Con la reina Sofía sentí lo mismo que cuando vas a ver a una de las grandes figuras del teatro, salen al escenario y lo llenan.
No sabía que iba a estar en ese lugar y primero me llamó la atención la elegancia de la señora y después me di cuenta que era la reina.
Es un pisar fuerte y seguro envuelto en maneras suaves, de seda.
Con Letizia me pasó como con las figurantes, las acabas viendo si las buscas con atención, pero resultan anodinas, intercambiables.
No sabía que iba a estar en ese lugar y primero me llamó la atención la elegancia de la señora y después me di cuenta que era la reina.
Es un pisar fuerte y seguro envuelto en maneras suaves, de seda.
Con Letizia me pasó como con las figurantes, las acabas viendo si las buscas con atención, pero resultan anodinas, intercambiables.