Vengo a contaros que esta noche he soñado con Fátima.
Que estaba yo en casa de mis abuelos y ella aparecía por allí. Tenía desperdigados por el suelo un montón de labiales que le habían regalado. Unos partidos, otros sin tapa... Y yo intentaba decirle que era una desagradecida, que aunque a ella eso no le hubiese costado un duro, no valoraba nada lo que le regalaban. Pero no me dejaba acabar las frases, venga a interrumpirme toda prepotente. La única que me daba la razón era su hermana (la que vive en Madrid), que también estaba allí.
Y cuando ya salían por la puerta y se marchaban, yo pensaba “esto se lo tengo que contar a las primas, pero antes me tengo que hacer otra cuenta en el foro para que Fati, que lo lee todo, no sepa que Vegar soy yo”.
Ay, madre... cómo están las cabezas. De aquí al psiquiatra!
Que estaba yo en casa de mis abuelos y ella aparecía por allí. Tenía desperdigados por el suelo un montón de labiales que le habían regalado. Unos partidos, otros sin tapa... Y yo intentaba decirle que era una desagradecida, que aunque a ella eso no le hubiese costado un duro, no valoraba nada lo que le regalaban. Pero no me dejaba acabar las frases, venga a interrumpirme toda prepotente. La única que me daba la razón era su hermana (la que vive en Madrid), que también estaba allí.
Y cuando ya salían por la puerta y se marchaban, yo pensaba “esto se lo tengo que contar a las primas, pero antes me tengo que hacer otra cuenta en el foro para que Fati, que lo lee todo, no sepa que Vegar soy yo”.
Ay, madre... cómo están las cabezas. De aquí al psiquiatra!