CIUDADES

Diccionario de obras de arte de las calles de Chicago
La ciudad del viento es un museo al aire libre (y gratuito) que incluye trabajos de Picasso, Calder y Kapoor.


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Centro Cultural de Chicago con el Millennium Park de fondo. © Getty Images



Chicago es ciudad de arte. De hecho, es un museo al aire libre, con obras de los grandes creadores contemporáneos. Que estén en plena calle significa una cosa muy interesante: admirarlas es gratis.

Empecemos esta ruta desde la puerta del impresionante Chicago Art Institute. Es uno de los museos más impresionantes de Estados Unidos, con una colección permanente de 300.000 obras. Ya que estamos en plan rata, te chivamos que puedes descargarte la imagen de muchos de sus cuadros a través de su web.


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En ocasiones los leones del Chicago Art Institute aparecen customizados con atrezo. © Getty Images

JAUME PLENSA

A pocos metros del ala moderna del museo se encuentra Crown Fountain, una instalación interactiva que es pura marca España. La obra de este artista barcelonés está pensada para que el peatón interactúe con ella. Se compone de dos torres de 15 metros que, a modo de gigantescas pantallas, muestran los rostros de algunos de los vecinos de la ciudad. También deja caer agua con la que, en los meses de buen tiempo, es imposible no empaparse. O descansar a su lado.

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En las obras de Plensa se impone la experiencia humana sobre el resto de los elementos © Getty Images

ANISH KAPOOR

El Millenium Park es un parque breve pero intenso. Además de alojar a la fuente de Plensa, también es el hogar de uno de los puntos más conocidos de Chicago. Con Cloud Gate, que tiene aspecto de gota de mercurio, el famoso escultor rompe todas las formas y perspectivas posibles. El reflejo de los rascacielos de Michigan Avenue y Randolph Street sobre su superficie metálica da para más de un experimento fotográfico.

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No te cansarás de hacerle fotos a la escultura Cloud Gate (también llamada de forma cariñosa Bean). © Getty Images




FRANK GEHRY

El Pritzker Pavilion, también en el Millenium Park, es una de las vivaces obras del arquitecto canadiense. Además, funciona como anfiteatro al aire libre y merece la pena ojear sus programación. Por ejemplo, acoge cada verano los conciertos gratuitos del Grant Park Music Festival y sesiones de cine para ver una película bajo las estrellas.

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Pritzker Pavilion: un anfiteatro del siglo XXI. © Getty Images

JEAN DUBUFFET

Caminando por la agitada Randolph Street nos adentramos en el Loop, el distrito financiero de la ciudad. Es imprescindible viajar en el L Train, el metro elevado en permite viajar entre rascacielos (y de paso sentirse un poco Spiderman). Al bajar de la estación Clark/Lake se encuentra la original escultura en blanco y negro Monument with Standing Beast, de forma bastante abstracta que no es del gusto de todos….

Monument with Standing Beast no deja indiferente al transeúnte. © Alamy

PABLO PICASSO Y JOAN MIRÓ

A un lado y otro de la plaza Daley, casi frente a frente, como si nada, se encuentran las monumentales obras de dos genios españoles. El cubismo de Picasso impresiona todavía más a tamaño XL. A la gente de Chicago se le hace difícil descifrar si la figura de 50 metros es humana o animal, así que la apodan The Picasso desde que llegó allí en los años 60.




Años después llegó para hacerle compañía la escultura de Miró, que también tiene apodo: Miss Chicago. Cuando las oficinas de la zona apagan sus luces al anochecer, los teatros iluminan las calles y no permiten que el barrio caiga en el aburrimiento, como el Nederlander, el Cadillac Palace o el Chicago Theatre, cuyo cartel es otro imán para las cámaras de fotos.

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The Chicago Picasso es conocida como The Picasso, a secas. © Getty Images

MARC CHAGALL

Seguimos en dirección sur del Loop para encontrar el Four Seasons (Cuatro estaciones), un gran mosaico que recopila los recuerdos de infancia del artista. Su color y sus formas, de peces, pájaros y flores, contrastan con los rascacielos de First National Plaza, donde se encuentra.

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El estilo de Marc Chagall es personal e inclasificable. © Alamy

ALEXANDER CALDER Y MIES VAN DER ROHE

Flamingo es una versión prácticamente inédita de Calder, el artista conocido por sus esculturas móviles. Por fortuna, su explosión de color rojo llena de vida la Federal Plaza. Parece que en cualquier momento ese extraño ser va a echar a andar. Está rodeada de la pureza de líneas de la arquitectura de Mies Van der Rohe, autor de varios de los edificios de la plaza, como la oficina de correos, que dan todavía más lustre a una de las capitales mundiales de la arquitectura. Son edificios gubernamentales de los años 60 y 70, pero qué estilazo…

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'Calder red', así se conoce al color rojo inventado por el artista para esta escultura. © Getty Images




CLAES OLDENBURG

Quien visite esta zona de Chicago no puede dejar de acercarse a la Union Station, con esas interminables escaleras en las que Kevin Costner rodó una de las míticas escenas de Los Intocables de Elliot Ness. Sin la fama de la película, la visita a esta espectacular estación de tren también estaría más que justificada. Algo más al norte, en el 660 de West Madison Street, uno se encuentra Batcolumn, diseñada por el escultor estadounidense y con forma de bate de béisbol de 31 metros de alto.

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Objetos populares convertidos con humor en obras de arte, eso es Claes Oldenburg. © Alamy

BOLAS EXTRA

Después de ahorrar un montón de dinero visitando las obras de estos diez artistas, quizás podemos invertir algo en arte visitando el Driehaus Museum (entre 10 y 20 dólares). Es una joya oculta encerrada en un edificio histórico, en un barrio céntrico de la ciudad llamado Magnificient Mile, lleno de tiendas y restaurantes de todo tipo.

El museo en cuestión es la Disneylandia de las artes decorativas. Sus vidrieras, su exquisito mobiliario del siglo XIX y XX y la arquitectura de la mansión te traslada a la Edad de Oro de la historia de Estados Unidos.

Y sería un crimen abandonar la ciudad sin pasear ante las viviendas creadas por Frank Lloyd Wright en el barrio residencial de Oak Park. Algo alejada del centro, allí se encuentra la casa-estudio del arquitecto (entre 15 y 18 dólares), que une su vida y su obra como pocos museos gracias a que todas sus visitas se hacen con guía.

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Casa-estudio de Frank Lloyd Wright © Alamy

 
Un original recorrido turístico por Londres a través de su arquitectura más singular
Virginia Durán publica ‘London Architectour guide’, una obra de bolsillo para visitar la ciudad
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‘London Architectour guide’,una obra de bolsillo que permite descubrir 270 edificios emblemáticos de Londres (V. Durán)


Londres, como cualquier otra gran capital, atesora muchas joyas arquitectónicas, reseñadas en incontables guías. Pero, a diferencia de otras ciudades, Londres dispone ahora de una guía arquitectónica singular, que lleva a su usuario de la mano por 270 edificios, uno tras otro. La guía se titula London Architectour guide , y su autora es la arquitecta y viajera española Virginia Durán.

“Los viajes arquitectónicos proporcionan una educación alternativa”, afirma Durán en esta obra, cuyo cuerpo central está integrado por las fichas de los casi tres centenares de construcciones seleccionadas. No son fichas al uso, sino integradas por distintos elementos: un dibujo en contrastado blanco y negro de cada edificio firmado por la propia autora; un breve texto descriptivo e histórico; un mapa de situación en el que se sitúan también otras obras de interés próximas (con una ruta sugerida que las une); información práctica sobre horarios de visita, días recomendados y transportes públicos, consejos varios (dress code, mejores ángulos para tomar una foto), etcétera.

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Interior de la guía 'London Architectour guide', (V. Durán)
Editada en tapa dura, y con letras doradas sobre fondo negro en su portada, esta guía presenta un formato que parece ideado para la biblioteca, pero cabe en el bolsillo del abrigo de alguien dispuesto a patearse la capital británica. En ese momento es cuando cobra pleno sentido. Incluye, además de las fichas mencionadas, tablas temporales donde se confrontan datos históricos con otros arquitectónicos. Y aporta en su último tramo información sobre festividades, itinerarios, restaurantes y bares, películas, documentales, series y bibliografía relacionada con Londres.

También un mapa desplegable. Y también índices relativos al año de construcción de las obras, a sus autores o a las tipologías constructivas de los edificios. Desde la Torre de Londres (1078) hasta la sede de Bloomberg en la City (obra de Norman Foster fechada en 2018), la arquitectura que cuenta en Londres está reunida, anotada y articulada en esta publicación.

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'London Architectour guide', (V. Durán)
Virginia Durán, que se formó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y amplió estudios en EE.UU. e Italia, y está ahora basada en Londres, no es únicamente autora de esta obra. En su blog puede accederse gratuitamente a guías online de otras cuarenta ciudades de todo el mundo. No están presentadas con todo el aparato gráfico reunido en la edición en papel de su guía londinense (o, es de suponer, de las de Nueva York y París, ahora en preparación). Pero la cantidad de información puesta a disposición del usuario es igualmente útil.

Durán dice que se ha fijado una misión: mapear la arquitectura del mundo y, de este modo, optimizar la percepción que tenemos de las ciudades. Se trata, obviamente, de una tarea más que ambiciosa. Pero, a la vista de este primer fruto londinense, no imposible. ¡Adelante!

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La guía 'London Architectour guide' cabe en el bolsillo del abrigo (V. Durán)
https://www.lavanguardia.com/ocio/v...uia-arquitectonica-londres-virgina-duran.html
 
Un original recorrido turístico por Londres a través de su arquitectura más singular
Virginia Durán publica ‘London Architectour guide’, una obra de bolsillo para visitar la ciudad
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‘London Architectour guide’,una obra de bolsillo que permite descubrir 270 edificios emblemáticos de Londres (V. Durán)


Londres, como cualquier otra gran capital, atesora muchas joyas arquitectónicas, reseñadas en incontables guías. Pero, a diferencia de otras ciudades, Londres dispone ahora de una guía arquitectónica singular, que lleva a su usuario de la mano por 270 edificios, uno tras otro. La guía se titula London Architectour guide , y su autora es la arquitecta y viajera española Virginia Durán.

“Los viajes arquitectónicos proporcionan una educación alternativa”, afirma Durán en esta obra, cuyo cuerpo central está integrado por las fichas de los casi tres centenares de construcciones seleccionadas. No son fichas al uso, sino integradas por distintos elementos: un dibujo en contrastado blanco y negro de cada edificio firmado por la propia autora; un breve texto descriptivo e histórico; un mapa de situación en el que se sitúan también otras obras de interés próximas (con una ruta sugerida que las une); información práctica sobre horarios de visita, días recomendados y transportes públicos, consejos varios (dress code, mejores ángulos para tomar una foto), etcétera.

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Interior de la guía 'London Architectour guide', (V. Durán)
Editada en tapa dura, y con letras doradas sobre fondo negro en su portada, esta guía presenta un formato que parece ideado para la biblioteca, pero cabe en el bolsillo del abrigo de alguien dispuesto a patearse la capital británica. En ese momento es cuando cobra pleno sentido. Incluye, además de las fichas mencionadas, tablas temporales donde se confrontan datos históricos con otros arquitectónicos. Y aporta en su último tramo información sobre festividades, itinerarios, restaurantes y bares, películas, documentales, series y bibliografía relacionada con Londres.

También un mapa desplegable. Y también índices relativos al año de construcción de las obras, a sus autores o a las tipologías constructivas de los edificios. Desde la Torre de Londres (1078) hasta la sede de Bloomberg en la City (obra de Norman Foster fechada en 2018), la arquitectura que cuenta en Londres está reunida, anotada y articulada en esta publicación.

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'London Architectour guide', (V. Durán)
Virginia Durán, que se formó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y amplió estudios en EE.UU. e Italia, y está ahora basada en Londres, no es únicamente autora de esta obra. En su blog puede accederse gratuitamente a guías online de otras cuarenta ciudades de todo el mundo. No están presentadas con todo el aparato gráfico reunido en la edición en papel de su guía londinense (o, es de suponer, de las de Nueva York y París, ahora en preparación). Pero la cantidad de información puesta a disposición del usuario es igualmente útil.

Durán dice que se ha fijado una misión: mapear la arquitectura del mundo y, de este modo, optimizar la percepción que tenemos de las ciudades. Se trata, obviamente, de una tarea más que ambiciosa. Pero, a la vista de este primer fruto londinense, no imposible. ¡Adelante!

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La guía 'London Architectour guide' cabe en el bolsillo del abrigo (V. Durán)
https://www.lavanguardia.com/ocio/v...uia-arquitectonica-londres-virgina-duran.html
Muchas gracias por mostrarnos este ilustrativo rrecorrido Londinense, Compañera @Coti7495 , con Ilustracciones como las tuyas es un placer instruirse.-
 
Diccionario de obras de arte de las calles de Chicago
La ciudad del viento es un museo al aire libre (y gratuito) que incluye trabajos de Picasso, Calder y Kapoor.


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Centro Cultural de Chicago con el Millennium Park de fondo. © Getty Images



Chicago es ciudad de arte. De hecho, es un museo al aire libre, con obras de los grandes creadores contemporáneos. Que estén en plena calle significa una cosa muy interesante: admirarlas es gratis.

Empecemos esta ruta desde la puerta del impresionante Chicago Art Institute. Es uno de los museos más impresionantes de Estados Unidos, con una colección permanente de 300.000 obras. Ya que estamos en plan rata, te chivamos que puedes descargarte la imagen de muchos de sus cuadros a través de su web.


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En ocasiones los leones del Chicago Art Institute aparecen customizados con atrezo. © Getty Images

JAUME PLENSA

A pocos metros del ala moderna del museo se encuentra Crown Fountain, una instalación interactiva que es pura marca España. La obra de este artista barcelonés está pensada para que el peatón interactúe con ella. Se compone de dos torres de 15 metros que, a modo de gigantescas pantallas, muestran los rostros de algunos de los vecinos de la ciudad. También deja caer agua con la que, en los meses de buen tiempo, es imposible no empaparse. O descansar a su lado.

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En las obras de Plensa se impone la experiencia humana sobre el resto de los elementos © Getty Images

ANISH KAPOOR

El Millenium Park es un parque breve pero intenso. Además de alojar a la fuente de Plensa, también es el hogar de uno de los puntos más conocidos de Chicago. Con Cloud Gate, que tiene aspecto de gota de mercurio, el famoso escultor rompe todas las formas y perspectivas posibles. El reflejo de los rascacielos de Michigan Avenue y Randolph Street sobre su superficie metálica da para más de un experimento fotográfico.

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No te cansarás de hacerle fotos a la escultura Cloud Gate (también llamada de forma cariñosa Bean). © Getty Images




FRANK GEHRY

El Pritzker Pavilion, también en el Millenium Park, es una de las vivaces obras del arquitecto canadiense. Además, funciona como anfiteatro al aire libre y merece la pena ojear sus programación. Por ejemplo, acoge cada verano los conciertos gratuitos del Grant Park Music Festival y sesiones de cine para ver una película bajo las estrellas.

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Pritzker Pavilion: un anfiteatro del siglo XXI. © Getty Images

JEAN DUBUFFET

Caminando por la agitada Randolph Street nos adentramos en el Loop, el distrito financiero de la ciudad. Es imprescindible viajar en el L Train, el metro elevado en permite viajar entre rascacielos (y de paso sentirse un poco Spiderman). Al bajar de la estación Clark/Lake se encuentra la original escultura en blanco y negro Monument with Standing Beast, de forma bastante abstracta que no es del gusto de todos….

Monument with Standing Beast no deja indiferente al transeúnte. © Alamy

PABLO PICASSO Y JOAN MIRÓ

A un lado y otro de la plaza Daley, casi frente a frente, como si nada, se encuentran las monumentales obras de dos genios españoles. El cubismo de Picasso impresiona todavía más a tamaño XL. A la gente de Chicago se le hace difícil descifrar si la figura de 50 metros es humana o animal, así que la apodan The Picasso desde que llegó allí en los años 60.




Años después llegó para hacerle compañía la escultura de Miró, que también tiene apodo: Miss Chicago. Cuando las oficinas de la zona apagan sus luces al anochecer, los teatros iluminan las calles y no permiten que el barrio caiga en el aburrimiento, como el Nederlander, el Cadillac Palace o el Chicago Theatre, cuyo cartel es otro imán para las cámaras de fotos.

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The Chicago Picasso es conocida como The Picasso, a secas. © Getty Images

MARC CHAGALL

Seguimos en dirección sur del Loop para encontrar el Four Seasons (Cuatro estaciones), un gran mosaico que recopila los recuerdos de infancia del artista. Su color y sus formas, de peces, pájaros y flores, contrastan con los rascacielos de First National Plaza, donde se encuentra.

el_estilo_de_marc_chagall_es_personal_e_inclasificable_5467_745x490.jpg

El estilo de Marc Chagall es personal e inclasificable. © Alamy

ALEXANDER CALDER Y MIES VAN DER ROHE

Flamingo es una versión prácticamente inédita de Calder, el artista conocido por sus esculturas móviles. Por fortuna, su explosión de color rojo llena de vida la Federal Plaza. Parece que en cualquier momento ese extraño ser va a echar a andar. Está rodeada de la pureza de líneas de la arquitectura de Mies Van der Rohe, autor de varios de los edificios de la plaza, como la oficina de correos, que dan todavía más lustre a una de las capitales mundiales de la arquitectura. Son edificios gubernamentales de los años 60 y 70, pero qué estilazo…

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'Calder red', así se conoce al color rojo inventado por el artista para esta escultura. © Getty Images




CLAES OLDENBURG

Quien visite esta zona de Chicago no puede dejar de acercarse a la Union Station, con esas interminables escaleras en las que Kevin Costner rodó una de las míticas escenas de Los Intocables de Elliot Ness. Sin la fama de la película, la visita a esta espectacular estación de tren también estaría más que justificada. Algo más al norte, en el 660 de West Madison Street, uno se encuentra Batcolumn, diseñada por el escultor estadounidense y con forma de bate de béisbol de 31 metros de alto.

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Objetos populares convertidos con humor en obras de arte, eso es Claes Oldenburg. © Alamy

BOLAS EXTRA

Después de ahorrar un montón de dinero visitando las obras de estos diez artistas, quizás podemos invertir algo en arte visitando el Driehaus Museum (entre 10 y 20 dólares). Es una joya oculta encerrada en un edificio histórico, en un barrio céntrico de la ciudad llamado Magnificient Mile, lleno de tiendas y restaurantes de todo tipo.

El museo en cuestión es la Disneylandia de las artes decorativas. Sus vidrieras, su exquisito mobiliario del siglo XIX y XX y la arquitectura de la mansión te traslada a la Edad de Oro de la historia de Estados Unidos.

Y sería un crimen abandonar la ciudad sin pasear ante las viviendas creadas por Frank Lloyd Wright en el barrio residencial de Oak Park. Algo alejada del centro, allí se encuentra la casa-estudio del arquitecto (entre 15 y 18 dólares), que une su vida y su obra como pocos museos gracias a que todas sus visitas se hacen con guía.

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Casa-estudio de Frank Lloyd Wright © Alamy
ESPECTACULAR EXPOSICION,MUCHAS GRACIAS POR ESTOS INTERESANTISIMOS APORTES COMPAÑERA @Coti7495.-
 
Nueva York declara la emergencia sanitaria en partes de Brooklyn por la epidemia del sarampión
Desde el otoño, en la ciudad se han confirmado 285 casos, de los que 21 han precisado de hospitalización
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El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio (Shannon Stapleton / Reuters)
Francesc Peirón, Nueva York
09/04/2019 19:05 Actualizado a 09/04/2019 20:09
La epidemia del sarampión va a más en la ciudad de Nueva York. Las autoridades municipales declararon este martes una emergencia sanitaria pública que afecta a la zona de la comunidad ultra ortodoxa asentada en diferentes zonas de Brooklyn, en especial en el barrio de Williamsburg.

El alcalde Bill de Blasio aseguró que la ciudad exigirá a los ciudadanos no vacunados residentes en esas zonas que reciban el suero a la vista del mayor contagio que se ha registrado de esta enfermedad en décadas.

“Este es el epicentro de la extensión del sarampión y esto es muy complejo, por lo que debemos afrontarlo de manera inmediata”, sostuvo el alcalde. Habrá sanciones para todos aquellos que incumplan con esta medida.


La ciudad exigirá a los ciudadanos no vacunados residentes en esas zonas que reciban el suero


Los casos de sarampión se han disparado en la Gran Manzana. Desde el otoño, en la ciudad se han confirmado 285 casos, de los que 21 han precisado de hospitalización. La mayoría de estas situaciones se han concentrado entre la comunidad hasídica asentada en Williamsburg y Borough Park, siempre en Brooklyn.

A nivel nacional, los casos registrados ascienden a 465 desde principios de 2019, con 78 nuevos la pasada semana. En el condado de Rockland, suburbio al norte de la Gran Manzana, prohibieron a finales de marzo que los niños sin vacunar aparecieran en público, incluyendo escuelas, parques o restaurantes.

“Esta es una acción inusual para nosotros, pero no es más que el reflejo de la gravedad”, insistió De Blasio en rueda de prensa.

Este anuncio se produce después de que el departamento de sanidad de la ciudad ordenara a las yeshivas (instituciones educativas judías) que excluyeran de sus clases a los niños sin vacunar. En esta comunidad ultra ortodoxa se oponen a la vacunación por motivos religiosos.

Las autoridades temen que el brote epidémico vaya a más debido a que se aproxima la fiesta del Passover, celebración judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo, en la que las familias se reúnen o viajan a Israel, punto de origen para muchos del regreso del sarampión.


Las autoridades temen que el brote epidémico vaya a más

https://www.lavanguardia.com/vida/2...ia-sanitaria-brooklyn-epidemia-sarampion.html
 
Nacionalismo blanco: en qué consiste la ideología que Facebook y algunos gobiernos quieren prohibir

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10 Abril 2019 - Actualizado 11 Abril 2019, 20:22
Mohorte @mohorte

Hace dos semanas Facebook publicaba un extraordinario comunicado titulado "Plantándole cara al odio". En el texto, la plataforma reconocía su incapacidad previa para identificar y prevenir determinados discursos de odio, muy especialmente aquellos relacionados con el nacionalismo blanco. A partir de ahora, anunciaba la compañía, toda manifestación relacionada con la ideología supremacista quedaría prohibida.

¿Por qué? Algunos acontecimientos contribuyen a entender la repentina decisión de Facebook. Por un lado, los atentados terroristas de Christchurch, en los que un joven blanco neozelandés abrió fuego en dos mezquitas locales acabando con la vida de medio centenar de personas. El autor, radicalizado en los foros extremistas de Internet, de filiación neofascista y supremacista, retransmitió la masacre en directo a través de Facebook Live.

Por otro, el creciente interés de algunos gobiernos occidentales por regular el caudal de mensajes y opiniones volcado en las redes sociales. Reino Unido ya debate la posibilidad de imponer la censura estatal en la red, colocando en una posición difícil a intermediarios sociales como Facebook, Twitter o Google. El objetivo, en última instancia, sería prevenir mensajes de odio y la difusión de ideología extremista o violenta.

Canadá, Australia y Nueva Zelanda han desvelado proyectos similares, proyectando la sombra de la regulación gubernamental sobre un Internet, hasta hoy, libre de cualquier injerencia estatal. Los peligros de tan pomposos anuncios son diversos: la línea que separa la legítima prevención del discurso del odio de la cortapisa a la libertad de expresión es muy fina, y ningún regulador opera sin sesgo o mácula.

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Flores conmemorativas en el lugar de los atentados de Christchurch. (Vincent Thian/AP)

De fondo, sin embargo, aparece una tendencia más relevante: la lucha contra el "supremacismo blanco". Facebook lo menciona explícitamente en su comunicado, y también admite sus problemas para identificarlo en el pasado. La ideología, un repositorio de corrientes y opiniones variopintas, responde en ocasiones a la etiqueta de "nacionalismo blanco" y "sepatarismo blanco", generando un conflicto de difícil resolución. ¿Es censurable el nacionalismo o el separatismo?

Según Facebook sí, dado que son meros eufemismos, conceptos que difieren en su esencia de las saludables muestras de patriotismo o de las corrientes independentistas identificables en muchos países. ¿Pero por qué? Para entender de dónde surge la batalla contra el supremacismo blanco es necesario entender primero qué es y de dónde surge.

Nacionalismo blanco: una tradición secular
El repentino protagonismo del "nacionalismo blanco" en la conversación mediática surge de sus explícitas demostraciones de fuerza en las calles de Estados Unidos, Reino Unido o Nueva Zelanda. Desde Christchurch hasta las marchas entorchadas de Charlotesville, pasando por la masacre de la sinagoga de Pittsburgh o el atentado de Orlando, son ya numerosos los atentados y los actos de violencia ejecutados por individuos adscritos a la causa del supremacismo blanco.

Se trata de varones caucásicos jóvenes, familiarizados con los foros establecidos por la extrema derecha en Internet, radicalizados en soledad, fascinados por el impulso movilizador de la alt-right, y receptores de una ideología que intercala pinceladas de aberrante teoría racial y tradicionalismo cultural. En ellos se conjuga el secular racismo estadounidense con sus nuevas formas pop.

El repentino protagonismo mediático del "nacionalismo blanco" lo ha convertido en un objeto de debate público, pero no significa que su existencia sea nueva.

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Miembros del KKK a principios del siglo XX.

Pero antes de rastrear sus orígenes, ¿en qué consiste? A grandes rasgos, el nacionalismo blanco cree que las razas generan culturas propias, en contraposición a la idea de la raza como una construcción social en sí misma. A consecuencia, juzga la "amalgama" racial indeseable, dado que subvierte y distorsiona el carácter único de cada etnia. Su objetivo fundamental sería, pues, la preservación de la raza blanca y de su cultura, cosmovisión y costumbres.

Como resultado, el nacionalismo blanco se muestra hostil a la inmigración y a la perversión de los fundamentos históricos de las naciones blancas. El mestizaje racial de Occidente, tradicionalmente caucásico, ahondaría en la negación y eliminación de la cultura blanca, de sus ritos y usos sociales, en un proceso bautizado como "genocidio blanco". El nacionalismo blanco proyecta una sociedad separada, independiente de cualquier intoxicación racial, y vedada al mejunje racial.

Es sencillo entrever en tales ideas la influencia de la xenofobia y de la supremacía racial, pese a que la mayor parte de sus ideólogos culturales contemporáneos hayan disfrazado sus teorías de "protección" de la identidad cultural y racial blanca; en una hábil contraposición al orgullo identitario de los colectivos históricamente minoritarios, como los afroamericanos o los latinos.

El discurso es moderno, pero su génesis se remonta a tradiciones políticas largamente cultivadas en el Estados Unidos posterior a la Guerra de Secesión. Las brutales políticas de segregación racial tras el fracaso de la Reconstrucción, la génesis de grupos paramilitares como el KKK o las Camisas Rojas, o la violenta protección de los órganos de poder sureños se fundamentaron en similares preceptos. No había espacio para la convivencia entre blancos, superiores, y los negros, inferiores.

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Un mapa de Madison Grant explicando las diferencias raciales europeas.

La población afroamericana del Sur quedaría segregada y marginada del espacio político ante la connivencia pasiva de las élites del Norte, cimentando y legitimando un sustrato racista ampliamente aceptado por la sociedad estadounidense. Sólo en este contexto es posible comprender la descomunal influencia de Madison Grant, quizá uno de los "supremacistas blancos" más relevantes de siempre.

Grant, un conservacionista fascinado por el darwinismo social, escribió el libro fundacional del nacionalismo blanco: The Passing of the Great Race. Aquel ensayo sentaría las bases discursivas del movimiento: la raza nórdica, superior desde cualquier punto de vista científico tanto en producción intelectual como desarrollo técnico, se veía abocada a la hecatombe demográfica ante la presión migratoria de grupos raciales menores provenientes de Europa y Sudamérica.

El racismo científico por el mundo
Las ideas de Grant disfrutaron de amplia popularidad entre los círculos reaccionarios de Estados Unidos, en un momento de alta sensibilidad ante la cuestión migratoria. The Passing of the Great Race cargaba contra la mezcolanza racial y dibujaba una apología abierta de las razas fundadoras de Estados Unidos, provenientes del norte de Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Escandinavia.

El libro despertó el interés de presidentes tan loados como Theodore Roosevelt, y cimentó el discurso de otros como Woodrow Wilson (responsable de la proyección de la primera película en el interior de la Casa Blanca: The Birth of a Nation, del KKK), Warren Harding o Calvin Coolidge. Harding llegaría a declarar su admiración por Lothrop Stoddard, discípulo de Grant, y a declarar que "existe una diferencia fundamental, eterna e ineludible entre las razas (...) La amalgama racial no puede existir".

Pese a que el interés de Grant rotaba en torno a grupos raciales menores como los griegos, armenios, judíos o italianos (no nórdicos, no protestantes) es fácil entrever cómo estas ideas se adaptaron con facilidad al racismo institucional del Sur. The Passing of the Great Race, naturalmente, fue leído con avidez por un joven Adolf Hitler, y contribuiría, desde el racismo científico, a cimentar su totalitaria ideología.

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Warren Harding.

Grant quedaría desacreditado pocos años después, cuando Estados Unidos acudiera a la guerra contra la Alemania nazi. Lo que no significa que sus ideas perecieran. Parte de la política antimigratoria estadounidense posterior a la Primera Guerra Mundial bebía del sustrato racista esbozado en The Passing of the Great Race, y en el ideal de "pureza racial" esbozado por el primitivo nacionalismo blanco.

No fue un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. Otras colonias británicas legislaron en similares términos.

Australia aprobó en 1901 la "Protection Act", una pieza legislativa que imponía restricciones informales a la inmigración no europea mediante tests de comprensión lectora y escrita. John Curtin, primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial, llegaría a declarar que el país debía pertenecer "para siempre" a los descendientes británicos, blancos. Incluso en la década de los sesenta el líder político laborista, Arthur Calwell, rechazaba "la idea de que Australia deba convertirse en una sociedad multirracial".

Canadá aprobaría legislaciones específicas contra la inmigración china e india; Nueva Zelanda aprobaría en 1889 su particular Inmigration Restriction Act, vetando el acceso de todo migrante que no tuviera origen británico o irlandés; Sudáfrica aplicaría una política estatal de segregación racial, el apartheid, durante la mayor parte del siglo XX, reduciendo a la población negra del país, mayoritaria, a un estado de ciudadanía secundaria.

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La inmigración judía se observaba con gran suspicacia por los padres del nacionalismo blanco en Estados Unidos.

Como es obvio, Europa no fue ajena a las políticas de segregación: de un modo similar al planteado por Grant, Adolf Hitler desarrollaría un complejo y demente sistema de clasificación racial que colocaría a la "raza nórdica", o germana, en una posición de supremacía total. Su obsesión sería particularmente evidente no sólo con los judíos, sino también con los eslavos y otras razas menores blancas, a las que el nazismo juzgaría por debajo de la condición humana.

Aquel magma ideológico derivaría fatalmente en el Holocausto.

El nacionalismo blanco en el presente
El trauma de la Segunda Guerra Mundial enterraría a las variantes más extremas y apologéticas del supremacismo en el ostracismo mediático. La batalla por los derechos civiles resultaría en su derrota parcial durante los turbulentos años sesenta, y el despertar ideológico e identitario de las minorías raciales estadounidenses desterraría su presencia a los márgenes de la aceptabilidad pública.

Pese a ello, el sustrato del nacionalismo blanco jamás se evaporó, y pervivió tanto a través de corrientes subterráneas como en la superficie de discursos conservadores y reaccionarios más sutiles. De aquellos polvos surgirían los lodos actuales: la victoria de Donald J. Trump en las elecciones presidenciales de 2016, cimentada sobre una campaña xenófoba y plagada de apelaciones a la primacía del americano medio, ofrecería una ventana de oportunidad al supremacismo.

Su renovada presencia mediática se cimentaría tanto desde la base, a través de organizaciones como Alternative Right, National Policy Institute o medios de comunicación como Breitbart, como desde las esferas, mediante voceros mediáticos y representantes republicanos en el Congreso y Senado. Figuras como la de Steve Bannon, jefe de gabinete del presidente, y Richard Spencer, líder del NPI, cobrarían una inusitada relevancia mediática.

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Steve Bannon ha sido clave en el resurgimiento del nacionalismo blanco. (Saul Loeb)

Juntos han moldeado las líneas básicas del nacionalismo blanco contemporáneo, sintetizado no sólo como una apelación a los orígenes blancos de EEUU, sino como una reacción defensiva a las corrientes ideológicas progresistas que abundan en la diversidad racial y sexual de las sociedades modernas. Frente a la apología de la identidad afroamericana o latina de las organizaciones izquierdistas, la alt-right dibuja una "protección" de las tradiciones del hombre blanco común, la sal de la tierra de los Estados Unidos de América.

Spencer y Bannon, junto a otras figuras prominentes como Jared Taylor o Milo Yiannopoulos, han impreso un lenguaje moderno, sencillo y de tintes intelectuales (muy influenciado por las ideas de Alexander Dugin) a discursos, como hemos visto, muy antiguos. En un célebre mitin celebrado durante las elecciones de 2016, Spencer declararía: "América era hasta su última generación un país blanco, destinado para nosotros y para nuestra prosperidad. Es nuestra creación, es nuestra herencia, y nos pertenece".

Son palabras que firmaría Madison Grant.

Aquella conferencia terminaría con gritos de "Hail Trump!", revelando otro carácter del nacionalismo blanco moderno: su filiación neonazi. Desde la tercera mutación del KKK (centrado ya en un discurso nórdico de dementes tintes odinistas), las diversas corrientes del supremacismo han abrazado sin tapujos el nazismo. La apología es abierta y sincera, tanto en las marchas de Charlotesville como en la estética y el discurso de Richard Spencer y otros portavoces del movimiento.

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Trump ha gozado de enorme popularidad entre el electorado blanco y conservador de los EEUU profundos. (Gerald Herbert/AP)

En este sentido, la gran labor de Bannon ha sido la de difuminar las aristas ideológicas más controvertidas del nacionalismo blanco y dotarles de una pátina de respetabilidad. La etiqueta alt-right, un eufemismo destinado a abarcar tantas ideas dispares y reaccionarias como sea posible, brota de ahí: de la necesidad de apelar al votante americano medio, blanco y conservador, a través de un discurso identitario.

El ascenso de Trump a la Casa Blanca se explica en parte desde estas coordenadas. Su fuerte sustrato racista se codificaba en la defensa del "hombre común" estadounidense, de las poblaciones locales que se ven desamparadas ante la apertura de las puertas migratorias; sus tintes reaccionarios se convertían en apelaciones a las tradiciones y culturas de la América de toda la vida, cristiana y blanca.

Fue un éxito: la campaña logró aglutinar tanto a las corrientes radicalizadas como a los grupos evangélicos más fanáticos, pasando por los obreros deprimidos del cinturón industrial y por el votante tradicional del Partido Republicano, confuso y resentido ante las políticas de identidad, el letargo económico y un profundo y secular racismo. A través de Trump, el nacionalismo blanco halló una puerta de entrada al espacio mediático.

Lo hizo penetrando en espacios televisivos mainstream y en la boca de políticos republicanos particularmente reaccionarios. Laura Ingraham, una conocida colaboradora de Fox News, ha declarado en alguna ocasión que "los Estados Unidos que conocemos y amamos ya no existen", en referencia a los grandes cambios demográficos de las últimas décadas. Ideas subrayadas por senadores como Steve King, quien llegó a decir que "no podemos recuperar nuestra civilización con los bebés de otra".

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Las diversas manifestaciones de la Alt-right en las calles estadounidenses han provocado la reacción de otros grupos sociales en su contra. (Mobilus In Mobili/Flickr)

Son palabras más extremas y escandalosas que las de otras figuras republicanas, pero comparten el mismo poso ideológico. Cuando Donald Trump se refiere a los "países de mierda" africanos o califica a la ola de migración latina como una "invasión" de "violadores" y "traficantes" está haciendo lo mismo que King o Ingraham.

Sin embargo, su adaptación al discurso político moderno no oculta lo inquietante de sus ideas: el supremacismo blanco bebe de tradiciones políticas extremas que promueven una segregación racial amparada en teorías pseudocientíficas; que fomenta discursos de ocio hacia grupos étnicos minoritarios; y que presenta una ficticia persecución hacia los blancos, una amenaza fantasmal que obliga a respuestas radicales.

De este magma, tan próximo a las ideas nazis y filofascistas, brotan atentados como el de Christchurch. Se trata de un escenario de confrontación racial total, de una lucha por la supervivencia de uno u otro grupo. En el fondo, el nacionalismo blanco no promueve sino el mantenimiento de un status quo xenófobo donde la raza mayoritaria y dominante mantenga el monopolio del poder (si es necesario, mediante la violencia).

Dada la gradación de su discurso, es complejo entrever cómo Facebook o las regulaciones gubernamentales podrán acotar y censurar la narrativa supremacista. En todo caso, el creciente interés por frenar el discurso del odio sí revela la aceptación del nacionalismo blanco como una amenaza, y como un resabio ideológico inaceptable en la esfera pública.


https://magnet.xataka.com/en-diez-m...e-facebook-algunos-gobiernos-quieren-prohibir
 
Nacionalismo blanco: en qué consiste la ideología que Facebook y algunos gobiernos quieren prohibir

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10 Abril 2019 - Actualizado 11 Abril 2019, 20:22
Mohorte @mohorte

Hace dos semanas Facebook publicaba un extraordinario comunicado titulado "Plantándole cara al odio". En el texto, la plataforma reconocía su incapacidad previa para identificar y prevenir determinados discursos de odio, muy especialmente aquellos relacionados con el nacionalismo blanco. A partir de ahora, anunciaba la compañía, toda manifestación relacionada con la ideología supremacista quedaría prohibida.

¿Por qué? Algunos acontecimientos contribuyen a entender la repentina decisión de Facebook. Por un lado, los atentados terroristas de Christchurch, en los que un joven blanco neozelandés abrió fuego en dos mezquitas locales acabando con la vida de medio centenar de personas. El autor, radicalizado en los foros extremistas de Internet, de filiación neofascista y supremacista, retransmitió la masacre en directo a través de Facebook Live.

Por otro, el creciente interés de algunos gobiernos occidentales por regular el caudal de mensajes y opiniones volcado en las redes sociales. Reino Unido ya debate la posibilidad de imponer la censura estatal en la red, colocando en una posición difícil a intermediarios sociales como Facebook, Twitter o Google. El objetivo, en última instancia, sería prevenir mensajes de odio y la difusión de ideología extremista o violenta.

Canadá, Australia y Nueva Zelanda han desvelado proyectos similares, proyectando la sombra de la regulación gubernamental sobre un Internet, hasta hoy, libre de cualquier injerencia estatal. Los peligros de tan pomposos anuncios son diversos: la línea que separa la legítima prevención del discurso del odio de la cortapisa a la libertad de expresión es muy fina, y ningún regulador opera sin sesgo o mácula.

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Flores conmemorativas en el lugar de los atentados de Christchurch. (Vincent Thian/AP)

De fondo, sin embargo, aparece una tendencia más relevante: la lucha contra el "supremacismo blanco". Facebook lo menciona explícitamente en su comunicado, y también admite sus problemas para identificarlo en el pasado. La ideología, un repositorio de corrientes y opiniones variopintas, responde en ocasiones a la etiqueta de "nacionalismo blanco" y "sepatarismo blanco", generando un conflicto de difícil resolución. ¿Es censurable el nacionalismo o el separatismo?

Según Facebook sí, dado que son meros eufemismos, conceptos que difieren en su esencia de las saludables muestras de patriotismo o de las corrientes independentistas identificables en muchos países. ¿Pero por qué? Para entender de dónde surge la batalla contra el supremacismo blanco es necesario entender primero qué es y de dónde surge.

Nacionalismo blanco: una tradición secular
El repentino protagonismo del "nacionalismo blanco" en la conversación mediática surge de sus explícitas demostraciones de fuerza en las calles de Estados Unidos, Reino Unido o Nueva Zelanda. Desde Christchurch hasta las marchas entorchadas de Charlotesville, pasando por la masacre de la sinagoga de Pittsburgh o el atentado de Orlando, son ya numerosos los atentados y los actos de violencia ejecutados por individuos adscritos a la causa del supremacismo blanco.

Se trata de varones caucásicos jóvenes, familiarizados con los foros establecidos por la extrema derecha en Internet, radicalizados en soledad, fascinados por el impulso movilizador de la alt-right, y receptores de una ideología que intercala pinceladas de aberrante teoría racial y tradicionalismo cultural. En ellos se conjuga el secular racismo estadounidense con sus nuevas formas pop.

El repentino protagonismo mediático del "nacionalismo blanco" lo ha convertido en un objeto de debate público, pero no significa que su existencia sea nueva.

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Miembros del KKK a principios del siglo XX.

Pero antes de rastrear sus orígenes, ¿en qué consiste? A grandes rasgos, el nacionalismo blanco cree que las razas generan culturas propias, en contraposición a la idea de la raza como una construcción social en sí misma. A consecuencia, juzga la "amalgama" racial indeseable, dado que subvierte y distorsiona el carácter único de cada etnia. Su objetivo fundamental sería, pues, la preservación de la raza blanca y de su cultura, cosmovisión y costumbres.

Como resultado, el nacionalismo blanco se muestra hostil a la inmigración y a la perversión de los fundamentos históricos de las naciones blancas. El mestizaje racial de Occidente, tradicionalmente caucásico, ahondaría en la negación y eliminación de la cultura blanca, de sus ritos y usos sociales, en un proceso bautizado como "genocidio blanco". El nacionalismo blanco proyecta una sociedad separada, independiente de cualquier intoxicación racial, y vedada al mejunje racial.

Es sencillo entrever en tales ideas la influencia de la xenofobia y de la supremacía racial, pese a que la mayor parte de sus ideólogos culturales contemporáneos hayan disfrazado sus teorías de "protección" de la identidad cultural y racial blanca; en una hábil contraposición al orgullo identitario de los colectivos históricamente minoritarios, como los afroamericanos o los latinos.

El discurso es moderno, pero su génesis se remonta a tradiciones políticas largamente cultivadas en el Estados Unidos posterior a la Guerra de Secesión. Las brutales políticas de segregación racial tras el fracaso de la Reconstrucción, la génesis de grupos paramilitares como el KKK o las Camisas Rojas, o la violenta protección de los órganos de poder sureños se fundamentaron en similares preceptos. No había espacio para la convivencia entre blancos, superiores, y los negros, inferiores.

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Un mapa de Madison Grant explicando las diferencias raciales europeas.

La población afroamericana del Sur quedaría segregada y marginada del espacio político ante la connivencia pasiva de las élites del Norte, cimentando y legitimando un sustrato racista ampliamente aceptado por la sociedad estadounidense. Sólo en este contexto es posible comprender la descomunal influencia de Madison Grant, quizá uno de los "supremacistas blancos" más relevantes de siempre.

Grant, un conservacionista fascinado por el darwinismo social, escribió el libro fundacional del nacionalismo blanco: The Passing of the Great Race. Aquel ensayo sentaría las bases discursivas del movimiento: la raza nórdica, superior desde cualquier punto de vista científico tanto en producción intelectual como desarrollo técnico, se veía abocada a la hecatombe demográfica ante la presión migratoria de grupos raciales menores provenientes de Europa y Sudamérica.

El racismo científico por el mundo
Las ideas de Grant disfrutaron de amplia popularidad entre los círculos reaccionarios de Estados Unidos, en un momento de alta sensibilidad ante la cuestión migratoria. The Passing of the Great Race cargaba contra la mezcolanza racial y dibujaba una apología abierta de las razas fundadoras de Estados Unidos, provenientes del norte de Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Escandinavia.

El libro despertó el interés de presidentes tan loados como Theodore Roosevelt, y cimentó el discurso de otros como Woodrow Wilson (responsable de la proyección de la primera película en el interior de la Casa Blanca: The Birth of a Nation, del KKK), Warren Harding o Calvin Coolidge. Harding llegaría a declarar su admiración por Lothrop Stoddard, discípulo de Grant, y a declarar que "existe una diferencia fundamental, eterna e ineludible entre las razas (...) La amalgama racial no puede existir".

Pese a que el interés de Grant rotaba en torno a grupos raciales menores como los griegos, armenios, judíos o italianos (no nórdicos, no protestantes) es fácil entrever cómo estas ideas se adaptaron con facilidad al racismo institucional del Sur. The Passing of the Great Race, naturalmente, fue leído con avidez por un joven Adolf Hitler, y contribuiría, desde el racismo científico, a cimentar su totalitaria ideología.

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Warren Harding.

Grant quedaría desacreditado pocos años después, cuando Estados Unidos acudiera a la guerra contra la Alemania nazi. Lo que no significa que sus ideas perecieran. Parte de la política antimigratoria estadounidense posterior a la Primera Guerra Mundial bebía del sustrato racista esbozado en The Passing of the Great Race, y en el ideal de "pureza racial" esbozado por el primitivo nacionalismo blanco.

No fue un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. Otras colonias británicas legislaron en similares términos.

Australia aprobó en 1901 la "Protection Act", una pieza legislativa que imponía restricciones informales a la inmigración no europea mediante tests de comprensión lectora y escrita. John Curtin, primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial, llegaría a declarar que el país debía pertenecer "para siempre" a los descendientes británicos, blancos. Incluso en la década de los sesenta el líder político laborista, Arthur Calwell, rechazaba "la idea de que Australia deba convertirse en una sociedad multirracial".

Canadá aprobaría legislaciones específicas contra la inmigración china e india; Nueva Zelanda aprobaría en 1889 su particular Inmigration Restriction Act, vetando el acceso de todo migrante que no tuviera origen británico o irlandés; Sudáfrica aplicaría una política estatal de segregación racial, el apartheid, durante la mayor parte del siglo XX, reduciendo a la población negra del país, mayoritaria, a un estado de ciudadanía secundaria.

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La inmigración judía se observaba con gran suspicacia por los padres del nacionalismo blanco en Estados Unidos.

Como es obvio, Europa no fue ajena a las políticas de segregación: de un modo similar al planteado por Grant, Adolf Hitler desarrollaría un complejo y demente sistema de clasificación racial que colocaría a la "raza nórdica", o germana, en una posición de supremacía total. Su obsesión sería particularmente evidente no sólo con los judíos, sino también con los eslavos y otras razas menores blancas, a las que el nazismo juzgaría por debajo de la condición humana.

Aquel magma ideológico derivaría fatalmente en el Holocausto.

El nacionalismo blanco en el presente
El trauma de la Segunda Guerra Mundial enterraría a las variantes más extremas y apologéticas del supremacismo en el ostracismo mediático. La batalla por los derechos civiles resultaría en su derrota parcial durante los turbulentos años sesenta, y el despertar ideológico e identitario de las minorías raciales estadounidenses desterraría su presencia a los márgenes de la aceptabilidad pública.

Pese a ello, el sustrato del nacionalismo blanco jamás se evaporó, y pervivió tanto a través de corrientes subterráneas como en la superficie de discursos conservadores y reaccionarios más sutiles. De aquellos polvos surgirían los lodos actuales: la victoria de Donald J. Trump en las elecciones presidenciales de 2016, cimentada sobre una campaña xenófoba y plagada de apelaciones a la primacía del americano medio, ofrecería una ventana de oportunidad al supremacismo.

Su renovada presencia mediática se cimentaría tanto desde la base, a través de organizaciones como Alternative Right, National Policy Institute o medios de comunicación como Breitbart, como desde las esferas, mediante voceros mediáticos y representantes republicanos en el Congreso y Senado. Figuras como la de Steve Bannon, jefe de gabinete del presidente, y Richard Spencer, líder del NPI, cobrarían una inusitada relevancia mediática.

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Steve Bannon ha sido clave en el resurgimiento del nacionalismo blanco. (Saul Loeb)

Juntos han moldeado las líneas básicas del nacionalismo blanco contemporáneo, sintetizado no sólo como una apelación a los orígenes blancos de EEUU, sino como una reacción defensiva a las corrientes ideológicas progresistas que abundan en la diversidad racial y sexual de las sociedades modernas. Frente a la apología de la identidad afroamericana o latina de las organizaciones izquierdistas, la alt-right dibuja una "protección" de las tradiciones del hombre blanco común, la sal de la tierra de los Estados Unidos de América.

Spencer y Bannon, junto a otras figuras prominentes como Jared Taylor o Milo Yiannopoulos, han impreso un lenguaje moderno, sencillo y de tintes intelectuales (muy influenciado por las ideas de Alexander Dugin) a discursos, como hemos visto, muy antiguos. En un célebre mitin celebrado durante las elecciones de 2016, Spencer declararía: "América era hasta su última generación un país blanco, destinado para nosotros y para nuestra prosperidad. Es nuestra creación, es nuestra herencia, y nos pertenece".

Son palabras que firmaría Madison Grant.

Aquella conferencia terminaría con gritos de "Hail Trump!", revelando otro carácter del nacionalismo blanco moderno: su filiación neonazi. Desde la tercera mutación del KKK (centrado ya en un discurso nórdico de dementes tintes odinistas), las diversas corrientes del supremacismo han abrazado sin tapujos el nazismo. La apología es abierta y sincera, tanto en las marchas de Charlotesville como en la estética y el discurso de Richard Spencer y otros portavoces del movimiento.

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Trump ha gozado de enorme popularidad entre el electorado blanco y conservador de los EEUU profundos. (Gerald Herbert/AP)

En este sentido, la gran labor de Bannon ha sido la de difuminar las aristas ideológicas más controvertidas del nacionalismo blanco y dotarles de una pátina de respetabilidad. La etiqueta alt-right, un eufemismo destinado a abarcar tantas ideas dispares y reaccionarias como sea posible, brota de ahí: de la necesidad de apelar al votante americano medio, blanco y conservador, a través de un discurso identitario.

El ascenso de Trump a la Casa Blanca se explica en parte desde estas coordenadas. Su fuerte sustrato racista se codificaba en la defensa del "hombre común" estadounidense, de las poblaciones locales que se ven desamparadas ante la apertura de las puertas migratorias; sus tintes reaccionarios se convertían en apelaciones a las tradiciones y culturas de la América de toda la vida, cristiana y blanca.

Fue un éxito: la campaña logró aglutinar tanto a las corrientes radicalizadas como a los grupos evangélicos más fanáticos, pasando por los obreros deprimidos del cinturón industrial y por el votante tradicional del Partido Republicano, confuso y resentido ante las políticas de identidad, el letargo económico y un profundo y secular racismo. A través de Trump, el nacionalismo blanco halló una puerta de entrada al espacio mediático.

Lo hizo penetrando en espacios televisivos mainstream y en la boca de políticos republicanos particularmente reaccionarios. Laura Ingraham, una conocida colaboradora de Fox News, ha declarado en alguna ocasión que "los Estados Unidos que conocemos y amamos ya no existen", en referencia a los grandes cambios demográficos de las últimas décadas. Ideas subrayadas por senadores como Steve King, quien llegó a decir que "no podemos recuperar nuestra civilización con los bebés de otra".

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Las diversas manifestaciones de la Alt-right en las calles estadounidenses han provocado la reacción de otros grupos sociales en su contra. (Mobilus In Mobili/Flickr)

Son palabras más extremas y escandalosas que las de otras figuras republicanas, pero comparten el mismo poso ideológico. Cuando Donald Trump se refiere a los "países de mierda" africanos o califica a la ola de migración latina como una "invasión" de "violadores" y "traficantes" está haciendo lo mismo que King o Ingraham.

Sin embargo, su adaptación al discurso político moderno no oculta lo inquietante de sus ideas: el supremacismo blanco bebe de tradiciones políticas extremas que promueven una segregación racial amparada en teorías pseudocientíficas; que fomenta discursos de ocio hacia grupos étnicos minoritarios; y que presenta una ficticia persecución hacia los blancos, una amenaza fantasmal que obliga a respuestas radicales.

De este magma, tan próximo a las ideas nazis y filofascistas, brotan atentados como el de Christchurch. Se trata de un escenario de confrontación racial total, de una lucha por la supervivencia de uno u otro grupo. En el fondo, el nacionalismo blanco no promueve sino el mantenimiento de un status quo xenófobo donde la raza mayoritaria y dominante mantenga el monopolio del poder (si es necesario, mediante la violencia).

Dada la gradación de su discurso, es complejo entrever cómo Facebook o las regulaciones gubernamentales podrán acotar y censurar la narrativa supremacista. En todo caso, el creciente interés por frenar el discurso del odio sí revela la aceptación del nacionalismo blanco como una amenaza, y como un resabio ideológico inaceptable en la esfera pública.


https://magnet.xataka.com/en-diez-m...e-facebook-algunos-gobiernos-quieren-prohibir
Interesante ar6tículo, lo he leido atentamente, un artículo para meditar Compañera @Coti7495, muchas gracias por el aporte y saludos cordiales.-
 
Las ciudades latinoamericanas del mañana: un viaje a 2050
Coches autónomos, sensores inteligentes y viviendas autosostenibles. Aunque todas las opciones caben en la visión futurista de las urbes de América Latina, tendrán que ir de la mano de una disrupción menos sofisticada

JESSICA BIGIO

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GETTY IMAGES
Automóviles aéreos en forma de cápsulas de cristal desplazan a los ciudadanos de un lugar a otro. Las casas están suspendidas en el aire a través de grandes soportes y equipadas con robots con apariencia humana que limpian la casa, hacen el almuerzo y pasean al perro. Para entretenerse, de tanto en tanto, los habitantes hacen viajes a la luna. Así son las ciudades de 2062 según la serie animada de William Hanna y Joseph Barbera, Los Supersónicos, muy distintas de las urbes del futuro que imaginan hoy los gurús del urbanismo.

Al pensar en las ciudades latinoamericanas de 2050, Rodrigo Díaz González visualiza tecnologías más limpias en los sistemas de transporte, pero sin capacidades para volar. “Para entonces lo más probable es que tengamos una flota vehicular totalmente electrificada, en gran medida por el abaratamiento de la tecnología”, apunta el experto en movilidad y director de investigación del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo. Los vehículos autónomos, o sin necesidad de chófer, también forman parte de su imagen a futuro, aunque no tiene claro cuál va a ser el nivel de autonomía que tendrán para entonces, ni su grado de masificación.

El tercer componente es una diversificación de las opciones de movilidad –que ya se empieza a ver– entendiendo a todos los medios de transporte como un servicio, y no como particulares. “Puede haber mecanismos flexibles en los cuales ya no eres dueño de tu automóvil, y con toda la facilidad puedas decir que hoy te vas en moto, mañana en coche y pasado en bicicleta”, explica Díaz. Esto aunado a una integración de todos los modos. Es decir, los privados y públicos conformarán una especie de red coordinada. Ese es, al menos, el escenario ideal que imagina el experto.

Distancias más cortas, un sueño futurista
Sin embargo, las grandes urbes de la región tienen temas que atender antes de alcanzar esa visión sustentable. Para Alfonso Iracheta, director general del Centro EURE y experto en desarrollo urbano y territorial, uno de los más relevantes será la confrontación entre las nuevas tecnologías y las capacidades sociales y políticas para aprovecharlas, especialmente para construir una relación entre movilidad y el uso del suelo. “Si analizas el promedio de la ciudad latinoamericana, entre el 35 y el 60% de la población es pobre o muy pobre, y más del 50% vive lejos porque su vivienda está ubicada en periferias, donde no hay hospitales, universidades o espacios públicos”, plantea. Para el especialista, mientras los ciudadanos tengan que moverse a distancias cada vez mayores, ni las tecnologías más disruptivas mejorarán su calidad de vida.

Las tendencias no cambiarán por si solas. Hoy, el 55% de la población mundial es urbana, y se espera que para 2050 sea el 68%, con la adición de 2.500 millones de nuevos residentes en las ciudades, según las proyecciones de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU. La prosperidad de las ciudades latinoamericanas en 2050 dependerá de su capacidad para acercarle a sus habitantes los usos del suelo, llevarle el empleo y el equipamiento social a donde vive, en lugar de que ellos se desplacen a buscarlos, opina Iracheta. Para lograrlo se necesitan dos enfoques, el primero es organizar subcentros urbanos y metropolitanos en los suburbios a través de acciones del gobierno que fomenten la inversión en esas zonas. El segundo es aprovechar todos los vacíos urbanos y los predios que están subutilizados para consolidar los espacios.

La densificación que Antonio Vázquez Brust se imagina para las urbes de la región dentro de 30 años, no es la que tiende a verse con malos ojos. “La solución no es convertir a las ciudades en un paisaje de rascacielos, si no ocupar el suelo de forma racional”, dice el consultor para ONG, gobiernos y organismos en la gestión de ambientes urbanos. “Es un problema de imaginación, de idear cómo vivir de forma en que todos estemos cerca de donde queremos estar, pero sin exigir energía y recursos de más”. El experto ve a las viviendas del futuro como edificios de dos o tres pisos, sin que haya grandes casas para pocas familias, algo como lo que hoy se vive en la ciudad de Ámsterdam. Ve viviendas diseñadas para mantenerse cálidas en invierno y frescas en verano con muy poca energía, que además puedan limpiarse con muy poco consumo de agua.

Una nueva privacidad
Las megalópolis del continente explotarán el potencial que ofrece el big data para resolver sus problemas de generación, consumo y distribución de recursos, pero esa misma ventaja traerá sus propios desafíos, advierte Vázquez Brust. Van a estar cubiertas de sensores, y el mobiliario urbano tendrá la capacidad de hacer un seguimiento de cuánta gente pasa, en qué dirección se mueve y cuánto tiempo está ahí. Incluso, en algunas versiones totalitarias de esta idea, como está empezando a ocurrir en China, va a haber sensores capaces de detectar la identidad de la persona que se mueve.

“La tarea que tenemos pendiente es definir los nuevos derechos que acompañan a estas nuevas capacidades que nos han dado las tecnologías digitales”, apunta el especialista, quien está convencido de que la privacidad seguirá siendo parte de la naturaleza humana. Por eso, y para poder preservar los espacios, se imagina un diseño de ciudad transparente con señales éticas que le indiquen a las personas cuándo están siendo vigiladas, dónde hay sensores y qué tipo de información se está recopilando.

Sobre todo, los expertos esperan que las grandes ciudades de la región logren idear nuevas formas de administración de aquí a 2050. Cuando piensa en Buenos Aires, la capital de su país, Vázquez Brust sueña con una administración que integre toda su área metropolitana. Hoy, por motivos históricos, la ciudad principal está rodeada por una corona de municipios gobernados de forma independiente. “Esperamos que en un futuro se pueda resolver, tanto en Buenos Aires como en muchas ciudades latinoamericanas, en donde el crecimiento ha desbordado las fronteras políticas iniciales” dice. “Se requiere un redibujo del sistema de gobierno”.
 
La Feria de Córdoba tendrá, por primera vez, una caseta para celíacos
El Ayuntamiento concede permiso a la Asociación de Celíacos de Córdoba para que monte sus instalaciones en la calle Cristo de los Faroles
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Feria de Córdoba (EP)


La Feria de Córdoba es cada vez más inclusiva. Por vez primera, el recinto ferial del Arenal tendrá una caseta en la que sin problema alguno podrán comer los celíacos. El año pasado, ya se montó una foodtruck en el Arenal, pero este año será oficialmente una caseta.

Según publica Cordópolis, la iniciativa llega gracias a la Asociación de Celíacos de Córdoba (Aceco). Este año, el colectivo ha solicitado al Ayuntamiento la gestión de una caseta, que le ha sido concedida. En concreto, y según la información del Ayuntamiento, el espacio, de 300 metros cuadrados, se localizará en la calle Cristo de los Faroles a la altura del número 1.


Productos y alimentos de lo más variado
La gama de productos y alimentos que ofertará la caseta será de lo más variada posible, desde lo salado a lo dulce, pasando por hamburguesas, lagrimitas de pollo, revueltos rocieros, adobo, choco, montaditos de lomos, pinchitos, croquetas y hasta churros.

A través de esta iniciativa, Aceco ha conseguido que la Feria de Córdoba sea cada vez más inclusiva para todos. La Feria de Córdoba de este 2019 abrirá sus puertas en la noche del 24 de mayo hasta el 1 de junio.

https://www.lavanguardia.com/local/...eria-cordoba-primera-vez-caseta-celiacos.html
 
La Feria de Córdoba tendrá, por primera vez, una caseta para celíacos
El Ayuntamiento concede permiso a la Asociación de Celíacos de Córdoba para que monte sus instalaciones en la calle Cristo de los Faroles
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Feria de Córdoba (EP)


La Feria de Córdoba es cada vez más inclusiva. Por vez primera, el recinto ferial del Arenal tendrá una caseta en la que sin problema alguno podrán comer los celíacos. El año pasado, ya se montó una foodtruck en el Arenal, pero este año será oficialmente una caseta.

Según publica Cordópolis, la iniciativa llega gracias a la Asociación de Celíacos de Córdoba (Aceco). Este año, el colectivo ha solicitado al Ayuntamiento la gestión de una caseta, que le ha sido concedida. En concreto, y según la información del Ayuntamiento, el espacio, de 300 metros cuadrados, se localizará en la calle Cristo de los Faroles a la altura del número 1.


Productos y alimentos de lo más variado
La gama de productos y alimentos que ofertará la caseta será de lo más variada posible, desde lo salado a lo dulce, pasando por hamburguesas, lagrimitas de pollo, revueltos rocieros, adobo, choco, montaditos de lomos, pinchitos, croquetas y hasta churros.

A través de esta iniciativa, Aceco ha conseguido que la Feria de Córdoba sea cada vez más inclusiva para todos. La Feria de Córdoba de este 2019 abrirá sus puertas en la noche del 24 de mayo hasta el 1 de junio.

https://www.lavanguardia.com/local/...eria-cordoba-primera-vez-caseta-celiacos.html
SE HACE LA BOCA AGUA CON LOS PINCHITOS DE ESA CASETA.- SALUDOS CORDIALES.-
 
Un poco del camino de santiago en las proximidades de Oviedo.-
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Meto las botas dentro de la mochila, esta vez de una manera diferente. Van cargadas de ilusión, listas y preparadas para que pisen un trocito del Camino del Norte.

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¿Qué es el Camino de Santiago?

El Camino de Santiago es una de las rutas de peregrinaje mejor consideradas de Europa, además de ser una de las más conocidas en el mundo. Son muchos los peregrinos que quieren realizar esta experiencia, ya bien por motivos religiosos o por el simple afán de superación personal. Es una ruta que tiene como meta llegar a Santiago de Compostela, lugar donde descansan los restos del venerado Apóstol Santiago. Se puede recorrer a pie, a caballo, en bici y hasta en barco.

Un poquito de historia del Camino de Santiago para situarnos
El Apóstol Santiago el Mayor predicó el cristianismo en la península Ibérica. En el año 44 regresó a Palestina, donde fue decapitado. Sus restos mortales fueron trasladados por sus discípulos en una barca de piedra, navegando las aguas del Mediterráneo desde el puerto de Jaffa hasta llegar al puerto de Iria Flavia en Galicia.

En el siglo III, fruto de las persecuciones romanas de la época, su tumba fue abandonada. Y no fue hasta el año 812 cuando sus restos fueron descubiertos por un ermitaño llamado Pelayo.

Según la leyenda, Pelayo durante varias noches consecutivas observó unos asombrosos y misteriosos resplandores en el bosque. Parecía estar en una lluvia de estrellas. Muy impactado y desconcertado no dudó en ir en busca del Obispo Teodomiro (obispo de Iria Flavia, la parroquia de Padrón, un municipio de La Coruña). En ese pequeño monte del bosque, el obispo pudo comprobar con sus propios ojos lo que Pelayo le había contado. Se encontraba justo allí, un sepulcro de piedra en el que yacían tres cuerpos, los del Apóstol Santiago y sus dos discípulos, Teodoro y Atanasio.

El obispo no dudó en reconocer que lo que acababa de suceder era todo un milagro. El rey Alfonso II de Asturias mandó edificar una capilla en el lugar de los hechos. La capilla pasó por diferentes fases hasta que en 1075, con el reinado de Alfonso VI, se inició la construcción de la archiconocida Catedral de Santiago de Compostela.

Compostela se convertiría gradualmente en un centro de peregrinaje, recibiendo un gran empuje durante la primera mitad del siglo IX. Rápidamente la noticia se extendió como la pólvora por la Europa cristiana y miles de peregrinos llegaron al famoso sepulcro.

Un trocito del Camino – El Camino del Norte
Son muchos los caminos que conducen a Santiago. Escoger cuál realizar no es tarea fácil. El único Camino que a día de hoy he podido conocer, y tan sólo unos escasos km, es el del Camino del Norte. El Camino del Norte es una vía de peregrinación por la costa Astur-galaica. Recorre 814km y está formado por 32 etapas. La ruta comienza en Irún y finaliza en Arzúa. Pasa por ciudades como San Sebastián, Santander, Comillas, Gijón, Avilés, Luarca, la Caridad, Abadín, Bibalda, Baamonde y Mondoñedo , entre otras muchas más.

Camino del Norte: Gijón -Avilés
La etapa Gijón -Avilés es la número 21 del Camino del Norte. Esta etapa tiene aproximadamente unos 30km de distancia. Es una etapa de contrastes en la que se puede ver como uno pasa de lo más industrial a lo más natural. Es bastante curiosa y muy llamativa, impacta a la vez que descoloca. La majestuosidad de las imponentes fábricas convive a escasos metros con un paisaje de lo más rural. Te adentrarás en bosques de eucaliptos que en días soleados y calurosos refrescarán tu travesía, además de prados con vacas pastando y personas trabajando en sus propias cosechas. Un Camino muy singular.

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El papel de la industria dentro del Camino del Norte en la etapa de Gijón -Avilés

Parte de este Camino del Norte que transcurre en esta etapa que va de Gijón a Avilés pasa por la zona oeste de Gijón, concretamente por el barrio de la Calzada. Es un barrio con un gran componente histórico en cuanto al proceso de industrialización que sufrió Asturias.

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Es aquí donde iniciamos parte de nuestra experiencia en el Camino. En esta ruta queda reflejado el importante peso que tuvo la industria. Una plataforma ciudadana está desarrollando un proyecto que consiste en señalizar con placas las antiguas ubicaciones de las fábricas ya desaparecidas. Para poder así contribuir en la memoria histórica de la industrialización de la zona y que los peregrinos sepan por donde están pisando sus pies. A pesar del impacto medioambiental que supuso la llegada de la industria,.´-
Continuara.-
 
¿CUÁLES SON LAS URBES QUE MÁS SORPRENDEN POR SUS INSTALACIONES, INVENCIONES Y TECNOLOGÍA EN GENERAL?


Aquí os dejamos el ranking de las 10 ciudades más tecnológicas hasta la fecha:

1. SEÚL (COREA DEL SUR)
La capital de Corea del Sur es la ciudad más grande del país; tiene 10 millones de habitantes y es una de las más grandes del mundo.

Es sede oficial de dos grandes empresas de tecnología: LG y Samsung.

Su influencia en los negocios, comercio internacional, política, tecnología, educación y entretenimiento ha contribuido a que sea una de las pocas Ciudades Globales.

Fue considerada además una “Ciudad Alfa Mundial” en la posición 9 de la lista de las Ciudades Globales del año 2008.

Es la única ciudad del mundo que tiene el DMB, una tecnología de TV móvil y WiBro, Internet móvil de alta velocidad. Por si fuera poco, Seúl tiene la red de fibra óptica más grande del mundo, desde 2012 cuentan con velocidades de hasta 1gb, ¡Impresionante!

2. SINGAPUR
Singapur desplazó a EU como país líder en el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, según el último informe anual sobre Tecnología Global de la Información del World Economic Forum.

Para el año 2015 en tanto, se trabaja el proyecto “Singapur IN2015”, el que convertirá a esta pequeña y próspera ciudad-Estado del Sureste Asiático en la primera “nación inteligente” de la Tierra.

Así, por ejemplo, si vamos a Singapur en ese año podremos pagar con nuestra tarjeta de crédito verificando la identidad sólo con presentar la palma de la mano. Esta y otras aplicaciones son parte del proyecto.

3. TOKIO (JAPÓN)
Una de las ciudades icono de la tecnología, donde los carteles de neón y los robots deslumbran a todo turista.

En ella se realizan diversos eventos, entre ellos el Salón del Automóvil, uno de los más esperados del año donde se dan a conocer las mayores innovaciones automotrices.

Akihabara es el mejor barrio de Tokio para comprar las últimas novedades en cámaras digitales, videojuegos, reproductores de música y demás gadgets tecnológicos.

Entre los museos de ciencia y tecnología más destacados hay dos en la isla artificial de Odaiba: el Museo de Ciencias Marítimas, y el Museo Nacional de Ciencia Emergente e Innovación.

Una ciudad deslumbrante, sin duda.



4. HONG KONG (CHINA)
Hong Kong es una región administrativa especial del sur de China formada por una península y varias islas.

Sus rascacielos te dan la bienvenida a una urbe con más de siete millones de habitantes.

Su importancia financiera (es uno de los 20 centros financieros más importantes del mundo), basada en su gran actividad comercial, también ha provocado que sea una de las urbes chinas con mayor porcentaje de población extranjera.

Constantemente solemos ver los avances científicos con sede en Hong Kong o los extravagantes inventos que ahí se suceden.

Destaca, por ejemplo, uno que tiene como objeto ayudar a los invidentes. Se trata de zapatos y gafas con sensores y voz para guiar a estas personas.

5. ESTOCOLMO (SUECIA)
Estocolmo es una ciudad moderna, cosmopolita y muy avanzada en el ámbito tecnológico.

Se sitúa sobre 14 islas, siendo el agua un elemento omnipresente. La ciudad cuenta con 57 puentes que permiten circular entre los diferentes barrios. Por eso es llamada también la Venecia del Norte.

Aquí están ubicadas algunas empresas de alta tecnología, como Ericsson, Electrolux o AstraZeneca, en el distrito de Kista, que es uno de los centros europeos más dinámicos en lo referente a las tecnologías de la información y de la comunicación.

Es por esto y más que cada año más de siete millones de personas visitan Estocolmo.

6. SAN FRANCISCO – SILICON VALLEY (EEUU)
Silicon Valley aloja muchas de las mayores corporaciones de tecnología del mundo y miles de pequeñas empresas en formación (start-ups). Originalmente la denominación se relacionaba con el gran número de innovadores y fabricantes de chips de silicio fabricados allí, pero definitivamente acabó haciendo referencia a todos los negocios de alta tecnología establecidos en la zona; en la actualidad es utilizado como un metónimo para el sector de alta tecnología de los Estados Unidos.

A pesar del desarrollo de otros centros económicos de alta tecnología en Estados Unidos y por el mundo, Silicon Valley continua siendo el centro líder para la innovación y desarrollo de alta tecnología. Se encuentran empresas como Google, Facebook, Apple, Yahoo entre otras…



7. TALLIN (ESTONIA)
El hecho de que Tallin se encuentre en el número 7 del ranking se debe a la fuerte apuesta por las nuevas tecnologías y el sector de la comunicación que desde comienzos del siglo XXI el gobierno ha fomentado.

Encontramos grandes instituciones como el reputado Instituto de Tecnologías de la Información de Tallin.

Sin duda, la gran labor del gobierno por fomentar la tecnología hace de Tallin una ciudad digna de este séptimo puesto global en el ranking de ciudades más tecnológicas.

8. NUEVA YORK (EEUU)
Nueva York es considerado el paraíso de la electrónica. Aquí se puede encontrar todos los “juguetitos electrónicos” que os podáis imaginar, y normalmente a precios bastante reducidos en comparación con otros países, y no es para menos ya que hablar de los Estados Unidos es hablar de avances tecnológicos y, claro, productos de electrónica que a veces es difícil conseguir en otros rincones del mundo o, al menos, hacerlo a buen precio. Aquí se encuentran importantes tiendas de electrónica de marcas como Best Buy, J&R o B&H.

Muchos amantes de la tecnología esperan ansiosos sus viajes a aquel país para dar rienda suelta a sus deseos de hacerse con lo último en materia de telefonía móvil, informática o fotografía. Pues si de Nueva York se trata, existen algunos sitios que vale la pena visitar… al menos para apreciar la cantidad de productos que existen en el mercado y quizás no tengamos en cuenta.

9. PEKÍN (CHINA)
Hablar de Pekín, la capital de China, es hablar de tecnología; y es que con 20 millones de habitantes y miles de empresas con sede allí es difícil no conseguir un puesto en este ranking.

Pekín alberga cientas de presentaciones anualmente de reconocidas marcas como Huawei o Xiaomi y están siempre al día en cuanto a avances tecnológicos se refiere.

En Pekín podemos encontrar casi la mitad de modelos más de teléfonos que en España y solo hay que ver como cada vez los modelos chinos van entrando con más fuerza en otros mercados no asiáticos del mundo.

10. NEW SONGDO (COREA DEL SUR)
En momentos en que las ciudades de todo el mundo recurren a la tecnología para hacerse “más inteligentes”, muchas están prestando especial atención a Songdo.

Construida con tecnologías inteligentes, que son en gran medida parte de su ADN, la ciudad se encuentra al lado de Seúl (que lidera el ranking). Esta ciudad experimental es denominada por algunos como una “ciudad en una caja”, debido a su dependencia de la tecnología.

Songdo ha sido diseñada con sensores para controlar la temperatura, el uso de energía y el tráfico.

¡El sistema de eliminación de residuos también es impresionante! Todos los residuos domésticos son aspirados directamente de las cocinas individuales a través de una vasta red de túneles.

Sin duda, la ciudad coreana de Songdo ¡tenía que estar en este ranking!

 
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