La España de Franco

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pues claro que si, hay fosas con muertos de ambos bandos pero las del bando que no les interesa miran para otro lado, son unos sectarios que tergiversan la historia, lo siento, y eran dos personas nada mas

¿Llamas sectarios a esas dos personas que lloran por el motivo que ya he expuesto?

La educación que he recibido me impide contestarte con las palabras claras, precisas y contundentes que mereces.:confused:
 
¿Llamas sectarios a esas dos personas que lloran por el motivo que ya he expuesto?

La educación que he recibido me impide contestarte con las palabras claras, precisas y contundentes que mereces.:confused:
Es que se meten en unos jardines... que ni les van ni les vienen... y encima se rien de la gente. Es increible. Es lo tipico de vivir a kilometros de aqui. Que no hay empatia.
 
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POLÍTICA

Los servicios secretos aconsejaron a Arias Navarro enterrar a Franco en el Valle de los Caídos
Publicado el 16 de Septiembre de 2018 - 01: 07
ANTONIO SALVADOR REDACTOR antonio.salvador@elindependiente.com @ajsalvador70 YGIULIO MARIA PIANTADOSIgiulio.piantadosi@elindependiente.com @gmpiantadosi


A espaldas de Franco, durante meses y con el máximo secreto, un grupo de cuatro militares destinados en el primitivo servicio de Inteligencia del Estado desarrolló una misión sensible: diseñar cómo tendría que llevarse a cabo el entierro del jefe del Estado cuando ocurriera el fallecimiento, dado que el dictador ya había cumplido entonces los 81 y se tenía la certeza de que encaraba los últimos años de vida. Fue la Operación Lucero, el plan confidencial encargado por Carlos Arias Navarro semanas después de alcanzar la Presidencia del Gobierno tras el asesinato de Carrero Blanco y que ya detallaba el lugar de la inhumación del dictador.

Nada de improvisación. Desde antes del verano de 1974, casi año y medio antes de que se produjera el fallecimiento por un “shock tóxico por peritonitis” en la Ciudad Sanitaria de La Paz, ya estaba escrito cuál sería el destino del cuerpo sin vida de Franco: un sepulcro en el Valle de los Caídos, el monumento que el propio dictador ordenó levantar el 1 de abril de 1940 a fin de “perpetuar la memoria de los que cayeron en nuestra gloriosa Cruzada”, como el régimen justificó en el decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) al día siguiente. Pero ni de forma verbal ni en su testamento dejó instrucciones precisas acerca de dónde deseaba ser enterrado, en contra de los que creen que ése fue uno de los motivos de la erección del colosal monumento en Cuelgamuros.

“No hay un solo documento oficial de que Franco pensase en algún momento de su vida, ni por escrito ni de palabra, ni a la familia ni a los próximos, que quería enterrarse en el Valle de los Caídos. Lo demás son chorradas o imaginaciones. La gente que trabajaba allí y le recibía cuando iba a ver cómo marchaban las obras no recuerdan que él dijera que algún día acabaría allí. Jamás. No hay ni una sola mención”, afirma a El Independiente Juan María de Peñaranda, antiguo general del Ejército de Tierra y autor de Operación Lucero. El plan secreto para mantener todo atado tras la muerte de Franco (2017). Se trata de uno de los tres libros que parcialmente dieron forma con posterioridad a su tesis doctoral -titulada Los servicios de Inteligencia y la Transición política española (1968-1979) y compuesta por 3.050 páginas- junto a Los servicios secretos de Carrero Blanco(2015) y Desde el corazón del CESID (2012), todos publicados por la editorial Espasa.


Vídeo: G. M. Piantadosi | A. Salvador
Peñaranda realiza dicha afirmación no sólo tras haber mantenido unas 300 conversaciones y haber buceado durante una década en numerosos archivos del país en busca de documentos oficiales que sustentaran su trabajo universitario, leído en julio de 2010 en la Universidad Complutense y calificado con sobresaliente cum laude. También tras haber vivido en primera fila aquellos años del tardofranquismo y liderar el equipo de trabajo que diseñó la Operación Lucero, bautizada así por el entonces Servicio de Inteligencia en alusión a las ‘estrellas’ de cuatro puntas de los generales.

No hay documento escrito ni testimonio oral que avale la tesis de que fue Franco quien ordenó que se le enterrara en el Valle de los Caídos

En febrero de 1974, Juan María de Peñaranda era un comandante de 40 años al frente de la jefatura de Sección de Estudios e Informes del Servicio Central de Documentación (SECED) de la Presidencia, organismo creado en 1972 para dar cobertura administrativa a la Organización Contrasubversiva Nacional (OCN) y antecesor del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) y del actual Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El 2 de febrero de aquel año, el oficial recibió un encargo del director del SECED: la constitución de un equipo para diseñar un plan con las medidas a poner en marcha en caso de la muerte de Franco. La idea es que todo estuviera pensado para, llegado el momento, evitar improvisaciones como había ocurrido tras al magnicidio de Carrero Blanco.

De ese grupo de los servicios secretos coordinado por este militar palentino e integrado por los capitanes Emilio Atienza Vega, José González Soler y Juan Hernández Rovira salió la idea -en la primavera de 1974- del Valle de los Caídos como emplazamiento para la inhumación de Franco, propuesta que fue aceptada por el presidente del Gobierno y plasmada en un primer borrador fechado el 18 de mayo de dicho año. Al frente de la Gobernación hasta entonces, Arias Navarro fue el ministro elegido por Franco el 29 de diciembre de 1973 para relevar al almirante Luis Carrero Blanco, asesinado nueve días antes por ETA al hacer volar la banda terrorista el coche en el que viajaba cuando éste circulaba por la madrileña calle de Claudio Coello.

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Audiencia ofrecida por Juan Carlos I el 8 de febrero de 1976 en La Zarzuela al grupo de trabajo que diseñó la ‘Operación Lucero’. De izquierda a derecha, los entonces comandantes José González y Juan María de Peñaranda, el hoy rey emérito, y los capitanes Emilio Atienza y Juan Hernández. 'OPERACIÓN LUCERO' (ESPASA)

“Cuando Franco decide que el jefe de Gobierno sea Arias Navarro, éste cree que, en su mandato como presidente, se va a morir Franco y le iba a tocar esa responsabilidad. Él venía de ministro de la Gobernación y recordaba que allí no había un solo papel de qué había que hacer en caso de fallecimiento del jefe del Estado. Consultó al Estado Mayor y allí no había nada, ni tampoco en los papeles que deja Carrero Blanco. Él se queda con esa profunda preocupación y, en uno de los primeros despachos que mantiene con la persona que puso al frente del SECED, el comandante Valverde, le cuenta el problema que tiene: ‘Se nos va a morir Franco en estos cinco años y aquí no hay nada preparado. El SECED se tiene que encargar a fondo de este tema desde el principio hasta el final. Encarga a una persona que lo lleve con máximo secreto y que no hablen con nadie”, rememora Peñaranda a sus 84 años en su domicilio madrileño. La conversación con este diario tiene lugar el día antes de que el Congreso de los Diputados convalide el decreto-ley con el que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende exhumar y trasladar los restos del dictadorcasi 42 años después.

La elección de Cuelgamuros como emplazamiento para el sepulcro del dictador se decidió en la primavera de 1974, año y medio antes del óbito

Y se pusieron manos a la obra, sin tener claro en un primer momento cuál era el deseo del dictador y si éste lo había dejado expresamente por escrito o le había indicado a la familia dónde debía ser enterrado. “En la primera reunión cogimos un tocho de folios e íbamos escribiendo: ¿Cuándo se muere Franco? Deja eso en blanco. ¿Dónde se muere Franco? En el Azor, en el Pazo de Meirás, en San Sebastián, en algún viaje a Portugal, en Canarias… Así media docena de papeles. Uno de ellos era dónde se entierra Franco. Pensamos que a lo mejor quería que lo enterrasen en el Tercio de la Legión, quizá en el Pazo de Meirás o en El Pardo. Pusimos tres o cuatro sitios y naturalmente todavía no salió el Valle de los Caídos”, añade.

Sí fueron viendo cada vez de forma más clara que tendría que ser en Madrid y preferentemente lejos de la capital, dado que coincidiría en el tiempo con la coronación de Juan Carlos I y si el lugar elegido para enterrarlo era próximo -como el cementerio de El Pardo- se facilitaría que a partir de ese día hubiera concentraciones de partidarios. En cambio, a 54 kilómetros… Y fue así como se pensó la posibilidad de que sus restos acabaran en el Valle de los Caídos, junto a la Sierra de Guadarrama.

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Juan María de Peñaranda, el pasado miércoles en su domicilio madrileño al término de la entrevista con ‘El Independiente’. G. M. PIANTADOSI

Ello motivó que, en la primavera del 74, dos de los subordinados de Juan María de Peñaranda se desplazaran a Cuelgamuros para sondear esta posibilidad con el abad, Luis María de Lojendio e Irure. Vía libre. Tras echarse la mano a la cabeza al interpretar equivocadamente que la presencia de esos militares de paisano se debía a que el óbito era inminente, el responsable de la basílica trasladó a los servicios secretos que no veía inconveniente para que Franco fuera enterrado en el Valle de los Caídos y así se puso en el correspondiente informe que el grupo de trabajo redactó tras la visita. Bajo el máximo secreto, la opción finalmente elegida iba ganando forma mucho antes de que expirara el jefe del Estado.

Solemnidad y espiritualidad
“Era un sitio solemne, una abadía protegida por la espiritualidad y custodiada por una orden religiosa de primera fila”, justifica Peñaranda, que alude a una conversación entre Arias Navarro y Carmen Polo de Franco en la que ésta debió aludir la posibilidad de El Pardo como emplazamiento. La respuesta del sucesor de Carrero Blanco fue elocuente: “El que se muere no es Francisco Franco Bahamonde sino el jefe del Estado. Y por tanto el que decide las honras y el sitio es el Estado, no la familia”.

El plan que con tanto sigilo se iba preparando desde febrero de 1974 hubo de acelerarse en julio de ese año, a raíz de que Franco tuviera que ser internado en la ciudad sanitaria madrileña a la que él daba nombre a consecuencia de una flebitis. El ingreso se produjo el día 9 y no pudo regresar a El Pardo hasta el 30 de dicho mes. Arias Navarro entendió que aquello era un serio aviso y que todo tenía que estar detallado por si se producía el desenlace en cualquier momento, ya fuera en la capital o lejos de Madrid. Las principales autoridades del Estado tenían que saber qué pasos precisos dar en esa situación, cada vez más cercana.


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Portada del ‘Plan de urgencia’ elevado por el SECED a la Presidencia en julio de 1974 -con Franco en el hospital- y del documento afinado un año después (‘Plan general’), al que hubo de introducirse luego modificaciones ante el temor de que ETA pudiera cometer un magnicidio. 'OPERACIÓN LUCERO' (ESPASA)

Ello explica que el SECED elevara a la Presidencia del Gobierno aquel mismo verano un documento mecanografiado de 19 páginas en el que, con el nombre de ‘Operación Lucero’ en mayúsculas y la palabra ‘Secreto’ estampada en sello con tinta de color rojo, se detallaba un ‘plan de urgencia’. El trabajo está fechado el 27 de julio de 1974, cuando Franco se encontraba aún en el centro sanitario. “Siendo tan imprevisible como inevitable el momento en el que se cumplan las previsiones sucesorias es preciso contar con los planes necesarios en los que se recojan cuantas medidas de carácter general deban de tomarse y cuantas instrucciones convenga dar a las autoridades que tengan que cumplimentarlas”, se justifica en el epígrafe de ‘Antecedentes’.

Dicho plan incluía instrucciones precisas para el ministro de Jornada -miembro del gabinete que en verano acompañaba a Franco y atendía sus necesidades- en caso de que el dictador cayera gravemente enfermo. “Lo primero que tenía que hacer era informar a la Casa de Franco, al jefe del Gobierno y al Rey”, detalla Peñaranda. Éste recuerda que a ese ministro se le proporcionaba un “teléfono con pilas” para que, si ocurría lo descrito, pudiera llamar de inmediato a las autoridades y organizar el traslado a Madrid si la muerte ocurría fuera de la capital.

El plan con los detalles del futuro entierro de Franco se aceleró en el verano de 1974 después de que el jefe del Estado estuviera 22 días ingresado por una flebitis

“A medida que iba pasando el tiempo se va ampliando el número de autoridades que van recibiendo los papeles de ese plan súpersecreto del que no se podía hablar ni siquiera dentro del SECED. Al principio era el jefe del Alto Estado Mayor, el presidente del Gobierno, el Príncipe y punto. Pero a medida que hay que ir organizando los desfiles, los honores militares…. la información trasciende a otros ministros”, precisa.

Al plan cada vez más afinado en el que equipo dirigido por el comandante Juan María de Peñaranda trabajaba desde hacía 20 meses hubo de incorporársele un anexo en octubre de 1975, semanas antes de que acaeciera la muerte. El motivo fue que la Jefatura Superior de Policía de Madrid había descubierto la existencia de un comando de ETA en el Hotel Plaza -ubicado en la Plaza de España de Madrid- y que en el registro de la habitación de Isidro Garalde Mamarru se había localizado un fusil con mira telescópica. Ello llevó a pensar a los investigadores que el terrorista estaba “dispuesto a pegarle un tiro al Príncipe el día que se entierre Franco”, recuerda Peñaranda.

Bajo el nombre de ‘Variante en caso de lluvia’, nombre camuflado que se utilizó en el plan para no desvelar el motivo real de los cambios introducidos a última hora, se decidió colocar mástiles con banderolas de gran tamaño en las calles Bailén y Ferraz -recorrido que cubriría el cortejo fúnebre desde el Palacio de Oriente en su salida de la ciudad hacia el Valle de Cuelgamuros- para que un eventual francotirador no tuviera opciones de hacer blanco. “También se tomó como decisión que el Rey no fuera a pie sino en coche cubierto y además en circulación rápida por un determinado recorrido, una variación sobre el plan inicial”, apunta.

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Acta notarial del fallecimiento de Franco, acaecido el 20 de noviembre de 1975. 'OPERACIÓN LUCERO' (ESPASA)

A las 14.20 horas del 23 de noviembre de 1975, tres días después de fallecer, una losa de granito de tonelada y medio de peso cerró el sepulcro que de forma urgente se había habilitado entre el altar mayor y el coro de la basílica del Valle de los Caídos con el féretro que albergaba el cuerpo embalsamado de Francisco Franco. Entre los miles de asistentes al entierro se encontraban Juan María de Peñaranda y los tres capitanes que le ayudaron durante meses a diseñar la Operación Lucero, el plan que decidió que el cuerpo sin vida del dictador descansaría en Cuelgamuros. La incógnita que se plantea ahora es si el Ejecutivo de Pedro Sánchez podrá consumar la exhumación y traslado de los restos, como ha decidido la mayoría parlamentaria, o si Franco seguirá enterrado donde los servicios secretos plantearon año y medio antes de morir.

https://www.elindependiente.com/pol...n=not&utm_source=not_web&utm_medium=navegador
 
la republica estaba desembocando en una dictadura comunista y claro que se tergiversa la historia iorando los crímenes y atrocidades de los republicanos y no me hables de la ONU que se me calienta la boca

"la republica estaba desembocando en una dictadura" A toro pasado, PREDICES UN SUPUESTO FUTURO de una situación que sucedio cuando TU NO HABIAS NACIDO. jajajajajajajajajajaja

No viviste porque no habias nacido aun cuando había republica y afirmas que otros tergiversan la historia, cuando tu actuas de pervertidora de la historia.

Cuando alguien cita la ONU , tu afirmas que se te caliente la boca.

Decididamente lo tuyo es distorsionar, embarullar, confundir y enredar cualquier cosa contraria a tu opinion y gusto.

En donde hay personas nada es perfecto ya que las personas somos imperfectas y cometemos errores.

Pero de cometer errores a soltar las perlas que escribes tu hay un abismo.
 
Solamente un inciso: la ideologia de Franco era ultraconservadora católica, la de las derechas de toda la vida, descendiente de los Reyes Católicos y de Santiago Matamoros, sus terratenientes, nobles y curas.

La ideologia fascista, antes de que Franco la adulterara para someter al movimiento fascista, era una especie de movimiento de masas, un socialismo de derechas, movimiento social controlado por su Lider. De hecho, Mussolini antes de fascista fué socialista. He aqui como lo definia el calvo:

El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo.

Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.


El fascismo podía llegar a ser ateo, como el nazismo de Hitler - que hizo sudar tinta a las religiones en Alemania - o el propio Mussolini, quien haria el Concordato de 1929 con el Vaticano para que las masas católicas italianas aceptasen su dictadura.

En España, Jose Antonio Primo de Rivera respetaba a la Iglesia Católica, pero la política fascista no le daba poder a los curas para influir en el Estado, era una especie de Albert Rivera, que iba de "modernizador" del Estado, apoyando el Estado en las masas sometidas y no en la Iglesia, el Ejército y los terratenientes, como fué el ideario de Franco. Por eso éste se quitó de encima a Jose Antonio permitiendo su fusilamiento y empezó a apartarse de la alianza fascista con Alemania e Italia cuando éstas empezaron a perder la guerra, para diferenciarse frente a los Aliados.

Todo esto lo aprendí leyendo al especialista en fascismo, Stanley Payne. Este marca el inicio del fascismo en España en la creación de las JONS - Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista - fundada por Onésimo Redondo y Ramiro de Ledesma, que después se coaligarían con la Falange de Primo de Rivera.

Como veis, hay una diferencia entre "nacional-sindicalismo" y "nacional-catolicismo".

https://libros-gratis.com/author/ebooks/stanley-g-payne/

Pero, bueno, a la larga da igual, tanto el nacional-catolicismo como el fascismo y el nazismo buscaban el sometimiento de las masas, entre ellas solo se diferenciaban en quien debia someterlas, eso es todo.

Por seguir con la cosa, Franco luego fusionó FE de las JONS --secular (ehem, para los estándares de la derecha española), republicanista y nacional-sindicalista-- y Comunión Tradicionalista --católica, monárquica y ultraconservadora-- para crear el Movimiento Nacional (nacional-católico), una adaptación del fascismo clerical que había inaugurado Mussolini años antes, solo que bastante más reaccionario.

El franquismo fue ultranacionalista, corporativista (sindicato vertical) y estatalista/dirigista, es decir, básicamente fascista, si bien a partir de los años cincuenta evolucionó hacia el liberalismo económico de la mano de los usanos, abandonando la autarquía pero manteniéndose conservador en lo social hasta el final. La progresión natural del franquismo fue el PP de Aznar (la versión hepañola de la Thatcher). En cuanto a Falange española, el equivalente hoy sería VOX, con Santi Abascal en el papel de Primo de Rivera lol. A Albert Rivera lo veo más en la línea Lerroux, el emperador del Paralelo jajaja.

los revisionistas del franquismo tienden a resaltar los aspectos más amables del fascismo desechando su vertiente violenta, irracional y excluyente, y a presentar el nacional-catolicismo como un mal menor cuando dicho ideario propició un régimen brutal, retrógrado y represivo. Buscan desbancar las verdades asumidas pero no ofrecen un relato alternativo de por qué el gobierno republicano se encontró con una revolución popular en ciernes. No he leído el libro en cuestión asi que no puedo opinar , pero sospecho que se trata de un relato hecho desde la perspectiva de la llamada derecha alternativa. Desconozco los méritos académicos de Payne, únicamente que es usano y fue profesor de la universidad franquista Rey Juan Carlos :dead:. Pero gracias por traerlo.

la "gloriosa cruzada" les vino estupendamente a los usanos, que nos metieron cuatro bases militares gratis total y se garantizaron un mercado de 40 millones de consumidores, pero para los españoles el franquismo supone uno de los periodos más negros de nuestra historia. Los efectos perniciosos de aquella sublevación aun perviven hoy: así, a grandes rasgos (que enseguida sale alguien con el tema donación de órganos) estamos a la cola de Europa en todo lo bueno y a la cabeza en todo lo malo. De haber prevalecido la República nos hubiera ido mejor, de so no me cabe duda.
 
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el facismo es un movimiento de izquierdas, revolucionario que busca que papa estado controle todo, como el comunismo, el franquismo era contrarevolucionario, y buscaba la libertad económica del individuo como por ejemplo, suprimiendo los impuestos en su totalidad
franco hizo muchos logros sociales, los pantanos, la seguridad sociales, hospitales como la Paz, una buena ley de educación, las dos pagas extraordinarias, las pensiones de viudedad, orfandad, etc
Franco desechó los aspectos más revolucionarios del fascismo y se quedó con los más reaccionarios, pero no por ello dejó de ser un facha ultranacionalista absolutista/totalitario. Estoy de acuerdo en que "revolucionario" no era. Siendo militar de profesión, difícil. En todo caso no le daba el intelecto, ni el carácter.

Y en la España franquista había libertad económica, claro que sí, libertad que podía ser mayor o menor dependiendo de la coyuntura nacional e internacional del momento, como la había igualmente en la Italia fascista y en la Alemania nazi, donde los medios de producción no estaban colectivizados como en el sistema comunista y había margen para la iniciativa privada.

Lo que NO había es libertad política. Fascismo = partido UNICO ¿recuerdas? Obra publica, industrialización y políticas sociales también hicieron Hitler y Mussolini. ¿¿Y??

Y eso de que en el franquismo no había impuestos ¿de qué panfleto lo has sacado?? Durante el franquismo claro que había impuestos, directos e indirectos, solo que los equivalentes al IRPF y sociedades (no recuerdo ahora el nombre) eran ridículamente bajos --populismo puro y duro-- lo que nos dejó un 40% de inflación a la muerte del dictador.
 
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