Elecciones generales. El día después.

Pedro Sánchez publica una imagen en la que sale con Albert Rivera reunido y todo Twitter le responde lo mismo
Por pere, 8 may 2019, 10:15
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Hablando de las manos. Todavía me acuerdo de éste gesto de Pedro Sanchez. Uff si lo hubiera hecho uno de un partido de la izquierda....

 
Una pregunta. No encuentro dondelo vi, pero planteaba que mayoritariamente la gente votante de derechas era más Rutinaria, mientras la de izquierdas al revés.
En mi caso se cumple.
Os parece cierto?
No entramos en si mejor o peor, solo si se cumple esa "ley"
 
Madrid, capital de Catalunya


Iceta no quiso ser ministro pero acepta ser presidente del Senado, Arrimadas da Catalunya por amortizada y ERC confía en que el pragmatismo le siga dando votos

Neus Tomàs
08/05/2019 - 21:54h
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EFE

Miquel Iceta, un federalista (de verdad) para presidir un Senado que no lo es
Miquel Iceta pudo ser ministro en el primer gobierno de Pedro Sánchez pero declinó la propuesta porque consideró que su lugar estaba en Catalunya y en un Parlament cada vez más denostado. Inés Arrimadas no supo ejercer de líder de la oposición porque no capitalizó el gran apoyo recibido en las elecciones autonómicas. Prefirió contribuir a la confrontación en vez de ayudar a la pacificación. El resultado obtenido en las últimas generales, en las que Ciudadanos se ha limitado a mantener los cinco escaños que ya tenía, prueba que los catalanes quieren hablar de soluciones, cansados ya de dar vueltas a los problemas. Arrimadas se pasó media campaña fuera, priorizó las fotos polémicas a las propuestas, y se va sin que los que se quedan sepan quién va a sucederla como cabeza de lista.




Los movimientos de Iceta, Arrimadas y la nueva estrategia de una parte del secesionismo confirman que tras el 28A el epicentro de la política catalana se traslada a Madrid. Si Pedro Sánchez sigue aún en la Moncloa es porque los independentistas han actuado como muro de contención de la derecha. El líder del PSOE puede caer en la tentación de hacer ver que no están y habrá quien le aconseje obviar su presencia, pero –sin ánimo de aguarle la fiesta– que sepa que siguen ahí. Ellos y sus votantes.

El Supremo no tiene intención de permitir a los políticos presos que han sido elegidos en estas generales que puedan ejercer sus derechos como diputados. Tampoco tiene previsto solicitar un suplicatorio al Congreso con el argumento de que ya están siendo procesados. Podrán recoger el acta (no pueden impedírselo) y tal vez asistir a la sesión constitutiva de las Cortes. Con un poco de suerte o de magnanimidad mal entendida les permitan estar en la sesión de investidura. Pero poco más, aunque sean cargos electos que no han sido inhabilitados.

Ser juzgado no es sinónimo de estar condenado, algo que en España hay que subrayar porque no todo el mundo parece tenerlo claro. Incluso aún en todos esos escenarios en los que se entremezclan los intereses de los presos, los del Supremo y los del Congreso, y aunque el poder judicial acabe modificando –de forma cuestionable– representaciones parlamentarias, el independentismo, sea el más conciliador o el menos dialogante, seguirá siendo un actor político.

El intento de la Junta Electoral Central de apartar de manera chapucera a Carles Puigdemont de las elecciones europeas es solo un síntoma más de la inseguridad con la que algunos organismos afrontan un conflicto que solo puede tener una salida política. Ni el 155 ni los años de cárcel lo son.

Si Sánchez es valiente afrontará el conflicto de cara. Si no es así, contribuirá a cronificarlo. Del mismo modo que los partidos independentistas deberán actuar con una inteligencia que a menudo ha faltado y con una visión de Catalunya que no se limite a su burbuja amarilla. ERC ya ha empezado a entenderlo (o al menos eso parece). Ahora solo falta que lo asuman el resto de fuerzas secesionistas.

Igual ha llegado la hora de recuperar alguno de los documentos que acumulan polvo en los despachos socialistas y explorar una solución al mal llamado problema catalán. El resumen de todos ellos es la Declaración de Granada. Ahí, hace seis años, el PSOE empezó a acertar en el diagnóstico. En el 2017 firmó otro documento, otra declaración, la de Barcelona, en la que se asumía la reforma constitucional como alternativa al independentismo. En algún momento, el socialismo tendrá que pasar de la teoría a la práctica, por más que haya dirigentes que no lo entiendan y prefieran quedarse en las declaraciones. Iceta ironizaba hace poco con que a Sánchez ahora no hay quien le tosa en el PSOE y debe intentar aprovecharse de eso. A no ser que quiera que la plurinacionalidad continúe siendo el unicornio que una vez creyeron ver en Granada.

Es evidente que ni Pablo Casado ni Albert Rivera van a ayudar. Para ellos Catalunya es tierra quemada. De la etapa de Arrimadas como jefa de la oposición en el Parlament solo quedarán muchos carteles y una vehemencia mal administrada. Renunció a ejercer de jefa de la oposición porque pensó más en las cámaras que en la Cámara. Todos los hemiciclos se han convertido en un plató, pero en algún momento harían bien algunos políticos en recordar que su trabajo consiste también en negociar y transaccionar con el adversario.

Rivera y Arrimadas han utilizado Catalunya como plataforma para la proyección del partido y también para su promoción personal. Es legítimo, pero harían bien en fijarse en la evolución que el PP ha sufrido en esta comunidad para intentar que la trayectoria no acabe siendo similar. A diferencia de los populares, ellos aún están a tiempo de rectificar. La lección que PP y Ciudadanos deberían aprender tras el resultado de estas generales es que con Catalunya y Euskadi es más que complicado gobernar España. Pero sin Catalunya y Euskadi es imposible.

https://www.eldiario.es/zonacritica/Madrid-capital-Catalunya_6_897020316.html

Pedro Sanchez siempre ha ido a empujones de sus barones o de la izquierda. No ha sabido tener criterio propio, no ha sabido mantener los compromisos adquiridos, siempre ha acabado reduciendo las expectativas que se depositaban en él.

Es un líder que vive del nombre de PXXE. El aumento de los votos de éstas elecciones no es premio de la semilegislatura que ha llevado, ha sido el miedo de la derecha lo que le ha hecho aglutinar el voto de la izquierda. Si no lo sabe aprovechar acabará lamentandolo.
 
Emilio Campmany

¿A qué van?

Los dos badulaques permiten que, en esa disputa que tienen por liderar el centro-derecha, sea el PSOE quien tercie.
2019-05-08
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Pablo Casado y Albert Rivera | Cordon Press
La estrategia de Pedro Sánchez es casi ingenua de puro evidente. Tras unas elecciones en las que metió a todas "las derechas" en el mismo saco, ése que etiquetó con un letrero que decía "La foto de Colón", ahora las divide convocando a las dos supuestamente más moderadas y desdeñando a la tercera por radical. Para atraer a las incautas, Sánchez les ha agitado desde el umbral de la Moncloa la medallita de hojalata, más falsa que una sortija de roscón, con la que condecorará al jefe de la oposición. Uno, el más simple, cree que efectivamente está en manos de Sánchez otorgar la ambicionada distinción. El otro, algo más avisado, piensa que la conseguirá yendo al palacio a cantarle las cuarenta al convocante.

Fundamental en el truco que emplea esta especie de monarca laico, reyezuelo cateto de pocas luces que no pasa de guapo de bolera que es Sánchez es discriminar a Vox. "Queridos Pablo y Albert: a pesar de lo que he dicho durante la campaña, sé que no sois lo mismo que Abascal. Reconozco en vosotros genuinas convicciones democráticas, y por eso nos, desde nuestra majestad, hemos decidido descender a consultaros acerca del futuro Gobierno". Y los muy idiotas van. Como si, para demostrar lo muy centristas que son, tuvieran que avalar antes el imaginario centrismo del PSOE. Lo que en realidad están haciendo es permitir al PSOE arrogarse la función de dar patentes de constitucionalismo. Y eso pretende hacerlo quien dos días antes de convocar las elecciones aceptó que un mediador terciara en el supuesto conflicto entre España y Cataluña, que es en sí mismo una traición a la Constitución, además de una afrenta a la unidad de España. Y a la convocatoria de ése, acuden.

Casado estará tan contento de verse tan centrado, saludando a quien hace unos días tildara de traidor y demostrando así su buena disposición a traicionar él a su vez a sus electores, los que de verdad se creyeron que él creía, como ellos, queSánchez había traicionado a España aceptando negociar con los independentistas. Y Rivera también lo estará de que le den la oportunidad de parecer el jefe de la oposición permitiéndole ir a la Moncloa a decirle a Sánchez que no pactará con él, demostrando así su deseo de renunciar a ser bisagra del sistema y su decisión de optar a ser mayoría de gobierno algún día. No se puede ser más bisoño.

En todo este asunto priman las fotos. Sánchez aparece sonriente, todo él investido de auctoritas y potestas, fingiendo ser el gran socialdomócrata moderado que no es. Lo hace estrechando la mano de esos dos líderes centristas, tan centrados ellos que ningún inconveniente pueden tener en tratar con alguien igualmente centrado. Los dos badulaques permiten que, en esa disputa que tienen por liderar el centro-derecha, sea el PSOE quien tercie. Cuando, en realidad, no es Sánchez el que decidirá. Será el electorado. Y no es razonable esperar que prefiera al que más se deje manejar por Sánchez. Eso no es ser centrista, eso es ser tonto.
 
Si no fuese realidad lo que está pasando en España, lo tomaría por un chiste. La política en España es una comedia para los políticos y un drama para los ciudadanos.


Somos iguales, pero no homogéneos


El nacionalismo españolista se caracteriza precisamente por aquello de lo que acusan a los otros nacionalismos, etnicismo, y por la ausencia de sentido cívico

Al final, parece que lo que determina los campos es el tener una lengua propia a parte de la del Estado o no

Suso de Toro
08/05/2019 - 21:53h
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SANDRA LÁZARO

Las personas somos semejantes, debemos gozar de los mismos derechos y ser iguales ante las leyes pero no somos iguales en el sentido de nuestra identidad, no somos homogéneas. Y, por si hubiese duda, me gusta que sea así. Que no seamos homogéneas se debe antes de nada a la aleatoriedad de la genética pero también a causas culturales, el entorno familiar que nos cría y la cultura social, de clase y nacional, que nos envuelve.




Disculpen estas generalidades pero viene a cuento porque conversando con dos amigos que viven en Madrid, siendo oriundos de otros lugares del territorio español, sale, cómo no, el asunto de los catalanes, esos españoles heterodoxos, y uno dice algo así como "es más parecida una persona de Madrid a otra de Barcelona que una de un pueblo de Burgos a una de Madrid". Y pienso que está completamente equivocado, primeramente porque parte de un tópico sobre el campo que oculta una realidad, las transformaciones socioeconómicas y culturales de los últimos setenta años han conducido a que haya muy poca diferencia cultural entre una persona que haya nacido y vivido en un núcleo mediano o pequeño del campo y otra en un barrio de una ciudad.

En las últimas décadas ha podido acceder a enseñanza y sanidad pública, viste como una de ciudad y piensa, consume los mismos contenidos que ofrecen las mismas televisiones y utiliza Internet. Las diferencias antropológicas han ido desapareciendo y se han acercado muchísimo. Pero, además, veo que lo que piensa sobre la poca o inexistente diferencia entre un ciudadano madrileño y otro barcelonés nada se lo desmiente en el entorno donde vive y en la información que le llega. Es decir, simplemente no diría eso si viviese en Barcelona o cualquier lugar de Catalunya, incluso en esos municipios donde se juntó la inmigración de procedencia española que no se integró en un proyecto común catalán y se siguen sintiendo españoles de Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla, Galicia…, y no catalanes.

En realidad mis dos amigos piensan en el fondo como esos inmigrantes que conciben su propia identidad debida a algo que históricamente fue tan decisivo como son el origen de sus progenitores y el lugar donde nacieron y crecieron. Todavía hace cuatro años un político madrileño fue allí a decirle a esa ciudadanía que votasen según la sangre andaluza o lo que fuese de la que procedían para que no votasen a partidos catalanistas. Es decir, les negaba el derecho a ser ciudadanos y ciudadanas catalanes y los reducía a colonos asentados en territorio hostil. Y eso que era "progresista" y todo lo demás.

Esos orígenes de la identidad personal son importantes o decisivos en nuestra esfera íntima, y quien niega el derecho a manifestarlos o tenerlos en cuenta nos niega como personas. Pero una sociedad democrática no se construye sobre esos elementos, sin embargo el nacionalismo españolista se caracteriza precisamente por aquello de lo que acusan a los otros nacionalismos, el etnicismo, y por la casi total ausencia de sentido cívico. Es un nacionalismo propio de súbditos de los Borbones y no de ciudadanía libre que decide en que proyecto colectivo quiere integrarse y ayudar a construir. Por eso hay catalanes nacidos en Asia, África, lugares de España que hablan catalán y castellano o una de esas lenguas simplemente y sin embargo se quieren y sienten ciudadanos catalanes, incluso son soberanistas además de republicanos. Debo desmentir a mis amigos, oriundos de otro lugar pero madrileños de facto, Catalunya es distinta lo que ocurre es que no la conocen. Y, debo decir, tampoco se molestaron lo suficiente en conocerla a pesar de que ambos trabajan con la información y la opinión, con la ideología, y estamos hablando de un asunto fulcral en la vida social y política.

El mero resultado de las elecciones pasadas desmiente que todos seamos iguales, porque si no nos comportamos igual en asuntos fundamentales será porque no somos tan iguales. En su Madrid, por ejemplo, suman más votos los partidos partidarios del franquismo mientras que en Catalunya en su conjunto, en Barcelona también, suman muchísimos más votos los partidarios de una república y del reconocimiento de Catalunya como una nación propia con derecho a ejercer la soberanía política. Un indicador semejante es la constatación de que las únicas comunidades donde Vox no obtuvo diputado fueron las tres reconocidas como nacionalidades históricas en la constitución vigente.

Lo mismo podría decirse de las encuestas que muestran como el territorio donde es dominante la identificación con la monarquía borbónica, su bandera, su himno, los toros, el flamenco, el monolingüísmo castellano y todo el repertorio simbólico y conceptual del nacionalismo español va desde una franja que separa Galicia de Euskadi y Navarra y a estas de Catalunya y el País Valenciá y Les Illes, hacia el sur ocupando toda la meseta, Extremadura, Murcia y Andalucía. Hay varias "dos Españas", esa es una de ellas, y determinante. Al final, parece que lo que determina los campos es el tener una lengua propia a parte de la del Estado o no.

Lo mismo podría decirse de las encuestas que muestran como el territorio donde es dominante la identificación con la monarquía borbónica, su bandera, su himno, los toros, el flamenco, el monolingüísmo castellano y todo el repertorio simbólico y conceptual del nacionalismo español va desde una franja que separa Galicia de Euskadi y Navarra y a estas de Catalunya y el País Valenciá y Les Illes, hacia el sur ocupando toda la meseta, Extremadura, Murcia y Andalucía. Hay varias "dos Españas", esa es una de ellas, y determinante. Al final, parece que lo que determina los campos es el tener una lengua propia a parte de la del estado o no.

No, las personas no somos todas iguales. Las mujeres nos están enseñando el valor de su diferencia y abren el camino al reconocimiento de la diversidad en todos los campos de la vida personal y social. Y a mí no me gustan ni los toros ni el flamenco y mi lengua es el gallego portugués, aunque sepa hablar y escribir esta lengua que es la que el Estado impuso en mi país con todos sus medios a través de varias generaciones. Por lo tanto soy diferente a otras personas con las que comparto la cobertura que da o deja de dar este Estado a quienes lo pagamos, y quiero seguir siéndolo. Y si un día me empieza a gustar la música étnica de los gitanos andaluces pues muy bien también.

Sin embargo, tengo que decir que no deja de asombrarme la incapacidad de mis amigos, tan extendida en la ciudad donde viven, para reconocer y admitir que existe una realidad distinta a la suya. No es cierto que de Madrid a Barcelona se llegue en una hora, la distancia es enorme, puede que de décadas o siglos y hay quien no llega nunca a Barcelona. El aceptamiento del Estado existente como una realidad plena, histórica, cultural, identitaria, económica, íntima, conduce a negar las realidades que escapan a el o que lo niegan. Es cierto, quienes no tenemos al Reino de España por un Estado nuestro, como nuestro Estado nacional, cuestionamos su existencia por el mero hecho de existir. Es natural el impulso ideológico a negarnos y a desear nuestra desaparición, para que toda la población del Estado sea homogénea.

Las poblaciones bajo este Estado somos distintas desde muchos puntos de vista. La ideología del capitalismo ultraliberal, que pretende que seamos individuos solitarios separados de nuestro entorno y que no formamos comunidades humanas, se interpreta de modos diversos dentro de cada Estado, en el Reino de España adopta la forma del nacionalismo español: todos debemos ser reducidos a consumidores y votantes con derecho a votar una de las cuatro o cinco opciones que nos ofrecen este Estado y los partidos que lo expresan. Son inevitables los reproches a partidos que lo cuestionan, aunque lo hagan democráticamente. Que haya quien no comprenda que las diferencias políticas tan notables dentro del territorio de un Estado no son un mero juego electoral sino que expresan estructuras económicas y sociales propias, cultura y lengua propias y que tienen corrientes políticas e historia propias, se debe a lo débil que es en esa sociedad la cultura política democrática.

Como el saber no ocupa lugar (no es completamente cierto) si se leyesen otras historiografías que no fuesen la española, tan hinchada de ideología de castellanismo e ideología del Estado borbónico, que arranca con Ximénez de Rada −todo un personaje−, pasa por Modesto Lafuente y continúa en el siglo pasado con el ideólogo Ménendez Pidal y con Álvarez Junco, y leyesen también en otras lenguas, podrían leer a Josep Fontana, por ejemplo L'ofici d'historiador −hay traducción al castellano−, o Unha nación no mundo(A razón resistente) de Camilo Nogueira −no hay traducción−, en ese caso se comprobaría y comprendería que existen proyectos nacionales que vienen de largo y responden a necesidades de las poblaciones y no a caprichos de pérfidos políticos y de TV3.

https://www.eldiario.es/zonacritica/iguales-homogeneos_6_897020309.html
 
Una grabación demuestra cómo manipula el voto por correo la alcaldesa de Mogán, aliada de Coalición Canaria

Corrupción y fraude

"Lo importante es que cuando el sobre llegue a la casa te llamen y no lo abran, para yo decirte cómo es el rollo", le explica Onalia Bueno (Ciuca) a un colaborador

"Yo te mando a una persona para que lo haga todo de una sentada", dice la regidora en una conversación grabada con un recaudador de votos, también presenciales

"Yo te lo puedo hacer, yo te lo hago. Hay una persona que te lo hace", insiste Bueno

El audio también deja claro que la alcaldesa manejó el censo electoral ilegalmente

Alexis González - Las Palmas de Gran Canaria
08/05/2019 - 22:24h
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La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno. ALEJANDRO RAMOS.

Las cuentas de la empresa de la alcaldesa de Mogán confirman su actividad económica entre 2014 y 2017
"De todas formas, si tienes dudas… lo importante es que cuando el sobre, que es enorme, llegue a la casa te llamen y no lo abran… para yo decirte cómo es el rollo". Así le explica la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno (Ciuca), a un colaborador de su partido aliado de Coalición Canaria, cómo debe manipular el voto por correo entre los vecinos de un municipio de Gran Canaria que cada cuatro años, al menos desde 2007, está en el ojo del huracán por presuntos delitos de fraude electoral.

"Tú tienes los DNI… y yo te mando a una persona para que te haga todo de una sentada…", le dice la alcaldesa a su recaudador de votos, que no entiende bien el procedimiento. Las instrucciones de Bueno son claras: que el vecino no abra el sobre donde vienen todas las papeletas cuando solicite el voto y le llegue la documentación a casa. Ya se encargará ella o una persona de confianza de que el voto que se introduzca en el sobre que debe entregarse en Correos sea de Ciuca.



"Yo te lo puedo hacer, yo te lo hago. Hay una persona que te lo hace", le insiste la también empresaria que compagina su actividad privada con el cargo público que ostenta. "Pero tú tienes que tener ese trabajo hecho", de recabar los DNI de los vecinos y las direcciones a las que remitir el sobre con todas las papeletas, explica. En este caso, el recaudador le avanza a la alcaldesa que al menos tiene 17 sufragios ya amarrados para seguir el procedimiento indicado en Correos, pero también otros 230 presenciales, que deberán acudir el domingo 26 de mayo a votar…

No es la primera vez que la aliada del presidente canario, Fernando Clavijo, en el sur de Gran Canaria se ve envuelta en presuntos fraudes electorales. Lo estuvo cuando era la mano derecha del alcalde del PP entre 2003 y 2007, Francisco González, ahora su enemigo irreconciliable, pero también después de su vuelta a la política tras ser detenida e investigada –y finalmente archivada tras pasar por el juzgado más de diez jueces- en uno de los casos de corrupción de la isla durante la década pasada, Góndola.

Su triunfo en 2015 frente a sus excompañeros del PP se produjo también entre una serie de denuncias de compra de votos y fraude electoral: uno de sus colaboradores de entonces lo contó al detalle en 2016, cuando explicó cómo se compraban voluntades.

La grabación de esta conversación telefónica a la que ha tenido acceso este diario muestra también cómo la líder Ciuca, el partido local aliado de Coalición Canaria en Mogán (hasta el punto de que CC no se presenta en el municipio), maneja el censo electoral antes del plazo legal. La conversación se produjo antes del 28 de abril, fecha a partir de la cual los partidos podían acceder al censo para estas elecciones locales. Y en el audio –este periódico ha suprimido los apellidos- se constata que Onalia Bueno pregunta directamente por vecinos empadronados.

"¿Francisco… quién es? Está en el censo y es primo tuyo. Así que llama a tu madre o a quien quieras para que te lo busque, porque vota en Mogán", le indica la alcaldesa a su colaborador. Al final de la llamada telefónica, después de explicar cómo debe actuar en el voto por correo, la líder de Ciuca insiste en localizar a otro vecino, Eladio, que figura en el censo electoral.

Onalia Bueno se ha presentado con las siglas de Ciuca, Ciudadanos por el Cambio, en las dos últimos elecciones locales. En 2011 lideró la oposición a Paco González (PP) y en 2015 ganó las elecciones, logrando gobernar con el apoyo del PSOE. En este último mandato, Ciuca se ha alineado con Coalición Canaria y el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando Clavijo, de manera clara en Mogán. Tanto, que el sábado participó en la puesta de largo de las candidaturas de CC en Gran Canaria, con la alianza que han sellado los nacionalistas con escindidos del PP como Unidos por Gran Canaria, o con Compromiso, bajo la marca Juntos por Gran Canaria.

Se da la paradoja de que la marca original de Ciuca es de un partido local de otro municipio, Telde. Y Ciuca Telde concurre en las listas insulares del PP, adversario irreconciable de Ciuca Mogán en este municipio del sur de Gran Canaria.

https://www.eldiario.es/canariasaho...stra-Mogan-Coalicion-Canaria_0_896960858.html

 
Somos iguales, pero no homogéneos


El nacionalismo españolista se caracteriza precisamente por aquello de lo que acusan a los otros nacionalismos, etnicismo, y por la ausencia de sentido cívico

Al final, parece que lo que determina los campos es el tener una lengua propia a parte de la del Estado o no

Suso de Toro
08/05/2019 - 21:53h
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SANDRA LÁZARO

Las personas somos semejantes, debemos gozar de los mismos derechos y ser iguales ante las leyes pero no somos iguales en el sentido de nuestra identidad, no somos homogéneas. Y, por si hubiese duda, me gusta que sea así. Que no seamos homogéneas se debe antes de nada a la aleatoriedad de la genética pero también a causas culturales, el entorno familiar que nos cría y la cultura social, de clase y nacional, que nos envuelve.




Disculpen estas generalidades pero viene a cuento porque conversando con dos amigos que viven en Madrid, siendo oriundos de otros lugares del territorio español, sale, cómo no, el asunto de los catalanes, esos españoles heterodoxos, y uno dice algo así como "es más parecida una persona de Madrid a otra de Barcelona que una de un pueblo de Burgos a una de Madrid". Y pienso que está completamente equivocado, primeramente porque parte de un tópico sobre el campo que oculta una realidad, las transformaciones socioeconómicas y culturales de los últimos setenta años han conducido a que haya muy poca diferencia cultural entre una persona que haya nacido y vivido en un núcleo mediano o pequeño del campo y otra en un barrio de una ciudad.

En las últimas décadas ha podido acceder a enseñanza y sanidad pública, viste como una de ciudad y piensa, consume los mismos contenidos que ofrecen las mismas televisiones y utiliza Internet. Las diferencias antropológicas han ido desapareciendo y se han acercado muchísimo. Pero, además, veo que lo que piensa sobre la poca o inexistente diferencia entre un ciudadano madrileño y otro barcelonés nada se lo desmiente en el entorno donde vive y en la información que le llega. Es decir, simplemente no diría eso si viviese en Barcelona o cualquier lugar de Catalunya, incluso en esos municipios donde se juntó la inmigración de procedencia española que no se integró en un proyecto común catalán y se siguen sintiendo españoles de Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla, Galicia…, y no catalanes.

En realidad mis dos amigos piensan en el fondo como esos inmigrantes que conciben su propia identidad debida a algo que históricamente fue tan decisivo como son el origen de sus progenitores y el lugar donde nacieron y crecieron. Todavía hace cuatro años un político madrileño fue allí a decirle a esa ciudadanía que votasen según la sangre andaluza o lo que fuese de la que procedían para que no votasen a partidos catalanistas. Es decir, les negaba el derecho a ser ciudadanos y ciudadanas catalanes y los reducía a colonos asentados en territorio hostil. Y eso que era "progresista" y todo lo demás.

Esos orígenes de la identidad personal son importantes o decisivos en nuestra esfera íntima, y quien niega el derecho a manifestarlos o tenerlos en cuenta nos niega como personas. Pero una sociedad democrática no se construye sobre esos elementos, sin embargo el nacionalismo españolista se caracteriza precisamente por aquello de lo que acusan a los otros nacionalismos, el etnicismo, y por la casi total ausencia de sentido cívico. Es un nacionalismo propio de súbditos de los Borbones y no de ciudadanía libre que decide en que proyecto colectivo quiere integrarse y ayudar a construir. Por eso hay catalanes nacidos en Asia, África, lugares de España que hablan catalán y castellano o una de esas lenguas simplemente y sin embargo se quieren y sienten ciudadanos catalanes, incluso son soberanistas además de republicanos. Debo desmentir a mis amigos, oriundos de otro lugar pero madrileños de facto, Catalunya es distinta lo que ocurre es que no la conocen. Y, debo decir, tampoco se molestaron lo suficiente en conocerla a pesar de que ambos trabajan con la información y la opinión, con la ideología, y estamos hablando de un asunto fulcral en la vida social y política.

El mero resultado de las elecciones pasadas desmiente que todos seamos iguales, porque si no nos comportamos igual en asuntos fundamentales será porque no somos tan iguales. En su Madrid, por ejemplo, suman más votos los partidos partidarios del franquismo mientras que en Catalunya en su conjunto, en Barcelona también, suman muchísimos más votos los partidarios de una república y del reconocimiento de Catalunya como una nación propia con derecho a ejercer la soberanía política. Un indicador semejante es la constatación de que las únicas comunidades donde Vox no obtuvo diputado fueron las tres reconocidas como nacionalidades históricas en la constitución vigente.

Lo mismo podría decirse de las encuestas que muestran como el territorio donde es dominante la identificación con la monarquía borbónica, su bandera, su himno, los toros, el flamenco, el monolingüísmo castellano y todo el repertorio simbólico y conceptual del nacionalismo español va desde una franja que separa Galicia de Euskadi y Navarra y a estas de Catalunya y el País Valenciá y Les Illes, hacia el sur ocupando toda la meseta, Extremadura, Murcia y Andalucía. Hay varias "dos Españas", esa es una de ellas, y determinante. Al final, parece que lo que determina los campos es el tener una lengua propia a parte de la del Estado o no.

Lo mismo podría decirse de las encuestas que muestran como el territorio donde es dominante la identificación con la monarquía borbónica, su bandera, su himno, los toros, el flamenco, el monolingüísmo castellano y todo el repertorio simbólico y conceptual del nacionalismo español va desde una franja que separa Galicia de Euskadi y Navarra y a estas de Catalunya y el País Valenciá y Les Illes, hacia el sur ocupando toda la meseta, Extremadura, Murcia y Andalucía. Hay varias "dos Españas", esa es una de ellas, y determinante. Al final, parece que lo que determina los campos es el tener una lengua propia a parte de la del estado o no.

No, las personas no somos todas iguales. Las mujeres nos están enseñando el valor de su diferencia y abren el camino al reconocimiento de la diversidad en todos los campos de la vida personal y social. Y a mí no me gustan ni los toros ni el flamenco y mi lengua es el gallego portugués, aunque sepa hablar y escribir esta lengua que es la que el Estado impuso en mi país con todos sus medios a través de varias generaciones. Por lo tanto soy diferente a otras personas con las que comparto la cobertura que da o deja de dar este Estado a quienes lo pagamos, y quiero seguir siéndolo. Y si un día me empieza a gustar la música étnica de los gitanos andaluces pues muy bien también.

Sin embargo, tengo que decir que no deja de asombrarme la incapacidad de mis amigos, tan extendida en la ciudad donde viven, para reconocer y admitir que existe una realidad distinta a la suya. No es cierto que de Madrid a Barcelona se llegue en una hora, la distancia es enorme, puede que de décadas o siglos y hay quien no llega nunca a Barcelona. El aceptamiento del Estado existente como una realidad plena, histórica, cultural, identitaria, económica, íntima, conduce a negar las realidades que escapan a el o que lo niegan. Es cierto, quienes no tenemos al Reino de España por un Estado nuestro, como nuestro Estado nacional, cuestionamos su existencia por el mero hecho de existir. Es natural el impulso ideológico a negarnos y a desear nuestra desaparición, para que toda la población del Estado sea homogénea.

Las poblaciones bajo este Estado somos distintas desde muchos puntos de vista. La ideología del capitalismo ultraliberal, que pretende que seamos individuos solitarios separados de nuestro entorno y que no formamos comunidades humanas, se interpreta de modos diversos dentro de cada Estado, en el Reino de España adopta la forma del nacionalismo español: todos debemos ser reducidos a consumidores y votantes con derecho a votar una de las cuatro o cinco opciones que nos ofrecen este Estado y los partidos que lo expresan. Son inevitables los reproches a partidos que lo cuestionan, aunque lo hagan democráticamente. Que haya quien no comprenda que las diferencias políticas tan notables dentro del territorio de un Estado no son un mero juego electoral sino que expresan estructuras económicas y sociales propias, cultura y lengua propias y que tienen corrientes políticas e historia propias, se debe a lo débil que es en esa sociedad la cultura política democrática.

Como el saber no ocupa lugar (no es completamente cierto) si se leyesen otras historiografías que no fuesen la española, tan hinchada de ideología de castellanismo e ideología del Estado borbónico, que arranca con Ximénez de Rada −todo un personaje−, pasa por Modesto Lafuente y continúa en el siglo pasado con el ideólogo Ménendez Pidal y con Álvarez Junco, y leyesen también en otras lenguas, podrían leer a Josep Fontana, por ejemplo L'ofici d'historiador −hay traducción al castellano−, o Unha nación no mundo(A razón resistente) de Camilo Nogueira −no hay traducción−, en ese caso se comprobaría y comprendería que existen proyectos nacionales que vienen de largo y responden a necesidades de las poblaciones y no a caprichos de pérfidos políticos y de TV3.

https://www.eldiario.es/zonacritica/iguales-homogeneos_6_897020309.html
El diario del PreEscolar mintiendo. No es nacionalismo el patriotismo ya que el objetivo es diametralmente opuesto. El patriota busca defender la unidad de España. El nacionalista romperla.
 
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