Ha muerto Chicho Ibáñez Serrador

Buah, no sabía que ya era tan mayor ni que estaba tan malito :( Es curioso como los "personajes" de nuestra infancia los asociamos siempre a la imagen que tenemos de ellos cuando les conocimos siendo niños. Luego pasan los años, les vuelves a ver y te impresiona ver cómo el tiempo pasa para todos...
He de reconocer que me entristece mucho que desaparezcan los famosos de mi infancia. Como señalaba otra coti, cuántos recuerdos de viernes por la noche esperando el "Un, dos, tres" rodeada de la familia. Lo veían hasta mis abuelos! los bailes de las azafatas, la Boti-bota, Ruperta... Me emociono por tantos recuerdos... mucho...

DEP
 
NARCISO IBÁÑEZ SERRADOR
Muere Chicho Ibáñez Serrador, un genio de la televisión en España, a los 83 años
Su legado abarca clásicos de la televisión como 'Un, dos, tres' o 'Historias para no dormir' o la película '¿Quién puede matar a un niño?'



TOM C. AVENDAÑO
Madrid 7 JUN 2019




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Narciso Ibáñez-Serrador, realizador televisivo, entrevistado en su despacho en el año 2000. En vídeo, resumen de su trayectoria. FOTO: LUIS MAGÁN | VÍDEO: EP




Narciso Ibáñez Serrador, más conocido como Chicho —como le llamaban tanto sus amigos como los millones de espectadores que entre los años sesenta y ochenta seguían sus programas de televisión—, ha muerto este viernes en Madrid a los 83 años. Su delicado estado de salud en los últimos meses no le impidió ver cómo su legado, que abarca clásicos de la televisión como Un, dos, tres e Historias para no dormir o la película ¿Quién puede matar a un niño?, se convertía en fuente de inspiración para generaciones de cineastas españoles, desde Álex de la Iglesia a Alejandro Amenábar o J. A. Bayona. La forma de contar de este uruguayo, hijo de una actriz y un director teatral, que se mudó a España con 12 años, lo convirtió en algo más que uno de los nombres clave de la televisión española, como se le consideró durante años. Lo convirtió en uno de nuestros grandes narradores de la imagen.


Nacido en Montevideo en 1935, fue un niño lector. Tenía púrpura hemorrágica, lo que le obligaba a estar aislado y comenzó su afición por la lectura. Compensó sus carencias desde niño con sentido del humor. Con ocho años puso voz al conejo Tambor, el personaje de Bambi. Empezó a escribir teatro en España y a hacer televisión en Argentina, adonde se trasladó en los años cincuenta. En su primera serie, Obras maestras del terror, adaptó clásicos como Robert L. Stevenson o Edgar Allan Poe (“Poe es mi Dios”, diría más tarde).

En 1963 empezó a trabajar en Televisión Española, como adaptador de piezas clásicas para Estudio 3. Poco después, pulió su formato argentino y lo convirtió en su primer gran éxito español, Historias para no dormir. Aquella antología de tres temporadas de relatos de terror, que él mismo presentaba al estilo de Alfred Hitchcock, recibió galardones internacionales (los primeros para Televisión Española) y cimentó su fama como ambicioso visionario de lo que entonces se llamaba caja tonta.

En 1972, y ya con el premio Ondas a mejor autor, y La residencia, la primera de sus dos películas, ya estrenada, cambió de registro y creó Un, dos, tres,que acabaría siendo un concurso legendario de la televisión española y el primer gran éxito que otros países compraron. Con esa mezcla de pruebas de cultura, habilidad física y suerte, Serrador demostró su versatilidad y capacidad para elevar lo que era entonces un género menor de la televisión y su olfato para detectar talentos. De aquel formato salieron figuras como Victoria Abril, Lydia Bosch, Bigote Arrocet, Miriam Díaz-Aroca o Beatriz Carvajal.

Para explicar la huella de Ibáñez Serrador y la importancia que tuvo en su época, basta señalar el hecho de que las parejas de concursantes tuviesen un vínculo entre ellas previo al programa y las minifaldas de las presentadoras, que no tenían entonces el significado que tienen hoy, sino que eran un gesto contra la censura de la época. En 1974, Ibáñez Serrador fue nombrado director de Programas de RTVE: eliminó la figura del censor y dimitió a las pocas semanas. En 1984, el programa tenía 20 millones de espectadores, o sea, la mitad del país.

Ibáñez Serrador no dejó de trabajar. Estrenó su película más conocida, ¿Quién puede matar a un niño?, en 1976. Y en 1989, cuando las cadenas privadas nacían y empezaban a hacer sombra a la hegemonía televisiva de TVE, creó y dirigió Waku waku, otro concurso esta vez centrado en el mundo animal. En 1990 también dirigió el espacio Hablemos de s*x*, presentado por Elena Ochoa, otro hallazgo para su cantera.

En 1994 dirigió El semáforo, un programa donde participaban artistas desconocidos: duró hasta 1997. No volvió a ponerse al frente de un nuevo programa.

Sí volvió a la televisión de vez en cuando: en 2004 dio forma a Un, dos, tres… a leer otra vez para Televisión Española o a supervisar para Telecinco una serie de películas titulada Películas para no dormir (que la cadena no llegó a emitir). Con un perfil cada vez más bajo, en 2010 ganó el Premio Nacional de Televisión por toda su trayectoria. En febrero de 2019, cuando llevaba años en silla de ruedas y con cuidados las 24 horas, recibió el Goya de Honor. Entonces dio sus últimas entrevistas. En una de ellas recordaba los consejos de su madre, cuando él era joven y le anunció que quería irse del hogar familiar, por primera vez, para vivir en Egipto (cosa que hizo durante seis meses). Ella contestó: "Muy bien, pero ten cuidado al cruzar la calle".


https://elpais.com/cultura/2019/06/07/television/1559923396_179799.html



 
Sí, descanse en paz. En mi infancia, parecía ser el mago supremo de la TV, como de otro mundo.

Hay un documental sobre Chicho,creo que en el programa "Imprescindibles", donde hablan quienes trabajaron con él, que se sentían privilegiados pero, al mismo tiempo, aún temblaban por las broncas que les metía, incluso a veces con humillaciones personales dolorosas. Mayra Gomez Kemp se queja de que cuando resucitó el programa sin ella no la llamó para decirle que no contaba con ella, se tuvo que enterar por los amigos que habría otros presentadores.

Yo jamás ví "Historias para no dormir",ya dormía en mi cama.

Ahora veo el "Un,dos,tres" y lo veo muy naif, en una España muy "inocente" y algo pueblerina que se reía sin parar con los sonsonetes repetitivos de los humoristas, o que se moría por el coche o el apartamento en Benidorn. Era el despertar del consumismo entre los españoles. Los concursantes siempre tenían que ser parejas mixtas, fuesen matrimonio, novios,amigos, hermanos,primos, daba igual, supongo que para evitar sustos de invitar sin querer a una pareja de gais o lesbianas, que, aunque aún vivían escondidos, siempre han existido y podían hacer una gracia o insinuación ya en plena grabación, aunque Chicho seguro que hubiese preferido echarlos y rodar de nuevo con una pareja mixta.. Hoy día tendrían que invitarles a participar, claro.

Aún recuerdo a esos concursantes que tenían delante los tres últimos regalos sabiendo que no había salido la calabaza, que ya había salido el apartamento, el viaje, y faltando el coche, rechazaban la pasta gansa que les ofrecía Mayra, decían aquello de "hemos venido a jugar, ¡no queremos el dinero, nos quedamos con el chupete" y Mayra abría el chupete ¡y era la Ruperta, sacando después el coche en otra tarjetita. Se quedaban con cara de idiotas simulando que no pasa nada...

Fué el antecesor del delirio del consumismo "El Precio Justo".
 
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