Fallece la Infanta Pilar a los 83 años en Madrid. Funerales en el Real Monasterio de El Escorial y en la Catedral de La Almudena

Varias inconsistencias dice Peñafiel.
Cuando nació la infanta habiañ pasado 12 días no 22 del inicio de la guerra.
Don Juan Carlos no nació un 8 de enero como apunta Peñafiel sino un 5 de enero.

Apenas voy en el primer párrafo.
















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El 30 de julio de 1936, 22 días después del comienzo de la Guerra Civil en España, nacía en la localidad francesa de Cannes –una de las etapas del exilio de Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona– Pilar, la hija primogénita, que, ¡oh casualidad!, ha fallecido a los 83 años el mismo día que su hermano Juan Carlos cumplía 82. La muerte se produjo en la Cínica Ruber Internacional de Madrid, tras un año de lucha contra un cáncer de colon.
Doña Pilar, al igual que su hermana Margarita, pertenecían a una de las familias mas importantes y antiguas de Europa, pero nunca fueron objeto de la curiosidad morbosa de las revistas llamadas del corazón. Pocas veces o ninguna figuró el nombre de Pilar entre esa pléyade de princesas cuyos nombres se barajaban continuamente, emparentándolas con príncipes azules en edad de buscar novia.
La vida de la infanta Pilar no solo era sencilla sino modesta, transcurriendo en el exilio familiar, lejos de España, que poco interés manifestaba por esta infanta nieta de reyes. Por ello, no es extraño que su vida sentimental se desarrollara de una forma sencilla, tan sencilla como había sido su vida.
LA BODA
Tenía 21 años cuando visitó por primera vez España para asistir al entierro de su abuela materna, doña Luisa de Orleans. Diplomada como enfermera, tuvo una actuación ejemplar y casi heroica en el derrumbe de un techo en la estación de Cais Do Sodre, en Lisboa, que produjo el dramático balance de 50 muertos. Fue entonces condecorada por el Gobierno portugués.
Su noviazgo con Luis Gómez Acebo, hijo de un famoso financiero del Banco Español de Crédito, se desarrolló, repito, de forma tan discreta como discreta había sido su juventud. Aunque a Don Juan le habría gustado que su hija se casara, no ya con un miembro de la realeza europea sino con un rey. Para ello, eligió a Balduino de Bélgica. Se da la curiosa circunstancia que la infanta Pilar, acompañada de Fabiola de Mora y Aragón, viajaron a Bruselas. Aquello no resultó. Años después, el rey de los belgas contraería matrimonio con otra española: la propia Fabiola.
La boda, celebrada en el Templo Monasterio de San Jerónimo de Lisboa el 5 de mayo de 1967 y a la que asistí, fue el pretexto para la mayor demostración monárquica española que se recuerda. Miles de enfervorizados monárquicos, tanto como 4.000, viajaron hasta Estoril, convirtiendo la boda de la infanta Pilar en un espontáneo acto político de exaltación patriótica hacia la persona de Don Juan. Con motivo de aquella boda real, los españoles vieron, por primera vez, la imagen de la reina Victoria Eugenia, la última reina de España y viuda del rey Alfonso XIII, que quiso estar presente en la boda de la primera nieta. También asistieron los Príncipes Grace y Rainiero de Mónaco. Con motivo de la boda, el Conde de Barcelona concedió a su hija el título de duquesa de Badajoz.
El traje de novia, tan importante en toda boda y si es real mucho más, era de la modista Isaura, la misma que realizó el que Pilar llevó el día de su puesta de largo. Ayudada por su madre, la condesa de Barcelona, y la entonces princesa Sofía, la modista procedió a vestir a la novia, tarea que se prolongó por espacio de una hora.
A su regreso a Madrid, fijaron su residencia en un piso alquilado en el barrio de Salamanca, propiedad del bailarín Antonio, donde yo los visité. Fui el primero en estampar mi firma en el libro de honor de su casa, coincidiendo también aquel día con la visita de doña Sofía.
Pilar y Luis fueron padres de nada menos que cinco hijos: Simoneta, nacida en 1968; Juan en 1969; Bruno en 1971; Beltrán en 1973; y Fernando en l974, todos ellos con diferente suerte en sus respectivos matrimonios ya que los cinco se divorciaron.
El 9 de marzo de 1991 la infanta pasó por uno de los trances más dramáticos y dolorosos de su vida: la muerte de Luis, su marido, también de cáncer, cuando tenia tan solo 56 años. Por él tuvo que renunciar a sus derechos dinásticos y con él compartió 26 años de su vida después de conocerse en la casa del rey Simeón de Bulgaria.
La relación entre la infanta Pilar y su hermano el Rey Juan Carlos siempre fue muy estrecha. Tanto, que en su casa de Puerta de Hierro, el entonces rey reinante ofreció a doña Sofía la mayor demostración de cariño (a lo mejor entonces lo había) que un hombre puede ofrecer a la persona que ama: reunir a toda la familia de doña Sofía y amistades de su infancia el día de su cumpleaños. Fue tal la emoción que la reina se abrazó a su marido llorando. Como testigos privilegiados, la infanta Pilar y su familia.
Recientemente, la infanta declaró que su hermano se preocupaba mucho, tanto de ella como de su hermana Margarita. Precisamente en su casa del barrio madrileño de Puerta de Hierro, le ofreció a su padre, a Don Juan, su último cumpleaños. Y varias fueron las Navidades en las que el rey Juan Carlos y su familia las han celebrado junto a su hermana.
A la infanta Pilar le cupo el deber de permanecer junto a su padre, el conde de Barcelona, cuando Don Juan Carlos se vio obligado a traicionarle, aceptando convertirse en heredero de Franco a titulo de Rey.
EL RASTRILLO
La infanta Pilar siempre fue muy accesible a la prensa con declaraciones que siempre eran titulares en los periódicos. Su labor humanitaria no tenia límites. Hasta los últimos días de su vida, la obra mas querida, El Rastrillo Nuevo Futuro, ha contado con su presencia. Le gustaba que Don Juan Carlos acudiera. «Aunque lo que me gusta es que compre», añadía. Aunque entre ella y Letizia no había buena química, le agradecía que visitara El Rastrillo. Y de su sobrino Felipe VI decía que «es un tío estupendo».
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Me ha sorprendido mucho que todo haya sido tan desprovisto de pompa y boato, yo me imaginaba a la infanta Pilar con unas exequias bien solemnes, al estilo del Dos Sicilias, que era aún más estirado que ella, con entierro en El Escorial y honores militares. Tal vez todo habría sido distinto de haber sido rey su hermano, en lugar de su sobrino.

Por otro lado, aunque nunca me cayó especialmente bien doña Pilar, tengo que reconocer que me ha dado pena. Mi madre siempre ha sido aficionada a las revistas del corazón y esta señora era uno de los personajes habituales, desde siempre viendo su vida y milagros y ahora ya se ha ido para siempre, es como cuando muere un vecino al que solo conocías de vista, no tenias trato, pero “estaba ahí “, formaba parte del paisaje.

En fin, descanse en paz, Doña Pi.
 
Solo son infantes , los hijos de rey, no del heredero.

Infante de España es un título con tratamiento de Alteza Real que se otorga en España a los hijos del rey y del príncipe heredero dentro de lo que se llama Familia Real. A diferencia de otras monarquías europeas en España solo el heredero de la corona es llamado príncipe o princesa, recibiendo el Principado de Asturias; los demás hijos del rey de España y los hijos de este príncipe o princesa de Asturias son llamados infantes o infantas de España por tradición histórica pero tratados como príncipes al recibir tratamiento de alteza real.
 

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