CIUDADES

El envejecimiento de las ciudades españolas, ilustrado en estos mapas a través de sus edificios

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2 Octubre 2019
Mohorte @mohorte

Una ciudad es el resultado de centenares, cuando no miles, años de evolución. Y el urbanismo varía, se adapta, se modifica en función de las necesidades de cada tiempo, del modelo de ciudad y de la tecnología disponible. Dicho de otro modo, las ciudades envejecen.

Y en este inexorable paso del tiempo, las cicatrices de la historia son bien presentes. No es lo mismo pasear por el casco antiguo de Barcelona que hacerlo por el ensanche. Hay un cambio de paradigma. Si nos adentramos en las barriadas de Sant Andreu o de Santa Coloma, el paisaje habla de otro tiempo, de otra sociedad, de otro estrato, pero también de otro espacio urbano. Lo mismo sucede en Ciudad de México, en Cuzco o en Manizales.

Ahora bien, datar de forma exacta el envejecimiento progresivo de una ciudad y visualizarlo de forma simple, más allá del paseo que podamos dar a lo largo de nuestra urbe, no es tan sencillo. ¿Cómo hacerlo? Con mapas, obviamente. Tan brillante idea se le ocurrió a Daniskarma, un usuario de Reddit que compartió en r/DataIsBeautiful cuatro mapas de cuatro ciudades españolas en los que mostraba en colores distintos las edades de los edificios registrados.

El resultado es fascinante, y la metodología relativamente sencilla. "Toda la información de los mapas viene del Catastro de España", nos explica. "Es completamente libre aunque para hacer una descarga manual de toda la cartografía de un municipio hay que tener un certificado digital (el cual es gratuito y cualquiera puede hacerlo)". Gracias a la base de datos del catastro, es posible replicar los mapas en, virtualmente, cualquier otra ciudad de España.
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El grueso del casco y el ensanche de Barcelona.
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Madrid, centro.

Los mapas son un viaje por las cicatrices, las señales del tiempo, de las ciudades. En Madrid y Barcelona el resultado es muy obvio: los centros históricos están repletos de edificios anteriores a 1900 (los más oscuros), contando ambos con cascos históricos relativamente grandes. El de Barcelona, sin embargo, es mucho más significativo, dado lo vetusto de la ciudad: casi el 10% de los edificios de la ciudad son previos al siglo XX. No sólo el casco, también el ensanche.

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Barcelona en detalle.
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Madrid en detalle.

Prueba de su histórico dinamismo y de la grandilocuencia de la ciudad mucho antes de su apogeo industrial y demográfico. Este último es evidente en las cinco ciudades (Valladolid, Las Palmas de Gran Canaria y Valencia, de otro usuario, son las otras tres que aparecen): es en los sesenta cuando se produce el boom demográfico de las ciudades, recogiendo a grandes bolsas de población provenientes del campo. Se instalan en la periferia del casco antiguo, en edificios desarrollistas franquistas.

El porcentaje de edificios de esa década es, por tanto, el más alto en la mayoría de los casos, llegando a representar el 20% en el caso de Barcelona y el 23% en Madrid.

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Valencia.

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La peculiar forma de Las Palmas, también condicionada por su geografía.

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En Valladolid los edificios muy antiguos se combinan, en el casco, con otros mucho más modernos.

Barcelona es el caso más particular, ya decimos, por su carácter tan histórico. Y por estar tan limitada por su geografía: enclaustrada entre el mar y la montaña, la mayor parte de los edificios son rojos o morados, y hay muy pocos amarillos, al contrario que en Valencia o en Madrid, ciudades más llanas donde las montañas no cortaron el desarrollo urbanístico de la urbe de igual modo. En Madrid es especialmente interesante observar la construcción en los 60 y 70 de los antiguos barrios chabolistas.

Para su realización, Daniskarma se ha valido de QGIS, un software que trabaja con Sistema de Información Geográfica. "He usado un plugin para descargar la cartografía y los datos del catastro llamado Spanish Inspire Catastral Downloader, que permite simplemente introducir el municipio deseado y te descarga todo lo necesario. Con esto sacar los planos es sencillo, simplemente se le pide al programa que coloree los edificios en función de su año de construcción, se elige una paleta de colores y listo", cuenta.
 
Las ciudades más extremas del planeta
De Siberia a Patagonia, las localidades más gélidas, remotas o aisladas, como Ittoqqortoormiit, en la costa oriental de Groenlandia


Vista de la ciudad de Ittoqqortoormiit, en la costa oriental de Groenlandia. Ragnar Th Sigurdsson getty

Las ciudades más extrañas del mundo son probablemente las que surgen en sitios en los que parece que no es posible vivir. Lugares que desafían las temperaturas más frías y las más asfixiantes; a altitudes en las que es difícil respirar o a profundidades que parecen propias de un ultramundo; poblaciones que se instalan por razones extrañas aisladas de cualquier rincón civilizado del mundo. Ciudades, en definitiva, que ponen a prueba a los seres humanos y su capacidad de convivencia y supervivencia. Estas son algunos de los lugares más extremos del planeta.

1. Vivir en el frío más duro
Yakutsk y Oymyakon (Rusia)

Cuando las temperaturas caen a menos de 30 o 40 grados bajo cero la cosa se pone realmente complicada. En las clasificaciones de las ciudades más frías del mundo figura siempre Yakutsk, un lugar envuelto en cierto misterio. No solo por su extrema temperatura (en invierno se alcanzan hasta -40ºC) sino también por su lejanía, en medio de la amplia y desolada Siberia, y por su historia, ligada a exilios y destierros forzosos.

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Puente congelado en la ciudad de Yakutsk, en Rusia. Amos Chapple getty

Es la capital de la República de Sajá (enorme y vacía, con 3,1 millones de kilómetros cuadrados). Está situada a unos 450 kilómetros del Círculo Polar Ártico y no solo es la ciudad más helada del mundo en invierno, sino también una de las más extremas, ya que en el breve verano las temperaturas pueden superar los 29ºC. No pasan muchos visitantes extranjeros por aquí, a pesar de que es un importante centro cultural, científico y económico, con 17 museos, algunos bastante interesantes. En Yakutsk se encuentran también varias instituciones dedicadas al estudio del clima y se está creando el Centro Mundial del Mamut, que se ha marcado como objetivo la clonación de este animal extinguido en la última glaciación. Pero su razón de ser son sus recursos minerales: diamantes, oro y petróleo. La mejor vía para llegar hasta allí es el río Lena, en coche cuando este se congela y permite el tráfico o en ferri cuando se deshiela.

Sin embargo, la localidad más extrema está a unos 900 kilómetros al este de Yakutsk: Oymyakon. Es el asentamiento permanente de población más frío del mundo. Curiosamente, su nombre (significa agua descongelada) hace referencia a manantiales termales cercanos que son los que dan vida al lugar y que los habitantes intentan mantener accesibles durante todo el año. Aquí se ha registrado la temperatura más baja de la historia en una población habitada: -71,2 ºC, el 26 de enero de 1926. Una curiosidad: en este lugar viven algunas de las personas más longevas de Rusia.

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Vista aérea del macizo de Verjoyansk, en la República de Sajá (Rusia). Alamy

2. La mayor variación térmica
Verjoyansk (Rusia)

En la misma República de Sajá (la división territorial más extensa del mundo) encontramos otro récord muy relacionado con el anterior: la mayor variación de temperaturas, según el libro Guinness, registrada en Verjoyansk: de -69,8 ºC a 37 ºC en verano, una oscilación de 106,8 grados. No es un lugar de trasiego turístico, claro: está a 675 kilómetros de Yakutsk y su origen fue un asentamiento cosaco que siempre ha servido para recibir a exiliados políticos. Tiene unos 1.300 habitantes de los que el 75% son yakutos (el resto son rusos) que viven, sobre todo, de la cría de ganado, caballos, renos y del negocio de pieles.

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El delta del río Colorado, en la reserva de la biosfera Alto Golfo de California (México). George Steinmetz getty

3. Las ciudades más ardientes
San Luis Río Colorado (México)

Para encontrar la ciudad más caliente del mundo hay que viajar justo hasta el otro lado del planeta, concretamente al Estado mexicano de Sonora. Allí se encuentra San Luis Río Colorado, de unos 250.000 habitantes, sobre una meseta que funciona como un pequeño asador, entre la zona del desierto de Altar y el Estado de Baja California. Ha llegado a registrar 59,5ºC en sus termómetros. Y más allá de experimentar el calor extremo hay motivos para visitarla. Por ejemplo, recorrer El Pinacate, territorio declarado reserva de la biosfera, así como el Alto Golfo de California y el delta del río Colorado, reservas declaradas patrimonio mundial. Despliegan paisajes extraños ante el viajero: dunas, cráteres volcánicos y lavas derramadas, que albergan un 40% de la fauna y la flora desértica. El contraste lo ofrece el golfo de Santa Clara, en el mar de Cortés, un tranquilo municipio que cada año visitan miles de turistas, principalmente norteamericanos. Los primeros europeos que pasaron por allí, en el siglo XVI, eran españoles; más tarde lo hicieron misioneros jesuitas y franciscanos, pero la ciudad de San Luis nació muchos años después, en 1907, como una colonia agrícola militar.

Las altas temperaturas no han sido un obstáculo para la creación de grandes ciudades. Hay muchísimas urbes que sufren calores extremos, algunas de ellas históricas, como La Meca, Marrakech, Las Vegas o la etíope Dallol. O las nuevas capitales de los países del Golfo, como la ciudad de Kuwait, cuya temperatura media es de 46,9 grados, o la ciudad portuaria de Jizan, en la costa del mar Rojo, en la que viven casi dos millones de habitantes.

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La ciudad minera de La Rinconada, en los Andes de Perú, a 5.099 metros de altura. Johnny Haglund getty

4. La azotea del mundo
La Rinconada (Perú)

La fundación de la ciudad a mayor altitud del planeta (a 5.099 metros) se debe a una mina de oro. Con más de 30.000 habitantes, y al pie del nevado andino Ananea Grande, en la provincia peruana de Puno, su temperatura media diaria oscila justo por encima de la congelación. La altitud y el paisaje montañoso hacen que vivir aquí no sea fácil y la población se mantiene en gran parte por debajo del límite de la pobreza, sin suministro de agua y en condiciones precarias. Sin embrago, la explotación del oro es suficiente para mantener activa esta urbe en un lugar casi de otro planeta, que suele acoger, no obstante, a aficionados al esquí, el montañismo y el trekking.

Por encima de La Rinconada existe otro lugar habitado, Tuiwa, en el Tibet, aunque no pueda calificarse de ciudad. Así que su auténtica competencia es Wenquan, en China, a 5.019 metros de altitud, con más de 80.000 habitantes y un 70% de humedad, lo que complica más aún la habitabilidad. Otras azoteas urbanas dispersas por el mundo son El Aguilar (Argentina); Colquechaca (Bolivia), localidad minera cerca de Potosí; Korzok, Komic, Ukdungle y Kurgiakh, en India, o las también chinas Tanggulashan o Pagri, en la frontera con Bután. Pero sí hablamos de una gran ciudad (con más de 30.000 habitantes), la más alta es El Alto (4.150 metros), al oeste de Bolivia, que cuenta incluso con el aeropuerto de La Paz.

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Un monasterio ortodoxo en el interior de un cañón cercano a la ciudad de Jericó. Demetrio Carrasco getty

5. Vivir bajo el nivel del mar
Jericó y Tabgha

Para visitar la ciudad a menor altura de la tierra hay que viajar a Jericó, en Cisjordania, situada a 200 metros bajo el nivel del mar; presume, además, de ser la ciudad más antigua del mundo. Compite en profundidad con Tabgha, en la costa norte del mar de Galilea, allí donde la tradición cristiana sitúa la milagrosa multiplicación de los panes y los peces según el Evangelio de San Mateo. Una iglesia con valiosas reliquias recuerda el hecho y acoge a miles de peregrinos cada año.

Dando un salto al otro lado del planeta encontramos ciudades por debajo del nivel del mar en el valle de la Muerte, en California. Y hay rincones de la tierra mucho más bajos que este último, aunque no cuentan con ciudades de importancia. Es el caso del lago Assal, en la depresión de Afar, en Yibuti, con el agua más salada en la tierra, o la depresión de Turfán, una zona tan caliente y tan seca que es conocida como el horno de China. En Europa también encontramos ciudades por debajo del nivel del mar. Concretamente en los Países Bajos, producto del trabajo del hombre, que creó diques para contener el agua del mar y luchando contra el hundimiento de la tierra. Es el caso de la región del Randstad, cuyo 90% del territorio se sitúa entre cuatro y siete metros por debajo del nivel mar.

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Amanecer en la ciudad de Hammerfest, al norte de Noruega. Mike Sirén getty

6. Al norte del norte
Hammerfest, Longyearbyen y Barrow

Tres ciudades se disputan el título de ciudad más septentrional del mundo. La primera es Hammerfest (Noruega), dentro del Círculo Polar Ártico, con más de 10.000 habitantes y una temperatura media anual de tan solo 2 grados. Presume de ser la primera ciudad del norte de Europa que tuvo iluminación eléctrica en las calles, en 1891; fue escenario de importantes combates durante la Segunda Guerra Mundial y, actualmente, vive de su planta de gas natural licuado, que ha dado un impulso a una zona con pocas perspectivas económicas. Los turistas pasan por aquí camino del cabo Norte: un ferri sale a diario desde aquí hacia Nordkapp, extremo septentrional del continente. También llegan muchos cazadores de auroras boreales y en sus calles encontramos una curiosidad: la sede de la Asociación del Oso Polar.

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Señal de advertencia en el valle de Adventdalen, cerca de Longyearbyen, en las islas Svalbard (Noruega). Stephen Studd getty

A Hammerfest le disputa el título Longyearbyen, la mayor población de las noruegas islas Svalbard, en la que apenas viven unas 2.000 personas. En este remoto rincón del Ártico el sol se pone cada año el 25 de octubre y no vuelve a asomarse hasta el 8 de marzo, regreso que se celebra por todo lo alto con la Solfestuka, una fiesta popular que reúne a toda la ciudad a las 12.15 para esperar la llegada del sol. Longyearbyen sí tiene tirón turístico: el primer hotel se construyó en 1897, aunque fue más tarde cerrado, y casi dos tercios de la superficie del archipiélago Svalbard están protegidos: incluye tres reservas naturales, seis parques nacionales, 15 santuarios de aves y una zona protegida especial de interés medioambiental. Y alguna que otra curiosidad, propia de su ubicación, como el bar de sushi más al norte del planeta y la prohibición (desde hace 70 años) de enterrar a sus fallecidos; es ilegal.

La tercera ciudad en liza es Barrow, en Alaska (Ukpeagvik en lengua nativa), donde viven unos 4.500 habitantes que desafían a vientos helados y temperaturas que pueden descender hasta 40 grados bajo cero. El agua del Ártico se congela de noviembre a marzo e impide que lleguen barcos, pero el recurso económico de Barrow son los turistas que la visitan para contemplar el sol de medianoche y conocer la cultura inupiaq, de la que se tienen noticias desde el año 800 antes de Cristo. Durante el corto verano los operadores turísticos locales ofrecen excursiones para avistar osos polares, fotografiar búhos nivales o aproximarse a alguno de los emplazamientos arqueológicos de la zona; también a la antigua estación ballenera de Cape Smyte, que consideran el edificio de madera más antiguo del Ártico (1893).

Quizá, más allá de esta competencia a tres, el título del lugar más septentrional habría que concedérselo a los pocos que viven en Alert, una pequeña localidad de la costa septentrional de la isla de Ellesmere, en Nunavut (Canadá). Esta base militar y estación meteorológica es el asentamiento humano ubicado más al norte del planeta. La cercana Iqaluit es el territorio más pequeño de las capitales provinciales de Canadá. Tiene unos 7.000 habitantes, la mayoría esquimales nativos, y ofrece comodidades a quienes se animen a tomarlo como punto de partida para adentrarse en la magnífica naturaleza del norte del país.
 
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Panorámica de Ushuaia, a orillas del canal de Beagle, en el extremo sur de Argentina. Andrew Peacock getty

7. La más austral: ¿Ushuaia o Puerto Williams?
Argentina y Chile

Con casi 70.000 habitantes a orillas del canal de Beagle, Ushuaia ha ostentado siempre el título de ciudad más austral del mundo. Está a 3.200 kilómetros al sur de Buenos Aires, en el extremo meridional del continente americano, a menos de 1.000 kilómetros de la Antártida. Es una ciudad estratégica, siempre lo ha sido, y para poblarla se levantó una cárcel a principios del siglo XX, cuyos presos fueron dando forma a la ciudad. El presidio contaba con la línea férrea más austral del mundo (para el traslado de los reos), reconvertido actualmente en el turístico Tren del Fin del mundo que permite adentrarse en el parque nacional de Tierra del Fuego, paraíso para senderistas. El otro gran atractivo de la zona es navegar el canal Beagle, brazo de mar que separa Ushuaia de la isla Navarino y en el que se pueden ver de cerca aves, lobos marinos, una enorme población de pingüinos de Magallanes y, si hay suerte, alguna ballena jorobada.

Desde hace poco, a Ushuaia le discute el trono como ciudad más austral del mundo la chilena Puerto Williams, en la orilla sur del canal Beagle, gracias a un cambio de los convencionalismos chilenos: actualmente el país considera como ciudades a las poblaciones con más de 5.000 habitantes, y aunque Puerto Williams, un mero asentamiento originalmente cien kilómetros más al sur que Ushuaia, no alcanza esa cifra (ronda los 2.000 residentes) también ha sido considerada ciudad por ser cabecera de una gobernación y tener los servicios elementales. En la práctica, a los turistas que llegan hasta aquí les atraen las mismas cosas a uno y a otro lado del canal, que actúa como frontera: senderos para recorrer paisajes salvajes y extremos; la observación de fauna antártica y el acercamiento a las culturas primitivas de Tierra del Fuego, los yaganes y selknam.


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Casas de colores en la villa de Ittoqqortoormiit, en Groenlandia. Adrian Wojcik getty

8. Las más aisladas
De Groenlandia al cañón Havasu, Arizona

Entre las ciudades más inaccesibles del mundo hay donde escoger. Por ejemplo, en tierras remotas del ártico, Ittoqqortoormiit, ubicada en la costa oriental de Groenlandia y, en muchos rankings situada en el número uno de los pueblos más aislados. Cuenta con un par de tiendas para sus 450 residentes, los visitantes que llegan hasta aquí lo hacen para conocer cómo es su estilo de vida (viven sobre todo de la caza y la pesca), en medio de una naturaleza completamente salvaje. La población local comparte su saber con los turistas, mientras los llevan en trineos arrastrados por perros o en sus piraguas.

Remotas son las poblaciones del archipiélago de las Aleutianas, una cadena de islas que se estira desde el suroeste de Alaska hasta Rusia oriental. En una de ellas está Adak, que apenas cuenta con 300 habitantes. En la Segunda Guerra Mundial fue una base naval (está cerrada desde entonces) y actualmente se la reconoce como la ciudad más austral y remota de Alaska. Pocos son los que llegan hasta ella, o hasta Adamstown, en las islas Pitcairn, el país menos poblado del mundo. Territorio de ultramar de Reino Unido, sus 50 habitantes mantienen un pequeño gobierno local y reciben, de cuando en cuando, algún visitante curioso atraído generalmente por la historia de los amotinados del Bounty y los tahitianos que los acompañaron, y cuyos descendientes son hoy los residentes de esta isla. Adamstown está considerada la capital oficial más pequeña del mundo; la isla no tiene aeropuerto ni hoteles, pero quienes la visitan pueden alojarse con alguna de las familias locales. Otra curiosidad: en 1838 las islas fueron el primer territorio del mundo donde se aprobó el sufragio femenino idéntico al de los hombres.


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Ruta hacia la aldea de Supai, en el cañón de Havasu (Arizona). Thomas Janisch getty

Otra de las ciudades permanentemente habitadas más remotas de la tierra es Edimburgo de los Siete Mares, nombre curioso y evocador de esta población de la isla de Tristán de Acuña, dependencia británica, a más de 2.700 kilómetros de la costa sudafricana. Todos sus habitantes (unos 270) proceden de siete familias que se asentaron en 1816. No tiene restaurantes, ni semáforos, pero sí un campo de golf. Su lejanía y aislamiento la convirtió en inspiración para novelas de aventuras, como en Los hijos del capitán Grant y Un capitán de quince años, de Julio Verne (es la primera isla que divisan después de un largo viaje) o El rey del aire, de Emilio Salgari. Pero no hace falta irse hasta islas remotas para encontrar lugares aislados, aunque no sean estrictamente una ciudad. En Arizona se encuentra la aldea de Supai, el hogar de la tribu Havasupai, dentro del cañón Havasu, completamente aislado del mundo exterior. No hay carreteras, tan solo un sendero de unos 12 kilómetros accesible desde la cima de una colina, o la posibilidad de llegar en helicóptero. El punto de venta de comida, agua o gasolina más cercano está a casi 100 kilómetros, en Peach Spring.

https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/05/01/actualidad/1556725733_037033.html
 
Nueve razones para enamorarse de Dubrovnik
Laberínticas callejuelas de mármol, imponentes murallas lamidas por las olas del Adriático, fastuosos palacios y los placeres de la costa de Dalmacia. Claves para disfrutar de esta mágica ciudad croata



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Vista del casco antiguo de Dubrovnik, en Croacia, con la isla de Lokrum y el mar Adriático de fondo. Cheryl Ramalho getty
Lonely Planet
10 OCT 2019 - 00:00 CEST
Probablemente, todo viajero sueñe con asomarse, algún día, a la costa dálmata desde las murallas de Dubrovnik, una auténtica fantasía medieval que los seguidores de Juego de tronos ubican, seguramente, entre los mejores escenarios de la serie para visitar. La localidad croata es una auténtica ciudad monumento, rodeada de impresionantes murallas defensivas cuya base se sumerge en el transparente mar Adriático.


Pequeña, encerrada en sí misma, el turismo ha sido su salvación y quizá también puede ser su condena —no hay crucero por el Mediterráneo oriental que no haga escala aquí—, pues miles de visitantes recorren cada día sus calles de mármol, sus laberínticos callejones y Placa, la fabulosa calle principal. Muchos alternan el paseo con alguno de sus muchos museos, especialmente el Palacio del Rector, mientras otros suben (en teleférico) hasta la cima del monte Srd o curiosean por los barrios glamurosos de Ploce y Viktorija. Son menos los que rematan la visita con un baño en la playa Sveti Jakov. Eso sí, no hay nadie que no salga impresionado por la ciudad croata.

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Panorámica de las murallas y el centro histórico de Dubrovnik, en la costa de Dalmacia (Croacia). Sasipa Muennuch getty

1 A pie por las murallas
El gran atractivo de Dubrovnik es pasear por sus murallas. Puede ser arduo en verano, debido al calor y a que tienen pocos lugares donde refugiarse del sol. Además, suele haber colas, pero merece la pena. Son el elemento arquitectónico que mejor define a la ciudad; muros imponentes al pie (literalmente) del mar que envuelven el centro histórico. Desde el agua, el color gris rosáceo de esta masa de piedra contrasta con el intenso azul del Adriático, pero desde lo alto, desde el adarve, sorprende el laberinto de calles de mármol que se extiende tras ellas, jalonado por las torres de las iglesias y los tejados de terracota.

Las murallas son la razón de ser de esta ciudad, que se apoyó en sus orígenes en la protección natural de los acantilados rocosos que permitió a los refugiados de la ciudad romana de Epidauro (la actual Caytat) asentarse aquí en el siglo VII. Estos muros resistieron asedios en diversos momentos de la historia, reforzados continuamente con fortificaciones hasta completar una barrera de piedra de dos kilómetros de largo y 25 metros de alto. El fuerte de Minceta protege el extremo que da a tierra, mientras que los de Bokar y San Lorenzo, al oeste, defendían el extremos que da al mar. Los baluartes de Revelin y San Juan custodiaban el lado oriental y el puerto viejo. Los dos accesos históricos a la ciudadela son las puertas de Pile, al oeste, y Ploce, al este, ambas con puentes levadizos que se izaban al atardecer, cuando se cerraban las puertas y se entregaban las llaves al rector, hasta su apertura a la mañana siguiente. En 1907 se abrió un tercer acceso, la puerta de Buza, en la muralla norte.

Recorrer las murallas no es gratis. Hay que sacar una entrada (unos 27 euros) y recorrerlas (obligatoriamente) en sentido contrario a las agujas del reloj. La panorámica del casco antiguo y el resplandeciente Adriático merece la pena, pero también detenerse en los patios y jardines ocultos que no se ven paseando por sus calles. El punto culminante del paseo es el fuerte de San Juan, enorme fortaleza del siglo XVI, anclada sobre otra fortaleza más antigua. Es uno de los varios fuertes que jalonan la fortificación: en el otro extremo de la ciudad, está el fuerte de San Lorenzo, con unas vistas fabulosas del casco antiguo y un gran patio que acoge obras de teatro y conciertos en verano, y el más grande es el fuerte Revelin, fuera de las murallas, una elaborada estructura defensiva, que además es el que defiende el puente viejo.

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La calle Stradun, en el casco antiguo de Dubrovnik. ROSA LAZIC getty

2 Paseo entre calles de mármol
Al bajar de la muralla se descubre un casco histórico compacto y bien conservado. Entre 1991 y 1992, Dubrovnik fue bombardeada con más de 2.000 proyectiles que causaron muertes y numerosos daños —el 68% de los edificios del centro histórico resultaron afectados—, aunque actualmente la ciudad ya restaurada luce con casi todo su esplendor original. El eje de todo es la calle Stradun (también conocida como Placa), en torno a la que se distribuyen las mejores tiendas, los restaurantes y también los turistas y artistas callejeros. La calle, de más de 300 metros de largo, divide el casco antiguo en dos, aunque originalmente fue un canal, desecado en el siglo XIII. Después de un devastador terremoto en 1667, Dubrovnick comenzó a reconstruirse alrededor de esta calle y debido a eso actualmente encontramos edificaciones del siglo XVII a lo largo de toda la vía.

La visita imprescindible aquí es el palacio del Rector, del siglo XV, donde se alojaba el gobernante de la ciudad. Este palacio gótico-renacentista albergaba los aposentos privados del rector, las oficinas administrativas y también una mazmorra. Actualmente es la sede del Museo de Historia Natural. Entre los edificios palaciegos que conserva la ciudad —la mayoría quedaron destruidos en el seísmo del siglo XVII—, se encuentra el palacio de Sponza, que fue aduana, casa de la moneda, erario, arsenal y banco, y que hoy presenta una mezcla de estilos bastante curiosa. También se mantienen en pie varias iglesias y monasterios, como la catedral de la Asunción, barroca pero levantada sobre una antigua basílica del siglo VII, o la iglesia de San Blas, también barroca.

Entre los museos de Dubrovnik destaca el curioso Love Stories Museum, alegre contrapunto al popular museo de las Relaciones Rotas de Zagreb. Aquí se intenta llegar a la fibra sensible del visitante con historias románticas, leyendas locales, escenas sentimentales de películas y canciones de amor, aunque lo mejor es su colección de objetos con valor sentimental donados por gente corriente y las historias que hay detrás. La otra visita que casi nadie se suele perder es la galería War Photo Limited, con exposiciones sobre la guerra de los Balcanes.

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Teleférico a la cima del Srd, en Dubrovnik (Croacia). getty images

3 Duvrovnik desde el aire
El teleférico al monte Srd traslada a los viajeros desde el norte de las murallas hasta la cima en menos de cuatro minutos. Es toda una experiencia: desde 412 metros de altura el casco antiguo de Dubrovnik se muestra más surrealista de lo habitual y parece una maqueta a escala o la ilustración de un libro. Las vistas abarcan toda Dubrovnik y Lokrum, con las islas Elafiti en el horizonte. Su estratégica posición hizo que fuera un objetivo bélico clave durante la guerra de la década de 1990.

Cuando se construyó el teleférico, en 1969, fue el primero de su clase en el Adriático. La gran cruz contigua al edificio de la estación superior, esculpida con la famosa piedra blanca de la isla de Brac, se erigió en 1935 pero el teleférico y la cruz actuales son réplicas de los originales, destruidos en 1991 durante el asedio de Dubrovnik. El edificio de la estación superior alberga un restaurante, una tienda de recuerdos, aseos y una plataforma de observación con telescopios. Para obtener las mejores vistas, lo mejor es colocarse en el extremo del teleférico que da a la ciudad. Las vistas desde el Restaurante Panorama, en la estación superior del teleférico, son insuperables, aunque el restaurante no es barato.

Hay una alternativa gratuita al teleférico: seguir el viacrucis, que empieza en la carretera por encima del casco antiguo. Lleva cerca de una hora recorrer el camino de subida, bordeado de relieves de latón que ilustran las 14 estaciones del viacrucis. Una vez arriba, hay que visitar la exposición Dubrovnik en la Guerra de la Patria (así se conoce en Croacia a la guerra de los Balcanes de la década de 1990), instalada en el ruinoso Fuerte Imperial napoleónico (completado en 1812), cerca de la estación, y dedicada al asedio de la ciudad; al conservar el control de este baluarte, las tropas locales ayudaron a que la ciudad no fuera tomada. Las exposiciones ofrecen un punto de vista parcial, pero también una exhaustiva cobertura de los acontecimientos.

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Playa de Sveti Jakov, a las afueras de Dubrovnik. Falco Ermert flickr

4 Ploce y Viktorija, la otra cara de Dubrovnik
Estos dos barrios al este de la ciudad amurallada acogieron lujosos hoteles y villas en las décadas de 1920 y 1930, explotando las espectaculares vistas del casco antiguo y algunas bonitas playas. Al pasear por la carretera que bordea la costa se otea esta lujosa zona de Dubrovnik. Aquí encontraremos restaurantes y pizzerías con terraza, y también modernas tiendas de diseño croata, como Kawa, galerías y centros de arte; por ejemplo, el Centro Lazareti, instalado en un complejo de edificios y patios históricos levantados entre 1590 y 1642 como centro de cuarentena para proteger a la ciudad de la peste. Ahora alberga exposiciones de arte, cine, noches de discoteca, música en directo y danza tradicional. Como colofón se puede visitar el Museo de Arte Moderno, una galería interesante por su arquitectura y las vistas desde su terraza de esculturas, pero sobre todo por su excelente colección de arte croata. Construida en la década de 1930 como residencia para un naviero de Dubrovnik, incluye elementos modernistas a la vez que hace un guiño a la arquitectura gótica y renacentista del casco antiguo. El paseo puede terminar —pasando ante las casas más lujosas de la ciudad— en la playa Sveti Jakov, desde donde contemplar cómo se pone el sol por encima del casco antiguo de Dubrovnik.

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La isla de Lokrum, frente a la ciudad croata de Dubrovnik, en la costa de Dalmacia. Chris Winsor getty

5 Escapada a Lokrum
Dejar atrás las aglomeraciones del casco antiguo de Dubrovnik es sencillo: basta con subir a bordo del ferri que, en unos 10 minutos, lleva hasta la isla de Lokrum, habitada por pavos reales y otras 150 especies de aves. Se trata de una reserva natural protegida cubierta de bosques de encinas, fresnos negros, pinos y olivos, y muy popular para darse un baño, aunque las playas son de roca.

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Un pavo real en la isla de Lokrum, en Dubrovnik. Anastasia Zadorozhna getty

Además, hay visitas interesantes, como el monasterio medieval benedictino ubicado en el centro de la isla. Se cree que los primeros monjes se instalaron aquí a principios del siglo X, y los últimos fueron expulsados en 1799, cuando la República de Ragusa (desaparecida en el siglo XIX) decidió vender el islote. Finalmente, Lokrum fue a parar a manos del archiduque austriaco Fernando Maximiliano, futuro emperador de México, que se hizo construir una villa de verano dentro del complejo monástico en la década de 1860. Maximiliano fue el responsable de recuperar el fabuloso jardín del claustro y de crear un bonito jardín botánico con grandes agaves y exóticas palmeras. Uno de los edificios del monasterio acoge una exposición sobre la historia de la isla, que incluye referencias a Juego de tronos, incluida una réplica del Trono de Hierro donde el viajero puede sentarse para hacerse una foto. Los seguidores de la serie podrán reconocer en el jardín del claustro el escenario de la recepción de Daenerys en Qarth. En el punto más elevado de la isla (97 metros) se ubica una fortificación circular levantada por las tropas de Napoleón poco después de apoderarse de Dubrovnik, en 1806, y desde cuya azotea se disfrutan vistas hacia el casco antiguo de la ciudad adriática.

Lokrum está rodeada de salientes rocosos planos y los visitantes suelen conformarse con encontrar uno tranquilo en el que tumbarse. Otra popular zona de baño es el pequeño lago de agua salada conocido como mar Muerto, al sur del monasterio.

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Terraza del restaurante Proto, en Dubrovnik.

6 Comer bien en Dubrovnik
Como cualquier ciudad superturística, Dubrovnik está repleta de locales anodinos, pensados para turistas que, probablemente, no vuelvan más. Pero la ciudad tiene restaurantes que sí merecen la pena. El Restaurant 360º, uno de los más lujosos, propone alta gastronomía croata: cocina creativa y bien presentada, gran carta de vinos y buen servicio. Pero lo mejor es la ubicación de sus mesas, en lo alto de las murallas, para contemplar el puerto a través de las almenas. Otro buen restaurante es el Nautika, también en una situación increíble, con vistas al mar y a las murallas. La comida es sofisticada, pero clásica, con buenos productos locales, como sus magníficos pescados a la sal. Otra opción interesante es el Proto, famoso por su pescado fresco y su ambiente evocador, en el casco antiguo. Lleva abierto desde 1886 y por aquí han pasado muchos personajes ilustres. Y por último, el Restaurant Dubrovnik, uno de los más sofisticados de la ciudad, con toques franceses en sus fogones, está instalado en una azotea cubierta entre los antiguos edificios de piedra del centro histórico de la ciudad.

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Playa de Banje, cerca del centro histórico de Dubrovnik. Jason Wells getty
 
continùa...

7 Dónde darse un baño
No hay que irse muy lejos para darse un chapuzón en el Adriático. Aunque de guijarros, la playa más deslumbrante, y concurrida, de Dubrovnik es Banje, al este del casco antiguo. Muchos acuden también a tomar algo en un lujoso bar de playa, que por la noche muta en beach club. Cuando los locales quieren refrescarse van a Porporela, el muelle contiguo al fuerte de San Juan, en el puerto viejo. La base rocosa de las murallas puede que no sea el lugar más amable para darse un baño, pero es bastante popular. Unos escalones descienden desde los bares Buza y Bard Mala Buza —cuya terraza a la sombra invita a pasar el día entero contemplando el Adriático—, ambos ubicados sobre el acantilado, hasta los espacios cementados entre las rocas. A la sombra del fuerte de San Lorenzo y los acantilados circundantes, la pequeña bahía de Sulic es otro de los lugares populares para tomar el sol. Y por debajo de un viejo monasterio a los pies del parque Gradac, unos 600 metros al oeste de la puerta Pile, la playa de Dance ofrece aguas turquesas y un sistema de terrazas para tomar el sol. Más al oeste, la playa Bellevue (Montovjerna), de guijarros, está resguardada por altos acantilados.

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Monasterio franciscano de la isla de Lopud, en el archipiélago de las Elafiti, al noroeste de Dubrovnik (Croacia). gollykim getty

8 Excursión a las islas Elafiti
Este archipiélago al noroeste de Dubrovnik está integrado por 14 islas, pero solo las tres más grandes están habitadas y pueden visitarse en un circuito organizado de un día desde el puerto viejo, o tomando uno de los ferris regulares desde el puerto Gruz. La más cercana es la pequeña y encantadora isla de Kolocep; solo acoge a 163 vecinos y está cubierta de pinares centenarios, olivares y huertas de naranjos y limoneros. Una playa de arena se extiende desde el pueblo principal —frente a un hotel resort— y más allá, al doblar la esquina, hay una bonita pero rocosa zona nudista.

Lopud es una isla sin automóviles y con un atractivo pueblo de casas de piedra rodeado de jardines exóticos, que se contempla desde las alturas de varias fortalezas en ruinas. La primera visión al llegar a su puerto es la muralla y el campanario (de 30 metros de altura) del monasterio franciscano del siglo XV. La única parte que está regularmente abierta al público es la iglesia de Santa María de la Cueva, construida en 1483, interesante por las sillas del coro, intrincadamente talladas, y su retablo del siglo XVI. Más allá, en el paseo marítimo, está el frondoso parque Dordic-Mayneri, de finales del XIX, creado por la bisnieta del último rector de Dubrovnik, con especies botánicas de todo el mundo. El pueblo tiene una pequeña playa, pero es mejor atravesar la isla hasta el arenal de Sunj.

Con 16 kilómetros cuadrados, Sipan es la más grande de las Elafiti y fue frecuentada por la aristocracia de Dubrovnik, que construyó casas en ella. Casi todos los ferris atracan en Sudurad, pequeño puerto bordeado por casas de piedra y por la gran torre de Skocibuha, villa fortificada del siglo XVI. Al otro lado de la isla, el pueblo de Sipanska Luka alberga los restos de una villa romana y un palacio ducal gótico del siglo XV. Ambas localidades están conectadas por autobuses, programados para coincidir con los ferris.

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Las murallas de Dubrovnik y, al fondo, torre del fuerte de Minceta, escenario de rodaje de la serie 'Juego de tronos'. getty images

9. Los escenarios de Juego de tronos
Los seguidores de Juego de tronos tienen muchos motivos para dar alas a su fantasía en Dubrovnik, ya que parte de la popular serie de televisión se rodó en la ciudad. Aunque Split y Sibenik también se usaron como localizaciones, Dubrovnik es la que más aparece, ya que sirvió para recrear las ficticias ciudades de Desembarco del Rey y Qarth. Si al viajero le apetece hacer su propio paseo por algunas de las calles de Poniente, repasamos aquí algunos puntos clave:

  • Las murallas y fuertes de Dubrovnik tienen un papel destacado en la serie. El fuerte Minceta se usó para las tomas exteriores de la Casa de los Eternos en Qarth.
  • Tyrion Lannister dirigió la defensa de Desembarco del Rey desde las murallas que dan al mar durante la batalla del Aguasnegras y, si se consiguen pasar por alto las mejoras generadas por ordenador, se reconocerá el fuerte de San Lorenzo como el núcleo de la Fortaleza Roja. Cersei se despidió de su hija Myrcella desde el pequeño puerto que hay debajo.
  • El atrio del palacio del Rector aparecía como el Palacio del Rey de las Especias de Qarth, ¡y ni siquiera movieron la estatua!
  • La calle Svetog Dominika y la escalera frente al monasterio dominicose usaron para varias escenas del mercado de Desembarco del Rey, y las escaleras que conectan la iglesia de San Ignacio de Loyola (en la calle Uz Jezuite) con la plaza de Gundulic fueron el punto de inicio del memorable paseo de penitencia que Cersei Lannister hace desnuda. El paseo continuaba por Stradun.
https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/10/09/actualidad/1570615059_173462.html '
 
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7 Dónde darse un baño
No hay que irse muy lejos para darse un chapuzón en el Adriático. Aunque de guijarros, la playa más deslumbrante, y concurrida, de Dubrovnik es Banje, al este del casco antiguo. Muchos acuden también a tomar algo en un lujoso bar de playa, que por la noche muta en beach club. Cuando los locales quieren refrescarse van a Porporela, el muelle contiguo al fuerte de San Juan, en el puerto viejo. La base rocosa de las murallas puede que no sea el lugar más amable para darse un baño, pero es bastante popular. Unos escalones descienden desde los bares Buza y Bard Mala Buza —cuya terraza a la sombra invita a pasar el día entero contemplando el Adriático—, ambos ubicados sobre el acantilado, hasta los espacios cementados entre las rocas. A la sombra del fuerte de San Lorenzo y los acantilados circundantes, la pequeña bahía de Sulic es otro de los lugares populares para tomar el sol. Y por debajo de un viejo monasterio a los pies del parque Gradac, unos 600 metros al oeste de la puerta Pile, la playa de Dance ofrece aguas turquesas y un sistema de terrazas para tomar el sol. Más al oeste, la playa Bellevue (Montovjerna), de guijarros, está resguardada por altos acantilados.

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Monasterio franciscano de la isla de Lopud, en el archipiélago de las Elafiti, al noroeste de Dubrovnik (Croacia). gollykim getty

8 Excursión a las islas Elafiti
Este archipiélago al noroeste de Dubrovnik está integrado por 14 islas, pero solo las tres más grandes están habitadas y pueden visitarse en un circuito organizado de un día desde el puerto viejo, o tomando uno de los ferris regulares desde el puerto Gruz. La más cercana es la pequeña y encantadora isla de Kolocep; solo acoge a 163 vecinos y está cubierta de pinares centenarios, olivares y huertas de naranjos y limoneros. Una playa de arena se extiende desde el pueblo principal —frente a un hotel resort— y más allá, al doblar la esquina, hay una bonita pero rocosa zona nudista.

Lopud es una isla sin automóviles y con un atractivo pueblo de casas de piedra rodeado de jardines exóticos, que se contempla desde las alturas de varias fortalezas en ruinas. La primera visión al llegar a su puerto es la muralla y el campanario (de 30 metros de altura) del monasterio franciscano del siglo XV. La única parte que está regularmente abierta al público es la iglesia de Santa María de la Cueva, construida en 1483, interesante por las sillas del coro, intrincadamente talladas, y su retablo del siglo XVI. Más allá, en el paseo marítimo, está el frondoso parque Dordic-Mayneri, de finales del XIX, creado por la bisnieta del último rector de Dubrovnik, con especies botánicas de todo el mundo. El pueblo tiene una pequeña playa, pero es mejor atravesar la isla hasta el arenal de Sunj.

Con 16 kilómetros cuadrados, Sipan es la más grande de las Elafiti y fue frecuentada por la aristocracia de Dubrovnik, que construyó casas en ella. Casi todos los ferris atracan en Sudurad, pequeño puerto bordeado por casas de piedra y por la gran torre de Skocibuha, villa fortificada del siglo XVI. Al otro lado de la isla, el pueblo de Sipanska Luka alberga los restos de una villa romana y un palacio ducal gótico del siglo XV. Ambas localidades están conectadas por autobuses, programados para coincidir con los ferris.

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Las murallas de Dubrovnik y, al fondo, torre del fuerte de Minceta, escenario de rodaje de la serie 'Juego de tronos'. getty images

9. Los escenarios de Juego de tronos
Los seguidores de Juego de tronos tienen muchos motivos para dar alas a su fantasía en Dubrovnik, ya que parte de la popular serie de televisión se rodó en la ciudad. Aunque Split y Sibenik también se usaron como localizaciones, Dubrovnik es la que más aparece, ya que sirvió para recrear las ficticias ciudades de Desembarco del Rey y Qarth. Si al viajero le apetece hacer su propio paseo por algunas de las calles de Poniente, repasamos aquí algunos puntos clave:

  • Las murallas y fuertes de Dubrovnik tienen un papel destacado en la serie. El fuerte Minceta se usó para las tomas exteriores de la Casa de los Eternos en Qarth.
  • Tyrion Lannister dirigió la defensa de Desembarco del Rey desde las murallas que dan al mar durante la batalla del Aguasnegras y, si se consiguen pasar por alto las mejoras generadas por ordenador, se reconocerá el fuerte de San Lorenzo como el núcleo de la Fortaleza Roja. Cersei se despidió de su hija Myrcella desde el pequeño puerto que hay debajo.
  • El atrio del palacio del Rector aparecía como el Palacio del Rey de las Especias de Qarth, ¡y ni siquiera movieron la estatua!
  • La calle Svetog Dominika y la escalera frente al monasterio dominicose usaron para varias escenas del mercado de Desembarco del Rey, y las escaleras que conectan la iglesia de San Ignacio de Loyola (en la calle Uz Jezuite) con la plaza de Gundulic fueron el punto de inicio del memorable paseo de penitencia que Cersei Lannister hace desnuda. El paseo continuaba por Stradun.
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MUCHAS GRACIAS POR ESTA MARAVILLOSA EXPOSICON Y POR ESAS PRECIOSAS FOTOS, COMPAÑERA @Coti7495 .- UN ABRAZO.-
 
Un jardín escondido en el medio de la Ciudad para disfrutar de un típico ‘Tea Time’ inglés Su origen se remonta al 1600, pero en la actualidad, este hábito se esparció por el mundo para aquellos que quieran disfrutar de un encuentro con amigas. El Hotel Emperador es uno de los lugares donde se pueden disfrutar de una gran variedad de catas de té, blends y sabores exóticos junto con delicias dulces y saladas
11 de octubre de 2019
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Su origen se remonta al 1600, pero en la actualidad, este hábito se esparció por el mundo para aquellos que quieran disfrutar de un encuentro con amigas.
El té es una de las bebidas por excelencia en Inglaterra desde hace siglos. Según lo que cuenta la historia, esta bebida se introdujo en Reino Unido en el año 1650 con la portuguesa Catalina de Braganza, esposa del rey Carlos II de Inglaterra. Este hecho hizo que tenga un precio muy elevado y que sea solo un producto exclusivo para aquellas personas que poseían un alto nivel adquisitivo.

Pero no fue hasta el siglo XIX que el té logró tener un fama importante en Inglaterra. Al parecer, fue gracias a la duquesa de Bedfor, quien, al sentirse cansada, pidió que le sirvieran una taza de té con algo de comer, hecho que se empezó a replicar en el tiempo para dar inicio al té de la tarde o el famoso ‘five o´clock tea’.

Hoy en día, la idea del five o´clock tea está directamente relacionado con una posibilidad de encuentro, juntarse con amigos para degustar esta bebida y acompañar la tarde con cosas dulces.

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Este hábito se replicó a lo largo y ancho del mundo -no solo en Reino Unido-. Haciendo foco en Buenos Aires, el Hotel Emperador es uno de los lugares disponibles para poder crear este encuentro. Acompañado de muchas posibilidades de catas de té, distintos blends, té en hebras, mix de sabores exóticos y regionales, el encuentro se realiza en un jardín propio de ellos que parece un lugar sacado de un cuento de hadas gracias a sus flores, sus plantas altas y su decoración con luces, ideales para las tardes primaverales.

Para poder disfrutar de este momento, el lugar ofrece opciones dulces y saladas para acompañar la tarde y festejar una ocasión especial o tan solo, una tarde más del fin de semana.

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El menú está especialmente diseñado por el Chef Ejecutivo y el Chef Pattisier, quienes fusionaron lo artesanal con detalles “modernos” de la nueva cuisine
Por supuesto que el horario es todos los días de 16:30 a 19 hs.

Durante el mes de octubre, los sábados y domingos hay cata de té en hebras y blends especiales y a quien realice la reserva para más de 6 personas, además de obtener un té de regalo.

Para los que desean hacer reservar, lo pueden hacer al 4131-4000.

https://www.infobae.com/inhouse/201...-para-disfrutar-de-un-tipico-tea-time-ingles/
 
¿Cuál es el origen del nombre de las capitales de América Latina?
Redacción BBC Mundo

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Image caption ¿Conoces el origen del nombre de las capitales de América Latina?

Muchas llevan el nombre de santos de la iglesia católica, otras son derivaciones de palabras de pueblos originarios y para otras existen tantas teorías que es difícil saber con exactitud cuál es su origen.

Lo cierto es que en su mayoría, las capitales de los países de América Latina nacieron mucho antes de que estos declararan su independencia, por lo que están cargadas de historias y acontecimientos acumulados a lo largo de siglos.

En BBC Mundo buscamos respuestas al significado del nombre de esas ciudades, pero también queremos preguntarte si puedes y quieres aportar alguna otra teoría sobre el origen de los mismos.

¿Te animas? Puedes hacerlo a través de nuestra página de Facebook haciendo clic aquí.

ASUNCIÓN
Asunción es el nombre oficial de la capital de Paraguay.

Pero cuando fue fundada, en 1537, recibió el nombre de "La Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción". En 1541 fue la creación del Cabildo, porque hasta ese entonces solo había un gobierno militar, señala el diario ABC de Paraguay.
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Derechos de autor de la imagen Getty Images
Image caption La capital de Paraguay también es conocida como la "Madre de las Ciudades".
La ciudad fue bautizada por Domingo Martínez de Irala, un conquistador y explorador español que luego se convirtió en gobernador general de la localidad.

Y claramente, Asunción es un de los ejemplos de ciudades de América Latina que deben su nombre a la iglesia católica, cuya religión el imperio español impuso durante sus conquistas.

A Asunción también se la conoce como la "Madre de las Ciudades" porque, durante la conquista española, desde allí partieron varias expediciones hacia diferentes puntos del cono sur para fundar otras ciudades.

BELMOPÁN
Belmopán es la capital de Belice, el país centroamericano que es uno de varios territorios de América Latina y el Caribe que tienen a Isabel II como reina.

La capital beliceña es una de las más jóvenes de América Latina, ya que su fundación se produjo en 1970.

Su nombre surge de la combinación de la denominación de dos ríos del territorio: el Belice y el Mopán.

El nombre de este último hace referencia a el grupo indígena que habitaba esa región.

BOGOTÁ
También llamada Santa Fe de Bogotá, Distrito Capital y Bogotá DC, es la capital de Colombia.

Y Bogotá es otro ejemplo de ciudad latinoamericana que recibió numerosos nombres antes y después de su fundación en 1538.
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Image caption Bogotá significa "fin del valle".
"Bogotá, Facatá o incluso Mueketá, que significarían algo así como fin del valle, remate de sierra o extremidad del campo, era un poblado indígena", explica la Secretaría General de Colombia en su sitio web.

Esas palabras tienen origen en el vocablo 'Bacatá', propio del idioma 'chibcha' hablado por el pueblo indígena muisca, habitante de estas tierras en el norte de América del Sur.

Para los muiscas, 'Bacatá' era el sitio más importante de su civilización.

En 1538, se estableció ahí un asentamiento militar que fue denominado Nuestra Señora de la Esperanza y en 1540, la corona española bautizó a la ciudad como Santafé.

Recién en 1819, después de la independencia, la ciudad volvió a tener el nombre indígena Bogotá, como se la denominaba antes de la llegada de los españoles.

BRASILIA
Como su nombre lo indica, la capital de Brasil responde al nombre del país.

Brasilia se convirtió oficialmente en la capital brasileña en 1960 luego de que se planeara su construcción con la intención de crear una capital en el centro del país.

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Image caption Brasilia, ciudad considerada patrimonio de la humanidad, fue diseñada por Oscar Niemeyer.
Hasta este entonces, Brasil había contado con dos ciudades capitales: Salvador de Bahía y Río de Janeiro, ambas en la costa del país.

El nombre de Brasilia fue sugerido muchos años antes, en 1821, por José Bonifácio de Andrada e Silva, un naturista y político brasileño conocido como el "Patriarca de la Independencia".

BUENOS AIRES
Podría ser que los conquistadores españoles que llegaron a la capital Argentina por primera vez hayan bautizado a estas tierras con el nombre de Buenos Aires por su aire limpio y puro.

Pero la historia es otra. La Ciudad de Buenos Aires, Ciudad autónoma de Buenos Aires o Capital Federal, como se la conoce actualmente, recibe su denominación por una devoción católica.
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Image caption ¿Sabías que Buenos Aires fue bautizada como Ciudad de la Trinidad?
El nombre que se decidió en su primera fundación en 1536 fue Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre.

El conquistador español Pedro de Mendoza dio ese nombre a la ciudad en honor a la patrona católica de los navegantes sevillanos, Nuestra Señora del Buen Ayre, también del Buen Aire o la virgen Bonaira.

En la segunda fundación de la ciudad, en 1580, otro español explorador, Juan de Garay, la rebautizó como Ciudad de la Trinidad. Y, curiosamente, ese fue su nombre oficial hasta hace unos escasos 22 años.

"Nunca nadie se preocupó por cambiarle el nombre, hasta que en 1996 se le dio oficialmente el nombre actual: Ciudad Autónoma de Buenos Aires", le cuenta a BBC Mundo, Diego Zigiotto, periodista y autor de "Las mil y una curiosidades de Buenos Aires".

Pese a la variedad en los nombres, muchos coloquialmente llaman a la ciudad "baires" o CABA, por la abreviatura de Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

CARACAS
El nombre oficial de la capital de Venezuela es en realidad Santiago de León de Caracas.

La ciudad fue fundada en 1567 en manos del conquistador español Diego de Losada.

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Image caption La capital de Venezuela se llama oficialmente Santiago de León de Caracas.
Existen varias teorías del por qué la capital venezolana lleva ese nombre.

No se discute que Santiago es por el apóstol de la iglesia católica y León un homenaje al gobernador de la provincia en ese momento, Pedro Ponce de León y Riquelme.

Pero de Caracas se dice que fue en honor a las tribus indígenas que habitaban esas tierras,llamadas "El valle de los Caracas".

Otra hipótesis es que el nombre Caracas deriva de una hierba o flor común en los campos del territorio que los nativos llamaban caraca.

GUATEMALA
Tanto el país centroamericano como su capital comparten nombre, aunque la ciudad oficialmente se llama Nueva Guatemala de la Asunción desde su fundación por parte de los españoles en 1776.

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Image caption La capital de Guatemala se llama Nueva Guatemala de la Asunción
Guatemala deriva de la palabra náhuatlQuauhtemallan.

Entre los varios significados de la palabra están "lugar arbolado, acumulación de madera o también tierra de águilas", explica el Diccionario Oxford.

LA HABANA
La actual capital de Cuba fue fundada en 1519 con el nombre de Villa de San Cristóbal de La Habana.

San Cristóbal, por el santo elegido como patrón de la ciudad, y Habanaporque así se llamaban los primeros asentamientos, según una publicación del portal EcuRed.
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Image caption Muchas teorías hay en torno al significa del nombre de la capital cubana.
Hay muchas teorías sobre el origen del nombre Habana.

Pero la más conocida es que La Habana deriva de un cacique taíno llamado Habaguanex.

LIMA
La capital de la República del Perú es Lima, fue fundada en 1535.

Una de las teorías sobre el origen del nombre de la ciudad es que proviene de la palabra quechua Limaq.

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Image caption Lima significa "el que habla", según una teoría.
Aunque, según destaca el lingüista Rodolfo Cerrón-Palomino en el sitio web de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la palabra Limaq es a su vez una derivación de Rimaq"que refleja el fonetismo propio de la variedad quechua hablada en la costa centro-sureña peruana".

Y su significado es "el que habla" o "aquel que tiene la capacidad de hablar".

Según el texto, sin embargo, el nombre no se refiere a los habitantes de la ciudad, sino al río Rímac que se lo conoce como "el río hablador", porque al arrastrar piedras en su cauce genera un sonido similar a un balbuceo.

*Uno de nuestros lectores, Rodrigo Jesús Garcia Cisneros, nos aclara que el fundador de la ciudad Francisco Pizarro le puso el nombre de "Ciudad de los Reyes" y que también se la llamaba la "tres veces coronada villa".
 
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MANAGUA
Managua es la capital Nicaragua desde 1852.

Según algunas teorías, el nombre de la ciudad se origina en el idioma náhuatl 'Mana-huac-c', que significa "donde hay agua". Y esto sería así porque la capital incluye el Lago Xolotlán.

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Image caption La capital de Nicaragua está asentada a las orillas del lago Xolotlán.
Otra teoría sostiene que el origen de Managua es antillano y que "ma" significa grande, "ana", flor y "guá", ésta que es.

Por lo tanto, Managua quiere decir "esta gran flor", según opina el ingeniero nicaragüense, Alfonso Valle, en un ensayo publicado en el sitio web de la alcaldía de la capital nicaragüense.

*El lector de BBC Mundo Alvaro Jose Rivera nos envió un comentario recordándonos que antiguamente León era la capital de Nicaragua y lo fue hasta 1824.

MÉXICO
La Ciudad de México, capital de México, no siempre fue denominada así.

Ese nombre lo instauró el conquistador español Hernán Cortés que reemplazó la denominación original de México-Tenochtitlán en 1535.

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Image caption En 2016, la capital mexicana volvió a llamarse Ciudad de México.
La capital mantuvo ese nombre hasta 1970 cuando se lo cambió a Distrito Federal. Pero en 2016 volvió al original Ciudad de México.

México es la traducción y simplificación al español de Metztlixihtlico, el nombre con el que los aztecas denominaban a su capital.

Significa "en el centro de la luna" o ya que mētztli responde a luna, xictli a centro y co a lugar.

Algunas teorías sostienen que el verdadero significado de México es "el ombligo de la luna".

MONTEVIDEO
Uruguay tiene como capital a Montevideo que fue fundada en 1726.

Y existen múltiples teorías sobre el origen de su nombre.

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Image caption El nombre de la capital uruguaya también cuenta con muchas teorías en torno a su nombre
Algunos dicen que la palabra apareció primero en mapas españoles como "Monte VI D. E-O", que significaría "el sexto monte de Este a Oeste".

Esto porque así se le veía al navegar por la costa del Río de la Plata, señala la periodista de BBC Mundo Ana País en su artículo "El Montevideo de Minnesota: la extraña experiencia de visitar el puedo en Estados Unidos que se llama como la capital de Uruguay".

Otros opinan que surge de la inscripción "Vidi" que dejó el explorador italiano Américo Vespucio cuando descubrió ese mismo monte en 1501.

Y otros sostienen que, al ver el cerro, un vigía que navegaba junto al explorador portugués Fernando de Magallanes gritó: "Monte vide eu", lo que se traduce como: "He visto un monte", en una mezcla de latín, gallego y portugués.

PANAMÁ
País y capital comparten el nombre y su significado tiene varias interpretaciones.

La palabra Panamá procedería de los pueblos originarios de esa zona de Centroamérica.

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Image caption Una de las hipótesis es que Panamá significa "abundancia de peces y mariposas".
Y según algunas teorías su significado es "abundancia de peces y mariposas".

Otros investigadores dicen que en realidad responde al nombre de un árbol llamado panamá que utilizaban los aborígenes para hacer reuniones.

Una tercera teoría sostiene que Panamá, surge de la frase panna mai de la lengua indígena cuna y que significaba "más allá".

La ciudad fue fundada en 1519 con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá.

PUERTO PRÍNCIPE
Es la capital del país caribeño Haití.

Se cree que la ciudad recibe el nombre de un barco 'Le Prince' cuyo capitán era Saint-André y que llegó a esas tierras en 1706.

Pero no fue hasta 1749 que la ciudad recibió el nombre de Puerto Príncipe con su fundación en manos de franceses.

QUITO
Aunque todos conocen a la capital de Ecuador simplemente como Quito, su nombre oficial es San Francisco de Quito.

No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen del nombre de la capital "porque la mayoría de las teorías se acercan más a una leyenda", señala un artículo del diario ecuatoriano El Telégrafo.

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Image caption ¿Sabías que la capital de Ecuador se llama San Francisco de Quito?
La teoría más aceptada en torno al nombre es que Quito proviene de la lengua chibcha, de los aborígenes Quitu-Cara, habitantes originarios de la zona Pichincha en Ecuador.

La palabra quitu significa lugar o espacio en el centro del mundo.

La fundación de la ciudad fue el 6 de diciembre de 1534 a manos del conquistador español Sebastián de Belalcázar y recibió el nombre de San Francisco de Quito en honor al santo y patrono de la ciudad.

Sin embargo, algunos historiadores ecuatorianos sostienen que la fundación de Quito sucedió en agosto de ese año por otro conquistador, Diego de Almagro, que bautizó una villa con el nombre de Santiago de Quito en la actual Cajabamba, y no donde se encuentra la ciudad en la actualidad, según un destaca un artículo del diario El Comercio.

SAN SALVADOR
Es la capital del país centroamericano El Salvador. Y su nombre también tiene una conexión fuertemente católica.


La denominación de la capital responde a la festividad del Santísimo Salvador creada en 1457 por la Iglesia Católica Apostólica Romana para celebrar la victoria de los ejércitos cristianos sobre las fuerzas del conquistador turco otomano Mehmed II en 1456.

En 1525, Pedro de Alvarado, conquistador español, ordenó que en esas tierras se funde una villa con el nombre de San Salvador para controlar a los habitantes del lugar.

Pero no funcionó. Por lo que hubo una refundación en 1528.

SAN JOSÉ
San José es la capital del país centroamericano Costa Rica y la ciudad mantiene ese nombre desde 1813.

Pero la ciudad antes era conocida como La Boca del Monte o Villa Nueva de San José.
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Image caption A san José también se la conocía como La Boca del Monte o Villa Nueva de San José.
La fecha de fundación de la ciudad fue ampliamente debatida.

Pero oficialmente, la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica acordó, en 1951, decretar la fundación en 1737, porque en ese año se nombró la primera autoridad, según destaca el diario La Nación de Costa Rica.

El nombre de San José responde al santo católico porque fue designado como patrono de la ciudad en 1737.

*El lector Mairon Emmanuel Loaiza Monge nos recuerda que antes de que San José fuese la capital del apís, la ciudad de Cartago cumplía ese rol.

SAN JUAN
San Juan es la capital de la isla caribeña de Puerto Rico.

Pero el nombre de ambos sufrió modificaciones en el tiempo.
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Image caption Lo nuevo y lo viejo conviven en San Juan de Puerto Rico.
Cuando los exploradores españoles llegaron a la isla en 1493, el navegante Cristóbal Colon la bautizó San Juan Bautista, en honor al santo católico.

Más tarde, el conquistador español Juan Ponce de León nombró a la bahía en la cual se ubica la ciudad, Puerto Rico.

Pero el paso del tiempo hizo que los nombres se invirtieran y la ciudad terminó llamándose San Juan.

*Según nos recuerda la lectora de BBC Mundo Nicky Eleida Rosario Texidor, la capital de Puerto Rico no siempre fue San Juan, "originalmente la capital de Puerto Rico era Caparra".

SANTIAGO
Es la capital del país sudamericano Chile. Y se la conoce también como Santiago de Chile.

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Image caption En su fundación, la capital chilena se llamó Santiago del Nuevo Extremo.
En la fundación de la ciudad en 1541, Pedro de Valdivia, un militar y conquistador español la bautiza como Santiago del Nuevo Extremo.

Es que Valdivia era oriundo de Extremadura, España, y Santiago en honor al apóstol que también es patrono de España.

SANTO DOMINGO
Santo Domingo es el nombre oficial de la capital de República Dominicana, país caribeño que junto a Haití ocupan la isla La Española.

Su fundación en 1498 estuvo en manos de Bartolomeo Colón, hermano de Cristóbal Colón. Y se trató del primer asentamiento europeo en América.

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Image caption Santo Domingo fue el primer asentamiento europeo en América.
Una teoría dice que debe su nombre al fundador de la orden católica conocida como "dominicos" o "dominicanos" que llegaron a América para evangelizar, según el diario Libre de República Dominicana.

Otra a que es en honor el padre de los Colón, quien se llamaba Dominico.

Y entre 1936 y 1961, durante el gobierno de facto de Rafael Leónidas Trujillo Molina, Santo Domingo cambió su nombre a "Ciudad Trujillo".

SUCRE
Sucre es la capital histórica y constitucional de Bolivia. Aunque la ciudad de La Paz es la sede del Poder Ejecutivo y Legislativo.

Sucre recibe ese nombre en 1839 en honor al revolucionario venezolano Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien fue clave para la independencia de América.

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Image caption Sucre es la capital histórica y constitucional de Bolivia.
Sucre no siempre fue el nombre que se le designó a la capital boliviana.

También se llamó oficialmente en el pasado Choquechaca, La Plata, Chuquisaca, La Ilustre y Heroica Sucre.

La ciudad también tuvo sobrenombres como "La ciudad blanca", "La vieja" y "La culta".

TEGUCIGALPA
Tegucigalpa es la capital del país centroamericano Honduras.

La mayor parte de las teorías sugieren que el nombre de la ciudad deriva del idioma náhuatl, pero numerosos historiadores, investigadores y escritores ofrecen diferentes explicaciones sobre su significado.

Según detalla el diario La Tribuna de Honduras, las diferentes interpretaciones que existen en torno a la palabra apuntan a descripciones de lugares y personales especiales como "Señor en los palacios reales", "Lugar de residencia de los Nobles", "Lugar de las Piedras Pintadas", etc.

La fundación española de la ciudad se produjo en 1578.
 
Gdansk, la ciudad que nunca se ha rendido
La urbe polaca, que recibe el premio Princesa de Asturias por su defensa de la libertad y la tolerancia, fue crucial en la Segunda Guerra Mundial

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Vista de las ruinas de Gdansk tras la Segunda Guerra Mundial. Erich Engel Getty Images
Paula Chouza
Guillermo Altares
Gdansk (Polonia) / Madrid 14 OCT 2019 - 17:19 ART

Gdansk es una ciudad donde se cruzan los caminos de Europa, un poderoso emblema de sus tragedias, pero también de su incombustible resistencia ante cualquier forma de tiranía. La urbe polaca recibirá esta semana el premio Princesa de Asturias de la Concordia por ser un “símbolo histórico y actual de la lucha por las libertades cívicas frente a la intolerancia y la opresión”. En torno a Gdansk, Dánzig en alemán, empezó la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, y al final de este conflicto vivió la expulsión de todos sus habitantes germanos, una de las tragedias menos conocidas de la posguerra europea. Allí nació el premio Nobel Günter Grass –es el escenario de su obra más conocida, El tambor de hojalata– y allí el sindicalista Lech Walesa desafió a la dictadura comunista, contribuyendo al principio del fin de la dominación soviética sobre el este de Europa.


Durante los últimos años, Gdansk se convirtió en un oasis de libertad y tolerancia en Polonia, un país dominado por el partido ultraconservador Ley y Justicia, gracias a la gestión de Pawel Adamowicz, alcalde durante dos décadas, asesinado en enero después de haber sido apuñalado durante un acto benéfico por un exconvicto de 27 años, que dijo buscar venganza. Este crimen provocó una profunda conmoción en Polonia, que se encontró de repente ante el espejo de la tensión política y la intolerancia que se había apoderado del país.

Las políticas impulsadas por Adamowicz sirvieron para transformar Gdansk, actualmente la sexta ciudad de Polonia, con algo más de 460.000 habitantes y el principal puerto del país, en una urbe multicultural y abierta, que ha sabido integrar a los refugiados e inmigrantes. Alrededor de 22.000 personas en la ciudad son extranjeras, un dato muy revelador en uno de los países que con más ferocidad se negó a albergar refugiados durante la crisis que sacudió Europa en 2015. Bajo su alcaldía, la ciudad puso en marcha programas sociales y de defensa del colectivo LGTB. Tras su muerte, el Gobierno local continúa siendo también un símbolo de la resistencia política frente a las medidas ultraconservadoras de Varsovia. La actual regidora, Aleksandra Dulkiewicz, quien decidió seguir el legado de Adamowicz, ha sido una de las voces que recientemente han denunciado el estrangulamiento económico al que el Ejecutivo central somete a los Ayuntamientos.

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El sindicalista Lech Walesa en Gdansk en 1980. Chuck Fishman Getty Images

“Nunca pensé en ser política profesional, ni siento que lo sea”, comenta por teléfono desde Bruselas la eurodiputada Magdalena Adamowicz, viuda de Pawel Adamowicz. Tan solo cuatro meses después del asesinato, ella decidió competir por un escaño en el Parlamento Europeo. Aunque hasta entonces nunca había estado en primera línea de la política, su discurso caló y ganó el puesto por la Coalición Europea, un conglomerado de partidos que incluía a la centroderechista Plataforma Cívica. “Fue mi experiencia lo que me empujó a presentar la candidatura. Tras el asesinato de mi esposo decidí que tenía que dar el paso y lo hice para luchar contra el lenguaje del odio y que otras madres o esposas no tengan que pasar por lo mismo”, resume. Un discurso que, afirma, está presente en todos los estamentos: padres e hijos, Iglesia, medios de comunicación y por supuesto, políticos. Contra este lenguaje ha articulado su programa en Bruselas, basado en tres pilares: la educación, la regulación de los mensajes de odio y la atención a víctimas.

Arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, su centro ha sido cuidadosamente reconstruido, al igual que ocurrió con Varsovia. Forma un conjunto urbano continuo con la plácida y pequeña Sopot y la mucho más grande Gdynia. Industriales y a la vez turísticas, conservan las huellas y las heridas de una Europa que desapareció para siempre al final de la Segunda Guerra Mundial, como explicó el historiador Tony Judt en su clásico Posguerra (Taurus). “La historia de la posguerra de Europa es una historia ensombrecida por los silencios; por la ausencia. El continente europeo fue antaño un intrincado tapiz de lenguas, religiones, comunidades y naciones entremezcladas”, escribió. Pocos lugares resumen ese largo silencio como Gdansk.

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Una mujer porta un retrato del anterior alcalde de Gdansk, Pawel Adamowicz, asesinado durante un evento benéfico, en la celebración de su funeral el pasado 19 de enero. SOPA Images LightRocket via Getty Images

En disputa durante siglos entre Polonia y Prusia, Gdansk, que forma parte de la región de Pomerania, contaba con una población alemana mayoritaria (en torno al 85%) y una significativa minoría polaca llamada cachuba (15%), que habla un dialecto del polaco. La biografía de Günter Grass, nacido en la ciudad libre de Dánzig, encarna toda esa complejidad cultural: su padre era alemán protestante y su madre polaca cachuba católica. En 1919, tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, se convirtió en la Ciudad Libre de Dánzig, supervisada por Polonia y por la Liga de Naciones. Formaba parte del corredor de Dánzig que dividía el territorio alemán y que se convirtió en una de las obsesiones del nacionalismo letal y racista de Adolf Hitler. La entrada de las tropas nazis en el corredor fue el primer acto de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en 1945, durante la conferencia de Yalta, cuando se rehízo el mapa de Europa, los aliados dieron permiso a cada país vencedor para expulsar a las minorías alemanas incluso aquellas que, como en el caso de Dánzig, llevaban siglos asentadas.

Se trata de un cataclismo muy poco conocido fuera de Alemania, pese a que fueron expulsadas 11 millones de personas y murieron cientos de miles de civiles mientras caminaban por los paisajes desolados de la Europa de la posguerra. Así relata aquella tragedia el historiador Keith Lowe en su libro Continente salvaje (Galaxia Gutenberg) en un capítulo titulado significativamente ‘Limpieza étnica’: “Dada la historia de las minorías alemanas en otros países, y el modo en que Hitler las utilizó como excusa para fomentar la guerra, era impensable que se permitiera a millones de alemanes seguir viviendo dentro de las fronteras de la nueva Polonia. Como dijo Churchill cuando trataron el asunto en Yalta: ‘Sería una lástima cebar a la oca polaca con demasiada comida alemana y provocarle así una indigestión’. Todas las partes comprendieron que había que quitar de en medio a esos alemanes”.

Con una población mayoritariamente polaca, Gdansk siguió peleando por su lugar en la historia, con la huelga protagonizada en 1970 por el sindicato Solidaridad en el astillero Lenin, que acabó con una represión que causó 80 muertos y sus líderes encarcelados, entre ellos Walesa, pero que demostró al resto de los países del bloque soviético que el poder de Moscú se podía desafiar, como había ocurrido en 1968 en Checoslovaquia y en 1956 en Hungría. En los ochenta las huelgas se repitieron y provocaron la declaración de la ley marcial. La ciudad acabó convertida en un símbolo del final del comunismo en Polonia como posteriormente, gracias al alcalde asesinado Pawel Adamowicz, demostró que el poder de Ley y Justicia tenía un límite. Gdansk, como Europa, nunca se ha rendido.

https://elpais.com/cultura/2019/10/12/actualidad/1570898449_563103.html
 
Belchite viejo para muchos es trasladarse a un pueblo fantasma y descubrir la Guerra Civil Española, una guerra que para muchos nos queda lejos y para otros es solo lejanía si no puro desconocimiento. Puedes andar por la calle y preguntar a cualquiera por este pasado, por esta guerra tan nuestra, y seguramente te encuentres con mucha gente que no sepa ni quien luchó, cuando y cuantas vidas se perdieron. En cambio, si preguntas por la Segunda Guerra Mundial no me cabe duda que habrá mucha más gente que pueda hablar y contarte un sinfín de cosas sobre ella. Belchite es uno de los valores vivos más importantes de la Guerra Civil Española, un lugar donde se puede aprender de algo que nunca debió suceder.


Belchite
Un poco de historia
La Batalla de Belchite se sitúa en 1937. Belchite era un pueblo codiciado por el frente republicano, un bastión que esperó amargamente a la ofensiva republicana, con nidos de ametralladoras, morteros y más de 3.000 combatientes. Pero la XV Brigada internacional, formada por canadienses, americanos y británicos principalmente, y con la ayuda de la aviación republicana acabó con cualquier esperanza franquista. Belchite, a pesar de su resistencia acabó casi devastada, tan devastada que hoy en día se conserva exactamente como un recuerdo de aquella batalla y de una de muchas guerras que nunca debió suceder.

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Mapa de Belchite
Hoy en día tenemos dos Belchite, el Belchite nuevo, donde se trasladó la población, y el Belchite viejo, lugar de la batalla.


Belchite
Un fin de semana perfecto
Belchite viejo al estar cerca de Zaragoza nos da la oportunidad de poder disfrutar de un fin de semana perfecto si visitas lugares como el Monasterio de Piedra, a tan solo 1h 30min de Belchite, o de la propia capital de Aragón, Zaragoza. En un fin de semana se pueden ver estos tres lugares, tan distintos entre si, brindándote dos días de lo más variado.


Cascada la caprichosa
Visitar Belchite viejo
Recorrer las ruinas de Belchite es adentrarse en el horror de una guerra, la de la Guerra Civil Española, un episodio para olvidar, un episodio que nunca debería haber pasado.

Cuando entramos en Belchite nos produjo un pequeño escalofrío. Esas casas, esas iglesias, con los impactos de los bombardeos y de las balas. Al caminar por sus calles pudimos observar las habitaciones de las casas, con esas pinturas, los baños o las cocinas. En las iglesias, algunas sin techo, pudimos ver los altares o los agujeros producidos por el impacto de algún mortero. Impresiona todo lo que se ve, y la verdad, no recordamos pueblo igual en la geografía española.


Belchite

Belchite
Los estragos de la aviación republicana son visibles en todo el pueblo viejo. Te puedes imaginar perfectamente la situación, el dolor, la huida, cómo fue o cómo se vivía. Parece mentira que el ser humano independientemente del bando que sea, haya producido tal devastación. No hubo piedad ni con las iglesias.


Belchite

Belchite
Se dice que en Belchite se pueden escuchar econofonias con gritos de algunas de las más de 5.000 personas que dejaron su vida después de 14 días de lucha. Visitar Belchite debería ser obligatorio, a veces nos quejamos tanto de lo que tenemos que aún no sabemos que consecuencias puede tener cualquier dictador o enfrentamiento político. No dejes de visitar Belchite, no dejes de empaparte con nuestra historia.


Belchite bombardeado

Belchite
Datos prácticos
¿Cómo llegar?
Desde Madrid la mejor forma es tomar la carretera de Barcelona y desviarse en la salida 271, a la altura de la Almunia de Doña Godina. Allí tomar la A220 hasta Belchite.
 
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