Las sentencias no son ni buenas ni malas, tienen que ser justas.
No se tenía que haber llegado hasta ahí, estamos de acuerdo. Sería maravilloso un mundo donde no hiciera falta la justicia porque las personas hicieran lo correcto por sí mismas, pero a veces no sucede.
Para Ondina hay sentencias buenas y malas. Lo bueno es lo que la gusta, lo malo es lo que no y por supuesto si viene del sitio equivocado da igual siempre sera malo y si lo mismo viene del sitio correto para ella siempre sera bueno.