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Y mientras tanto llamándole “hermano”, “amigo”, prometiéndole “te daré una alegría y podrás comprar la casa que quieres”…Por cierto, entre pillos anda el juego. Nilson aprovecha para trincar pasta del mirlo blanco pero el otro se calla como una fruta que si el juez descubre que es un testigo comprado, el marrón es para el que incurre en falso testimonio.
El hijo igual con el “chiqui”, “el cielo se abre para ti”.
Peores que el lobo feroz, van a lo suyo.