Bueno, me voy a poner en el pellejo de Caroline y su prole el sábado noche.................puedo prometer y prometo que yo después de comer copiosamente y beber a mansalva durante toda la jornada a lo largo y ancho de los jardines y salones del palacio llegaría a las 20:30 horas al Sporting Club de Monte-Carlo dando tumbos, mareado perdido y con una cerveza traída de palacio fuertemente sujetada con mi mano.......¡y que nadie ose tocarla!.....ya le entraba yo bailando una de reggaeton por la puerta.............con las pupilas dilatadas, con las gafas puestas porque habré perdido las lentillas a eso de las 18:30 sumergido en la piscina palaciega, la camisa abierta mostrando pelo en pecho para ver si ligo con una anciana invitada que tenga a bien el pagar los 1000 euros de mi plato y la corbata anudada a la cabeza.........
