Iba pasar antes o después, pero iba a pasar. David Bustamante ha estallado y lo ha hecho sin medir y sin medida, pero con toda la razón del mundo. Después de haber sido la semana pasada el protagonista absoluto de Telecinco por su enfrentamiento con un paparazzi al que zarandeó y empujó tras presuntamente haberle éste intentado sacar de la carretera, el cantante no ha podido más y ha dejado un mensajito cargado de metralla contra la cadena de Paolo Vasile.
"Destrozáis vidas de forma tan despiadada, abusiva, desmedida e injusta...", ha escrito el artista en su cuenta de Instagram en una publicación acompañada por una de las campañas de '12 meses, 12 causas' de la que Mediaset se enorgulleces y vanagloria.
Señalando la campaña contra el acoso escolar, Bustamante les lanza una pregunta muy clara: "Estas campañas están muy bien, pero sería aún mejor que predicarais con el ejemplo, ¿no creéis?".
"Mientras os llenáis la boca y los bolsillos hay gente que sufre y llora... Ya sé que os da igual, pero os lo tenía que decir. #Mediaset", termina la publicación del artista.
Bustamante tiene toda la razón. Hay que predicar con el ejemplo. No se puede predicar con una cosa y por el otro lado hacer otra, y Mediaset es experta en esto.
Sucede con muchas lecciones que la cadena quiere dar y que después ella misma no cumple. Contra la violencia de género, pero a los platós y en sus propios programas van personajes denunciados por maltrato o dan voz a famosillas de medio pelo aseguran haber sido maltratadas y luego se demuestra que es falso. Contra el acoso escolar, pero habrá que ver cómo vive el acoso que sufren sus padres la hija de Paula y David. ¿Quién mira por esa niña, por los niños de todos los famosos que viven cada día con esa cruz a cuestas?
Es innegable que razón no le falta. Desde hace varios meses Bustamante y su confirmada ex, Paula Echeverría, se encuentran en el ojo del huracánde la prensa del corazón. Su crisis, la tensa comunión de su hija, los motivos de su separación, la confirmación de ésta, las vacaciones, los presuntos nuevos amores, a dónde van, de dónde vienen, qué hacen, con quién lo hacen, cómo lo hacen... No han tenido prácticamente ni un minuto de paz, pero, sobre todo, ni un atisbo de intimidad.
Sé que muchos pensaréis que se lo merecen porque son los primeros que usan a la prensa del 'cuore' cuando les interesa y les conviene, pero una cosa es un 'quid pro quo' entre unos y otros, y otra muy distinta es el acoso y derribo al que han estado sometidos sin compasión.
La semana pasada el polémico y cuestionado paparazzi Jordi Martín denunciaba al cantante por haberle supuestamente agredido en una estación de servicio después de perseguirle por la carretera. Las imágenes que la novia del paparazzi grabó desde el coche no generan duda. Efectivamente, Bustamante arremete e intimida al fotógrafo.
¿Pero qué le hizo que perdiera los papeles de esa manera? Según las explicaciones del cantante, Martín le estuvo persiguiendo por la autopista a gran velocidad e hizo una maniobra que casi le saca de la carretera. Además, según los colaboradores de los programas que se hicieron eco de lo sucedido, el paparazzi le provocó hasta que Bustamante, que ya traía la maleta cargada, estalló.
El cantante va a demandar al reportero gráfico por "amenazas y lesiones", mientras que el fotógrafo culpa de lo ocurrido a Bustamante, pero especialmente al personaje mediático que es. Es decir, que, según algunos -los algunos a los que las cadenas les compran las imágenes y llevan como colaboradores- si eres popular tienes que aguantar carros y carretas porque "él ya sabe a lo que se expone".
Y así viven muchos de los famosos de este país. El pasado domingo este tema se convertía en uno de los debates de 'Mad in Spain' donde Martín y los paparazzi que tienen sus mismas 'técnicas', llamémoslas así, no quedaron en muy buen lugar. Todos reconocieron que existe un acuerdo no verbal de utilización de los artistas de las cadenas de televisión, programas y revistas, y a la inversa. Todos los sabemos, todos están de acuerdo, todos son conscientes y todos juegan a ese juego.
Un juego que se convierte en muy peligroso cuanto más te expones, cuanto más interés generas y cuanto más dinero fabricas para ti mismo y para esas cadenas. Bustamante ahora está en ese lugar. Por desgracia, su divorcio y todo lo que conlleva ha explotado en plena época estival cuando los temas escasean en televisión. Si encima a esto le sumas el interés que su ex mujer genera en las Redes Sociales y en lo que no son y que él tampoco ayuda a normalizar la situación, pues ya tienes los ingredientes perfectos para fabricar una bomba con temporizador.
Bustamante no es como el típico famoso que vende posados -procura siempre dar a la prensa lo que quiere dar y ellos necesitan-, entrevistas sobre su vida personal ni expone su intimidad (es parcela a la que todos tenemos derecho), pero sí es el famoso que promociona discos, queconcede entrevistas sin importarle quién sea cuando saca un disco, que pierde los papeles con facilidad dándoles una carnaza innecesaria a las televisiones... Y eso al final tiene un coste. Un coste que no debería ser tan alto, pero cuyos intereses a corto plazo al final son impagables, y que todos saben que los tiene.
A Bustamante le hemos visto en casa de Bertín hablando de todo un poco, también de su vida personal; sentado frente a Risto, contando sus experiencias en el amor; en 'Hable con ellas' sometiéndose al tercer grado; en 'Qué tiempo tan feliz' para cantar y otras cosas... Telecinco es lo que es lo sabemos todos. Algunos los aceptamos, otros lo aborreces, pero la mayoría lo consumen. Es la cadena más vista, por favor, no seamos hipócritas ninguno.
No digo con esto, ni mucho menos, que Bustamante deba encerrarse en su casa y no conceder entrevistas ni nada de nada, pero si criticas a Mediaset por realizar campañas contra el bullying y después mercadear y presionar a famosos, ¿por qué cuando lo necesita él acude a los programas de las cadenas a las que ataca y que le hacen la vida imposible? Obviamente, Bustamante la proyección que da Telecinco, necesita a su audiencia, a sus seguidores, a la publicidad que le genera, y eso no es gratis. Tiene un precio y el precio es muy alto, demasiado.
Estoy convencida que Bustamante no sólo es totalmente consciente de esto sino también de los límites que tiene, de que la mecha se le enciende rápido, de que lo van a buscar, lo van a encontrar y de que lo van a usar, de que en cuanto puedan y la audiencia quiera estará en lo más alto de la picota y nada ni nadie lo podrá frenar. Porque una vez que entras en esa vorágine pararlo es muy difícil.
A Bustamante no le gusta ni soporta la persecución a la que le someten a él y a toda su familia por cazar aunque sea una pieza de caza menor de su vida privada (pocos la aguantarían). No lo soporta.
No le importa y nunca ha tenido problema en hablar de su vida profesional y de dar pequeños caramelos sobre algunas cosas de su intimidad, especialmente para sus fans, pero no quiere que eso vaya a más. Quiere poner sus límites y el problema es que los límites no los pone él.
¿Quién lo hace entonces? Pues lo hace él, lo hacen las cadenas y revistas y lo hacemos nosotros. Sí, nosotros, la audiencia. Si el divorcio de Paula y David no interesara ya os iba a decir yo dónde iba a estar Bustamante, en sus conciertos, y punto. Pero, la audiencia lo consume, se interesa, lo quiere, le atrae el morbo y al final Mediaset da lo que le piden, lo que a ellos les va a dar dinero, publicidad y audiencia. No hay más. Todos somos culpables, el famoso, las televisiones y nosotros.
Es como cuando los críticos con los 'realities' se preguntan por qué siguen emitiéndolos. Pues porque venden y son una caja registradora que no deja de abrirse para meter dinero.
Bustamante revienta a Mediaset: "Destrozáis vidas y os ... - El Mundo
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