Entrevistas. Músicos, sus palabras.

"Es un error pensar que no cabe el discurso político en un grupo de pop"

Creación cultural

La Casa Azul publica el próximo viernes 22 de marzo su nuevo álbum, La gran esfera, con el que inicia una nueva etapa

"En España parece que tengamos que renegar de la música pop de los sesenta y setenta"

"En el rock radical vasco hubo grupos con más entereza que los Sex Pistols"

Francesc Miró
19/03/2019 - 21:14h
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Guille Milkyway. Foto: Luis Calvo [Elefant Records]

El 20 de agosto de 1999, La Casa Azul se subía por primera vez a un escenario. Ocurría dentro de la serie de conciertos Operación Bikini de la sala madrileña Siroco. Aún no habían lanzado su primer disco pero el público ya coreaba Cerca de Shibuya.

Hoy, su creador, Guille Milkyway, es una de las figuras más reconocidas del pop nacional. Un artista hiperactivo que ha cuidado tanto su faceta de divulgador como la de productor, apostando por algunos de los nombres emergentes del talento joven español. Sus canciones han ambientado las pistas de baile patrias durante años, ha sido número 1 en ventas en varias ocasiones, tiene un Goya, ha hecho múltiples bandas sonoras para cortometrajes, largometrajes y series. Ha sido profesor de Cultura Musical en la academia de Operación Triunfo y hasta fue candidato para ir a Eurovisión en 2008.

Este viernes 22 de marzo publica La gran esfera, que presentará en Madrid los días 28 y 29 de marzo con dos sold outs ya colgados en la puerta de la sala Ochoymedio. Un álbum ecléctico que cuenta con algunos temas ya conocidos como ATARAXIA o Podría ser peor.


El lanzamiento de La gran esfera resulta peculiar porque gran parte del disco ya lo hemos escuchado aunque el álbum se lance ahora. ¿Le preocupa que el disco pierda fuerza debido a eso?

Es cierto que gran parte de este disco está escuchado. Pero no me preocupa mucho. Quiero decir, la idea no era sacarlo así. Esto ha ocurrido por circunstancias personales y de salud: me metí en proyectos, empecé a producir a otros músicos, hacer series, tuve un desprendimiento de retina... Y claro, cuando dejas pasar demasiado tiempo la cosa empieza a estancarse. Pero creo que tenía que salir porque era como sacar algo en claro de todo este tiempo.

Lo jodido realmente fue darle uniformidad. La idea conceptual del disco la tenía muy clara pero a nivel de sonido cojeaba. Y eso es lo que intenté hacer el último año: darle un sonido más compacto. Es un disco deimpasse que va de un lugar a otro pero si lo escucho dentro de un año creo que podré decir que tiene más sentido en conjunto del que aparenta. [risas]

La publicación coincide con vuestro veinte aniversario. En 1999 La Casa Azul debutó en la sala madrileña Siroco. ¿Es una coincidencia o quería celebrarlo?

No he querido darle ese rollo de efeméride. Es cierto que me sorprendo a mí mismo por el hecho. Si alguien me hubiera dicho, cuando tenía veintipocos, que a los cuarenta y cinco estaría con el grupo a fuego, hubiera vendido mi alma. Pero no le quiero dar demasiada importancia a las fechas porque ahora siento que el grupo está en su mejor momento. En directo sonamos por primera vez como soñaba que sonásemos. Estoy productivo en el estudio y he podido decir que no a todos los proyectos en los que andaba para centrarme en esto. Realmente lo que me apetece es hacer cosas y empezar a funcionar como siempre quise.

A principios de los dosmiles, la formación parecía tener sonidos más europop, pero más tarde entraron en ella otras influencias desde la electrónica hasta rumba. ¿Pensó siempre La Casa Azul como una plataforma en la que pudiesen confluir sonidos muy distintos?

Me siento identificado con la definición. Estilísticamente, la evolución del grupo está muy clara porque realmente te vas empapando de lo que escuchas. Vas metiendo más ingredientes en la música que haces. Aunque en esencia sigue siendo lo mismo. Cuando tenía dieciséis años escuchaba canciones de radiofórmula que me flipaban, pero que en el fondo eran una put* mierda. Eran canciones que pensaba: "¿Esta gente no se ha parado cinco minutos a pensar de qué quiere hablar?" o "¿Por qué todos hablan de clichés absurdísimos del amor y el color de los ojos?".

Luego te ibas al underground y sonaba todo supervital. Lleno de energía. Pero te preguntabas, "¿Nadie ha hecho que eso suene bien?". Había destellos, claro, como cuando descubrí a Saint Etienne y dije, "hostia, suenan como un grupo de radiofórmula pero hablan de cosas relevantes". Se veía que había un background muy importante, como lo había en Everything but the Girl.

¿Nunca tuvo miedo de hacer una música cercana a la radiofórmula? A día de hoy sigue siendo un espacio sobre el que pesan muchos prejuicios...

Yo no critico la radiofórmula per se. Admiro a la gente de los grandes estudios, a los tíos que han grabado los discos de Bisbal. Son profesionales increíbles. La lástima es que eso no se haya aprovechado para sostener un discurso sobre el mundo en el que vivimos.

La Casa Azul ha tenido muchas influencias a lo largo del tiempo pero su naturaleza no ha cambiado tanto. Y creo que lo que se ha mantenido inalterable es la canción clásica melódica. Eso es lo que permanece siempre. Lo que cambia son lo que nosotros llamamos 'Las chiribitas', esos añadidos de sonidos más innovadores que de golpe te llevan a un sitio u otro. Pero yo sigo haciendo canciones melódicas de estructura y estribillo bastante clásico.


Ahora que menciona la canción melódica, recuerdo el disco En libertad que hizo para reivindicar la figura de Nino Bravo. ¿Tenemos denostada la memoria musical en nuestro país?

En España parece que tengamos que renegar de la música pop de los sesenta y setenta. Parece que hasta los ochenta no debemos reivindicar nuestros sonidos porque son caspa. Muchas veces me he preguntado por qué ocurre esto aquí y no en otros países vecinos. ¡A nadie se le ocurre decir que Motown es la caspa! Pero hablas de Nino Bravo o de Julio Iglesias y ya eres la caspa absoluta.

Creo que tiene que ver con que nuestra historia a nivel político es otra. La gente lo asocia a algo rancio y como país reniegas de aquel talento. Pero si piensas en Nino Bravo, Augusto Algueró, Juan Carlos Calderón, Manuel Alejandro... había arreglistas que flipas, compositores increíbles como Pérez Botija...

Todos fueron muy importantes para nuestra música como lo fue Motown o sellos como Verve en la industria americana. En Cataluña había una escena de jazz de finales de los cincuenta principios de los sesenta absolutamente increíble, con unas grabaciones que ríete tú de algunas cosas de Blue Note.

Pero si lo reivindicas parece que tienes que justificarte. Pues no: me parece igual de disfrutable y de bien hecho todo aquello que un disco de los Smiths o los Clash. ¡Pero tampoco se respeta dentro en la industria! Vas a buscar a un sello alguna bobina de una canción mítica de Nino Bravo y nadie sabe dónde están. Es una locura. Es como si le preguntaras a alguien que dónde está la grabación de Strangers in the Night de Frank Sinatra y te dijesen "bah, se habrá perdido, da igual".

Puede que la lectura política pese siempre más que la musical. Me viene a la cabeza el caso de Isabel Bonig, Presidenta del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, que dijo hace unos días que le gustaba el Rock Radical Vasco, Kortatu y La poxx Records. Y hubo quien se escandalizó.

Grupos como Kortatu aquí o los Clash en Inglaterra, trascendían su escena porque musicalmente eran absolutamente increíbles. Su música no solo se sostiene desde el punto de vista político. Es un error igual de grave que el de pensar que no cabe el discurso político en un grupo de pop.

Tú puedes no compartir el discurso político de cualquier producto cultural pero gustarte cómo suena o cómo está planteado. Yo en un caso así pensaría que es un punto a favor de esa persona. Es alguien que tiene una inquietud cultural en un entorno en el que esa inquietud no cuadra. Y ya está.

Tampoco está de más recordar que la escena del rock radical vasco ha aportado mucho a la historia de nuestra música. Kortatu particularmente. Porque musicalmente aquí había muchos grupos con más entereza que, yo qué sé, los Sex Pistols.

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Guille Milkyway. Foto: Lluis Domingo.

Puede que esto se ocurra por cierta falta de cultura musical. Usted que ejerció de profesor de esta disciplina en Operación Triunfo, ¿cree que hay una falta de cultura en parte de la industria musical actual?

La historia de la música está llena de grandes artistas que surgieron sin tener referentes musicales. Estrellas que lo han cambiado todo y no tenían nada. Pero desde siempre, ¿eh? Decir que hace falta cultura musical antes de ponerse a grabar es una afirmación elitista y esnob. Es más: la falta de background musical, o como lo quieras llamar, no está reñida con el talento. Pueden ir unidos o no. Pero son conceptos distintos.

Ahora bien. Tener referentes, tener esa curiosidad por saber más del arte en el que trabajas, como artista te hará fuerte delante de la industria. Es lo que pienso. Mucha gente joven se va a enfrentar a una industria muy bestia y depredadora. Pero cuanto más fuertes sean a nivel de seguridad artística y del camino que quieran seguir en base a sus conocimientos, más fuertes serán delante de esa selva. Y a la larga, favorecerá que tengan carreras más solidas.

Hay que incidir ahí para fortalecer la autosuficiencia del artista delante de un sistema que se va a provechar de ti sin escrúpulos. Pero es que a mí me cabrea un poco. Leías cada cosa de que "Aitana no conce a Pink Floyd" y no se qué mierdas. ¿Y qué más dará que hasta entonces no les conociera? ¡Pues guay que ahora esté interesada en ellos! Pero es que resulta que hablas con ella de música y demuestra un criterio brutal. Así que quien la critica peca de ese elemento elitista.

¿Cree que eso ocurre por cierta falta de divulgación musical?

Me viene a la cabeza, hablando de esto, el caso de Chumbawamba, que siempre se han descrito como anarquistas. Se les criticó muchísimo cuando vendieron Tubthumping a General Motors. Resultó que la General iba a hacer un ERE y terminó despidiendo a muchísima gente y lo que hizo Chumbawamba fue donar todos los beneficios que sacaron de los derechos, a la gente despedida. Joder, eso es increíble. ¿Quién dice que no se puede cambiar el sistema desde dentro?

Creo que hay que despertar la curiosidad pero es una cuestión de tener tiempo. No ha pasado eso de que la llegada de internet y el acceso a la cultura iba a llevar inevitablemente a una sociedad más culta. Qué va: puedes tener toda la historia de la literatura a un golpe de clic y la gente lee una put* mierda igual que antes. Y en cuanto a la música más de lo mismo: se sigue escuchando los hits globales que antes te echaban por la radio, pero ahora te aparecen como una lista de Spotify. ¡Da igual!

Lo que me jode a veces es que gente que tiene un discurso político muy formado de defender determinados conceptos de clase y de poder popular, de golpe se los pasa por el forro en según qué debates culturales como el que comentábamos.

Por supuesto que hay que abogar porque la gente tenga acceso real a la cultura y al conocimiento, ¡pero no culpabilices al chaval que se ha puesto a cantar! Mejor critica el sistema e intenta cambiar las bases para que ese sistema no pueda explotar de esa forma o no busque personas maleables que usar.


Podría haber una parte de responsabilidad eludida en la crítica y en los medios de comunicación. Pienso en el trap y en la afirmación de que solo habla de neoliberalismo, de adorar el dinero... ese discurso se ha terminado asentando en muchas personas.

El discurso que se hace desde fuera de la contracultura siempre es el mismo. No es un conocimiento profundo del movimiento contracultural del momento, sino uno superficial acerca de lo que ha acabado proyectando la gran industria sobre esa escena. Claro que hay artistas que tienen este discurso de fascinación por el sistema capitalista y el culto al cuerpo, pero no es nada nuevo. En el Gangsta rap esta fascinación estaba presente hace veinticinco años y fue un elemento clave para comprenderla. Pero había muchísimos que se oponían eso. Pues con el trap más de lo mismo.

Pero yo lo veo como una oportunidad. Aprovechémoslo para generar discursos distintos. Por ejemplo, el tema de que "todo el reggaetón es machista". Punto uno: no todo el reggaetón lo es, es un género muy amplio que muchísima gente está utilizando para hablar de otras cosas. Punto dos: si una parte sí lo es, pues aprovechémoslo. Escuchemos con nuestros hijos y nuestras hijas esas canciones y señalemos cuando alguien diga una frase machista, para hacerles reflexionar sobre lo que está escuchando.

Mi hija, de nueve años, es mucho más consciente de lo que era yo a su edad en estos temas. Ella escucha una canción en la que se dice determinado comentario misógino y se queda sorprendida. Y es mucho más fácil señalar eso porque juntos discutimos de cómo este o aquel payaso está hablando de tratar a las mujeres como objetos, o de ser un pesado con una tía que pasa de él. Es fácil señalarlo y hacerle ver que quien canta eso es un cabrón.

Todo es más complejo pero casi siempre trasciende lo superficial. Es como cuando una lucha sindical de semanas consigue una mejora en las condiciones de miles de trabajadores, pero en la mani se les ve con un reloj caro o unas adidas y se les critica por eso. ¡Pues a la mierda todo lo que se ha conseguido!

Ted Gioia dedicaba parte de su libro Blues: La música del Delta del Mississippi a reflexionar sobre el 'sentimiento blue', que definía como el color más adecuado para hablar de los sentimientos. ¿La Casa Azul es tu vehículo para hablar de tu forma de entender el mundo?

Bueno, claro. Al 100%. Por eso respeto tanto el blues. Aunque me parezca aburrido como estilo musical porque busco siempre esa pomposidad y ese colorido, joder es increíble. Ese blues man que se coge una guitarra y canta su pena lo es todo en la música. Es lo que hago yo con otros elementos y otro lenguaje. Pero es eso.

Como todo, luego se intelectualiza y la gente construye discursos alrededor de eso. Pero ese gesto fundacional artístico lo es todo. Ese niño de cuatro años que empieza a pintar para expresar lo que tiene dentro, es una vía de escape. Mi chica trabaja con niños con dificultades de aprendizaje y dibujar es clave. Y dibujar es un lenguaje artístico como lo es la música.

En el blues hay esta parte de pena de querer salir de un mundo que es agresivo y violento. Así que encuentras en esto una vía para escapar y para expresar lo que sientes. Ese impulso es algo muy puro. Y es algo muy popular, porque se demuestra que no se requiere un conocimiento amplio del lenguaje musical o un tremendo background cultural para hacerlo. Es gente que no tiene acceso a eso y sin embargo, canta.

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Guille Milkyway. Foto: Lluis Domingo

Reportaje original, en:
https://www.eldiario.es/cultura/musica/error-pensar-discurso-politico-grupo_0_879462733.html
 
Christina Rosenvinge: «Cuando escribes una canción especial tienes un subidón tan potente como cuando sientes terror»
La cantautora madrileña se inicia en la prosa con «Debut», sus diarios músico-vitales en donde repasa todos los detalles existenciales que envolvieron a cada hijo discográfico
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SeguirJavier Villuendas@JVilluendas
Madrid
Actualizado:06/04/2019 01:31h

«Belleza y libertad», es lo que significa rosen-vinge: rosa y ala. «Es lo más bonito que me ha dejado», escribe la cantautora Christina Rosenvinge (Madrid, 1964) en «Debut», sus diarios musico-vitales recién publicados con Literatura Random House. El dardo atraviesa afilado el recuerdo de su padre, el herederísimo de un imperio industrial en Dinamarca y al que renunció porque se enamoró de Andalucía, de Pepe Marchena, de Sabicas, de Carmen Amaya... «El hombre rubio» de su último disco, vaya, por el que ha sido reconocida en los Premios de la Música Independiente. Y sin olvidar ese Cervantes del pop que obtuvo el año pasado.

- Serrat, Kiko Veneno o Luz Casal obtuvieron el Premio Nacional de las Músicas Actuales antes. ¿Qué se siente estando en ese Olimpo?

Fue una alegría inmensa y una recompensa a una trayectoria que no ha sido fácil. Una enorme alegría, porque se reconoce tu contribución a la cultura española.



- En estas memorias, precisamente, habla que ha tenido demasiadas veces que hacerse valer. Este gran premio debería evitar tener que volver hacerlo.

La sensación no había desparecido del todo porque mi postura con la industria, sobre todo, ha sido ir un poco a la contra. No por fastidiar sino porque realmente lo que me dice la intución que hay que hacer es lo contrario a lo que dice la industria.

- Siguiendo con esto, escribe que «Canción del eco» no la vieron como single en la multi porque era triste y larga. Y eso le hace desconfiar de su criterio. ¿Tiene su cuota de realidad esa caricatura de hombres trajeados tomando decisiones grises como en cualquier oficina?

Pero a veces son gente han sido músicos y que han tenido criterio artístico, lo que pasa es que ellos piensan y están sujetos a esquemas muy conservadores, y piensan que tú como chica lo que tienes que hacer es canciones más frívolas y presentarlo todo explotando tu sex appeal y por ese lado es por donde vas a triunfar. Y si haces canciones dramáticas y largas piensan que eso no sirve para triunfar. Eso yo como lo veo es menospreciar al público. Y el tiempo me ha dado la razón, porque las canciones que más éxito tienen en directo no son las que han sido singles. Si no las que son las más raras y más dramáticas.

- También ha ganado el premio al mejor disco pop del año en los premios de la Música independiente. Ha aplastado a gente mucho más joven, además.

Me ha hecho ilusión pero no porque fueran más jóvenes. Es un premio muy bonito porque es el premio al mejor disco de pop pero con un un disco que tiene una carga literaria muy grande. No es un disco juvenil. Para mí es muy importante que se reconozca que el pop es un género mucho más amplio que un género pasajero o esclavo de la moda y juvenil. No es un género ligero e intrascendente.

- Su visión es optimista, la música popular puede tener enjundia y gustar.

Claro. Puede ser una manifestación artística de primer orden, es alta cultura también. Con el libro lo que quería era reivindicar las letras de las canciones como género literario. Porque no se considera, solo son la prosa, la poesía y el teatro. Son como el hermano punk de la poesía, pero no es poesía tampoco. Creo que es un género joven y no tiene la trayectoria que tiene la poesía, aunque la poesía nació cantada, y eso no hay que olvidarlo, pero como no tiene la tradición de siglos de otros géneros igual por eso no se considera alta cultura ni se considera parte del patrimonio artístico de un país. Pero lo es, porque tiene muchísima influencia y conecta con el momento vital como no conecta ninguna disciplina artística.

- Entonces, está contenta con el Premio Nobel de Literatura a Dylan.

Pero no solo el de Dylan, también le dieron el Príncipe de Asturias a Leonard Cohen. Eso es, las letras de las canciones son literatura.

- ¿Por qué se llama «Debut»?

Es el título de una canción pero realmente porque es fiel a una manera de sentir. Porque yo no me he sentido una artista establecida ni acomodada a ninguna posición. Siempre tengo la sensación de estar empezando, con todo lo bueno y lo malo que tiene. O sea, esto lo hago con la misma excitación y con la misma inseguridad.

- ¿Ha tenido el síndrome del impostor?

Es muy común entre mujeres, además. En ciertos aspectos más que en otros, pero justo como letrista no. Porque como llevo desde los 15 años escribiendo letras de canciones es el terreno en el que estoy más segura. A veces lo puedo tener como productora o como arreglista pero como compositora o letrista, no.

- Con Steve Jordan, batería de Keith Richards en su disco «Talk is cheap», del que justo se han cumplido 30 años, colaboró en un disco en los 90 y ambos comentaron sentirse juzgados y que tenían la necesidad de romper estereotipos. Él por negro y usted por rubia. ¿Cómo cree que andan esos estereotipos actualmente?

En los últimos años desde luego ha habido un proceso de concienciación de los prejuicios sexistas y racistas. En ese sentido, sí creo que estamos avanzando. Cosas que antes no se cuestionaban ahora sí se cuestionan. Es decir, cuando ves una película haces un análisis de prejuicios sexistas y racistas en cualquier película mainstream y te das cuenta que el protagonista es un tío y que al lado tiene un negro gracioso y que luego está la chica, la novia. Es el sistema que sigue vigente aunque hay excepciones que son eso, excepciones. El cine mainstream durante muchos años ha sido así. Y antes se daba como natural y ahora no, así que algo hemos avanzado.

- «Algunos me ven como demasiado radical y otros como poco creíble», escribe. Y se pregunta: «¿Cuánto habrá de machismo?».

Creo que había un componente machista grande. Aunque no es fácil distinguirlo de los prejuicios heredados porque mi carrera ha sido inusual. He hecho movimientos que no son normales. Yo empecé en el underground madrileño, pero la gente me conoció dentro del mainstream con Álex y Christina («¡Chas! Y aparezco a tu lado»). Salté un poco en marcha de ese proyecto e inicié un proyecto en solitario. Y a partir de ahí empecé a tomar decisiones radicales respecto a sonido y estructura de las canciones. Esa trayectoria es inusual, es difícil distinguir qué parte era sexista pura y qué parte era incredulidad ante un artista que pasa del mainstream al lado alternativo. Pero es puro desconocimiento porque a los 15 años estaba en una banda punk por lo que era volver al sitio en el que estaba. A mí me tocó el momento del mainstream en el que las discográficas estaban fichando a los grupos de Madrid... A Radio Futura les presentaron como un grupo de fans. ¡Radio Futura! Quiero decir con esto que era algo que estaba pasando con otras bandas además de con nosotros, que nos querían convertir en fenómenos de masas cuando el espíritu que llevábamos dentro era distinto.

- ¿Cuáles son los músicos que más le han influido?

Conocer a Lee Ranaldo y a todos esos músicos de Nueva York, no todos famosos, y muchos de mis favoritos no son famosos, sí que me sirvió para darme cuenta de que hay otra manera de estar en el negocio musical.

- En Nueva York lo tenían bien montado.

La industria musical y audiovisual anglosajona está muy bien fundamentada porque son los inventores de esta fórmula y se han beneficiado de un idioma que les permite ir de gira por el mundo entero. Los hispanoparlantes lo hemos ido creando con el tiempo. Aunque ahora sí. El castellano pero también el catalán son idiomas fabulosos para cantar música pop. Luego además tienes la posibilidad de un continente entero que es Hispanoamérica no solo para tocar sino para aprender influencias. Se puede crear y se está creando pero nos llevan muchas décadas de ventaja.

- ¿Aquí no tuvo ese sentimiento de pertenencia?

Una persona muy estudiosa me dijo una vez que yo es que era intergeneracional. Eso me dio un poco la clave para entenderlo. Es cierto que no pertenecí a La Movida ni tampoco a los 90. Y entonces he estado siempre como el jinete solitario. No he pertenecido a ninguna generación ni a ningún movimiento, he ido por libre. Y eso ha sido una desventaja pero también una ventaja. No he tenido la cobertura de una generación pero sí me he podido mover entre varias. Al final, creo que es más beneficioso que perjudicial.

- Pasa unos años en Estados Unidos al inicio del milenio, en la primera potencia mundial. Pero no por ello es la primera poia mundial del estar a gusto. ¿Qué tiene España por encima de este dragón?

Los españoles somos muy dados a tirarnos piedras contra nuestro propio tejado, nos encanta. Lo de autocriticarnos y odiarnos. Pero cuando lo dice alguien de fuera, entonces no lo admitimos. No hay nada como irte fuera para apreciar lo que tenemos en casa. Irme a Estados Unidos me sirvió para darme cuenta de que todos estos estados donde la gente vive diseminada, donde no hay sentimiento de comunidad, donde es una cultura completamente individualista y competitiva, cuando luego vuelves a España y empiezas a apreciar nuestra cultura mediterránea, que es una cultura de diálogo, de disfrute de la vida, de debate constante, de cuestionamiento de todo que es muy bueno y de apoyo entre generaciones y comunidades. Esta cosa tan bonita que te encuentras cuando vas a un pueblo, con todos los niños jugando en la plaza y las señoras sentadas tomando la fresca, y que es algo que damos por sentado, pues hay pueblos y ciudades en Estados Unidos donde la gente no conoce a sus vecinos. Parece una tontería pero es el germen de todo.

- Vuelve a España y se encuentra con los indies, que tienen comportamientos sexistas similares a los mainstream.

En todas partes hay de todo, pero los prejuicios están repartidos en todas partes y cada grupo crea sus propios prejuicios. Son males de juventud, de dividir el mundo entre la gente que mola y los que no molan. Afortunadamente, esto es un criterio muy simplista que con los años va desapareciendo.

- Normalmente, lo excepcional es lo que se graba en la memoria. Sin embargo, ha compuesto muchas canciones y recuerda su gestación al detalle.

Hay algo muy bonito... Es verdad que estamos hechos como animales. Un día muy feliz en el que no pasa nada se te va a olvidar. Eso es lo triste. Sin embargo, un día que haciendo lo mismo y teniendo una desgracia no se te va a olvidar jamás. Con lo cual, entre tus recuerdos hay muchos más momentos negativos que positivs porque como animal para sobrevivir tienes que acordarte que el fuego quema y que explotan bombas, tienes que ser capaz de leer las señales del peligro. Sin embargo, hay una cosa muy bonita con las canciones porque cuando escribes una canción que sabes que es especial tienes un subidón de adrenalina tan potente como lo tienes cuando sientes miedo o terror. Es un subidón de adrenalina animal, y se te queda pegado a la memoria. Yo, efectivamente, recuerdo los momentos donde estaba cuando compuse las canciones más emblemáticas. Donde estaba sentada, como era la silla, qué había pasado, recuerdo detalles muy pequeñitos. Y está muy bien porque eso me permite recordar momentos de tranquilidad muy hermosos.

- Y si la canción cuando viene a la cabeza no la registras, se va. Es como parte de uno pero momentáneamente.

De hecho, hay una cierta sensación, y lo he hablado con otra gente, de que las melodías son combinaciones matemáticas. O sea, se te ha ocurrido a ti pero se le puede ocurrir a otro también, es aleatorio. A mí me ha pasado escuchar canciones y pensar: «Maldita sea, a mí se me había ocurrido esa melodía y no le di valor y la dejé pasar». Incluso tenerla grabada.

- ¿Y le ha ocurrido con algún bombazo comercial?

Sí. Tendría que pensarlo... Me pasó con una... Lo tendría que mirar detalladamente pero sí que me ha pasado.

- Año 1994, época de vacas gordas en la industria. Un desconocido Calamaro en nuestro país hasta se pasa por la campiña francesa a grabar con ustedes. ¿Qué le ha pasado a la industria musical española?

Que haya habido una crisis económica no quiere decir que haya habido una crisis de creatividad. Estamos en un momentazo, hay un montón de gente haciendo música realmente extraordinaria. Lo que teníamos en ese momento, que podías grabar un disco con unas posibilidades económicas que se traducen en libertad creativa, en este momento no lo hay. Vivimos todos en la época de la precariedad. Los músicos ahora viven fatal, cosa que antes no pasaba. Creo que en la precariedad, el que se dedica a la música es realmente vocacional, porque como decisión práctica y económica es desastrosa. El que se dedica es por amor y por fe. Es decir, que en una época que es buen negocio va a haber más gente mediocre. El que aguanta ahora es porque realmente tiene algo que decir. Pero es injusto, porque es gente que toca muy bien... Yo en su momento pude comprarme una casa con la música, cosa que ahora es imposible para un músico. Es por la revolución digital, que quiere decir que los intermediarios se quedan con el beneficio, que va a las telecos y a los soportes. Y, luego, es que todos, no solo los músios, vivimos mucho peor.
https://www.abc.es/cultura/musica/a...ando-sientes-terror-201904060131_noticia.html
 
Niño de Elche: "Si el flamenco tuviera que depender solo de Andalucía, sería una mierda"


El cantaor ha estrenado ‘The sins of the cities of the plain’, su incursión en la música contemporánea de la mano de Proyecto Ocnos

El libreto de la obra está escrito en polari, cripto-lengua usada por la comunidad gay en el Londres victoriano

Alejandro Luque
25/05/2019 - 21:51h
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Niño de Elche EFE

Conversación en la que el Niño de Elche, Los Voluble y Pony Bravo hablan de lo colectivo y la industria musical
Con permiso de Rosalía, no hay una figura en la actualidad más controvertida en el orbe flamenco que Francisco Contreras, Niño de Elche. Tampoco más imprevisible. Lo que acaso nadie esperaba era que se adentrara en los predios de la música contemporánea, pero eso es justamente lo que ha hecho, de la mano del ensemble sevillano Proyecto Ocnos. Este fin de semana ha estrenado en el Espacio Turinade la capital hispalense (20.30 horas) la nueva ópera The sins of the cities of the plain, obra del compositor Germán Alonso sobre el libreto de Fabrizio Funari.

El proyecto, que cuenta con el respaldo de la Fundación BBVA y ha sido creado dentro del Banco de Proyectos del ICAS, es la primera ópera escrita en polari (cripto lengua empleada por la comunidad gay en la Londres victoriana) y está basado en una obra homónima, la primera novela con contenido erótico homosexual explícito recientemente hallada en la British Library de Londres. "No buscábamos una voz lírica clásica, sino algo más experimental, para desarrollar el monólogo de un chapero", explica Gustavo A. Domínguez, de Ocnos. "A todos nos vino a la cabeza el Niño de Elche, no tanto por su costado flamenco como por su faceta más performática".

Redefinir cantaor
"No estoy acostumbrado a que me pidan cosas que nunca he hecho, creo que no te acostumbras nunca. Pero esa es también la droga", afirma Contreras, siempre dispuesto a abrazar cualquier movimiento en lo que él llama "proceso de desplazamiento". Esta vez, al menos, le sobraban los motivos para aceptar el ofrecimiento. "Me interesaba todo de la música contemporánea, los juicios y prejuicios que la rodean, su supuesta endogamia y elitismo, el público y las lógicas con las que se actúa", comenta al tiempo que señala que "hay mucha diferencia con el flamenco, pero no tanta como pensamos. Son dos formas distintas de educación, pero siempre hay puntos socio-políticos en común: la tradición, la historia, la partitura (en el caso del flamenco, una partitura popular, pero no menos dictatorial que las otras), la cuestión estética, la fidelidad a lo estético…"

El tema es oportuno en la medida en la que se orienta al público sobre cuánto del cantaor Niño de Elche va a ver en escena. El artista se resiste: "Tendríamos que redefinir qué es cantaor flamenco para ver cuánto de lejos o cerca está de lo que hemos hecho", asevera. "Un cantaor flamenco no sólo depende de lo que canta: su cuerpo da más información que su voz. Todo mi trabajo se ha basado en desmitificar esa construcción de lo que entendemos por cantaor".

¿Servirá The sins…, en todo caso, para lograr que los aficionados a lo jondo se acerquen a la música contemporánea? "No lo creo. Ya tienen bastante tragedia con que les interese el flamenco, como para que les interesen también otras músicas", dice.

"La teoría queer plantea un debate más radical"
Otro cantar, nunca mejor dicho, es la idea de que Niño de Elche enarbole la bandera LGTBI en una obra como esta. También lo matiza: "Es más una obra sobre la libertad sexual, pero no desde una homonormatividad. He trabajado en muchos proyectos queer, y mi posición es defender la liberación del sujeto, más que pretender sacar a gente del armario. Estoy encantado de que la gente tenga armarios y bajos fondos, pero que sean gozosos y liberadores. En este sentido, mi posición queer está lejos de las posiciones clásicas LGTBI".

"En cuanto a libertades, yo diría que estamos en el mejor momento de toda la Historia", prosigue el cantaor. "Pero la teoría queer plantea un debate más radical. Erraríamos si este espectáculo tuviera un planteamiento gay-friendly, puesto que es también una crítica a ese movimiento y a todo lo establecido. Por ejemplo, el movimiento feminista es contrario a la legalización de la prostit*ción, pero los chaperos, como el protagonista de esta obra, nunca aparecen. Es como la gente que defiende al pueblo pero no al populacho. El lumpen no interesa. Eso viene de la época de Marx, no es nada nuevo. Los chaperos siguen siendo maltratados, incluso por el colectivo LGTBI. Yo pondría el acento ahí: un chapero llega y te rompe los códigos".

Para Niño de Elche, "toda esa esquizofrenia sí tiene que ver con los flamencos, que nunca han sido homonormativos. Un flamenco puede ser mari**n solo un par de horas, gracias a las drogas o al alcohol", subraya. "Por eso, todos los espectáculos que he hecho, con Israel Galván, lo de Francis Bacon, con Pedro G. Romero o Paul B. Preciado, o mi último disco, siempre van por ahí, por señalar las grietas de las posiciones estancas".

Anarquía flamenca
Por último, cuando se le comenta el anuncio del nuevo gobierno andaluz de hacer de la difusión del flamenco una bandera, Niño de Elche saca la artillería. "El problema de Andalucía no es un Gobierno del PSOE o del PP, ¡ojalá! Es un problema sociológico. Y en esa sociopatía; la bandera del flamenco todos la utilizan por igual, lo que es una tragedia para el propio flamenco".

"La idea que tienen del flamenco es una idea romántica, nacionalista –y por tanto, sectaria–, muy alejada de lo que la práctica del flamenco nos cuenta en sus 150 años de historia. Pero no se quiere aprender de eso, están encantados con que exista una Agencia del Flamenco, un Instituto y lo que venga, y que se gaste pasta en ballets andaluces. Pero todo eso es Paj*. Por suerte, el flamenco continúa su camino, es un arte sin objetivo, sin identidad, tan líquido que se les escapa de las manos", agrega. "Aunque lo metan en el Estatuto de autonomía de forma fascista, aunque PP y Vox lo tomen como bandera. Todos son la misma basura, no saben, no se preocupan de ver cómo funciona. Están empeñados en que el flamenco funcione como ellos quieren. Pero ya pueden pagar dos u ocho millones de euros: por suerte, los agentes del flamenco siempre serán más libres que todo eso".

Y continúa: "Quieren quitar toda esa parte anárquica del flamenco, intentan institucionalizarlo, hacerlo a su imagen y semejanza, pero no son capaces de encerrarlo. Intentan coserlo, pero cada seis meses saltan las costuras. Siempre ha sido así de inesperado. Si al menos esta gente fueran nacionalistas extremos, hasta el punto de meter el flamenco en las escuelas para aleccionar a sus niños, diría que al menos son coherentes. Pero sólo lo usan como eslogan, y detrás de un eslogan por arriba siempre hay fundamentalismo, y por abajo fascismo social".

Ex flamenco
"Si el flamenco tuviera que depender solo de Andalucía, sería una mierda", concluye el cantaor, quien se autoproclama ex flamenco: "Nací por él, estuve en él, pero superé esa etiqueta. Defiendo a quien quiera seguir llamándose así, como he hecho al frente del festival de Madrid este año, pero hay un cacao brutal sobre lo que eso supone en la práctica. Yo soy el anticristo, pero tengo que reivindicar, como he hecho, a José de la Tomasa, a La Fabi o a la chirigota del Selu. Y yo no soy un reformista. Morente intentó reformar la palabra cantaor, pero yo decidí que no gastaría energías en eso, por más que en lo que hago siempre haya una parte flamenca: por eso soy ex flamenco".

https://www.eldiario.es/andalucia/l...-opera_contemporanea-cultura_0_902910051.html
 
Los Planetas: "Empiezan a surgir fascismos como setas y esto merece una reflexión"

Creación cultural

La banda granadina sigue de gira para celebrar el aniversario de Una semana en el motor de un autobús y prepara un trabajo con el Niño de Elche titulado Fuerza Nuevaque no esconde sus intenciones de agitación política
Florent: "Vamos hacia un punto en que va a haber el mismo número de tías que de tíos, en todo, de igualdad para todo (...) y me parece un extremismo"
Jota: "El hombre se dedica más a este tipo de actividades, como la música, que requieren más riesgo, más aventura. Las mujeres son más conservadoras por el tipo de educación"

Carmen López
19/06/2019 - 21:37h
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Los Planetas

Los Planetas tienen fama de no ser muy cordiales con la prensa aunque, antes de que lleguen, el mánager asegura que eso no es más que leyenda. "Son muy majos", dice mientras les llama para que se presenten, inquieto por la hora. Hay poco tiempo para la entrevista, que será con Jota y con Florent. Esa misma noche actúan en la séptima edición del Festival Jardins Pedralbes, con su concierto para orquesta sinfónica y coro que conmemora el vigésimo aniversario del disco Una semana en el motor de un autobús (el cumpleaños fue el año pasado pero la fiesta continúa). Al mediodía tienen prueba de sonido y la agenda está apretada.

Primero aparece Florent, guitarra de la banda granadina, con sus sempiternas gafas de sol y rictus serio. Saluda y trata cuestiones logísticas con su representante. También bromean en código sobre por qué tarda el otro. Mientras tanto, en el hall del hotel de cinco estrellas en el que se hospedan hay un trasiego constante de maletas, huéspedes y trabajadores que van de un lado a otro intentando gestionar el caos. Por lo visto, el ajetreo está causado un evento relacionado con coches de súper lujo que se celebra en la ciudad.

Cuando el cantante se presenta, sugiere una zona tranquila que ha visto en la planta de arriba. Aunque el mánager tenía razón, al principio las respuestas son escuetas, pero según avanza la conversación se van animando a hablar, a veces pisándose entre ellos al contestar.

Hace unos días sacaron un vinilo 7' con dos canciones en directo: Santos que yo te pinte y Señora de las alturas en color rojo, con textos realizados por Francisco Baena (Director del museo de arte moderno de Granada) y diseñado por Javier Aramburu. ¿Sale a cuenta sacar este tipo de productos o es un capricho para coleccionistas?

Jota: Sirve para que la gente siga teniendo cosas exclusivas de Los Planetas, yo creo que merece la pena. Además es una edición de coleccionista [numerada a mano y limitada]. Nuestros discos tienen mucho valor en el mercado de segunda mano y a partir de la compra ya va a valer más dinero.

Siguen celebrando el 20 aniversario de Una semana en el motor de un autobús con el concierto sinfónico. Este año se cumplen 25 años delSuper 8, ¿tienen pensado hacer algo especial para conmemorar este también?

J: Estuve hablando con May [ex bajista] para hacer una gira con la formación original este año, pero no quería.

Después de todo el trote que llevan tras 25 años, ¿les sigue gustando dar conciertos o es una cuestión de dinero?

Florent: No, nos fascina tocar y es una cosa importantísima para nosotros. Viajar, conocer gente… parece un tópico pero es así.

De aquellos chavales que empezaron en los 90, ¿queda algo en ustedes?

Florent: El mismo espíritu guerrillero, las mismas ganas de hacer cosas interesantes, de aprender, de evolucionar. El tiempo pasa para todos pero te da más capacidad, más seguridad.

J: Seguimos conservando el espíritu, por lo menos. Que es el que nos movía a hacer música y a expresar ideas diferentes a las que pensaba otra gente, de otra manera. Creemos que seguimos teniendo esa voz distinta a la que pueda ofrecer cualquier otro artista, una manera de hacer particular. Y queremos seguir haciéndolo.

Están trabajando en un proyecto con El Niño de Elche que se llama Fuerza Nueva y sale el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Todo relacionado con extrema derecha. ¿Son ganas de provocar? ¿De que Vox compre su disco?

Florent: Son ganas de agitar las conciencias de la gente. Es un proyecto que no tiene nada que ver con Los Planetas.

J: Bueno, tiene a miembros de Los Planetas, está grabado como nosotros grabamos pero con la voz de Paco [de El Niño de Elche]… aunque las ideas son muy suyas.

Florent: Abarcamos muchas más ideas que las de Fuerza Nueva, que eran bastante claras.

Sí, pero, ¿qué les llevó exactamente a ponerle ese título?

J: Remover las conciencias de la gente, porque empiezan a surgir fascismos como setas, por todas partes, y merece una reflexión. Reflexionamos sobre eso: ultranacionalismos, sentimientos religiosos...

Es llamativo, porque el trasfondo político de sus canciones no suele ser evidente y ahora salen con algo así.

Florent: Sí, es mucho más fácil ser más claro, más contundente.

J: Son ideas que derivan del 'situacionismo', de usar los símbolos fuera de su contexto y el cambio de significado que adquieren.

F: En los tiempos que corren nos parece interesante tomar una posición aunque sea haciendo música.

Los Planetas dieron el giro al flamenco en 2007 con La leyenda del espacio, ¿se consideran precursores del nuevo resurgimiento del género?

J: Nosotros lo hicimos antes que nadie.

F: A partir de ese disco empezamos a proponer una mirada más a lo nuestro, a las raíces. Y en aquel momento los artistas miraban más hacia afuera, hacia la cultura anglosajona, porque a todos nos gusta. Pero aquel discurso nuestro fue muy novedoso. Para algunos, muy impertinente e irritante y para otros supuso una apertura de puertas al flamenco.

J: Y después salió un movimiento interesantísimo, con artistas como El Niño de Elche, Rosalía, Soleá Morente, Rocío Márquez…

F: Y haciendo folk también. Nacho Vegas, Lorena Álvarez, Los Hermanos Cubero… gente que reivindica las raíces. Y posiblemente nosotros fuimos pioneros en ese aspecto.

¿Ya están en la lista de espera para colaborar con Rosalía?

J: Nada... Rosalía es una estrella ya. A ver, está haciendo cosas muy interesantes y está llevando el flamenco a un público que nunca lo había escuchado ni sabía lo que era. Se le nota que tiene pasión por el flamenco, que es de la cultura que viene. Yo la conocí cuando hizo el disco con Refree (2017) y no he vuelto a tener contacto con ella.

En 2016 nació la Unión Estatal de Sindicatos de Músicos, Intérpretes y Compositoras para luchar por los derechos de los trabajadores y trabajadoras del sector, ¿lo ven necesario?

J: Es un sector muy conflictivo, debería reunirse alrededor de la reclamación de sus derechos que ahora mismo están en manos de las nuevas multinacionales: Google, Spotify… En este momento la música está generando más cantidad de dinero que nunca y nunca le ha revertido tan poco a los creadores.

F: No hay una justicia. Entonces sí, es interesante que los artistas tengan esa visión.

Entonces, ¿se afiliarían a ese sindicato?

J: Bueno, nuestro trabajo como artistas es exponer la idea… te puedo decir eso, que sería interesante que los artistas se unieran para reclamar que parte del dinero que produce su trabajo revierta en ellos de manera justa, porque si no el creador... Los que crean el pensamiento, los que crean la opinión, no tienen ni para vivir.

También hay reclamaciones al respecto de la precariedad de la gente que trabaja en los festivales o en las salas de conciertos. ¿Se preocupan por conocer las condiciones laborales de esos trabajadores?

F: No, a tanto no creo que lleguemos. Pero somos conscientes de que hay explotación, abuso… Los grandes festivales tendrán subcontratas y sus historias que hacen que el que más trabaja sea el que menos cobra.

J: Deriva de lo que decía antes, de que si parte de todo el dinero que se genera se repartiese, no habría esa precariedad.

Me refiero a que si ustedes, como grupo consolidado y al que la gente escucha, dijesen: "Deberían pagar mejor a la gente que trabaja en las salas", quizás podrían influir en este tema.

J: Yo creo que el principal problema no lo tiene un tío que tiene una sala y que paga a sus trabajadores lo que pueda dependiendo de lo que gane. O un festival. Donde verdad se está moviendo el dinero es a nivel de Google, Amazon, Apple…

En su última edición, el Primavera Sound presentó por primera vez un cartel paritario, con tantas mujeres como hombres. ¿Creen que son necesarias estas iniciativas?

F: En mi opinión personal, al artista lo mido por su calidad artística y no por su s*x*. A mí esto me parece ya un poco exclusivista, no deberíamos llegar a este punto.

J: La verdadera igualdad es cuando escuchas a un artista y te da igual si es hombre o mujer.

F: Pero el mundo del arte no creo que sea tan discriminatorio en este tema.

Bueno, hay muchas mujeres de este sector que denuncian que tienen menos visibilidad por el hecho de serlo.

J: Tradicionalmente ha habido menos chicas que se han dedicado a la música. Supongo que por el tipo de cultura del que venimos. El hombre se dedica más a este tipo de actividades que requieren más riesgo, más aventura y las mujeres son más conservadoras por el tipo de educación.

F: Pero también llega un punto en el que en las barras [estadísticas] va a haber el mismo número de tías que de tíos, en todo. Vamos ya hacia un punto que igualdad para todo... y me parece un extremismo…

¿Creen que es artificial?

J: Cualquier cosa que sea la reivindicación de la igualdad es buena.

F: Sí, sí. Pero llega un punto en el que cualquier trabajo va a ser mitad y mitad, no sé.

Hace dos años colaboraron con Yung Beef. En aquel momento el trap estaba en el top. ¿Sigue así o fue una burbuja fugaz?

J: Han salido un montón de nuevos artistas interesantísimos a través de esos nuevos canales. Una nueva manera de usar la tecnología, que permitió a personas hacer música sin tener formación musical o técnica. Esa misma tecnología que democratiza la producción musical también es un arma de doble filo, porque aunque todo el mundo puede usar la misma herramienta no todas las personas tienen las mismas capacidades, pero por lo menos puedes elegir.

F: Sobre todo creo que quedarán los más interesantes, los que tienen una valía artística. Los demás caerán. Es una burbuja en la que todo el mundo suena a lo mismo, copia lo mismo…

J: Pero la revuelta ya está hecha. Las ideas que proponen son muy novedosas, muy interesantes, potentísimas. Como es denunciar que es una estupidez que la droga esté penalizada, que la única manera de liberarse de la esclavitud es traficar con drogas… Tienen ideas muy nuevas que otra gente no se atrevió a decir hasta ahora.

Al hilo de eso: vivimos en un momento en el que hay raperos en la cárcel, ¿creen algunas de sus canciones antiguas ahora no podrían haberlas hecho?

J: No. Todas las canciones tienen un sentido y yo estoy orgulloso. No hay ninguna de la que me arrepienta.


No, no que se arrepientan. Me refiero a temas como Mi hermana pequeña, por ejemplo. A los problemas que les podría haber traído si la hubiesen publicado actualmente, que se les echasen encima y la tuviesen que quitar del disco.

J: Mi hermana pequeña fue una idea muy radical de incesto y de violencia. En aquel momento provocó que la gente escuchase el grupo y que se interesase. Ahora mismo no estamos interesados en hacer canciones tan fuertes. O igual sí, no lo sé.

F: Cuando eres más joven tiendes más a provocar y a tener un lenguaje más radical. Y luego te abres más a la poesía, a otros campos…

J: En una obra de arte es en donde se puede ejercer la violencia, porque no es física, es mental.

F: Pienso que el arte tiene ese punto irreverente que no cualquier persona lo puede hacer. Te da esa licencia de agitar conciencias, de decir la verdad, a través de la música, el cine…

Además de los proyectos paralelos que tienen, ¿están haciendo cosas nuevas como Los Planetas?

J: Hicimos Eterna lucha para animar el ascenso del Granada a primera división. Y estamos terminando de mezclar un disco en directo que tenemos grabado. A ver si conseguimos sacarlo antes de que termine el año.

Pero, ¿volverán a sacar algo como Los Planetas?

J: Seguramente.

F: Cuando los vengan las musas y las ganas de hacer cosas.

Original, conteniendo videos musicales:
https://www.eldiario.es/cultura/musica/Planetas-ganas-agitar-conciencias-gente_0_911308975.html
 
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