de chimpancés en cautividad después de que muriera un miembro del grupo, una chimpancé hembra llamada Pansy. Los chimpancés se acercaron al cuerpo de Pansy en busca de algún signo de vida y le quitaron hebras de Paj* del pelaje. Además, evitaron pasar durante días por el lugar en el que se produjo el deceso.

En otra ocasión, los científicos registraron cómo un chimpancé se sirvió de un utensilio para limpiar un cadáver. En 2017, un grupo de investigadores de primates en Zambia grabó a una madre utilizando un manojo de hierba seca para limpiar los dientes de su hijo fallecido. La conclusión, de acuerdo con los científicos implicados, es que los chimpancés siguen sintiendo un vínculo social, incluso después de la muerte, y muestran sensibilidad hacia los muertos.

También se ha visto a urracas enterrando a sus muertos bajo la hierba. El etólogo Marc Bekoff, que observó esta conducta, lo describió como “el funeral de la urraca”.

En uno de los ejemplos más recientes y fascinantes, un niño de ocho años filmó a unos pecaríes, una especie de cerdo salvaje que se encuentra en algunas zonas de los América, respondiendo a la muerte de uno de los miembros de la manada. Los pecaríes visitaron el cuerpo en varias ocasiones, hocicándolo, golpeándolo y durmiendo a su lado.

¿Llanto por sus difuntos?
También se ha visto cuervos formando lo que los científicos llaman «agrupaciones cacofónicas», moviéndose y graznando en grupo como respuesta a la muerte de un congénere.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que hay.

Algunos científicos defienden que estos comportamientos no deben ser equiparados con los términos humanos de “pena” y “luto”, porque no es algo rigurosamente cierto. La ciencia puede observar estos comportamientos, pero es muy difícil saber qué los ha motivado. Un estudio publicado en Science en 2011, que constató señales de empatía en las ratas y ratones, abordó el asunto con el mismo tipo de escepticismo.

Es cierto que debemos que ser cautelosos a la hora de atribuir emociones y comportamientos, como la pena, a los animales. Pero no porque haya dudas sobre la capacidad de los animales para sentir pena.

El caso de Tahlequah nos enseña que los humanos tenemos mucho que aprender de los animales. La pregunta no sería si los animales sufren, sino cómo expresan su sufrimiento.

Jessica Pierce es profesora de Bioética en la Universidad de Colorado en Denver (EE.UU.). Este artículo fue publicado origialmente en «The Conversation».

https://www.abc.es/ciencia/abci-sienten-animales-dolor-muerte-otros-201809230135_noticia.html
 
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