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ESTRENOS DE CINE
'Cambio de reinas': así canjearon España y Francia a sus princesas para no destruirse
Marc Dugain recupera este episodio de la historia de las monarquías europeas, cuando Luis XV de Francia y el principe Luis de España vieron pactar sus respectivos matrimonios de conveniencia


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Ana Rodríguez, Lambert Wilson, Kacey Mottet Klein y Anamaria Vartolomei, en 'Cambio de reinas'. (Surtsey)


MARTA MEDINA
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CRÍTICAS DE CINE
CARTELERA Y ESTRENOS DE CINE



15/02/2019

A Mariana Victoria de Borbón, hija de Felipe V, la levantaron de la cama un día de 1721, cuando apenas había cumplido cuatro años, y la metieron en un carruaje en dirección a Versalles para contraer matrimonio con Luis XV, rey de Francia, de 11 años. A Luisa Isabel de Orleans, hija del regente del país galo, Felipe de Orleans, la despertaron otro día de aquel 1721, y con apenas 12 años, la mandaron sin margen de réplica en dirección a Madrid para casarse con Luis, también menor de edad, hijo de Felipe V, hermano de Mariana Victoria y futuro rey de España. El intercambio se hizo en la Isla de los Faisanes: al cruzar la frontera debieron dejar atrás a su familia, su pasado, sus objetos personales y su nacionalidad. Pasaron a ser 'propiedad' del reino vecino.

'Cambio de reinas' es el cuarto largometraje del realizador francés Marc Dugain, basado en la novela histórica 'Cambio de princesas', de Chantal Thomas, que retrata a Mariana Victoria y Luisa Isabel como mártires de la geopolítica del absolutismo. Dos mujeres que sirvieron como peones para la supervivencia de sus respectivas dinastías y que, a pesar de pertenecer al estamento más privilegiado, no tuvieron voz a la hora de elegir su futuro. Aunque, para reforzar esta idea, Dugain se encierra dentro de los respectivos palacios e ignora la existencia de un pueblo extramuros oprimido y empobrecido, apenas esbozado en un breve encuentro fortuito entre el séquito de Luisa Isabel y una joven campesina.



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Las dos futuras reinas, en el momento del intercambio. (Surtsey)







Después de la guerra de la Cuádruple Alianza —en la que España se enfrentó a Francia, el Sacro Imperio Romano Germánico, el Reino Unido de Gran Bretaña y las Provincias Unidas de los Países Bajos—, Felipe de Orleans y Felipe V de Borbón decidieron poner fin a la sangría económica y humana del conflicto bélico y asegurar la paz futura con dos matrimonios cruzados entre ambas monarquías. La visión que los franceses tenían de España queda descrita a través de los ojos de Luisa Isabel (una poderosa Anamaria Vartolomei), que desdeña la corte española por beata, primitiva y poco sofisticada. Luis de Borbón (Kacey Mottet Klein), su prometido, aparece como un joven pusilánime, sin voluntad propia y dominado por un Felipe V (Lambert Wilson) caprichoso y excesivo.

Luis XV parece sentir más apego por algunos de los nobles núbiles que lo acompañan a diario

Si Luisa Isabel es una 'punk' de la época, rebelde y subversiva —acabarán conociéndola como 'la reina loca'—, Mariana Victoria (Juliane Lepoureau) es una niña dócil y deseosa de agradar que se da de bruces con las críticas cortesanas —"es enana", "dicen que no va a crecer"— y el desinterés de su futuro esposo (Igor van Dessel), que parece sentir más apego por algunos de los nobles núbiles que lo acompañan a diario. La contradicción de detentar la autoridad (aunque sea de manera simbólica) y estar a la vez sometidos en la faceta más humana, e incluso fisiológica. Porque el poder puede ser absoluto... hasta que se cruza con la viruela.



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Un fotograma de 'Cambio de reinas'. (Surtsey)


El filme de época de Dugain, suntuoso en el diseño de producción pero demasiado académico en la forma, peca además de excesiva solemnidad. Apenas hay resquicio para la ironía, apenas toma distancia y se limita a subrayar la soledad de las pobres niñas ricas —y la de sus futuros maridos—. La escena en la que a Luis, adolescente con las hormonas desatadas, le interrumpen un intento de Paj* con el retrato al óleo de su futura esposa es una de las pocas distensiones que se permite el director. Y el cuerpo pide más mala baba.

'Cambio de reinas' incide de manera recurrente en la relación de su cuarteto protagonista con su propia sexualidad

Precisamente, 'Cambio de reinas' también incide de manera recurrente en la relación de su cuarteto protagonista con su propia sexualidad: frente a la obligación de asegurar la continuidad dinástica a través de la concepción de un heredero, Dugain contrapone a una niña inocente cuyo máximo interés es jugar con las muñecas, mientras la corte francesa se lamenta de su incapacidad para concebir a corto plazo —recordemos, tiene cuatro años— con tres adolescentes que se enfrentan a un despertar sexual que choca con sus deberes institucionales.



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Cartel de 'Cambio de reinas'.




Si en 'La favorita' Yorgos Lanthimos apunta con su cámara afilada y burlona al absurdo y la volubilidad de las dinámicas de dominación y sumisión en las estructuras de poder y, en concreto, dentro de la corte de Ana de Gran Bretaña —contemporánea a la de Felipe V—, 'Cambio de reinas' se centra en el sacrificio de cuatro jóvenes —en especial de las dos niñas, sometidas a una institución tan patriarcal como la monarquía— en aras de la estabilidad política y de la perpetuación de una dinastía que, en uno de los casos, fue pasada a cuchilla tan solo 70 años después. ¡Pobres niños ricos! O no tan pobres: al menos, la cabeza la conservaron.

https://www.elconfidencial.com/cultura/cine/2019-02-15/cambio-de-reinas-estreno-critica_1802582/
 
ESTRENOS DE CINE
'Holmes & Watson': dos tontos muy tontos en el Londres victoriano
El director y guionista Etan Cohen ('Dale duro', 2015) es el responsable de esta comedia olvidable basada en los personajes más icónicos de Arthur Conan Doyle


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John C. Reilly y Will Ferrell, en 'Holmes & Watson'.



MARTA MEDINA

22/02/2019


En 'Holmes & Watson', la hache es la clave. Pero no la de Holmes, sino la del director Etan Cohen, que no Ethan Coen. Ojalá. Cohen empezó su carrera como guionista en 'Beavis & Butt-Head', serie de culto de los noventa para paladares cáusticos y subversivos, se curtió en el formato televisivo —con paso por 'El rey de la colina' y 'Padre made in USA'incluido— y dio el salto al cine con la coescritura del 'libreto' de 'Idiocracia' (2006), una sátira sobre cómo el 'american way of life' de comida basura, culo sentado y s*x* paleto desprotegido puede acabar con la aparición de la especia humana más estúpida de la cadena evolutiva. Una gran premisa, un desarrollo mejorable. Con el guion de 'Tropic Thunder' (2008) tocó techo —también hay que reconocer que Ben Stiller es un director de comedia a reivindicar sin complejos— en materia de humor incorrecto y mordaz, sin escatimar en gags sobre minorías raciales y minusvalías, y en 2015 se estrenó como director de largometraje con 'Dale duro', protagonizada por Will Ferrell.





Además de la trampa de la hache, 'Holmes & Watson' juega sucio con las expectativas de reunir a Ferrell y John C. Reilly como dúo cómico virtuoso —'Pasado de vueltas' (2006), 'Hermanos por pelotas' (2008)—. Pero nada más lejos de las comedias del primer Adam McKay. Esta parodia de los detectives de Conan Doyle es, de principio a fin, un despropósito: los gags son reciclados y previsibles y Cohen se encomienda a la escatología y al histrionismo de los actores para provocar unas risas que nunca llegan. Chicharras en un secarral manchego.



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Una escena de 'Holmes & Watson'.




La —discutible— comicidad de la película de Cohen recuerda a las peores secuelas de 'Scary Movie'. Como ejemplo: una secuencia en la que varios personajes enumeran 'ad infinitum' diferentes locuciones para referirse a una Paj*. Tampoco faltan las gracias sobre el vómito; ¡extra, extra! Ese género ya alcanzó su cénit con 'Este chico es un demonio 2' (1991) y la anciana fascista de 'Little Britain'. Sorprende que actores como Ralph Fiennes, Rebeca Hall, Steve Coogan, Rob Brydono Hugh Laurie, aparte de los protagonistas, hayan aceptado participar de un desastre previsible desde el germen.

Hay incluso una secuencia en la que varios personajes enumeran 'ad infinitum' diferentes locuciones para referirse a una Paj*

Para ser los detectives más reputados de todo Londres, Sherlock (Ferrell) y Watson (Reilly) son dos tontos de baba que sorprende que no hayan muerto por heridas autoinfligidas. El primero es, además, una diva petulante. Y si en 'El secreto de la pirámide' (1985) Barry Levinson imaginaba un primer encuentro entre ambos personajes en su época de estudiantes, aquí Cohen propone una amistad cimentada en un equívoco causado por un sentido del oído poco agudo: Watson se quiere su***dar tirándose de un tejado y, en caso de hacerlo, iría a caer sobre un calabacín gigante cultivado por Sherlock con esmero durante años; Sherlock quiere evitar la destrucción del calabacín y Watson entiende que lo que quiere es disuadirle de saltar, todo esto alargado hasta el desquicie.



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Una amistad construida sobre un calabacín gigante. (Sony)


Hay un asesino en serie suelto por el Londres victoriano, una mente aviesa que solo Sherlock puede detener: Moriarty (Fiennes). En la fiesta de cumpleaños de Sherlock, aparece un cadáver dentro de una tarta gigante y, después de una serie de tretas absurdas incluso dentro de la falta de coherencia de la película, él y Watson comienzan una investigación para detener al supuesto autor del crimen antes de que cumpla su amenaza de matar a la reina Victoria (Pam Ferris). Cohen lleva entonces a los personajes por los rincones más aleatorios de la ciudad proletaria, desde un gimnasio de hombres tatuados por un tatuador manco (Coogan) hasta el Titanic —sí, el Titanic—, con cameo especial incorporado.

Para engordar la trama sucinta, Cohen añade dos personajes femeninos

Para engordar la trama sucinta, Cohen añade dos personajes femeninos que inician la habitual subtrama romántica de contrastes: los detectives se cruzan con dos jóvenes estadounidenses, la doctora Grace Hart (Hall) y su sujeto de estudio, Millie (Lauren Lapkus), una mujer con la inteligencia de un niño pequeño, o de un roedor, más bien. El director y guionista reincide una y otra vez, como un cliente borracho a un camarero hastiado, en un chiste sobre la incredulidad de Holmes y Watson ante la posibilidad de que una mujer pueda ser médica. La insistencia en la gracia fallida duele.



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Cartel de 'Holmes & Watson'.




Lo único que no hace que el barco se hunda hasta el fondo es la química existente entre los dos actores protagonistas—y el excelente reparto, en general— y alguna secuencia metarreferencial, como la idea de una autopsia romántica o un número musical imprevisto. No hay demasiado más donde rascar: resulta difícil creer que el guionista de 'Tropic Thunder' y el responsable de 'Holmes & Watson' sean la misma persona. Y por la falta de entusiasmo de su doblaje al castellano, a Santiago Segura y Florentino Fernández tampoco parece haberles convencido.

https://www.elconfidencial.com/cult...omes-watson-will-ferrell-john-reilly_1839906/
 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Miércoles 8


08/04/2020


Cine
La versión de Warhol de La naranja mecánica. Todo el mundo recuerda la versión de 1971 de Stanley Kubrick de La naranja mecánica, la novela de Anthony Burgess. Pero en cambio pocos se acuerdan que tras publicarse el libro en 1962, tres años después ya tuvo su adaptación al cine. Y hecha nada más y nada menos que por Andy Warhol, que rodó una película de 70 minutos y con solo tres planos inspirada –obviamente, de manera muy vaga- en la novela de Burgess. Es Vinyl, otro de los artefactos del artista afincado en Nueva York. De la trama original está por ejemplo la tortura a ritmo de Nowhere to Run, de Martha and the Vandellas. También hay otros momentos de violencia en una película, hay que reconocerlo, nada fácil de ver, porque como todas las de Warhol se mueve en la fina línea que separa a veces el arte del aburrimiento. Ahora que tenemos algo más de tiempo en casa, está disponible en YouTube y resulta interesante por su música, por aprehender cómo Warhol se planteaba el cine y por volver a ver en la pantalla a algunas de las figuras que paseaban por Factory como Ondine, Gerard Malanga y la siempre hipnótica Edie Sedgwick.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Jueves 9

Cine
El primer Superman. Los hermanos Fleischer figuran entre los grandes olvidados de la historia del cine. Dave y Max estrenaron el primer filme animado sonoro, y lo hicieron en 1924. Fueron los urdidores del mítico personaje de dibujos Betty Boop, que irradiaba sensualidad. También dieron vida a Popeye para las salas. Inventaron la rotoscopia, un aparato que durante décadas sirvió para lograr profundidad en las películas de animación. Y, entre otros logros, llevaron, como buenos pioneros, a Supermán a la gran pantalla tres años después del nacimiento del personaje en los tebeos. Los Fleischer realizaron 17 cortometrajes (primero rodaron nueve, y más tarde otros ocho) entre 1941 y 1943, y en esos filmes ampliaron uno de los poderes del hombre de acero que menos aparecía en sus tebeos: volar. Es curioso cómo en los primeros nueve el superhéroe se enfrenta a enemigos más acordes a su mundo imaginario (robots, meteoritos, dinosaurios gigantes), mientras que en los siguientes el personaje sirve como canal de propaganda en mitad de la Segunda Guerra Mundial: incluso hay un cameo de Adolf Hitler. Para alegría de cualquier espectador, las 17 entregas están en YouTube remasterizadas, y han servido de influencia a decenas de creadores de generaciones posteriores. Un ejemplo: el robot de El castillo ambulante, de Miyazaki, se inspira en los antagonistas de Supermán en el corto The Mechanical Monsters. Un disfrute.



Fotograma de uno de los cortos animados de Superman.


Fotograma de uno de los cortos animados de Superman.


 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Viernes 10


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10/04/2020

Cine
La guerra, según Frank Capra. Durante la II Guerra Mundial, la maquinaria de Hollywood ya funcionaba a pleno rendimiento. Fue el primer gran conflicto bélico en el que el cine sirvió como propaganda. El audiovisual era el nuevo niño bonito, y la pantalla refulgía con las aportaciones de, por ejemplo, desde el lado nazi Leni Riefenstahl, que posteriormente ha marcado décadas de publicidad. Estados Unidos no se quedó a la zaga y, entre intérpretes realizando espectáculos para la tropa y directores filmando las batallas, produjo una avalancha de trabajos interesantes. Uno de ellos es Why We Fight, serie documental de Frank Capra que se puede ver pinchando aquí. Es un encargo del Ejército de EE UU de 1942 para justificar su entrada en combate, y analiza a los enemigos de Estados Unidos en siete episodios con la voz en off de Walter Huston. Lo curioso es que se filmó para arengar y enseñar a las tropas y, tras su éxito con este público restringido, Capra pidió estrenarlo en cines, donde fracasó porque el público a esas alturas ya tenía más información. Dicho lo cual, un capra siempre es un capra. A recuperar.

 
Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Sábado 11


'Demencia 13', película de Francis Ford Coppola (1963)

'Demencia 13', película de Francis Ford Coppola (1963)


Cine

Demencia 13, el primer Coppola. Esta semana, el maestro Francis Ford Coppola ha cumplido 81 años. En homenaje a la leyenda, recuperamos su primera película, Demencia 13 (1963), rodada en nueve días en Irlanda bajo el paraguas de la productora de Roger Corman, quien filmaba de día Rivales pero amigos con escenarios y actores que usaba Coppola por la noche. Coppola fue el niño prodigio de la universidad de UCLA, y ya estaba trabajando mientras acababa los estudios. En aquellos años, si había alguien rodando constantemente y dando oportunidades a los jóvenes, era Corman. Y a él recurrió Coppola en busca de experiencia. Demencia 13 (aquí en dominio libre restaurada) es un filme clásico de terror con una viuda que esconde la muerte de su marido, y su cadáver, a su extraña familia. No hay grandes desarrollos de personajes, en un blanco y negro desasosegante… pero es la primera película de Coppola. Y eso lo salva.

 
Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Domingo 12

Cine


Fotograma de 'The Spanish Earth' (1937)


Fotograma de 'The Spanish Earth' (1937)

12/04/2020


Hemingway en la Guerra Civil. ¿Cuánto de lo que contaba Ernest Hemingway era cierto? ¿Corrió en los sanfermines? ¿Conocía bien España? ¿Llegó a pisar el frente durante la Guerra Civil? ¿Entró en París de los primeros tras su liberación en la Segunda Guerra Mundial? Más allá de la leyenda, Hemingway fue un personaje fascinante y un escritor fundamental para entender el siglo XX. Durante la Guerra Civil fue uno de los periodistas que contó al mundo lo que pasaba tras el golpe de Estado de las tropas nacionales. Y entre algunos de sus trabajos está The Spanish Earth (1937, disponible aquí en dominio libre), un documental de una hora que Hemingway coprodujo, ayudó a escribir y narró. El escritor había creado -junto a otros artistas como Archibald MacLeish, John Dos Passos o Lillian Hellman- la empresa Contemporary Historians para producir documentales que sirvieran para recaudar fondos para la causa republicana. Arrancaron con 18.000 dólares (5.000 de ellos del mismo Hemingway) y contrataron al holandés Joris Ivens para hacer esta película. Aunque en su momento muchos acusaron al filme de ser mera propaganda, hoy merece la pena como retrato antropológico y por observar los rostros de unos españoles angustiados con el devenir de los tiempos.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Lunes 13


Fotograma de 'Éxtasis' (1934)

Fotograma de 'Éxtasis' (1934)


Éxtasis. El 7 de agosto de 1934 en el festival de Venecia hubo un terremoto cinematográfico: el director checoslovaco Gustav Machatý estrenó Éxtasis, protagonizada por Hedwig Kiesler, que mostraba el primer desnudo integral femenino del cine y alcanzaba el orgasmo en una secuencia de s*x*. A pesar de estas referencias, Éxtasis es una película eminentemente feminista: su protagonista, recién casada con un anciano, descubre primero la debilidad de su marido. Y por ello, busca y encuentra a una nueva pareja, Adam, con quien tampoco vivirá un romance perfecto. En la pasada Mostra se reestrenó una película restaurada de las versiones francesas y anglosajonas (no queda material del original checo). Éxtasis (de la que se puede aquí la mejor parte) convirtió a Hedwig Kiesler, con menos de 20 años, en un icono erótico. Kiesler viajó a Hollywood para trabajar con Louis B. Mayer, quien le cambió el nombre por el de Hedy Lamarr. Se convirtió en una estrella gracias a Sansón y Dalila, Pasión que redime o La extraña mujer. Pero además Lamarr vivió otra pasión: la de inventora. Durante la Segunda Guerra Mundial, creó un sistema que impidió a los alemanes prever la trayectoria de los torpedos estadounidenses. Ese invento fue la base del bluetooth y el wifi.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Martes 14


Promoción de 'Ladies and Gentlemen… Mr. Leonard Cohen' (1965)



Cine
Canadá conquista el mundo. La National Film Board of Canada en inglés (Office national du film du Canada, en francés) es la organización pública canadiense que promueve su país por todo el mundo produciendo y distribuyendo películas. Desde que se fundó en 1939 han levantado 3.000 producciones, la mayor parte de ellas documentales, aunque también animación, cortometrajes experimentales, filmes educativos y dramas indies. Su sede, a las afueras de Montreal, sirve como epicentro de la expansión de su –llamémosla- canadiosidad, tanto en inglés como en francés. En 2008 empezaron a desarrollar su estrategia digital, y gracias a ella, en su web se puede acceder hoy a su archivo completo: hablamos, repetimos la cifra, de 3.000 películas. Ahí queda eso. Asomarse a esta cornucopia cinematográfica aturde: hay fascinantes documentales sobre la II Guerra Mundial, reportajes sobre escritores canadienses tan de moda hoy como Margaret Atwood (El cuento de la criada) o estadounidenses como Jack Kerouac; acceso al documental de 1965 Ladies and Gentlemen… Mr. Leonard Cohen, cuando el bardo de Montreal solo contaba con 30 años; un repaso a la carrera del cineasta Norman Jewison… En Canadá la experiencia lograda con el inhóspito frío ya les había preparado todo un menú cultural para disfrutar encerrados en casa.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Miércoles 15

Imagen de 'El perro andaluz' (1929).

Imagen de 'El perro andaluz' (1929).


Cine
Un paseo por el surrealismo en el cine. Pocas parejas más extrañas y a la vez complementarias para la historia del cine como las de Luis Buñuel y Salvador Dalí, de la que ya se ha escrito ríos de tinta. De esa relación nacieron dos obras fundamentales para la historia del cine: El perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930). La primera tiene un título elegido al azar, para que no tuviera relación con sus contenidos, que en teoría iban a ilustrar un postulado del movimiento surrealista: la conjunción de la libertad individual (Freud) con la social (Marx). Y para ello rompe con las hasta entonces formas canónicas de la representación visual para lanzarse al placer de rodar y mostrar unas imágenes agresivas. El perro andaluz nace de dos sueños: el de Dalí con hormigas que pasean por sus manos, y el de Buñuel, que recordaba cómo una navaja cortaba un ojo. Y en sus 17 minutos, la realidad, sin unidad ni temporal ni temática, se muestra a través de cinco divisiones: ‘Érase una vez’, Ocho años después, Hacia las tres de la mañana, Dieciséis años antes y En primavera. Y no, no vale sacar interpretaciones ulteriores: sus directores rechazaron entrar en ese juego. Aquí se puede ver gratis

En cuanto a La edad de oro, otro guion de los dos, vuelve a indagar en un tema que le fascinaba a la pareja, como era la puesta en escena del amour fou. Tras separarse los dos amigos abruptamente, Buñuel dirigió en solitario ese libreto, que ilustra el amor y el deseo que consume a una pareja de amantes, y sus intentos de encarar los convencionalismos sociales mientras buscan el regreso a un mítico tiempo primigenio, la edad de oro del título, en el que su amor no es objeto de sospecha. De una hora de duración, aquí está disponible también gratis.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Jueves 16


Imagen de 'La ruta de Don Quijote'.

Imagen de 'La ruta de Don Quijote'.



Cine
Recordando el espíritu de la Segunda República. La Filmoteca Española, en su iniciativa #DoréEnCasa en su canal de Vimeo, realiza un emotivo homenaje a todos los que lucharon por los ideales de la Segunda República, gente que creyó que aquel proyecto de 1931 podía ser una “república democrática de trabajadores de toda clase”, según se podía leer en el primer artículo de su Constitución. Para ello ha montado hasta el viernes con un hermoso programa doble. Primero con La ruta de Don Quijote (1934), con la que el cineasta Ramón Biadiú mezcló aquel espíritu y los pasos del hidalgo manchego. Santos Zunzunegui lo explica en la hoja de sala digital que acompaña a la proyección: “El trabajo apunta hacia la rotunda materialidad del mundo posible puesto en pie en la narración liberándola de toda posible ganga fantástica. Hecho que, en términos cinematográficos, no puede sustanciarse de otra manera que mediante una filmación que ancle las peripecias del hidalgo en los espacios y las gentes actuales que pueblan aquí y ahora el territorio de sus andanzas imaginarias”. Como segundo plato, llega la otra cara de la moneda, el final de ese esfuerzo cinematográfico En el otro extremo; y, como visión complementaria, Sierra de Teruel, de André Malroux, película de 1938 presentada en un vídeo por Fernando Trueba, y que transita entre el neorrealismo, la imagen más telúrica que folclórica y la pasión por la épica del cine soviético.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Viernes 17


Fotograma de '40 Days for Learn Film', de Mark Cousins.

Fotograma de '40 Days for Learn Film', de Mark Cousins.


Cine
Amar al cine. “Cuando eres cinéfilo, y tienes las películas de, por ejemplo, Isabelle Huppert, no estás completamente solo”. Con un discurso en el que explica su pasión por el cine y su actual confinamiento (muestra la ventana por la que mira cada mañana), el irlandés Mark Cousins arranca su nueva película, 40 Days for Learn Film, su aportación contra la pandemia de la Covid-19. Cousins es más divulgador que historiador al uso, pero ha encontrado en sus documentales un gran campo de juego y ha logrado la fama. Sobre todo por su apasionada serie de 15 episodios The Story of Film: An Odyssey, que recorre la historia del cine con una visión muy global, alejada del centralismo hollywoodiense. En La mirada de Orson Welles jugaba con poner la cámara allá donde hubiera estado el director de Ciudadano Kane y en Women Make Film reivindicaba las trayectorias de pioneras y directoras actuales de cine. Ahora ofrece gratuito en su canal de Vimeo y subtitulado en inglés (algo que se agradece por su fuerte acento) este paseo explicativo sobre los elementos fílmicos: la profundidad, el color, la tensión, la mirada, los bocetos, las películas de bodas o la creatividad y la transformación a través de unas imágenes de Picasso pintando, la tensión… El habitual cóctel extraño de Cousins. La película, que dura 2 horas y 16 minutos, puede verse del tirón o efectivamente dividida en esos 40 capítulos destinados a 40 días de cuarentena. Su voz, que desgrana sus pensamientos, y un montón de extractos de películas de todo el mundo, para encadenar algo que explica a mitad: “Esto son 40 maneras de amar el cine”.


 
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