Crimen de Almonte

Pero dicen que de entrada fué una sorpresa su adn en las toallas.. Pq nunca encabezó la lista de sospechosos . Si bien fué investigado cómo pareja de la ex mujer de la víctima y descartado.. . Interesante dato.. Q lista?.. Cuantos sospechosos más?.. Y pq fueron investigados ?
 
Pero dicen que de entrada fué una sorpresa su adn en las toallas.. Pq nunca encabezó la lista de sospechosos . Si bien fué investigado cómo pareja de la ex mujer de la víctima y descartado.. . Interesante dato.. Q lista?.. Cuantos sospechosos más?.. Y pq fueron investigados ?


EL CRIMEN PASIONAL


En su gran informe de 30 de octubre de 2013, la UCO pasa revista a los primeros 6 meses de investigación. Durante más de 40 páginas exponen, comunican, conjeturan y explican, y pasan revista a los sospechosos, a los que dedican 20 de las páginas del informe. Estos son:

1. Ionut, el rumano que amenazó de muerte a Miguel Ángel cuando este lo sorprendió robando en el Mercadona.

2. Zotouni, el magrebí que fue atendido el 27 de abril, poco después de las diez de la noche, de una profunda herida en una mano.

3. Marianela Olmedo y Francisco Javier Medina. Son sospechosos en conjunto, no por separado, aunque el 90 % del texto y las sospechas se dedican a ella.

4. La familia de vecinos ecuatorianos, que escucharon la agresión, o parte de ella.

5. Manuel, el propietario del inmueble contiguo, arrendado a la familia ecuatoriana. Mantenía deudas importantes, y se sospechaba de su implicación en actividades ilícitas, lo que llevó a pensar que él pudiera haber sido el verdadero objetivo del crimen.

Y ya está. No aparecen otras líneas que se investigaron al principio y fueron probablemente descartadas, como la de Francis C, que fue el último en ver a las víctimas, o la de los otros amigos que comieron con Miguel Ángel, y probablemente alguna más. Estas 5 son las que quedan 6 meses después del crimen, y ya no se trata solo de que no se haga referencia en todo el informe al crimen pasional, es que ¡cuatro de esas cinco líneas de investigación lo descartan!.

En el caso del rumano el motivo sería la venganza, en el del magrebí y algún miembro de la familia ecuatoriana, probablemente el robo. En el de Manuel, una confusión del asesino al entrar en el piso equivocado. Y ni siquiera está claro que en la línea de Marianela y Francisco Javier el móvil sentimental o pasional sea lo único que se está considerando, sino probablemente también alguna motivación económica o de otro tipo.

Esto son hechos, no opiniones. No solo no hay referencias a un crimen pasional, sino que las líneas de investigación seguidas indican que esa opción, estando presente, no era la dominante… Pero hay más, posteriormente los miembros de la UCO remitieron un nuevo informe al juzgado con una extensa investigación de una pista que les había proporcionado Aníbal Dóminguez, el hermano y tío de las víctimas, y esa pista ¡también excluía la hipótesis pasional!

Durante más de un año ni investigadores de la UCO ni forenses insinuaron que dos erosiones que cruzaban la espalda de Miguel Ángel pudieran tener algún significado simbólico, de victoria o de ninguna otra cosa. Nada, ni una palabra. Pero cuando se va a detener a Medina, esos cortes en forma de aspa, adquieren gran significado. En el juicio, los investigadores y los forenses repitieron y ampliaron esas afirmaciones, pese a que no aparecía en ninguno de los informes policiales, ni en las más de 100 páginas de los informes de las autopsias. De nuevo, una prueba inventada exclusivamente para un destinatario concreto. Los forenses, concretamente, se refirieron en el juicio a un supuesto, misterioso y no explicado carácter simbólico de esas lesiones,
 
Se le puede acusar porque hay muchas pruebas...y ahora aparece el cuchillo quizás haya más!

PRUEBAS DE SALDO

Ya hemos visto en otras ocasiones como se fueron alterando de forma arbitraria las horas de comienzo y final de los sucesos para intentar encajar los tiempos. Además, se presentaron como “pruebas” contra el sospechoso cuestiones como la del acento almonteño del asesino, o el que la cerradura no fuera forzada, que no aguantan ni el análisis más superficial.

1) El acento almonteño. Se basa en una de las varias declaraciones de uno de los vecinos ecuatorianos, y se pretende que tiene alguna importancia, cuando no jugó ningún papel en la investigación. La UCO se refirió a ello en uno de sus informes, pero ni lo tenía por un elemento importante, ni se tuvo en consideración durante las pesquisas. Tres de las cinco líneas de investigación excluyen que el asesino tuviera acento almonteño o siquiera español de España (los mismos ecuatorianos, el rumano, el magrebí), pero es que además se puede poner en duda la existencia de un acento almonteño diferenciado del de lugares cercanos. A preguntas de la defensa, el vecino que se había declarado lo del acento almonteño tuvo que reconocer que se refería realmente a acento andaluz de la zona.

Pero incluso aceptando que el asesino tuviera acento almonteño, eso tampoco significaría nada, ya que hay varios miles de almonteños que podrían ser sospechosos en base a ese criterio. Lo cierto es que la UCO nunca consideró eso como un elemento que ayudara a reducir el campo de sospechosos, y nunca lo refirió como una prueba importante ni influyó en su consideración de los posibles sospechosos. Como otras muchas cosas, solo adquirió relevancia una vez que Medina se convirtió en el principal sospechoso.


2) La cerradura no forzada y el acceso a una llave. De nuevo, otra consideración que solo se volvió relevante cuando hacían falta pruebas contra Medina. Durante más de un año la posibilidad de que el asesino hubiera tenido acceso a una llave para abrir el portal fue una más. No solo no se la consideró en ningún momento como la hipótesis principal, sino que, de nuevo, los propios informes de la UCO desmienten que fuera así. De los cinco sospechosos, tan solo uno (Marianela-Medina) podría encajar en la hipótesis de que el asesino se valiera de una llave. .

Pero la llave no es la única hipótesis de como podría haber accedido Medina a la casa. Según la UCO, ¡podría haber tocado el timbre!. Provoca sonrojo el planteamiento de que un plan digno de una película de Colombo se tenga que basar en tocar al timbre a ver si sus víctimas franquean el paso. Incluso si aceptáramos la propuesta, no apuntaría hacia Medina, no más que hacia muchas otras personas, familiares, amigos y amigas de su madre y su padre, a los que la niña también conocía.

A pesar que que los peritos de la Guardia Civil ya habían declarado que no había signos de que la cerradura hubiera sido forzada, Hellín tuvo que realizar un informe para decir esencialmente lo mismo, además de plantear algunas consideraciones difícilmente sostenibles.

Una vez detenido Medina, se llegó al punto de intentar considerar una prueba contra el detenido lo que en realidad era una prueba exculpatoria, las huellas del asesino. En confusas y tramposas aseveraciones, pretendieron que podían relacionar a Medina con esas huellas, y aunque es evidente que eso no puede ser, lo cierto es que lograron su objetivo. No solo consiguieron que la Juez les comprara su astuta argumentación, es que consiguieron desvirtuar la única prueba con la que contamos sobre la naturaleza del asesino, y es que sabemos que tiene los pies grandes. En este caso también Hellín presentó posteriormente su propia hipótesis, también difícilmente sostenible.
 

EL CRIMEN PASIONAL


En su gran informe de 30 de octubre de 2013, la UCO pasa revista a los primeros 6 meses de investigación. Durante más de 40 páginas exponen, comunican, conjeturan y explican, y pasan revista a los sospechosos, a los que dedican 20 de las páginas del informe. Estos son:

1. Ionut, el rumano que amenazó de muerte a Miguel Ángel cuando este lo sorprendió robando en el Mercadona.

2. Zotouni, el magrebí que fue atendido el 27 de abril, poco después de las diez de la noche, de una profunda herida en una mano.

3. Marianela Olmedo y Francisco Javier Medina. Son sospechosos en conjunto, no por separado, aunque el 90 % del texto y las sospechas se dedican a ella.

4. La familia de vecinos ecuatorianos, que escucharon la agresión, o parte de ella.

5. Manuel, el propietario del inmueble contiguo, arrendado a la familia ecuatoriana. Mantenía deudas importantes, y se sospechaba de su implicación en actividades ilícitas, lo que llevó a pensar que él pudiera haber sido el verdadero objetivo del crimen.

Y ya está. No aparecen otras líneas que se investigaron al principio y fueron probablemente descartadas, como la de Francis C, que fue el último en ver a las víctimas, o la de los otros amigos que comieron con Miguel Ángel, y probablemente alguna más. Estas 5 son las que quedan 6 meses después del crimen, y ya no se trata solo de que no se haga referencia en todo el informe al crimen pasional, es que ¡cuatro de esas cinco líneas de investigación lo descartan!.

En el caso del rumano el motivo sería la venganza, en el del magrebí y algún miembro de la familia ecuatoriana, probablemente el robo. En el de Manuel, una confusión del asesino al entrar en el piso equivocado. Y ni siquiera está claro que en la línea de Marianela y Francisco Javier el móvil sentimental o pasional sea lo único que se está considerando, sino probablemente también alguna motivación económica o de otro tipo.

Esto son hechos, no opiniones. No solo no hay referencias a un crimen pasional, sino que las líneas de investigación seguidas indican que esa opción, estando presente, no era la dominante… Pero hay más, posteriormente los miembros de la UCO remitieron un nuevo informe al juzgado con una extensa investigación de una pista que les había proporcionado Aníbal Dóminguez, el hermano y tío de las víctimas, y esa pista ¡también excluía la hipótesis pasional!

Durante más de un año ni investigadores de la UCO ni forenses insinuaron que dos erosiones que cruzaban la espalda de Miguel Ángel pudieran tener algún significado simbólico, de victoria o de ninguna otra cosa. Nada, ni una palabra. Pero cuando se va a detener a Medina, esos cortes en forma de aspa, adquieren gran significado. En el juicio, los investigadores y los forenses repitieron y ampliaron esas afirmaciones, pese a que no aparecía en ninguno de los informes policiales, ni en las más de 100 páginas de los informes de las autopsias. De nuevo, una prueba inventada exclusivamente para un destinatario concreto. Los forenses, concretamente, se refirieron en el juicio a un supuesto, misterioso y no explicado carácter simbólico de esas lesiones,
Es que es fuerte.. Son investigados Medina y Marianela, pero en conjunto.. Aunque el 90 %de sospechas se centran en ella.. Y con eso más el resto de sospechosos ,.. Más los que nunca buscarían.. Pringa éste..
 
Es que es fuerte.. Son investigados Medina y Marianela, pero en conjunto.. Aunque el 90 %de sospechas se centran en ella.. Y con eso más el resto de sospechosos ,.. Más los que nunca buscarían.. Pringa éste..

quizas aqui estuvo la razon:

TENTACIONES

Sospecho que la argumentación que manejaron los agentes de la UCO, de forma explícita o implícita, debió ser bastante similar a la utilizada por el equipo que investigó el asesinato de Jill Dando (mucho más numeroso, y al menos igual de capaz que el equipo de la UCO). Cuando después de más de una año de investigación estéril, y cuando ya no sabían por donde seguir, de repente apareció algo que señalaba a una persona en concreto, y entonces se dijeron: ¡Tiene que ser él!, no puede ser una casualidad.

Ian Horrocks lo expresó perfectamente, refiriéndose a Barry George, el sospechoso del asesinato de Jill Dando, cuando ante las acusaciones de que habían culpado al chalado del pueblo, respondió que se había realizado una exhaustiva investigación, eliminando a todos los sospechosos menos uno. Si no era Barry George el culpable, protestaba, ¿quién era entonces?

Considero muy probable que esa misma argumentación, o una muy similar, fuera utilizada por algunos miembros de la UCO para autoconvencerse y convencer a los demás. Llevaban más de un año investigando, innumerables horas día y noche, comiendo, cenando y durmiendo fuera de casa, con sacrificio personal y familiar en algunos casos (no en otros), sin resultados. Y de repente se les presenta la posibilidad de resolver el caso con una prueba, confusa y que no entendían demasiado bien, pero con un nombre que resulta sinónimo de culpabilidad: ADN.

Al igual que les había ocurrido a Hamish Campbell y sus hombres, los agentes de la UCO se encontraron ante dos posibilidades a la hora de interpretar la confusa evidencia genética:

1) Podían estudiarla con cierto escepticismo, reconociendo la disparidad de resultados entre ambos laboratorios, y haber solicitado, probablemente a través del juzgado, la opinión imparcial de los mejores expertos en el campo. Teniendo en cuenta que existía evidencia que exoneraba al sospechoso, y que no era de esperar una respuesta clara y decisiva de los expertos, este camino no parecía llevar muy lejos.

2) Podían interpretarla partiendo del supuesto de que el sospechoso era culpable, lo que significaría que no hacían falta expertos para determinar que ese ADN había sido depositado mientras se cometía el crimen, y que la evidencia exculpatoria tenía que ser errónea.

Si su sensación de que Medina era culpable era cierta, podría significar el éxito, las felicitaciones, las condecoraciones, los ascensos… Si no era cierta, tan solo tenían el vacío ante ellos. En el mejor de los casos, un fracaso sin consecuencias; en el peor, un frenazo profesional, tal vez definitivo. Una interpretación llevaba al optimismo y a una buena posibilidad de éxito, la otra interpretación regresaba al punto donde estaban, a más de un año de investigación sin sospechosos ni pruebas, a la nada. En este tipo de circunstancias se presentan fuertes incentivos para que personas sometidas a presión tiendan a tomar un camino y no el otro.
 
quizas aqui estuvo la razon:

TENTACIONES

Sospecho que la argumentación que manejaron los agentes de la UCO, de forma explícita o implícita, debió ser bastante similar a la utilizada por el equipo que investigó el asesinato de Jill Dando (mucho más numeroso, y al menos igual de capaz que el equipo de la UCO). Cuando después de más de una año de investigación estéril, y cuando ya no sabían por donde seguir, de repente apareció algo que señalaba a una persona en concreto, y entonces se dijeron: ¡Tiene que ser él!, no puede ser una casualidad.

Ian Horrocks lo expresó perfectamente, refiriéndose a Barry George, el sospechoso del asesinato de Jill Dando, cuando ante las acusaciones de que habían culpado al chalado del pueblo, respondió que se había realizado una exhaustiva investigación, eliminando a todos los sospechosos menos uno. Si no era Barry George el culpable, protestaba, ¿quién era entonces?

Considero muy probable que esa misma argumentación, o una muy similar, fuera utilizada por algunos miembros de la UCO para autoconvencerse y convencer a los demás. Llevaban más de un año investigando, innumerables horas día y noche, comiendo, cenando y durmiendo fuera de casa, con sacrificio personal y familiar en algunos casos (no en otros), sin resultados. Y de repente se les presenta la posibilidad de resolver el caso con una prueba, confusa y que no entendían demasiado bien, pero con un nombre que resulta sinónimo de culpabilidad: ADN.

Al igual que les había ocurrido a Hamish Campbell y sus hombres, los agentes de la UCO se encontraron ante dos posibilidades a la hora de interpretar la confusa evidencia genética:

1) Podían estudiarla con cierto escepticismo, reconociendo la disparidad de resultados entre ambos laboratorios, y haber solicitado, probablemente a través del juzgado, la opinión imparcial de los mejores expertos en el campo. Teniendo en cuenta que existía evidencia que exoneraba al sospechoso, y que no era de esperar una respuesta clara y decisiva de los expertos, este camino no parecía llevar muy lejos.

2) Podían interpretarla partiendo del supuesto de que el sospechoso era culpable, lo que significaría que no hacían falta expertos para determinar que ese ADN había sido depositado mientras se cometía el crimen, y que la evidencia exculpatoria tenía que ser errónea.

Si su sensación de que Medina era culpable era cierta, podría significar el éxito, las felicitaciones, las condecoraciones, los ascensos… Si no era cierta, tan solo tenían el vacío ante ellos. En el mejor de los casos, un fracaso sin consecuencias; en el peor, un frenazo profesional, tal vez definitivo. Una interpretación llevaba al optimismo y a una buena posibilidad de éxito, la otra interpretación regresaba al punto donde estaban, a más de un año de investigación sin sospechosos ni pruebas, a la nada. En este tipo de circunstancias se presentan fuertes incentivos para que personas sometidas a presión tiendan a tomar un camino y no el otro.
Por eliminación vamos.. En un radio de.. Un pueblo. Muy buena investigación..
 
Por eliminación vamos.. En un radio de.. Un pueblo. Muy buena investigación..

Bueno han tenido q haer muchso esfuerzo para encajarlo todo no creas.

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA EVIDENCIA

Una vez que los investigadores decidieron que Francisco Javier Medina era culpable, tenían ante ellos una tarea nada sencilla:

1) Encontrar evidencia contra el sospechoso. Como el rastro genético no se podía relacionar directamente con el crimen, era imprescindible encontrar algo para intentar colar la idea de que el ADN era una prueba más entre varias. No había nada, ni pelos ni sangre en el lugar del crimen, ni testigos que lo hubieran visto entrar o salir, ni siquiera en las cercanías, ni motivo, ni historial de que resolviera sus problemas con violencia, nada…

2) Ignorar o cambiar la evidencia que exoneraba al sospechoso. Se ignoró el testimonio de Marianela de que había salido junto con los demás, en espera de que la persuasión la hiciera cambiar su declaración. No se preguntó a los compañeros de trabajo si lo habían visto allí en el momento en que se estaba cometiendo el crimen. Cuando supieron que una testigo afirmaba haberlo visto, la ignoraron. Lo que no podían ignorar, como el horario en que se había cometido el crimen, lo cambiaron de forma arbitraria, pese a que había registros del momento en que habían tenido lugar los asesinatos.

3) Encontrar un motivo, y para ello era imprescindible contar con Marianela. Tras asustarla con una posible imputación (palo y zanahoria), se la convenció de que había sido la víctima de una persona hiper celosa, controladora y manipuladora, un monstruo que la tenía anulada. Una vez conseguido esto, con la colaboración y guía de siniestros personajes de los que habrá que hablar algún día, no debió ser muy complicado pasar a la segunda fase: ese personaje terrible era el asesino de su hija, y ella era la única que le daba coartada, y si ella no cambiaba su declaración, quedaría libre. La cambió, claro. Hay situaciones emocionales que no me atrevo a valorar, pero sí valoro, y con mucha dureza, a los que se aprovechan de ese tipo de vulnerabilidad extrema para manipular y tratar de conseguir sus objetivos.
 
Bueno han tenido q haer muchso esfuerzo para encajarlo todo no creas.

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA EVIDENCIA

Una vez que los investigadores decidieron que Francisco Javier Medina era culpable, tenían ante ellos una tarea nada sencilla:

1) Encontrar evidencia contra el sospechoso. Como el rastro genético no se podía relacionar directamente con el crimen, era imprescindible encontrar algo para intentar colar la idea de que el ADN era una prueba más entre varias. No había nada, ni pelos ni sangre en el lugar del crimen, ni testigos que lo hubieran visto entrar o salir, ni siquiera en las cercanías, ni motivo, ni historial de que resolviera sus problemas con violencia, nada…

2) Ignorar o cambiar la evidencia que exoneraba al sospechoso. Se ignoró el testimonio de Marianela de que había salido junto con los demás, en espera de que la persuasión la hiciera cambiar su declaración. No se preguntó a los compañeros de trabajo si lo habían visto allí en el momento en que se estaba cometiendo el crimen. Cuando supieron que una testigo afirmaba haberlo visto, la ignoraron. Lo que no podían ignorar, como el horario en que se había cometido el crimen, lo cambiaron de forma arbitraria, pese a que había registros del momento en que habían tenido lugar los asesinatos.

3) Encontrar un motivo, y para ello era imprescindible contar con Marianela. Tras asustarla con una posible imputación (palo y zanahoria), se la convenció de que había sido la víctima de una persona hiper celosa, controladora y manipuladora, un monstruo que la tenía anulada. Una vez conseguido esto, con la colaboración y guía de siniestros personajes de los que habrá que hablar algún día, no debió ser muy complicado pasar a la segunda fase: ese personaje terrible era el asesino de su hija, y ella era la única que le daba coartada, y si ella no cambiaba su declaración, quedaría libre. La cambió, claro. Hay situaciones emocionales que no me atrevo a valorar, pero sí valoro, y con mucha dureza, a los que se aprovechan de ese tipo de vulnerabilidad extrema para manipular y tratar de conseguir sus objetivos.
Si si.. Un gran esfuerzo para encajarlo.. A presión. Cualquiera de esa lista tenía más motivaciones que él . El vecino mismo dedicado a actividades ilícitas., por ejemplo,, . Si ése no lo tenía fácil para entrar. La niña le hubiera abierto sin problema..
 
ERRORES

Cuando se confirmó que el ADN hallado en tres toallas coincidía con el de Francisco Javier Medina, la primera reacción de la UCO tuvo que ser de frustración y desconcierto, porque Medina no era en esos momentos un sospechoso importante. Sí, debido a su relación con la esposa del asesinado había sido uno de los primeros investigados, y había permanecido siempre en el radar de la UCO, en segundo plano. Pero a partir de la primera semana dejó de estar en los puestos de cabeza de la lista de sospechosos, y pasó a ser uno más, únicamente, y esto hay que dejarlo bien claro desde el principio, como posible cómplice de la esposa y madre de las víctimas, y nunca como posible asesino en solitario. Quien estuvo desde el primer día bajo la sospecha de la UCO fue ella, con o sin Medina.

Nunca se consideró que Francisco Javier Medina hubiera asesinado a padre e hija por su cuenta, sobre todo porque no tenía motivos. Pese a las afirmaciones posteriores, la UCO no dio demasiada importancia al posible ángulo pasional-celos-sentimental en el triángulo Miguel Ángel-Marianela-Medina. ¿Por qué iba a asesinar Francisco Javier Medina a Miguel Ángel si, por fin, después de varios años, Marianela había abandonado a su esposo? Los investigadores supieron por la misma Marianela y sus amigas que la ruptura era irreversible, que no había marcha atrás, y ella jamás dijo o hizo nada que pudiera hacer sospechar lo contrario a Medina. A este no solo no le estorbaba la niña, sino que quería que la madre obtuviera la custodia y se fuera a vivir con ellos, como declaró la misma Marianela.


Por lo que se ha ido conociendo, es cierto que Medina quería que ella fuera rompiendo sus amarras con Miguel Ángel, y que restringiera su relación con él a los cuidados de la pequeña María. Pero se trataba de un proceso de meses que acabaría finalmente con el divorcio, cuyo procedimiento estaba previsto se iniciara tras el verano. No había ningún motivo por el que Francisco Javier Medina necesitara o deseara asesinar a Miguel Ángel, y así lo entendieron los investigadores desde muy pronto, como lo demuestra el hecho de que en ningún informe aparece Medina como sospechoso de un crimen individual, y tan solo lo hace en relación con Marianela, y en una posición claramente subordinada.

Así que cuando la UCO expuso su lista de sospechosos, no consideró a Marianela o Medina como sospechosos individuales, sino como un conjunto, aunque tan solo plantearon sus sospechas sobre ella, y nunca sobre él. La familia de Miguel Ángel, que se supone que es quien puso a la Guardia Civil tras la pista de Medina, en realidad puso a los investigadores tras la pista de Marianela, y en los informes policiales en los que se registran esas referencias de la familia hacia ella, ni siquiera se nombra a Francisco Javier Medina.

Cuando la investigadores de la UCO se encontraron con el resultado de las pruebas de ADN se encontraron también con un problema. Da la impresión de que tenían un conocimiento bastante limitado sobre la prueba y su significado, y para cualquier observador imparcial existía una grave, y no explicada, discrepancia entre los resultados del Laboratorio de la Guardia Civil y los del Instituto Nacional de Toxicología. Decidieron, de forma totalmente arbitraria, quedarse con los resultados de este segundo organismo, sin considerar ni explicar los resultados del primero.

Es probable que en esos momentos algunos miembros de la UCO, con las anteojeras del fracaso colocadas, tan solo vieran la posibilidad de resolver un caso que pocos días antes parecía irresoluble. La oportunidad de convertir un más que cercano fracaso profesional en un éxito. Algunos parecen indignarse ante la sugerencia de que los investigadores pudieran haber sido influenciados en su actividad y sus decisiones por consideraciones, personales, económicas o profesionales, cuando está más que demostrado que esas y otras cuestiones han influido en innumerables investigaciones policiales en todo el mundo, y que están en el origen de graves errores.

La bibliografía sobre el tema de los errores judiciales y policiales crece día a día (ver, por ejemplo, un libro bastante conocido y citado, Criminal Investigative Failures, de Kim Rossmo, que aunque se contradice en varios extremos y está más dedicado a las fallas lógicas, resulta muy instructivo sobre el tipo de errores que pueden cometer, y de hecho cometen, los investigadores). Para explicar esos errores no hace falta recurrir a una hipótesis tan provocadora, y no del todo convincente, como la de Anderson & Scott (Three False Convictions, Many Lessons: The Psychopathology of Unjust Prosecutions), en la que plantean que buena parte de la los errores judiciales y policiales son debidos a la presencia en puestos clave de la policía, la fiscalía o la judicatura, de psicópatas. De la versión no violenta, ni siquiera agresiva, pero psicópatas al fin y al cabo. Resulta interesante, pero no hace falta recurrir a ella para explicar la mayoría de los errores judiciales y policiales.

El conocido caso en España de Dolores Vázquez; el caso tratado en este mismo blog del asesinato de Jill Dando; el de la catastrófica investigación del asesinato de Rachel Nickell, también en Gran Bretaña; la vergonzosa investigación y encarcelamiento de Amanda Knox y Raffaele Sollecito en Italia, ...Todos casos diferentes pero con un denominador común: En determinado momento, y por causas diversas, en cada uno de estos casos los investigadores decidieron que una persona era culpable en base a evidencia más que discutible, y pese a ello construyeron una acusación sobre ese convencimiento.

Aunque es seguro que los errores conocidos son tan solo una parte del total, de la mayoría nunca habrá demostración definitiva. Y es que sabemos con seguridad que Dolores Vázquez o Colin Stagg son inocentes porque se encontró al verdadero culpable de los crímenes que les achacaban, pero no siempre hay tanta suerte, y en ocasiones, pese a que la evidencia indica claramente que los acusados no fueron quienes cometieron el crimen (Knox y Sollecito, Barry George, …) mientras no aparezca prueba exculpatoria, siempre habrá personas dispuestas a seguir acusando. Sobre todo los que más tienen que perder a nivel profesional y de imagen personal si se demuestra el error cometido.

Disculpad, no estoy muy puesta en el tema, aquí se explica que él no tenía motivos para matar al marido de su pareja y su hija pero y ella? Ella iba a tener motivos para matar a su propia hija con esa crueldad?
Encuentran ADN en las toallas, las cámaras de Mercadona no lo ven más menos durante el tiempo del asesinato, no está forzada la cerradura y el conocía a las victimas, con esto no digo q necesariamente deba ser el pero q se le exculpe con esa vehemencia y q además se esté sospechando de la madre me sorprende mucho, he visto a esa señora x tv y está absolutamente destrozada, una madre en sus cabales no mata a su hija de esa forma, yo si creo q x celos ese hombre pudiese hacerlo, pero ella no... en fin, aquí veo mucho comentario pro Medina y no termino de entenderlo aunq como he dicho antes no llevo un seguimiento exhaustivo del tema, veremos como acaba, espero q se haga justicia pronto. Pobre niña y pobre padre.
 
se le exculpe con esa vehemencia

le exculpan lso hechos y las pruebas q no hay foma de encajarlas.

Disculpad, no estoy muy puesta en el tema, aquí se explica que él no tenía motivos para matar al marido de su pareja y su hija pero y ella? Ella iba a tener motivos para matar a su propia hija con esa crueldad?

y aqui nadie esta diciendo q haya sido ella, imposible tb, pero la UCO si q la tenia al principio como sospechosa y ahi estan los informes. Y sino tb se puede oir la conversacion q tiene marianela con su abogada q tb se lo dice.

aquí veo mucho comentario pro Medina y no termino de entenderlo

ha habido un juicio y ha salido absuelto....mas q eso?

si quieres leer sobre el caso, en este blog a partir de la entrada 12 y saca tus conclusiones.

http://www.losguantesdesimpson.com/p/blog-page.html
 

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