Desde mi dominguera mañana caraqueña, estoy conmocionada: por primera vez en años, leo en medios españoles algo que no tenga que ver con la oprobiosa tiranía en Venezuela.
Más, si consideramos que el gobierno español de primero, tan vulgar e irrespetuosamente ocupado de la política en Venezuela, avaló públicamente un fulano plebiscito ciudadano convocado unilateralmente por la coalición antichavista, para salir del régimen. Y eso fue este 16 de julio. Un plebiscito, figura que ni siquiera está prevista en la Constitución venezolana, que no fue convocado, ni organizado, ni supervisado (está documentado el caso de un muchacho que se grabó "votando" 10 veces) por el Poder Electoral; el único facultado legalmente para llamar elecciones o consultas populares. Un plebiscito inconstitucional e ilegal. Pero ni tan siquiera legítimo. Y que sin embargo pretendían a lo macho que tuviera efectos vinculantes. En cuyas preguntas, además, sólo les faltó presentar la opción de empalar a los chavistas. Y resulta que la tiranía no movió un dedo para que tal "plebiscito" se suspendiera, ni para que no se llevara a cabo el día previsto. Como en efecto se llevó a cabo. Y del que casi dijeron que votaron 20 millones de venezolanos. Y que fue un acto absolutamente "transparente". Lo cual les sirvió para seguir arengando la presión internacional contra el país. Y medio mundo dijo AMÉN y legitimó el teatro que aquí montaron. Afirmando que ese acto ciudadano ENCARNABA EL MÁS PURO ESPÍRITU DEMOCRÁTICO Y SOBERANO. Y que había que acatar la VOLUNTAD DEL PUEBLO que se había expresado limpiamente. Y que Nicolás tenía que preparar sus macundales ipso facto, entregar el coroto, darle las llaves de Miraflores y la banda presidencial a Lili Tintori. So pena de declarar, por quincuagésima quinta vez, que ahora sí, que el régimen se había descarado y ya se había terminado de implantar la dictadura en Venezuela (las anteriores veces no tanto, que la dictadura en Venezuela es acumulativa y por dosis).
Entonces veo esto, al Rajoy desplegando las fuerzas del Estado a una región de su país, para impedir a palazos "democráticos" algo que en todo caso, a efectos legales, no pasaría de ser una encuesta ciudadana, y se me cruzan los cables.
Buena suerte a España toda. Y que Cataluña decida pacífica y libremente su destino.
Más, si consideramos que el gobierno español de primero, tan vulgar e irrespetuosamente ocupado de la política en Venezuela, avaló públicamente un fulano plebiscito ciudadano convocado unilateralmente por la coalición antichavista, para salir del régimen. Y eso fue este 16 de julio. Un plebiscito, figura que ni siquiera está prevista en la Constitución venezolana, que no fue convocado, ni organizado, ni supervisado (está documentado el caso de un muchacho que se grabó "votando" 10 veces) por el Poder Electoral; el único facultado legalmente para llamar elecciones o consultas populares. Un plebiscito inconstitucional e ilegal. Pero ni tan siquiera legítimo. Y que sin embargo pretendían a lo macho que tuviera efectos vinculantes. En cuyas preguntas, además, sólo les faltó presentar la opción de empalar a los chavistas. Y resulta que la tiranía no movió un dedo para que tal "plebiscito" se suspendiera, ni para que no se llevara a cabo el día previsto. Como en efecto se llevó a cabo. Y del que casi dijeron que votaron 20 millones de venezolanos. Y que fue un acto absolutamente "transparente". Lo cual les sirvió para seguir arengando la presión internacional contra el país. Y medio mundo dijo AMÉN y legitimó el teatro que aquí montaron. Afirmando que ese acto ciudadano ENCARNABA EL MÁS PURO ESPÍRITU DEMOCRÁTICO Y SOBERANO. Y que había que acatar la VOLUNTAD DEL PUEBLO que se había expresado limpiamente. Y que Nicolás tenía que preparar sus macundales ipso facto, entregar el coroto, darle las llaves de Miraflores y la banda presidencial a Lili Tintori. So pena de declarar, por quincuagésima quinta vez, que ahora sí, que el régimen se había descarado y ya se había terminado de implantar la dictadura en Venezuela (las anteriores veces no tanto, que la dictadura en Venezuela es acumulativa y por dosis).
Entonces veo esto, al Rajoy desplegando las fuerzas del Estado a una región de su país, para impedir a palazos "democráticos" algo que en todo caso, a efectos legales, no pasaría de ser una encuesta ciudadana, y se me cruzan los cables.
Buena suerte a España toda. Y que Cataluña decida pacífica y libremente su destino.