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Totalmente de acuerdo contigo. Amén.Pues yo, te quiero mucho prima, y me alegra poder debatir este tema con serenidad y educación. Mira, yo antes podría llegar a pensar como tú, pero desde que he "abierto los ojos" al feminismo, me chirrían muchas, muuuuchas cosas.
Una de ellas es ver lo arraigado que está el tema de asociar belleza-estar-guapa con sentirse bien. ¿Por qué es algo que suele ser un sentimiento casi exclusivo de la mujer (algún hombre habrá, digo yo, que le pase)? ¿Por qué nosotras tenemos que usar cientos de miles de millones de productos cosméticos? Para ojeras, para cejas, para labios, para papada, para escote, para el pecho, para no tener arrugas, para tener pelo bonito, para tapar imeprfecciones/manchas de la piel, etc. En el mercado hay productos para cada parte del cuerpo de una MUJER. Y el hombre? Bueno, vale, ahora hay alguna que otra línea de cuidado facial para hombre. Pero vaya, que a los que lo usen, me imagino que les dirán, como poco "mariquita".
Para estar bien conmigo misma, claro que me gusta verme bien. Pero eso no implica pintarme como una puerta, disimular manchas o ponerme una faja para que me entre una talla menos. Me gusta verme bien, para mí, es: me gusta verme sana y feliz. Si estoy bien con mi cuerpo/alma, me veo bella. La belleza se lleva dentro, no se dibuja. Para mí, ojo.
No me gusta que me hayan hecho crecer en una sociedad donde, por ser mujer, tengo que estar guapa para agradar a los demás, y lo que es peor, agradarme a mí misma. Yo me acepto y quiero como soy.
Mi cuerpo, que llevó a mi hija dentro, cambió en nueve meses. Al dar a luz, el cambio es significativo. La tripa se queda fofa, como blandiblú. Duelen las cicatrices. Se cae el pelo. Tienes un viaje de hormonas importante. Por todo eso, yo me alegro de haber vivido ese cambio tan heavy con bastante tranquilidad. Sin importarme las ojeras porque NO dormía un carajo. Me daba igual ir con una camiseta ancha y las t*tas "alegres" de acá para allá goteando leche. Estaba en mi casa, feliz, con mi hija y mi marido. Eso es lo que necesitaba para sanarme de un parto bastante chungo. Tranquilidad, pocas visitas y tuppers con comida es lo que considero imprescindible para un buen postparto. Paz para aceptar lo que ha cambiado la vida, que es duro porque tu cuerpo tiene que volver "a su ser" y porque hay una personita que depende de ti al 100%.
Que nos dejen vivir felices y menos exigirnos estar bien. Y si nos apetece llorar, se llora. Si un día no quieres ni peinarte, pues no pasa nada. Tantas exigencias para qué? A quiénes queremos agradar? A nosotras mismas o a los que nos rodean?
No nos damos cuenta de lo mucho que nos exigen por ser mujeres (me refiero en el ámbito del físico, la belleza, la feminidad mal entendida...).
Una recomendación para todAs (también para Velcro si me está leyendo) es este libro: “El mito de la belleza” de Naomi Wolf.