Gaza e Israel entran en guerra tras un ataque sin precedentes desde la Franja


Jueces corruptos, corte penal internacional corrupta... organizaciones internacionales?.... corruptas también. Todo el mundo mundial es corrupto menos Netanyahu 🤭 🤭 🤭

 

Y antisemita

Todo el mundo mundial es antisemita además de corrupto.
 
No...si oír se oyen tantas cosas!!!, de todas formas en organizaciones en las que trabajan miles y miles de personas.... pues que se cuelen descerebrados tampoco es extraño.
No es extraño que se cuelen descerebrados, pero los no descerebrados en una organización para ayudar y llevar paz tenían que haberlos denunciado y despedirlos

La ONU, en Palestina​

Se calcula que 1,5 millones de palestinos del total de 2 millones que viven en Gaza dependen de la ayuda de UNRWA –desde la asistencia médica hasta la educación-. Se calcula que la agencia tiene unos 13.000 empleados en Gaza y gestiona 58 campos de refugiados, no sólo en Palestina también en otros países como el Líbano.

Su papel en Gaza y Oriente Próximo se ha visto muy cuestionado en la última década. Israel siempre ha denunciado que es uno de principales problemas de este conflicto perenne. Tel Aviv ha denunciado –en muchas ocasiones con pruebas- que la organización terrorista Hamás ha utilizado material humanitario de la UNRWA en la fabricación de armamento con el que ataca regularmente a Israel. Y sostiene que Hamás mantiene secuestrada la ayuda de las Naciones Unidas para someter a la población de los territorios y la libera cuando le conviene.

La ONU, en Palestina​


Uno de los casos más graves, que hizo tambalearse la propia existencia de la UNRWA, fue el informe Takkenberg. Este documento, que salió a la luz en 2018, fue coordinado por el holandés Lex Takkenberg, que era responsable del comité de ética de esta agencia.

Las conclusiones del informe Takkenberg fueron demoledoras y se construyeron con el testimonio de decenas de denunciantes anónimos, entre ellos la mayoría de sus directores, que estaban alarmados por lo que veían. El documento era una denuncia de la corrupción sistemática y generalizada liderada por la propia cúpula de la UNRWA, que había derivado además en una situación de miedo a las represalias, intimidación y amenazas al personal. El nepotismo, el desvío de fondos y otras prácticas acabaron, como casi todo en la ONU, en nada.



En 2004 varios medios de comunicación revelaron escándalos de explotación sexual y otras formas de abusos cometidos por integrantes de la misión de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en el Congo. Pero la situación no era nueva. La ONU ha recibido documentación sobre violaciones de derechos humanos (explotación y abuso sexual) cometidas por integrantes de estas misiones en Angola, Bosnia-Herzegovina, Burundi, Camboya, Congo, Costa de Marfil, Haití, Guinea, Timor Este, Kosovo, Liberia, Mozambique, Sierra Leona y Somalia. El argumento de que los comportamientos individuales no pueden ser controlados ya no es válido y desde Naciones Unidas se intenta hacer frente al problema. Pero, ¿Qué distancia hay de las palabras a los hechos?

 
No es extraño que se cuelen descerebrados, pero los no descerebrados en una organización para ayudar y llevar paz tenían que haberlos denunciado y despedirlos

La ONU, en Palestina​

Se calcula que 1,5 millones de palestinos del total de 2 millones que viven en Gaza dependen de la ayuda de UNRWA –desde la asistencia médica hasta la educación-. Se calcula que la agencia tiene unos 13.000 empleados en Gaza y gestiona 58 campos de refugiados, no sólo en Palestina también en otros países como el Líbano.

Su papel en Gaza y Oriente Próximo se ha visto muy cuestionado en la última década. Israel siempre ha denunciado que es uno de principales problemas de este conflicto perenne. Tel Aviv ha denunciado –en muchas ocasiones con pruebas- que la organización terrorista Hamás ha utilizado material humanitario de la UNRWA en la fabricación de armamento con el que ataca regularmente a Israel. Y sostiene que Hamás mantiene secuestrada la ayuda de las Naciones Unidas para someter a la población de los territorios y la libera cuando le conviene.

La ONU, en Palestina​


Uno de los casos más graves, que hizo tambalearse la propia existencia de la UNRWA, fue el informe Takkenberg. Este documento, que salió a la luz en 2018, fue coordinado por el holandés Lex Takkenberg, que era responsable del comité de ética de esta agencia.

Las conclusiones del informe Takkenberg fueron demoledoras y se construyeron con el testimonio de decenas de denunciantes anónimos, entre ellos la mayoría de sus directores, que estaban alarmados por lo que veían. El documento era una denuncia de la corrupción sistemática y generalizada liderada por la propia cúpula de la UNRWA, que había derivado además en una situación de miedo a las represalias, intimidación y amenazas al personal. El nepotismo, el desvío de fondos y otras prácticas acabaron, como casi todo en la ONU, en nada.



En 2004 varios medios de comunicación revelaron escándalos de explotación sexual y otras formas de abusos cometidos por integrantes de la misión de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en el Congo. Pero la situación no era nueva. La ONU ha recibido documentación sobre violaciones de derechos humanos (explotación y abuso sexual) cometidas por integrantes de estas misiones en Angola, Bosnia-Herzegovina, Burundi, Camboya, Congo, Costa de Marfil, Haití, Guinea, Timor Este, Kosovo, Liberia, Mozambique, Sierra Leona y Somalia. El argumento de que los comportamientos individuales no pueden ser controlados ya no es válido y desde Naciones Unidas se intenta hacer frente al problema. Pero, ¿Qué distancia hay de las palabras a los hechos?


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