Haters de Sálvame...Sálvame forever. Las parrillas de Cotilleos, Telebasura y Chismes

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La madurez de Isa Pantoja

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Todos los que trabajan con Isa Pantoja siempre destacan lo mismo de ella. Su madurez. Isa ha sabido evolucionar y aprender de los mejores. Se ha entregado a la que es ahora su profesión, o parte de ella, y no duda en continuar avanzando. La hija de la tonadillera se ha ganado a pulso su puesto en televisión. Y eso que no siempre lo ha tenido fácil. Las muchas polémicas de su familia, los enfrentamientos con su hermano, también los golpes de salud que han sufrido los Pantoja, a todo ha respondido y de todo se ha pronunciado. Y siempre con una tranquilidad que es de aplaudir.
 
Por fin la boda de Isa y JJV, qué buena pareja!!!! En esta foto posan con una pareja amiga, un tal Asraf y su novia Anabelita.
Se han coronado con la foto 🤪🤪🤪😝😝😝

Madre que foto!!! Botija con un ojo pipa, isapi sin cuello....

Por qué a mí se me ha hecho tan larga está boda??? Parece que han estado que se iban a casar desde hace 7 años o así....a ver lo que duran pq el no me mola nada y me acuerdo en un programa que estuvieron no la trataba muy bien.
 

Ha sido una boda con mucha verdad, sin pose. He llorado mucho.

Jorge Javier Vazquez - Avatar

Jorge Javier Vázquez.

¿Desde cuándo no me gustan las bodas? No me acuerdo. Aunque lo cierto es que tampoco tengo muy claro que no me gusten porque luego voy y me lo paso bien. Creo que la cosa va por otro lado: no me gusta asistir a cualquier acontecimiento público que tenga que ver con una celebración porque tengo que estar conteniéndome. Lo que me sale es bailar más que nadie, cantar más fuerte que cualquiera, no bajarme de una mesa y bebérmelo todo. En definitiva: dar la nota.

Y como tengo un sentido del ridículo muy acentuado al día siguiente vienen los complejos de culpa y las lamentaciones. Los que son como yo me entenderán. Es una condena con la que tienes que aprender a convivir. No queda otra. Intento contarlo con humor pero no tiene ninguna gracia.

Al ser el padrino, tuve la oportunidad de pasar un par de horas con la novia antes de que se iniciara la ceremonia. ¡Qué nerviosa estaba! No podía ni hablar. Sobre todo momentos antes de encontrarse con Asraf. Yo le decía: “Isa, son nervios buenos, disfrútalos”. Y ella asentía, me decía que sí como para hacerme ver que me iba a hacer caso, pero no tengo yo muy claro que mis palabras lograran calmarla. “Además –proseguía yo–, menos mal que estás nerviosa. Imagínate que el día de tu boda no sientes nada, pues menudo rollo”. Y ella a todo que sí, que sí, pero que los nervios no se los quitaba nadie.

Lloré mucho durante el enlace. Y mira que no pensaba yo que iba a hacerlo, pero es que todo lo que sucedió la tarde del viernes rezumaba verdad. Brilló por su ausencia el postureo, la pose, el bienquedismo. Salió a hablar Anabel Pantoja y ya se me puso un nudo en la garganta cuando hizo referencia al momento en el que conoció a Isa. Porque también recordé en el que Isa apareció en nuestras vidas y me emocioné. La hemos visto crecer: cantando en un escenario con su madre, siendo una mocosa; paseando junto a ella de adolescente, timidísima; disfrutando de las ferias con pasión. Incluso hemos sufrido cuando la hemos visto un poco perdida. Aunque ahora, con perspectiva, la época loca de Isa P. podría publicarse, con alguna que otra salvedad, en una hoja parroquial. Tampoco ha sido para tanto.

Pero era una mujer joven y encima hija de una las mujeres más conocidas de nuestro país. Un cóctel explosivo que empujaba a adjudicarle gruesos adjetivos machistas e hirientes. Ahora Isa está en otra. Es una mujer con un discurso emocional impecable forjado tras muchos años de hacer frente a situaciones muy complicadas. No se trata de buscar culpables. La vida no es lo que nos pasa sino cómo nos enfrentamos a lo que nos pasa. Y visto lo visto, Isa no lo está haciendo nada mal. Es más, yo diría que lo suyo es un ejemplo de cordura y templanza. Podría haber escogido el camino del escándalo e inflarse a protagonizar exclusivas poniendo de hoja de perejil a la plana mayor de la estirpe de los Pantoja. No lo ha hecho porque sabe que, protegiendo a su familia, se protege también a sí misma. Porque la vida también va de esto: de sufrir lo menos posible.

Lloré con Anabel pero también lloré con los hermanos de Asraf, que hablaron con una sinceridad absolutamente conmovedora. Estaban tan nerviosos que no podían controlar el temblor de las manos y a duras penas enlazaban una frase con otra. Con decir que hasta Dulce, que no ha sido llamada por el camino de la oratoria, estuvo bien, está dicho todo.

Dijo Isa al terminar la ceremonia que todos los que estábamos allí ocupábamos un lugar en su corazón. Hablo por mí: también Isa ocupa un lugar en el mío. Le tenía cariño antes de conocerla y ahora que la conozco un poco más deseo que sea muy feliz con Asraf y su hijo. Está rodeada de gente que la quiere y que se preocupa por ella. Lo noté el día de la boda. Isa es una mujer muy afortunada. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Durante el cóctel estuve de cháchara con Carmen Borrego y Lydia Lozano. Qué alegría me da ver a mi gente. Han sido tantos años juntos. Es como reencontrarse con esa familia a la que no ves muy a menudo pero que sabes que puedes tirar de ella en cualquier momento porque no te van a defraudar. Las vi muy bien. Divertidas. En plena forma en cuanto a lo de lanzamientos de pullas se refiere. También es verdad que han sido muchos años de entrenamiento. Me tomo un refresco de cola con ellas. Luego yo me zampo tres vasitos de salmorejo, dos croquetas, un burrito.

Empieza a caer la noche y veo a la gente atizarse copas de vino tinto. Qué chicos más guapos. Hay uno con barba que está especialmente bien. Y otro sin ella con unos ojos preciosos. Carmen me anima a cambiar el vuelo y quedarme. Me lo pienso. No. Mejor me voy. Me conozco y a saber cómo me despierto mañana. A las once de la noche entro en mi casa y está P. esperándome. Cuando estuve con él jamás se nos pasó por la cabeza la idea de casarnos porque ninguno era partidario. Pero después de lo que he visto hoy, pues yo qué sé. A lo mejor, quién sabe, si apareciera alguno que me lo pidiera. Aunque no sé yo, porque me pasaría toda la ceremonia llorando como una magdalena. Igual le doy una vuelta a la idea. Ahora que lo pienso, tampoco estaría de más que para casarme apareciera un pretendiente.

 
Flipando con las fuentes tan fiables de esta prima, que anticipó la noticia en ¡¡ agosto de 2022 !!

Shocked Alicia Keys GIF by The Voice




Y cuando está mujer a escrito el libro?? Si no le ha dado tiempo. Vamos, otro negro que lo escribe y ella se lleva el money.

No lo hace mal, pero está colocada ahí por quién es su padre. Alucine que tenga 45 años pq no sé si es ese peinado, pero siempre ha parecido mayor.
 

Ha sido una boda con mucha verdad, sin pose. He llorado mucho.

Jorge Javier Vazquez - Avatar

Jorge Javier Vázquez.

¿Desde cuándo no me gustan las bodas? No me acuerdo. Aunque lo cierto es que tampoco tengo muy claro que no me gusten porque luego voy y me lo paso bien. Creo que la cosa va por otro lado: no me gusta asistir a cualquier acontecimiento público que tenga que ver con una celebración porque tengo que estar conteniéndome. Lo que me sale es bailar más que nadie, cantar más fuerte que cualquiera, no bajarme de una mesa y bebérmelo todo. En definitiva: dar la nota.

Y como tengo un sentido del ridículo muy acentuado al día siguiente vienen los complejos de culpa y las lamentaciones. Los que son como yo me entenderán. Es una condena con la que tienes que aprender a convivir. No queda otra. Intento contarlo con humor pero no tiene ninguna gracia.

Al ser el padrino, tuve la oportunidad de pasar un par de horas con la novia antes de que se iniciara la ceremonia. ¡Qué nerviosa estaba! No podía ni hablar. Sobre todo momentos antes de encontrarse con Asraf. Yo le decía: “Isa, son nervios buenos, disfrútalos”. Y ella asentía, me decía que sí como para hacerme ver que me iba a hacer caso, pero no tengo yo muy claro que mis palabras lograran calmarla. “Además –proseguía yo–, menos mal que estás nerviosa. Imagínate que el día de tu boda no sientes nada, pues menudo rollo”. Y ella a todo que sí, que sí, pero que los nervios no se los quitaba nadie.

Lloré mucho durante el enlace. Y mira que no pensaba yo que iba a hacerlo, pero es que todo lo que sucedió la tarde del viernes rezumaba verdad. Brilló por su ausencia el postureo, la pose, el bienquedismo. Salió a hablar Anabel Pantoja y ya se me puso un nudo en la garganta cuando hizo referencia al momento en el que conoció a Isa. Porque también recordé en el que Isa apareció en nuestras vidas y me emocioné. La hemos visto crecer: cantando en un escenario con su madre, siendo una mocosa; paseando junto a ella de adolescente, timidísima; disfrutando de las ferias con pasión. Incluso hemos sufrido cuando la hemos visto un poco perdida. Aunque ahora, con perspectiva, la época loca de Isa P. podría publicarse, con alguna que otra salvedad, en una hoja parroquial. Tampoco ha sido para tanto.

Pero era una mujer joven y encima hija de una las mujeres más conocidas de nuestro país. Un cóctel explosivo que empujaba a adjudicarle gruesos adjetivos machistas e hirientes. Ahora Isa está en otra. Es una mujer con un discurso emocional impecable forjado tras muchos años de hacer frente a situaciones muy complicadas. No se trata de buscar culpables. La vida no es lo que nos pasa sino cómo nos enfrentamos a lo que nos pasa. Y visto lo visto, Isa no lo está haciendo nada mal. Es más, yo diría que lo suyo es un ejemplo de cordura y templanza. Podría haber escogido el camino del escándalo e inflarse a protagonizar exclusivas poniendo de hoja de perejil a la plana mayor de la estirpe de los Pantoja. No lo ha hecho porque sabe que, protegiendo a su familia, se protege también a sí misma. Porque la vida también va de esto: de sufrir lo menos posible.

Lloré con Anabel pero también lloré con los hermanos de Asraf, que hablaron con una sinceridad absolutamente conmovedora. Estaban tan nerviosos que no podían controlar el temblor de las manos y a duras penas enlazaban una frase con otra. Con decir que hasta Dulce, que no ha sido llamada por el camino de la oratoria, estuvo bien, está dicho todo.

Dijo Isa al terminar la ceremonia que todos los que estábamos allí ocupábamos un lugar en su corazón. Hablo por mí: también Isa ocupa un lugar en el mío. Le tenía cariño antes de conocerla y ahora que la conozco un poco más deseo que sea muy feliz con Asraf y su hijo. Está rodeada de gente que la quiere y que se preocupa por ella. Lo noté el día de la boda. Isa es una mujer muy afortunada. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Durante el cóctel estuve de cháchara con Carmen Borrego y Lydia Lozano. Qué alegría me da ver a mi gente. Han sido tantos años juntos. Es como reencontrarse con esa familia a la que no ves muy a menudo pero que sabes que puedes tirar de ella en cualquier momento porque no te van a defraudar. Las vi muy bien. Divertidas. En plena forma en cuanto a lo de lanzamientos de pullas se refiere. También es verdad que han sido muchos años de entrenamiento. Me tomo un refresco de cola con ellas. Luego yo me zampo tres vasitos de salmorejo, dos croquetas, un burrito.

Empieza a caer la noche y veo a la gente atizarse copas de vino tinto. Qué chicos más guapos. Hay uno con barba que está especialmente bien. Y otro sin ella con unos ojos preciosos. Carmen me anima a cambiar el vuelo y quedarme. Me lo pienso. No. Mejor me voy. Me conozco y a saber cómo me despierto mañana. A las once de la noche entro en mi casa y está P. esperándome. Cuando estuve con él jamás se nos pasó por la cabeza la idea de casarnos porque ninguno era partidario. Pero después de lo que he visto hoy, pues yo qué sé. A lo mejor, quién sabe, si apareciera alguno que me lo pidiera. Aunque no sé yo, porque me pasaría toda la ceremonia llorando como una magdalena. Igual le doy una vuelta a la idea. Ahora que lo pienso, tampoco estaría de más que para casarme apareciera un pretendiente.


Paco sigue viviendo con mermelada? Pero por lo que ha escrito que espera un pretendiente es que no están juntos, no??
 
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