Divorcio del rey Mohamed VI, de 54 años, y la princesa Lalla Salma, de 39.

La calculada desaparición de Lalla Salma de Marruecos tras el divorcio

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Esta semana el heredero cumplía 15 años y ella 40, pero ni por esas ha salido del ostracismo. Puede que nunca se la vuelva a ver, como ocurrió con la madre de Mohamed VI


La princesa Lalla Salma de Marruecos está formalmente desaparecida, si atendemos a la definición formal del diccionario (dicho de una persona que se halla en paradero desconocido). No se la ve en público desde el mes de octubre de 2017, en Marrakech. Ni siquiera ha habido un guiño esta semana, especialmente importante para la familia porque el príncipe Moulay Hassan ha cumplido 15 años (el 8 de mayo) y ella, la esposa del rey, 40 (el 10). El ostracismo es la confirmación oficial de que Salma Bennani se va a convertir en un fantasma, el habitual 'modus operandi' con las mujeres de la corte alauí que caen en desgracia.

En verano del año pasado, los medios griegos publicaron que la princesa había adquirido una casa en Grecia, en la isla de Kea. La venta no dejó rastro: se realizó sin agencias inmobiliarias de por medio y de forma estrictamente confidencial. La residencia, que costó 3,8 millones de euros, tiene siete dormitorios, nueve cuartos de baño, piscina, sauna y un garaje subterráneo para entrar sin ser visto. Su localización, en un alto con vistas a la bahía de Kúnduros, la convierten en un lugar idóneo para pasar desapercibida mientras la mece el espectáculo del mar Egeo.

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Quizá el hecho de que la princesa se comprara la casa en 'solitario' debía hacer presagiar que las cosas no iban bien en su matrimonio con el rey de Marruecos. Ni la embajada en España, ni la Casa Real marroquí han confirmado el divorcio de la pareja, que publicó la revista '¡Hola!' en su versión digital hace unas semanas. No hay comunicado ni lo habrá, según juzgan los expertos en la corte alauí. Para ellos, la verdadera confirmación se produjo el 27 de febrero, cuando la Casa Real del país vecino distribuyó una imagen del rey Mohamed recuperándose de una arritmia en un hospital de París rodeado por toda su familia. Por toda, salvo por la princesa Salma.
Salma Bennani tendrá ahora que explorar un terreno desconocido, como ya hizo en sus primeros momentos como princesa. Ella fue la primera consorte de esta Casa Real que tuvo cara y papel representativo. La madre de Mohamed VI, Lalla Latifa, nunca gozó de un rol institucional, ni siquiera se dio a conocer su rostro, que a día de hoy sigue siendo anónimo. Cuando su hijo accedió al trono tras morir Hassan II, Lalla Latifa optó por el destierro voluntario y desapareció de Marruecos. La madre del rey se instaló en una lujosa mansión de mármol blanco ubicada en el exclusivo Neuilly-sur-Seine, en el distrito parisino de Hauts-De-Seine, donde su hijo la visita con frecuencia. Los rumores dicen que Latifa, que ahora roza los 75 años, se marchó con el que fue jefe de guardaespaldas de Hassan II, Mohamed Madyurí, al que confió la gestión de sus negocios y con el que, según algunas fuentes, podría haberse casado.

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Conocedora de esta y de otras historias de la corte, Lalla Salma siempre mantuvo los puentes con su vida precedente. Hasta su separación era habitual verla con sus hijos, el príncipe heredero y Lalla Khadija, nacida en 2007, en la casa que su abuela conserva en el barrio capitalino de Hay Laqbibat. Embajadora de Buena Voluntad de la OMS (un puesto que también está en suspenso), la princesa se centró en representar a Marruecos en el extranjero, contribuyendo a romper con los estereotipos sobre el país africano. Su papel como embajadora y la lucha contra el cáncer han sido los dos ejes sobre los que ha pivotado su trabajo institucional.

Ahora, ese trabajo volverá a confiarse a las poderosas hermanas de Mohamed VI, las otras Lallas: Lalla Meryem, Lalla Asma y Lalla Hasna. Los rumores de la corte dicen que las cuñadas nunca toleraron demasiado a la esposa del rey, tan diferente de ellas. Salma Bennani es en realidad una ingeniera informática devenida en princesa que nunca encajó del todo en los antiguos engranajes de la monarquía marroquí. Ahora tendrá que reinventarse de nuevo, en Grecia o donde quiera que sea.

https://www.vanitatis.elconfidencia...cos-divorcio-desaparecida-mohamed-vi_1562273/
 
Mal plan si mandan a Salma al rincón, ella trabaja más que el rey
 
La princesa Salma de Marruecos, oculta tras un muro de silencio
La madre del príncipe heredero lleva medio año sin aparecer en actos públicos
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La princesa Lalla Salma de Marruecos en la boda del princípe Guillermo de Luxemburgo en 2012. PATRICK VAN KATWIJK CORDON PRESS
FRANCISCO PEREGIL
Rabat 13 MAY 2018 - 12:11 ART

El 12 de diciembre del año pasado la princesa Salma, la esposa del rey Mohamed VI, madre del príncipe heredero Mulay Hasán, que acaba de cumplir 15 años este 8 de mayo, fue vista en un acto público por última vez en Marruecos. Llevaba una falda negra y una camisa negra y blanca con las mangas por debajo del codo. En algunos medios afectos al Palacio no escatimaron elogios hacia su estilo. Eran aún los tiempos aún en que todos los adjetivos parecían pocos en la prensa local y parte de la extranjera: “Modesta, inteligente, dulce, radiante, elocuente, sutil, carismática, encantadora, combativa…” Por citar solo unos cuantos de los muchos elogios que aparecían en el artículo que le dedicó la revista Jeune Afrique el 22 de mayo de 2016: “La primera dama”, titulaba en portada este medio. Para añadir después: “En la intimidad de Lalla Salma, hija del pueblo, alteza real y mujer de influencia”.

La misma revista dedicaba esta semana la portada a su hijo Mulay Hasán con motivo de su 15º cumpleaños. Pero ahora no mencionaba siquiera a “la hija del pueblo”. El vacío que se ha creado alrededor de su figura contrasta con la actividad que desarrollaba hace solo dos años. El 18 de abril de 2016 la princesa inauguró una exposición consagrada a Giancarlo Giacometti en el museo Mohamed VI de Arte Moderno, en Rabat; diez días después se presentó por sorpresa en el Salón de Agricultura de Meknés, cinco días más tarde acogía a la primera dama de Senegal. El 6 de mayo de ese mismo año presidía la abertura del 22º festival de músicas sagradas de Fez. Desde el pasado diciembre, nada de nada. O mejor dicho: muchos rumores.

Mohamed VI se sometió el 27 de febrero en la clínica parisina Ambroise Paré a una operación de corazón. La agencia de noticias oficial MAP difundió una foto en donde se veía al monarca sonriente en su cama acompañado de sus tres hermanas, de su hermano, Mulay Rachid, y de sus dos hijos, el heredero Mulay Hassan, y la princesa Lalla Jadiya, de 11 años. Resultó clamorosa la ausencia en la foto de Lalla Salma, de 39 años.
En esas mismas fechas trascendieron dos artículos anónimos en un sitio digital de Marruecos semi desconocido en el que se criticaba abiertamente a Salma. Se la acusaba de hablar con desprecio a los demás, de tener un carácter “colérico y agresivo”, “grandes dosis de narcisismo”, un “ego desmesurado” y “una preocupación desproporcionada” por su imagen. El autor desconocido del artículo, con tan privilegiado acceso al entorno real, decía que la princesa discutía con los miembros de la familia de Mohamed VI, “a pesar de las llamadas al orden recurrentes de su esposo”.

El pasado 21 de marzo, cuatro meses después de su última aparición pública, la revista ¡Hola! publicó en España que Mohamed VI y la princesa se habían divorciado. El Palacio Real no confirmó ni desmintió nada. Ni siquiera lo hicieron otros medios marroquíes con inmejorables fuentes próximas al rey. Y en el como del silencio, la revista ¡Hola!, en su edición de Marruecos, tampoco publicó nada en su número de abril: ni del divorcio, ni de la princesa. En los reportajes que los medios marroquíes han dedicado al príncipe heredero por su 15º aniversario no aparece jamás la princesa.


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La princesa de Marruecos Lalla Salma junto a la primera dama de Francia Brigitte Macron en Marruecos en junio de 2017. YOUSSEF BOUDLAL REUTERS / CORDON PRESS

Hace solo dos años, en junio de 2016, el semanario marroquí Telquel le dedicaba su portada bajo el título: “Lalla Salma. La lucha contra el cáncer es ella”. La revista hacía un balance de los diez años de existencia de la fundación que preside Salma por la lucha contra esa enfermedad. “Al cabo de los años”, decía el artículo, “[la princesa] ha aprendido a manejar su estatus de primera dama, asumiendo, sin ayuda de nadie, su papel de personaje público. Icono mediático de su Fundación, Lalla Salma multiplica los viajes sin Mohamed VI, toma la palabra igual de bien en las Naciones Unidas que en las cumbres internacionales, llamando siempre a redoblar los esfuerzos por luchar contra el cáncer. El mensaje es claro: la Fundación es ella y no el Rey. (…) Ella está ahora más en primera línea para representar a la monarquía y contribuir a darle una imagen moderna y atractiva en el mundo”.

Esa imagen de Lalla Salma ha desaparecido de la primera línea. Tanto en lo que concierne a la lucha contra el cáncer como a todo lo demás. Eso es el único hecho probado tras la espesa cortina de silencio.
https://elpais.com/elpais/2018/05/10/gente/1525964906_534706.html
 
Pienso que Salma a cambio de su discreción negoció ciertos beneficios, el principal seguir teniendo acceso a sus hijos, no creo que el rey sea tan tonto como para cortar la relación madre-hijos, ellos la necesitan y el rey querrá que sus nenes crezcan teniendo el amor de su madre y sin rencor por él!!! . . . Después de todo Salma cumplió muy bien su rol, no hay nada que reprocharle!!!
 
Me acaba de decir un marroqui amigpo de un peluquero amigo mio que el divorcio de los reyes de marruecos es mentira es más me ha dicho que ella esta embarazada de tres meses.
 
En fin, resumiendo: Lalla Salma cumplió con su deber de dar un heredero al rey y se comportó con dignidad y discreción mientras fue su esposa. Estoy convencida de que sabía lo que pasaba con su marido, pero supongo que prefirió cumplir con su deber mientras fuera necesario. El rey le ha hecho un favor repudiándola. Digo bien, REPUDIÁNDOLA: el divorcio islámico consiste en una fórmula que el marido pronuncia ante la mujer bajo determinadas circunstancias, y ya está.
Si no la hubieran elegido a ella otra habría ocupado su lugar, eso seguro.
 
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