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Y ahora, tatachán: les presento a un siniestro personaje, don Pere Rosell i Vilar. Gran sabio pro indepe años ha, militante de Esquerra Republicana, Diputado por Barcelona en el Parlament de la Generalitat y compañero de correrías de Dancàs y los Badia, los siniestros fascistas del ala más radical de ERC. Don Pere es autor de libros con títulos tan meritorios y sugestivos como su "Diferencies entre catalans y castellans" de 1917 o "la Raça" de 1930. Este caballero tan sesudo desarrolló la idea de la raza catalana que ya venía refigurada por Pompeyo Gener, Bartomeu Robert, Martí i Juliá y otros charlatanes de los tiempos de la Renaixença, pero que Rosell dotó de su versión más netamente biologista y nazi.
Según Rosell, el origen de la raza catalana es puramente ario y germánico, mientras que la castellana y andaluza es de origen bereber, presemítico y semítico; lo cual, cómo no, explica el superior coeficiente de inteligencia de la raza catalana y las tradicionales características de vagancia, morosidad, falta de ingenio y abulia de los habitantes de la meseta y del valle del Guadalquivir. En estas condiciones, los matrimonios mixtos entre catalanes y las razas inferiores darían lugar a "aberraciones mentales, degradación biológica y degeneración moral". Aunque sus bestias negras favoritas eran los murcianos, como las de todo el movimiento biologista catalán de los años 30, con sus racistas particulares: Ferrán Soldevilla y C. Sentís. Sin duda ninguna, el racismo vulgar y disparatado estuvo muy en boga en Cataluña en los años 30, aunque su despreciable rastro llega a nuestros días en el famoso texto de Don Pujolone sobre los andaluces destruidos carentes de toda capacidad organizativa, etc.
Versiones más suaves del racismo, el culturalista y el etnolingüístico, están absolutamente en boga hoy en día e insertas sin problemas en el pensamiento indepe, pero no dejan de ser modalidades de racismo indiscutible, porque el racismo tiene una larga y fructífera traza en la base ideológica del actual secesionismo, incluyendo en un partido de pseudo izquierda tan relevante como ERC, que se mueve como pez en el agua entre estas majaderías y el fascismo indisimulado del Estat Catalá.
El hecho diferencial, vaya.
Según Rosell, el origen de la raza catalana es puramente ario y germánico, mientras que la castellana y andaluza es de origen bereber, presemítico y semítico; lo cual, cómo no, explica el superior coeficiente de inteligencia de la raza catalana y las tradicionales características de vagancia, morosidad, falta de ingenio y abulia de los habitantes de la meseta y del valle del Guadalquivir. En estas condiciones, los matrimonios mixtos entre catalanes y las razas inferiores darían lugar a "aberraciones mentales, degradación biológica y degeneración moral". Aunque sus bestias negras favoritas eran los murcianos, como las de todo el movimiento biologista catalán de los años 30, con sus racistas particulares: Ferrán Soldevilla y C. Sentís. Sin duda ninguna, el racismo vulgar y disparatado estuvo muy en boga en Cataluña en los años 30, aunque su despreciable rastro llega a nuestros días en el famoso texto de Don Pujolone sobre los andaluces destruidos carentes de toda capacidad organizativa, etc.
Versiones más suaves del racismo, el culturalista y el etnolingüístico, están absolutamente en boga hoy en día e insertas sin problemas en el pensamiento indepe, pero no dejan de ser modalidades de racismo indiscutible, porque el racismo tiene una larga y fructífera traza en la base ideológica del actual secesionismo, incluyendo en un partido de pseudo izquierda tan relevante como ERC, que se mueve como pez en el agua entre estas majaderías y el fascismo indisimulado del Estat Catalá.
El hecho diferencial, vaya.