De la Real Expedición Filantrópica de la vacuna y del sacrificio «brazo a brazo»

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En 1803, parte del puerto de La Coruña una corbeta rumbo a las colonias de Ultramar con los doctores Balmis y Salvany a bordo acompañados de 22 niños. El objetivo, llevar la vacuna antivariólica a los territorios del Reino de España en América para inmunizar a la población y frenar la epidemia que estaba acabando con millones de vidas y con la cuantiosa recaudación de impuestos con la que se mantenían las arcas reales.
3 abril, 2019 | Esperanza Molero Silvero

Real Expedición Filantrópica


El doctor Edward Jenner (1749-1823) efectuando la primera vacuna contra la viruela en 1796 (1879), óleo sobre lienzo de Gaston Mélingue (1839-1914), Collection Bibliothèque de l’Académie nationale de médecine, París. Los avances de Jenner otorgaron al Dr. Balmis los conocimientos necesarios para la planificación de la Real Expedición Filantrópica.

La viruela es una enfermedad infecciosa producida por un virus, erradicada en el momento actual. Se conocen tres variantes (en simios, bovina y humana), de las cuales la última es la que más morbimortalidad conlleva –hasta un 60%–, asociándose a grandes secuelas físicas en los enfermos que no fallecían. Fue introducida en el territorio americano en el siglo XVI tras la llegada de los colonos que arribaban desde la Península con consecuencias mucho más devastadoras que las que tuvo en Europa.

Jenner, en 1796, decide inocular experimentalmente a James Philips, de 8 años, parte del fluido extraído de las pústulas de las manos de una lechera inglesa afectada de viruela bovina (contraída a partir de sus vacas). El niño enfermó de dicha variante (también conocida como viruela menor), pero el transcurso de la enfermedad fue mucho más liviano y sin las secuelas de la viruela mayor. Un hecho observado fue la adquisición de inmunización frente a la viruela humana, por lo que en distintos puntos del globo, los médicos comenzaron a idear la forma de evitar la adquisición de tan temible enfermedad.

Ante la preocupación creciente por el estado de la población de nuestras colonias americanas, el rey Carlos IV decidió encargar a Francisco Javier Balmis, médico militar y cirujano honorario de la corte del rey, la misión de inmunizar a dichos territorios, asegurando así la población activa y la generación de recursos. Y es en este punto dónde se encuentra el reto: ¿cómo llevar suficiente cantidad del fluido de las pústulas bien conservado para poder administrarlo a tal cantidad de personas? Hay que tener en cuenta que en el siglo XVIII no podía usarse el método de la congelación ni, obviamente, el de la liofilización para reconstitución posterior y, además, se necesitaba gran cantidad para inocular a la población de las colonias (a saber, Tenerife, Puerto Rico, Venezuela, Cuba, Nueva España, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Filipinas y China).

El pus empleado debía ser fresco por lo que solo podía extraerse de pústulas de reciente aparición. Además, una persona que contrajera la enfermedad quedaba inmunizada de por vida tras el episodio, por lo que tras la desaparición de las pústulas, el fluido ya no podía ser empleado: primero porque las lesiones ya se habían secado y/o desaparecido y segundo, porque no se podía volver a reproducir la enfermedad en la misma persona. Balmis había intentado contener el fluido purulento dentro de pequeñas botellitas de cristal pero no había aguantado lo suficiente como para poder llevarlo en un barco, tantas millas y meses de travesía, asegurar su llegada indemne ni su eficacia.

La Real Expedición Filantrópica

Pero Balmis ha pasado a la historia como una persona, no solo inteligente y estudiosa, sino proactiva e innovadora; de carácter recio y decidido, encontró una solución arriesgada, no exenta de complicaciones y de recriminaciones por parte de gran parte de la población. Determinó que, junto al resto del personal sanitario que precisaba para llevar a cabo la misión, irían a bordo niños de entre 3 y 10 años según las fuentes. Estos niños (inicialmente todos varones) debían estar en buenas condiciones físicas, sanos y, obviamente, no haber padecido previamente la enfermedad. La labor de estos niños no era otra sino la de hacer de reservorios humanos de la vacuna antivariólica. La pretensión de Balmis era vacunar semanalmente a dos niños con el pus extraído de las pústulas de los dos niños vacunados la semana anterior. Los niños afectos debían estar separados del resto para no contagiar a los sanos y debían seguir una vigilancia estrecha, tanto de la sintomatología presentada durante el desarrollo de la enfermedad como para evitar que se rascaran las pústulas y «desperdiciaran» el tan codiciado líquido.

Este «experimento», que bien puede parecer una atrocidad hoy en día, hace poco más de doscientos años en nuestro país no lo era tanto. Debemos tener en cuenta que, en aquel contexto histórico, la medicina se hallaba en sus albores de conocimiento, de experimentación y no existían las leyes ni la ética que tenemos hoy en día. No existían los principios de bioética como son la ley de autonomía del paciente, de beneficencia, de no maleficencia y de justicia, leyes todas ellas por las que se rige la medicina actual y por las cuales, esa expedición a día de hoy, hubiera sido totalmente impensable. En aquella época, en el Reino de España, había muchas familias humildes, de clase sociocultural baja, con muchos hijos a los que alimentar, algunos de los cuales fallecían prematuramente por desnutrición y/o enfermedades por falta de recursos.

Se resolvió que la Corona se haría cargo de aquellos niños; de su alimentación, vestido, higiene e, incluso, se les proporcionarían estudios y una profesión, estando por tanto a cargo del Estado hasta que pudieran valerse por sí mismos. Pese a lo tentador de la propuesta, muchas familias desconfiaron de aquellas promesas y temieron dejar a sus hijos seguir una singladura tan peligrosa y con la certeza de no volver a saber de ellos, por lo que Balmis finalmente decidió llevar consigo a niños expósitos. Del puerto de La Coruña, partieron un total de 22 niños (trece de ellos provenientes de la Casa de Expósitos coruñesa; cinco, de la Inclusa del Real Hospital de Santiago y los cuatro restantes, de la Casa de Desamparados de Madrid), ninguno de los cuales volvería a casa. El fluido llegó a tierras americanas habiendo empleado a los 22 reservorios humanos (uno de los cuales falleció durante la travesía). Pero el viaje continuaba, por lo que, en las distintas regiones donde atracaban, a parte de vacunar a la población, montar puestos de vacunación e instruir a los sanitarios locales, se encargaban de seleccionar nuevos sujetos con los que poder seguir manteniendo «viva» la vacuna.
El siguiente problema que debía ser solucionado era el del espacio, o más bien, el de número de pasajeros a bordo de la nao. No podían seguir recogiendo reservorios y mantener a todos los que ya habían sido «usados», bien por la limitada capacidad del barco, bien por la escasez de alimento a bordo, máxime teniendo en cuenta las complicaciones a las que tuvieron que enfrentarse a lo largo del viaje, como el desprecio experimentado por parte de las autoridades de varias regiones, desoyendo e incumpliendo lo ordenado desde la corte del rey Carlos IV en cuanto a la manutención de todos los miembros de la expedición. Por ello, Balmis tuvo que dejar a los «22 galleguitos» en Nueva España, después de procurarles sustento y cobijo. Nunca más se supo de ellos. A partir de ahí, no también sin dificultades, fueron recogiendo y dejando niños, incluidas tres esclavas que hubo que comprar por no encontrar niños sanos y de las características requeridas entre la población de La Habana. El viaje terminó para Balmis en 1806 con su regreso a España después de haber inmunizado a las colonias de América y Asia.

Esta expedición, considerada como una de las mayores y más importantes a nivel internacional, como avance de la medicina, plantea diversos problemas éticos y legales a día de hoy. No solo se utilizó a menores de edad sin consentimiento por un tutor legal (si bien, podrían considerarse hoy día a los rectores de los hospicios), sino que se les empleó como medio experimental, provocándoles una enfermedad infecciosa, exponiéndoles a multitud de peligros (largas travesías con escaso alimento, expuestos a distintas enfermedades, ataques piratas por parte de los británicos y los chinos, inclemencias del tiempo, etc.) y, una vez dejaron de ser de utilidad, fueron abandonados en tierra desconocida, nuevamente sin tutores legales –aunque fueron ubicados en distintas familias después de recibir el consabido estipendio, a la poste fueron olvidados por la historia, tanto de la medicina, como del país–. Cierto es, que recientemente, ha surgido un interés creciente por conocer algo más de la identidad de estos niños, verdaderos héroes de la historia sin su conocimiento, y gracias a los registros podemos conocer sus nombres y dónde y cuándo fueron abandonados, primero por sus padres biológicos y, después, por el Reino que les necesitó para llevar a cabo una misión, gracias a la cual, la Organización Mundial de la Salud, pudo declarar casi dos siglos después, en 1980, como erradicada la enfermedad de la viruela. Según este dato, y con las limitaciones éticas y legales de la actualidad, debemos hacernos eco de las investigaciones llevadas a cabo hace relativamente poco tiempo, con las limitaciones económicas, de medios y conocimientos del momento y gracias a las cuáles, hoy en día podemos disponer de una sanidad considerada como de las mejores del mundo.

Bibliografía
  • Juan RIERA PALMERO. LA INTRODUCCIÓN DE LA VACUNA JENNERIANA EN ESPAÑA. An Real Acad Med Cir Vall 2015; 52: 191-213
  • Alba Morales Cosme, Patricia Aceves Pastrana. Conflictos y negociaciones en las expediciones de Balmis. ESTUDIOS DE HISTORIA NOVOHISPANA Año 34, Volumen 56, Vol 17, No 017 (1997).
  • Tuells J, Ramírez-Martín SM. Francisco Xavier Balmis y las Juntas de Vacuna, un ejemplo pionero para implementar la vacunación. Salud Publica Mex 2011;53:172-177.
  • Milton Rizzi. Bicentenario de la expedición de la vacuna antivariólica y su introducción en el Río de la Plata. Rev Med Urug 2007; 23: 7-18.
  • Francesc Asensi Botet. La real expedición flantrópica de la vacuna (Xavier de Balmis/Josep Salvany) 1803-1806. Rev Chil Infect 2009; 26 (6): 562-567

Este artículo resultó ganador del I Concurso de Microensayo Histórico Desperta Ferro. La documentación, veracidad y originalidad del artículo son responsabilidad única de su autor.

https://www.despertaferro-ediciones.com/2019/real-expedicion-filantropica/
 
Hay un libro sobre esta expedición: "Los niños de la viruela", de María Solar. En su momento lo descargué free de Enlace de Bibliotecas Digitales.
 
El Rey Juan Carlos y La Reina Sofía dieron luz verde para la operación Mengele.

Una operación de los servicios secretos españoles con llevaba como nombre, el apellido del "angel de la muerte", un médico nazi que hizo experimentos terribles con seres humanos en le campo de concentración en el que trabajaba. El Rey Felipe, entonces príncipes, era consciente de ello y me consta que Letizia está al corriente.

https://informacionporlaverdad.word...perimentaron-con-mendigos-bajo-la-democracia/


OPERACIÓN MENGELE: Los servicios secretos españoles experimentaron con mendigos bajo la democracia
Filed under: Control Mental / Control de Masas, Documedia..., Entrevistas / Artículos, Eugenesia, Organizaciones "humanitarias" / DD.HH., Política "al descubierto"..., Salud..., Servicios de Inteligencia, Sistema electoral / Estado español, Sociedad de consumo, Sociedades secretas1 comentario
18/05/2015
https://i2.wp.com/www.aurorafundacion.org/local/cache-vignettes/L662xH468/arton839-817ac.jpg
Un caso de esos que “se pierden” en la memoria.
En la España de finales de los 80, en plena “democracia” del GAL (grupo parapolicial que ejerció Terrorismo de Estado a cuenta del Ministerio de Interior español de la época) y bajo la presidencia de Felipe Gonzalez (El que hoy en día se va pavoneando como un garante de democracia y DDHH), se destapa un aberrante caso de experimentación con humanos que dejó entre 700 y 1200 muertos, sobre todo mendigos, toxicómanos y moradores de zonas rurales, que eran secuestrados a cargo de los servicios secretos españoles del CESIC (el antiguo CNI) para poder utilizar los experimentos en perpetuar su guerra sucia. Otro caso de cloacas del Estado en el que nadie pagó por los crímenes cometidos.
Os dejo con un par de artículos al respecto por si queréis hacer una investigación del caso en mayor profundidad.
Operacion Mengele: los servicios secretos españoles experimentaron con mendigos bajo la democracia
ToruroKracia | 12 Junio 2013

El Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) fue una agencia de inteligencia española que estuvo en funcionamiento desde 1977 hasta 2002, cuando fue reemplazada por el actual Centro Nacional de Inteligencia.

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Antiguo emblema de los servicios secretos españoles
“Nuestro servicio de inteligencia llegó a cometer en sus inicios actos inenarrables. Como la Operación Mengele, un experimento macabro en el que científicos pagados por el gobierno español experimentaron técnicas de control mental sin ningún tipo de límites ni escrúpulos. Las víctimas eran vagabundos, mendigos, personas a las que, si desaparecían, nadie iba a reclamar. Les abrían el cráneo para introducirles un chip. Cómo no, fue una operación sin resultados pero con muchas muertes y extrañas desapariciones”. (Declaraciones de Manuel Carballal, autor de Los expedientes secretos del CESID)


Este macabro testimonio fue corroborado en parte por el catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Ruiz Miguel en una mesa redonda durante una conferencia organizada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España (antiguo CESID), según relata el diario http://www.teinteresa.es en un artículo titulado Expertos en inteligencia hablan de limitación a los derechos fundamentales

(…) Así mismo también hay un caso histórico que prueba que los servicios de inteligencia violaron el artículo 15, del derecho a la integridad física. El catedrático ha recordado la ‘operación Mengele’ en los 90, en la que el antiguo CESID (Centro Superior de Información de la Defensa) utilizó a mendigos para inyectarles sustancias. “No parece que estas cosas se hagan ahora”, aclara.(…)

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Emblema del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) antiguo CESID
En un blog de la web de información española llamada http://blogs.periodistadigital.com/politicamenteacorrecto se publicó un articulo titulado Mendigos de Madrid para Mengele, que trascribo a continuación

El gobierno secuestraba mendigos como cobayas

Recientemente Ana Botella se metió en uno de esos jardines que encantan a sus opositores, llenos de peras con peras y manzanas con manzanas. Europa Press daba así sus declaraciones:

La delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, ha señalado los “60 puntos donde pernoctan más de 200 personas” en la calle como una “dificultad añadida” para mantener la limpieza del distrito Centro, que se unen a las acciones de los graffiteros y su “revaloración artística” de la ciudad y el especial entramado urbano de la zona, con vías estrechas y de gran intensidad circulatoria.




Lógico en el país del fariseísmo, saltaron como alimoches todos los que llevan desde 1986 -15 años- buscando infructuosamente carroña. Por añadidura, todos los que cuando oyen el nombre de Aznar sufren ataques a lo niña del exorcista. La simpar Mª Teresa Fdez. De la Vega alcanzó las cumbres del zapaterismo con una frase inmarcesible:

Ahora hasta, fíjese, en Madrid atacan a los mendigos.


Que un señor durmiendo en la calle, o coches en las aceras, o botellones varios, son una “dificultad añadida” para limpiar, es una obviedad tan grande que los aspavientos solo se entienden buscando votos en el telediario. Más aún cuando toda una vicepresidenta primera del gobierno contesta a una concejala de ayuntamiento. Además se camufla así el verdadero problema del Ayuntamiento de Madrid, cada día más socialista, que lleva 10 meses sin pagar los servicios de limpieza.
Operación Mengele en cifras: Unas 2200 personas sometidas a experimentación, de las que fallecieron alrededor de 1200, personas pobres y en su mayoría de medios rurales. Lo denunció la Conferencia Episcopal, lo denunció la Fiscalia General del Estado, entidades y ciudadanos. La AVISE (Asociación de Victimas de Irregularidades en la Sanidad y en la Experimentación) estima la cifra de muertos entre 700 y 1.200 personas.

Y de fondo, ahí quedan, los sin-casa, los mendigos de Madrid.

Simultáneamente Manuel Cerdán, un veterano del periodismo especializado en la lucha anti-terrorista, presentaba también en Madrid su libro “El informe Jano”, “resultado de una frustración, de la impotencia del periodista que se mueve entre hechos que no se pueden desvelar”. Una historia novelada donde, casualmente, los mendigos vuelven a ser protagonistas.

En 1996, con el primer gobierno del post-felipismo, Julio Anguita, a la sazón coordinador general de IU, escribió una carta abierta al presidente José María Aznar. La prometida regeneración quedaba en agua de borrajas y la derecha del PP demostraba una vez más que en cuanto tocan moqueta son exactamente iguales que el PSOE. Anguita le reprochaba a Aznar su proyecto de ley de Secretos Oficiales y la negativa a entregar a la Justicia los papeles del Cesid. Razones de Estado, lealtad institucional y demás gaitas eran argüidos por el gobierno Aznar como justificación al encubrimiento de crímenes de Estado. De este modo, la mayoría de los asesinatos de los GAL quedarían para siempre en el limbo jurídico.

Don Julio Anguita se retiró con su modesta jubilación de profesor (renunció a la pensión como diputado), apestado para una casta que llamaba a su integridad “locura”, pero respetado por los españoles que recuerdan aquel Quijote y su caballo de guiñol, Soberano. Hoy, del “programa, programa, programa” hemos pasado al “como sea, me la suda, como sea”, y en las filas socialistas muchos suspiran porque Felipe González y sus amigos de Prisa hagan algo.

Entre los papeles del Cesid que exigía Anguita en el 96 estaba el informe Jano, de la inteligencia española. Daba cuenta de la denominada Operación Shuto, posteriormente rebautizada Operación Mengele. En 1988 el gobierno de Felipe González secuestraba mendigos en Madrid, en la Plaza 2 de Mayo, y experimentaba con ellos nuevas drogas buscando una anestesia que le permitiera raptar a José Antonio Urruticoechea, conocido como Josu Ternera, en Bayona. A alguno le rompieron la cara y terminó en el hospital, pero al menos uno de los cobayas humanos resultó asesinado por los efectos de la droga y se abrieron diligencias previas en la Audiencia Nacional. Se les fue la mano. Las dosis para un zamarro como Josu Ternera no eran extrapolables a un chaval mal alimentado que vive en la calle. El dossier super secreto que se redactó sobre aquellos hechos se llamó “Informe Jano”. Por supuesto enterraron el caso y los asesinos quedaron impunes. El libro de Cerdán comienza con una carta de uno de los agentes que participó en el secuestro dirigida a la madre del chico para explicarle la verdadera historia de la muerte de su hijo.

Al cruzar el límite

Como en aquella película de Gene Hackman, las implicaciones del complejo de dios iban todavía más lejos. El que asociaciones como AVISE llaman “Doctor Mengele” del gobierno era Diego Figuera Aymerich, cardiólogo, codirector de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, a las órdenes del general Alonso Manglano. El coronel Juan Alberto Perote, ex jefe de la Agrupación Operativa de Misiones Especiales (AOME) del CESID (que fue encarcelado por difundir precisamente documentos del Cesid), expresa así la situación:

Manglano hacia lo que le decían Serra y González.

Eduardo Calvo es un empresario inmobiliario, fundador de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias y víctima del doctor Diego Figuera. Acusa al que llama “doctorMengele” del Cesid de la muerte de más de setecientas personas por la implantación de unas válvulas cardíacas de su invención “que nunca funcionaron”. La investigación estuvo paralizada hasta el año 1999 y finalmente la causa fue sobreseída a petición de la Fiscalía General. Ni siquiera un Recurso de Amparo ante el Tribunal Constitucional (pdf) arrojó resultados.

El caso de los experimentos con humanos y las llamadas “válvulas de la muerte” explotó en 1981:

Cientos de cadáveres a los que se les extrajo las meninges de su cabeza sin permiso de nadie, se supone que a ninguna persona se la ayudo a morir para extraer las meninges de sus cerebros, que después se convertirían en válvulas cardíacas vendidas por una empresa privada, propiedad de los Drs. Diego Figuera Ayimerih, del jefe de servicio de experimentación de la Clínica Puerta de Hierro, José Luis Castillo-Olivares Ramos, y de su esposa.

Según las estadísticas oficiales en los dos primeros años fallecieron el 75 % de los experimentados. La cifra final solo la conoce la Inspección Nacional de Farmacia y el Ministerio de Sanidad. Nunca se hizo pública y se ocultó incluso a los tribunales de justicia. Unas 2200 personas sometidas a experimentación, de las que fallecieron alrededor de 1200, personas pobres y en su mayoría de medios rurales. Lo denunció la Conferencia Episcopal, lo denunció la Fiscalia General del Estado, entidades y ciudadanos.La AVISE (Asociación de Victimas de Irregularidades en la Sanidad y en la Experimentación) estima la cifra de muertos entre 700 y 1.200 personas.

Por su parte, el doctor José Luis del Castillo-Olivares Ramos, como Catedrático Emérito de Cirugía de la Universidad Autónoma de Madrid, tuvo a bien dejar una explicación escrita de su trabajo.

Si preguntan por ahí, ahora que el doctor Figuera Aymerich está muerto (q e p d), les dirán que entró en la historia de la medicina. Fue el JEFE, así, con mayúsculas, “un reconocimiento al liderazgo y la excelencia de un ser superior”. Y Felipe González un defensor de los Derechos Humanos, protector de mendigos. A Leire Pajín no le pregunten, dice que era algo “pequeñita” uó uó uó. No como Ana Botella, facha, malísima, nunca mais peras con manzanas y no a la guerra si es de Aznar.

PS: De acuerdo que esto de resucitar los GAL tiene toda la pinta de montaje entre los amigos Pedrojota y Zapatero, socios para frenar a González en la operación Solana. Rabiosa actualidad en la COPE de Buruaga, 6 años dando la matraca del 11-M y ahora Pedrojota les resucita los GAL. Pero, qué quieren, uno es débil y con los mendigos lo tenía a huevo.
Al margen de estas informaciones proporcionadas por medios de comunicación comerciales, dos de los periódicos mas importantes de España como son los periódicos El País y El Mundo se hicieron eco de la macabra operación Mengele en sus páginas.
El País publicó varios artículos, algunos con títulos bastante elocuentes como “El juez Garzón imputa a un coronel del Cesid en la Operación Mengele El agente se acogió a la Ley de Secretos” o “El Tribunal Supremo se niega a dar al juez Garzón un documento que alude supuestamente al uso de mendigos como cobayas”. El periodico El Mundo publicó varios artículos con titulos como “El juez Garzón dicta el sobreseimiento del caso ‘operación Mengele'”

FUENTE: http://torturokracia.blogspot.com.es/2013/06/operacion-mengele-los-servicios.html

El “Doctor Mengele”, médico del CESID y GAL, usó cobayas humanas y asesinó por cuenta del Gobierno
Artículos Robados – NODO50 | ¿16 Enero 2004? | Miguel Bueno

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Figuera experimentó en mendigos, previamentemente secuestrados por Servicios Secretos
El cardiólogo Diego Figuera, que fue codirector de la Clínica Puerta de Hierro, en Madrid, conocido como el “Doctor Mengele”, quien experimentó, en colaboración con el CESID, con mendigos (al menos tres murieron) es, según el empresario inmobiliario Eduardo Calvo uno de los fundadores de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias, AVNS, el responsable de la muerte de más de setecientas personas por la implantación de unas válvulas cardiacas de su “invención que nunca funcionaron”. La investigación de los juzgados de la Audiencia Nacional estuvo paralizada hasta el año 1999 y, hace algunos meses, la causa contra él fue “sobreseída” a petición de la Fiscalía General.
Lleva diecinueve años denunciando el experimento clínico al que fue sometido, junto a las cientos de personas más, al implantársele en el corazón una válvula ineficaz y dañina que tuvieron que reemplazarle más tarde para salvar su vida. Según Calvo, el cardiólogo Diego Figuera fue siempre conocido como Doctor Mengele, quien preparó un anestésico para emplear en los secuestros de mercenarios de los GAL a petición del CESID.
No me cupo ninguna duda y tenía los datos suficientes para afirmarlo. Oí en la radio, no lo olvidaré nunca, el 17 de septiembre, a las siete y cuarto de la mañana, la noticia de la experimentación con mendigos. Yo conocía la relación del doctor Figuera con el general Manglano y los asocié inmediatamente. Figuera ha estado más de veinte años experimentando con pacientes, sin importarle la vida de las personas, y cuando me llamaron por teléfono para confirmármelo, una hora después, cualquier duda que hubiera podido tener quedó resuelta. Era Diego Figuera sin duda alguna. La ausencia de las dudas iniciales de Calvo la explica por el conocimiento previo que tenía de las relaciones de Figuera con el recientemente condenado Manglano. Me lo habían contado hace años. Yo conocía al que fue Subdirector Nacional de Sanidad, José Luis López Vilas, al doctor Ramón Guaitá, Inspector Nacional de Sanidad, y después asesor del Defensor del Pueblo, cuando era comandante; un hombre muy recto; había hablado muchas veces con el Director General del Insalud, José Luis Izaguirre. Esas ansias de poder y de relacionarse con el poder, eran características de Diego Figuera.
Eduardo Calvo, 48 años, ha denunciado reiteradamente las irregularidades cometidas por el doctor Figuera; es un superviviente del implante de la válvula inventada por Figuera, a la que bautizó como Xenofic, una bioprótesis valvular cardiaca de pericardio bovino, tan imperfecta que, al no dejar pasar el flujo sanguíneo completo, produce una dilatación espectacular del corazón. Los obturadores se rompen, encharcando los pulmones del paciente que moría con vómitos de sangre si no se la sustituían a tiempo. Después de la experiencia, junto a otros afectados, fundó la Asociación, en abril de 1985. Eduardo Calvo es autor de distintas patentes sobre técnicas hidráulicas, lucha contra incendios y riego por aspersión a cuya difusión estuvo dedicado.


Como no me fiaba, envié un informe al juez Garzón. En octubre y diciembre de hace dos años, oí el bulo de que a Diego Figuera le había dado un infarto y que estaba ingresado en Puerta de Hierro, que al salir le dio una hemiplejia, y, la verdad, no me creí nada; efectivamente, confirmé que era todo mentira. Sólo era una medida preventiva para que no le marearan. Incluso, prepararon una habitación con su nombre en la puerta, y un guardia de seguridad fuera. Estuvo un día y se fue a casa. El diez de marzo, ya pasadas las once de la mañana, fui a ver al oficial que llevaba el caso; en el juzgado me confirman también que Figuera era el famoso “Doctor Mengele”. Al ver una foto que mostré, me indicaron que era ya mucho mayor, y me aseguraron que había testificado en la Audiencia Nacional.
El doctor Figuera, o el Ángel de la Muerte, muy acostumbrado desde hace años a contactos con periodistas, en ésta como en otras ocasiones, no respondió a llamadas que realizamos a su domicilio para contrastar su versión, resultando imposible hablar con él. En la Audiencia Nacional, el sumario que se ocupa del caso es de asesinato de Ramón Oñaederra, miembro de ETA, el 19 de diciembre del año 1983, en la ciudad francesa de Bayona. El periódico El Mundo desveló, a partir de la documentación incautada en la celda del coronel Juan Antonio Perote, ex jefe de la Agrupación Operativa de Misiones Especiales (AOME) en el CESID, grupo dedicado a las tareas sucias del espionaje español, los detalles de la denominada Operación Shuto, rebautizada después como Operación Mengele por asociación a Joseph Mengele (el Ángel de la Muerte), médico-jefe del campo de concentración en Auschwitz, que experimentaba con los detenidos la tesis sobre la higiene racial de los nazis; en este caso, todos los preparativos realizados en Madrid en 1988, tenían el objeto de secuestrar en Bayona a José Antonio Urruticoechea, más conocido por Josu Ternera. A él iba destinada la anestesia brindada a Manglano por su amigo el médico.
Experimentan con dos mendigos que encontraron en los alrededores de la plaza Dos de Mayo, en Madrid. De los dos primeros secuestrados, a uno le rompen la nariz de un puñetazo al resistirse, dejándolo tirado cerca de un centro asistencial; al otro, víctima de los efectos de la anestesia de Diego Figuera, el Doctor Mengele del CESID, le dejan en una zona próxima al barrio de Tetuán. El tercer cobaya humano, también un mendigo, murió por la anestesia del Doctor Mengele y, para cubrir las apariencias, incoaron Diligencias Previas en la Audiencia Nacional que, con el tiempo, dejó sobreseído el caso.
Inventor español en España
En 1979, Diego Figuera era presidente del Consejo de Administración de la sociedad anónima Implantes Médicos, empresa fundada para desarrollar, distribuir y vender los inventos patentados por él mismo, pretendiendo que fuera su pasaporte de entrada en la historia de la medicina española. Recibió subvenciones de veinte millones de pesetas cada año, desde el año 1972 hasta 1979 y, como único resultado, sólo presentó dos bioprótesis valvulares cardiacas, a las que él denominaría Durafic y Xenofic.
De Durafic se fabricaron quinientas, las hacían con membranas extraídas del encéfalo de cadáveres. Una vez implantadas en los pacientes se rompían los anclajes y la muerte era inevitable si no se reintervenía con urgencia y se sustituía a tiempo.
De Xenofic vendieron 1.200 bioprótesis. A los dos años fracasaba la válvula en todos los casos y había que volver a operar para su sustitución sin alternativa posible. Los responsables del servicio de Cirugía Cardiovascular de la Ciudad Sanitaria de Zaragoza denunciaron en 1983 en la Revista Española de Cardiología su negativa experiencia en el uso del invento, concluyendo que es una prótesis inaceptable. El juez Alberto Jorge Barreiro expuso en un Auto, fechado en marzo de 1986, que el proceder de los querellados (Figuera y socios), no es irreprochable desde el punto de vista social, ya que a la vista de lo avanzado y delicado del producto a vender, debieron restringir el ámbito de su difusión a un número reducido de pacientes y, una vez probada a pequeña escala, propagarla con garantías en un ámbito más amplio; de ahí que su actuación, incluso no siendo punible, no puede tampoco estimarse como la más adecuada desde un prisma ético-social; así como que, la conducta de los querellados que expendieron las válvulas, no puede conceptuarse como la más idónea para la salud del ciudadano. Hoy, el juez Barreiro está en la Sección decimoquinta de la Audiencia Provincial, en Madrid, que juzgó a Manglano. La aventura financiada por otros, sufrida también por otros de los que Diego Figuera, miembro de la Real Academia de Medicina, llama invenciones, terminaría en septiembre de 1982. En el año 1984 , muy tarde ya, el Insalud avisó de la necesidad de inmovilizar todas las partidas de válvulas por el riesgo grave en su utilización. Figuera, ex director del Servicio de Cirugía en la clínica Puerta de Hierro, no dejaba de descalificar a sus adversarios con los términos más duros y los argumentos más demagógicos. Hablaba de campaña difamatoria contra mi persona, con trasfondo político, o de la interpretación malévola del Director General de Farmacia (El País, marzo 1985); denunciando (sic) mala intención y peculiar manera de investigar del Subdirector General de Inspección (El País, 14 de diciembre de 1980); o reconvenía a las centrales sindicales, según decía el 19 de marzo de 1978, que se aprovechan para calumniar y menospreciar a los que hacen cuanto pueden para el desarrollo de la investigación en España y reducir las gravosas importaciones.
Todo para un balance de muertos, que Eduardo Calvo estima en más de setecientos. Diego Figuera es autor de dos libros, Transplante renal (1972) y El transplante cardiaco – Dificultades en España, y coautor de Arterioesclerosis. Figuera tiene presencia pública como miembro de la Real Academia de Medicina y, además, es presidente de honor de su Junta Directiva, miembro del Comité Senior de la Sociedad Española de Investigaciones Quirúrgicas, e integrante del Consejo Editorial de Revista Española de Cardiología editada por la Sociedad Española de Cardiología.
Para cubrir apariencias, incoan unas “Diligencias Previas” en la Audiencia Nacional; y, con el tiempo, el “caso” fue sobreseído y, por supuesto, archivado
Según Eduardo Calvo, Diego Figuera, el “Doctor Mengele” o el “Ángel de la Muerte”, es el responsable del crimen de setecientas personas, muchas de ellos mendigos.
FUENTE: http://www.nodo50.org/eltransito/articulosrobados/mengele2.htm


Soziedad Alhokolika – “operacion Mengele”

No paran de criticar,
de si estarán bien o mal
métodos que usamos
para experimentar efectos secundarios
reacciones y demás
que causan los productos
que solemos fabricar.
Todo esto es para que usted viva mejor
pero encima nuestro
existen esas malditas organizaciones
preocupadas por que no se les cause dolor
a los animalitos.
Hemos encontrado una buena solución
respaldada por el estado
ya que no está bien
no lo haremos más con los animales.
Ahora vamos a usar un material mejor,
pobres y subnormales.
Los resultados serán fiables 100%
y ahorraremos mogollón
en sueldos sociales.
 
Todo este tipo de eventos, ocurrieron bajo el Reinado de Juan Carlos I y La Reina Sofía. Los Borbones son culpables de crímenes de lesa humanidad.
Ahora, lo llaman filantropía, manda huevos.

Fuente: https://lasmonedasdejudas.blogspot.com/2013/05/denuncias-de-la-asociacion-de-avise.html


Denuncias de la asociación de AVISE sobre posibles irregularidades en la extracción irregular y transplantes de órganos de seres humanos en hospitales de España


En el año 2002 miembros activos de asociaciones de víctimas de negligencias sanitarias, recibimos denuncias muy fiables sobre posibles irregularidades en la extracción irregular y transplantes de órganos de seres humanos en un importante centro hospitalario del noroeste de España.

En el 2002 se creo la Asociación de Víctimas de Irregularidades en la Sanidad y en la Experimentación “AVISE”, en el nombre no se quiso incluir la palabra órganos humanos, porque podíamos incurrir en crear recelos y malas interpretaciones entre personas necesarias de un transplante de órgano humano.

El primer acuerdo de AVISE fue denunciar ante los Tribunales de Justicia y distintas Instituciones del estado, el conocimiento por nuestra parte de posibles delitos en relación con la experimentación y transplante de órganos humanos.

Se presento una Querella Criminal en la Audiencia Nacional por presuntos estragos contra la humanidad, por la muerte de 1200 seres humanos aproximadamente en la que están implicados el Servicio de Experimentación y el Servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Al tratarse de otro tipo de delito en la Querella no se ha incluido la extracción irregular y comercio de al menos 860 órganos humanos, hechos también probados documentalmente, incluso con nombres y apellidos de personas a las que les fueron extraídos sus órganos.

Ha pesar de que los hechos están totalmente probados y bien documentados, ni el Juzgado Nº 2 de la Audiencia Nacional, ni la Sala 2º y finalmente la Sala Iª del Tribunal Constitucional no han autorizado a que se investigasen los hechos y lo han archivado definitivamente en Mayo de 2006.

Las resoluciones judiciales dictadas convierten la experimentación irregular y la muerte de 1200 seres humanos en un mero ensayo de instituto de primaria, mostrando que la Justicia Española se encuentra en similares condiciones a la cubana y china, en materia de experimentos en humanos y comercio de órganos humanos.

Los españoles NO TENEMOS DERECHO:

A que se investiguen las denuncias presentadas con todo tipo pruebas de un delito tan grave como es el de posibles estragos contra la humanidad.

A que los Jueces rechacen una investigación fundamentándola en los incumplimientos de la Ley, de las pruebas y las cuestiones planteadas. Los jueces pueden ignorar todas las partes y pruebas que quieran de una querella y quitar el significado a cuestiones totalmente claras y demostradas.

A una querella se resuelva en un tiempo establecido. Las demandas pueden pasarse años almacenados, sin que nadie tenga la obligación de resolverlas. Y cuando se resuelve los imputados, testigos y denunciantes pueden estar muertos, de esta forma ni existen testigos ni imputados, es generalmente la formula utilizada para que casos que afectan a las Instituciones no se investiguen y en consecuencia figuran como que nunca han existido.

Este caso se ha recurrido al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos y al Comité de los Derechos Humanos en las Naciones Unidas.

A continuación tienen un enlace con el nombre Querella por Estragos contra la Humanidad donde podrán ver el testo integro del Recurso de Amparo y la Resolución del Tribunal Constitucional donde pueden comprobar algunos de los problemas judiciales que anteriormente hemos planteado.

Recurso de amparo por estragos contra la humanidad







Resolución del Tribunal Constitucional

En relación a las denuncias del Hospital en el Noroeste de España tampoco hemos tenido suerte, se puso en conocimiento de las Autoridades Judiciales, Guardia Civil y Fiscalía, generalmente el silencio ha sido la respuesta.

En el 2002 hablamos de estos temas con un alto responsable de la Fiscalía y nos fue sincero, invitándonos a que nos dediquemos a nuestras familias, que estos casos en España no se pueden investigar, que la democracia no era perfecta y que posiblemente mas adelante si estaría preparada la democracia Española.

Las resoluciones posteriores de los Tribunales han confirmado la manifestación del este Fiscal Jefe.

Actualmente en Mayo y Junio de 2006 hemos recibido denuncias de facultativos de alto nivel, en relación con irregularidades en la extracción y en el transplante de órganos humanos que pueden estar ocurriendo en el mismo hospital del Noroeste de España, lo que significa que es bien conocido a nivel nacional, dentro de los profesionales clínicos.

Por la información y antecedentes, nos tememos que el caso sea muy grave. No podemos hacer mas, si damos mas referencias sobre el hospital en el que presuntamente se están cometiendo irregularidades, las Autoridades Judiciales en vez de investigar los posibles delitos, nos demandarían por falsos testimonios, para callar la voz del pueblo.

Solicitamos más información, fechas, nombres, de pacientes, etc. háganlo anónimamente, nosotros lo pondremos en manos de las autoridades de la Comunidad Europea.

Son muchas las actuaciones de denuncia en estos largos 20 años de lucha, como por ejemplo la de las sedaciones irregulares en pacientes en el Hospital de Leganés de Madrid, que sin la colaboración de facultativos que aman a su profesión, no se habría logrado.

Ya que las autoridades no parecen hacer nada, les aconsejamos que tengan mucho cuidado en las Urgencias de un Hospital del Noroeste de España, no dejen solos a sus familiares jóvenes, que les hagan un estudio amplio antes de medicarles, y si un fin de semana tienen que acudir a Urgencias con un hijo suyo por algún problema de intoxicación etílica drogas o de anfetaminas, mucho cuidado, no se aparten de su lado, y controlen siempre el tratamiento administrado, y si le dicen que ha fallecido y solicitan sus órganos para transplantarles, asegúrense que es totalmente cierto.

La Asociación AVISE continuará trabajando...

Fuente: http://www.aviseasociacion.com/es/denuncias.htm
 
Gracias por la información, no he podido ni leerlo porque estoy muy tocada del Covid, pero por lo que veo, como más supiéramos más asco nos darían esta gentuza, que por poder y dinero hacen lo que sean y lo llaman «daños colaterales»
 
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