🟠 Bernardo Montoya declarado CULPABLE por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, en Huelva.

No he podido ver la rueda de prensa, lo que sé es por vuestros conentarios, pero desde la de Diana tengo claro que para no contarnos la verdad mejor que no digan nada. Es comprensible que haya cosas que no pueden publicitar, pero entonces las ruedas de prensa sobran
En su día os pregunté si no os parecía extraño ese monedero que faltaba; para mi sorpresa a nadie pareció sorprenderle. En un pueblo de ese tamaño sales a correr por el medio de la nada con un monedero ¿para qué?. Para comprar agua, se supone. O paras en algún bar donde solo hay hombres, sudada y con ropa deportiva, o en un pequeño supermercado. Lo primero, cualquier chica joven evita hacerlo. Lo segundo significa que sin duda alguna se acordarían de ella.
El problema de poner cebos para filtrar la información de testigos es que al final la gente se los cree y si ese día alguien hubiese visto a una chica en vaqueros habría supuesto que no era ella y no llamaría.
Toda la información que den en este tipo de casos siempre en cuarentena.
 
Osea que desde el viernes conocen sus antecedentes y no se le pone seguimiento total hasta el domingo y no se registra su casa hasta el martes... no le veo el sentido a esa secuencia
le ponen el ojo :cool:

luego más adelante explica, a modo de justificación de por qué no lo pillan antes y le registran la casa y etc etc, que hasta entonces, e incluso durante el finde previo al lunes en que hallan a laura, lo único que tenían sobre montoya eran indicios: sus antecedentes, su proximidad residencial con la víctima..; y que esos, como q no eran suficientes, vaya, como para ir más a saco con él..

en fin. d todos modos. montoya está detenido y a laura la malhiere de muerte el miércoles. quiero pensar que montoya no tenía escapatoria y que laura no tenía opciones ya de sobrevir; a pesar, q me incomoda el tema de la autopsia concluyendo q la niña sobrevivió tantas horas..

pero algo q tengo claro es q montoya no la dejaría con vida a laura, a su víctima; y menos teniendo el terreno llano como lo tenía; es decir, él sabe que va a morir (si es q no está ya muerta cuando la deja allí en el campo); y si lo sabe, es porque no había nada que hacer por ella y sospecho que incluso él a pesar de no ser sanitario experto lo debió saber. algo tuvo que indicarle, luego dela brutal hstia q le propinó en la frente, que akella niña no iba a pasar de akello. de eso sí que tengo menos dudas, por ej.
 
Hay un dato que no está saliendo y se ha dicho en la rueda de prensa...
que al principio la geolocalización del tfno de Laura la sitúan nueve kms al Noreste en Campofrío...
pero que dos días después se dan cuenta revisando nuevos flecos y matices de esa señal de que ese dato no es bueno...
La geolocalización del tfno de Laura es noroeste, en el mismo lugar donde ha desaparecido el cuerpo de la chica...

Yo no tengo ninguna duda de que este tío se mueve por impulsos y de que toda la acción transcurre entre las 5,3O de la tarde y las 9,18 que es cuando se destruye el teléfono...
entremedias todo lo demás...
Ni Bernardo tiene autocontrol para mantener una situación de largo recorrido y tiempo... Y nadie le dura a este tarado más de una hora si está en plan destroyer...
A ver qué dicen los informes definitivos de las compañías, que tardan como vimos en el caso Diana, y qué hacen los dos móviles ese tiempo, porque está claro que Bernardo declara que no la tiene tiempo en la casa para que no le caiga detención ilegal y la GC lo cree que no porque le conviene creerlo, pero la jueza le acusa de eso, creen cosas distintas, hay que esperar a las pruebas complementarias.
 
Pero vamos a ver. Si tenía que sentarse en el po ye te el gelipollas, sin cojín ni nada...va a tener para patatas el puto matao este?

El coche ya le iba por inercia. Ponía tercera, y con la cuesta y cuatro coces, pues se impulsaba hasta el trullo a visitar a su princesita.
 
El problema de poner cebos para filtrar la información de testigos es que al final la gente se los cree y si ese día alguien hubiese visto a una chica en vaqueros habría supuesto que no era ella y no llamaría.
Toda la información que den en este tipo de casos siempre en cuarentena.
Yo he dicho eso pero porque me parecía lo único lógico entre tanto despropósito, luego viendo la RP por segunda vez me he fijado en que dicen que echan en falta unas mallas y lo que aparece, según la prensa, son unos vaqueros.
En fin que lejos de aclarar nada han liado todo mucho más.
 
A ver qué dicen los informes definitivos de las compañías, que tardan como vimos en el caso Diana, y qué hacen los dos móviles ese tiempo, porque está claro que Bernardo declara que no la tiene tiempo en la casa para que no le caiga detención ilegal y la GC lo cree que no porque le conviene creerlo, pero la jueza le acusa de eso, creen cosas distintas, hay que esperar a las pruebas complementarias.



Detención ilegal pueden imputársela a partir de un tiempo mínimo, incluso a partir de una hora de detención...
otra cosa es que tras juicio se establezca que eso era una condición que iba implícita para cometer el delito y no se condene por detención ilegal sino por agresión sexual y asesinato...
Ese tío no tiene autocontrol para mantener una acción ni de largo recorrido, ni de tiempo...
la acción comenzó a las 5,3O y terminó a las 9,18 con la destrucción del teléfono...
¿si Bernardo a las 9,18 estaba con el teléfono en La Mimbrera, Laura Luelmo estaba en casa de Bernardo?
que no me diga nadie que la llevaba en el maletero pero no para dejarla en la Mimbrera y que luego volvió a casa y la sacó del maletero para volverla a meter en la casa... porque eso no me lo creo...
en la rueda de prensa se han complicado la vida totalmente...
 
Me parece de chiste, un chiste macabro claro.
Desaparece una joven profesora que vive en frente de UN ASESINO, que los vecinos le dicen a la G.C que el asesino estaba por ahí, que lo han visto salir escopetado con el coche, con el maletero abierto. Que los del supermercado le dicen que la chica ha estado ahí, que el novio les dice a la G.C que habia un tio en frente que la observaba.. Y aún tendrán coj*nes de colgarse una medallita.
Esa misma noche a la voz de alarma de no dar señales ya que su familia no podía contactar tenían que haberse presentado en casa del susodicho y pedir que les dejara pasar. No hay mas.
 
otra cosa que me ha llamado la atención es que han dado detalles escabrosos sobre lo que pasó!!! ningún respeto hacia la familia de la chica todo show mediático vale para el morbo!!!
 
Laura Luelmo, cronología de un crimen
Los investigadores de la Guardia Civil creen que el asesino confeso Bernardo Montoya raptó y violó a la joven la misma tarde que desapareció

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El coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, a la izquierda, y el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García Fustel, durante la rueda de prensa.

Los responsables de la Guardia Civil que han investigado la muerte violenta de la profesora zamorana, Laura Luelmo, en El Campillo (Huelva) han querido aclarar los pormenores de sus pesquisas para poner fin a las especulaciones y rumores en torno a uno de los crímenes machistas más horrendos que se recuerdan. Luelmo, de 26 años, murió a manos de su asesino confeso, el exrecluso Bernardo Montoya, de 50 años, la misma tarde que su agresor la metió forzosamente —maniató y amordazó— en su vivienda, le propinó golpes mortales contra el suelo en la frente, la introdujo en el maletero de su coche envuelta en una manta, la violó y la arrojó en el campo, en el paraje conocido como Las Mimbreras, a cinco kilómetros del pueblo (donde fue encontrada cinco días más tarde). Posteriormente se deshizo de sus enseres (llaves, monedero, teléfono móvil...), y limpió toda su casa y sus ropas con lejía tratando de eliminar huellas y pruebas que pudieran incriminarle.

Esta es la cronología de un crimen que ha conmocionado a un país y que ha puesto de relieve algunos agujeros del sistema en el control y la reinserción de determinado tipo de delincuentes.

Miércoles 12 de diciembre, el día de la desaparición.
16.20: Es la hora en la que Laura Luelmo envía su último mensaje por WhatsApp a su novio: "No sé si saldré a caminar, hace viento". Ese último e inofensivo mensaje marcó una investigación que durante los primeros días trabajó con la hipótesis de que se tratase de una "desaparición accidental", según explicaron este miércoles los responsables de la Guardia Civil. Laura Luelmo no salió a correr, "por prescripción médica", según contaron, pero no se descartaba que hubiese salido a caminar y que se hubiese extraviado o caído accidentalmente.

17.22. Es la hora que marca el tique del supermercado de El Campillo, en el que Luelmo compró media docena de huevos, dos botellas de agua y una bolsa de patatas.

18.10: Un vecino ve abierto el maletero del coche de Bernardo Montoya en la puerta de su casa. El Alfa Romeo negro se convirtió en una de las pistas a seguir desde que Montoya se convirtió en principal sospechoso.

Entre las 17.22 y las 18.10 es el tiempo en el que los investigadores creen que se produce el crimen. "Él la espera en el poyete de su casa mientras manipula un brasero; la sorprende a la vuelta del supermercado, la fuerza a entrar en su casa, la maniata, la amordaza para que no chille y la tira contra el suelo. En el registro posterior de la casa los investigadores encuentran la compra (media docena de huevos y dos botellas de agua, faltaba una bolsa de patatas que su agresor se comió). Él —siempre según su relato— se acuerda de que se ha dejado el brasero en la puerta y corre a meterlo en la casa, momento que supuestamente la joven aprovecha para levantarse del suelo y darle una patada en un costado. Él se cabrea y es entonces cuando arremete contra ella y le golpea la frente contra el suelo. Unos golpes que resultaron mortales. Es posible que se asustara y la sacara de allí precipitadamente para violarla después en el campo, donde se encontraron sus pantalones y sus bragas, cerca del cadáver. En todo caso, ella no fue consciente de nada". La autopsia, "aún no finalizada", corroborará o no está hipótesis.

Jueves 13 de diciembre, el día de la denuncia.
8.30. Laura no se presenta en el instituto Vázquez Díaz, donde había conseguido su primer empleo como docente y apenas llevaba una semana de profesora de Dibujo. Una profesora del centro es quien le había alquilado la casa de El Campillo y es quien también alerta a la Guardia Civil de Huelva pasadas unas horas. Casi al mismo tiempo, a media mañana, el padre de la joven interpone una denuncia por la desaparición de su hija en la comisaría de Policía Nacional de Zamora.

Esa misma tarde. La profesora del centro que le había alquilado la casa a Laura Luelmo insiste en que manden una patrulla para ver si ella está dentro. Acuden a la vivienda y entran con la llave de la casera "sin percibir nada extraño dentro", asegura el coronel, que en ese momento todavía no había sido informado de la desaparición de la joven.

Media mañana. A la salida del registro de la casa de Luelmo, los agentes de la Unidad de Policía Judicial se encuentran con el vecino del enfrente, Bernardo Montoya, que sale de su casa, justo enfrente de la de la "desaparecida". Le preguntan por ella y él contesta: "No sabía ni que viviese alguien en esa casa". Laura solo llevaba tres días allí asentada. Los agentes observan, no obstante, que porta "una serie de objetos": una canasta y una manta, explicitarán después, aunque no es la manta que usó el asesino para deshacerse de Laura. Lo identifican y mandan sus datos a la central. Enseguida el sistema salta y muestra el rosario de antecedentes de Bernardo Montoya, con media vida en la cárcel (22 de sus 50 años), y que había salido —tras cumplir dos años y nueve meses por un robo con violencia— el pasado 22 de octubre de la cárcel de Huelva. Montoya pasa a ser "el sospechoso con mayúsculas", según el coronel Romero. Se precinta la casa de Laura Luelmo.

Noche. Una patrulla de la Guardia Civil permanece en el lugar supuestamente para controlar su vivienda. Sin embargo, "el objetivo es detectar cualquier movimiento del vecino de enfrente". Un vecino ve a Montoya que se acerca ocultándose hacia su casa: "Pegado a la pared, se asoma dos veces hasta la esquina de la calle, y se va rápido al ver que hay una patrulla de la Guardia Civil en la puerta. No vuelve más". Esa actitud huidiza le pone aún más en el foco de los investigadores, que siguen recabando datos.

Viernes 14 de diciembre, comienza la vigilancia
8.00. El coronel Ezequiel Romero, jefe de la comandancia de Huelva, es informado de los hechos y asegura que "desde el principio se percibe que es un poco raro", sobre todo porque la familia asegura que "es una chica más bien miedosa, que no tiende a alejarse de lugares donde no haya gente". Afrontan el caso desde "la búsqueda y desde la investigación", asegura.

8.30. El padre de Laura y su pareja se encuentran ya en El Campillo. Vuelven a entrar en la casa de Laura y detectan que faltan "unas zapatillas de deporte y unas mallas", algo que incide sobre la hipótesis de que haya salido a caminar y haya podido tener algún tipo de accidente, recuerdan.

Investigación. Después se sabrá que Bernardo Montoya estuvo esa mañana en el Centro de Salud de Cortegana aquejado de un dolor en las costillas, supuestamente de la patada que le había dado Laura Luelmo para defenderse. Y que acudió a un vis a vis con una interna de la cárcel de Huelva con la que supuestamente mantenía una relación sentimental.

Tarde. Comienza a realizarse y a organizarse la búsqueda.

Sábado 15 de diciembre, primera batida
Mañana. Tienen la geolocalización del teléfono móvil de Laura que ubica su última señal, de las 21.00 del miércoles, en los alrededores de El Campillo. Desde primera hora se organizan profesionales y voluntarios para barrer cinco kilómetros a la redonda de El Campillo, buscando a la joven zamorana. Se incorpora el helicóptero, los perros, y los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) para buscar en las muchas pozas de la zona.

La Investigación sigue su curso. "No tenemos nada más que los antecedentes del sospechoso, no tenemos nada que nos diga que es él. Mantenemos abiertas todas las posibilidades"; insiste el coronel Romero. "Pero además de estar pendientes de si regresa a su casa ya sabemos que tiene familia en Cortegana (Badajoz) y alertamos a las unidades de allí por si le vieran a él o a su Alfa Romero negro", apunta el coronel Romero.

Tarde. Localizan el coche en las proximidades de la casa de su padre, en Cortegana. Por la tarde, Bernardo Montoya sale con su vehículo en dirección a Sevilla, así lo registran las cámaras de Cortegana. Se dirige a la casa de otros familiares en Palos de la Frontera. Ese mismo día piden refuerzos y especialistas en seguimientos que llegan desde Madrid.

Domingo 16 de diciembre, segunda batida
8.00 Centro de operaciones en El Campillo. Comienza una segunda batida ampliada a 10 kilómetros a la redonda del pueblo. Acuden más voluntarios y se incorporan más unidades policiales y más medios, incluidos forestales, grupos de cazadores conocedores de la zona y drones. Cada grupo que sale es coordinado por un especialista del Instituto Armado para sistematizar la búsqueda por sectores con mapas. "Concretamente, se batió la zona noroeste, donde apareció al día siguiente el cuerpo de Laura. "Se pasó por allí porque se consideraba una zona probable, pero pudo pasar desapercibida a las personas que peinaban esa parte del terreno. Yo estuve allí. Y hasta que no estaba a metro y medio no se veía. Es una zona de jaras, y estaban aplastadas con el peso de su cuerpo. Es relativamente normal que no la vieran", justificó el coronel Romero.

Lunes 17 de diciembre, encuentran el cuerpo
La tercera batida, sin escatimar en medios de ninguna clase, vuelve a insistir en los mismos 10 kilómetros a la redonda de El Campillo. "Queremos estar seguros de que no dejamos nada son mirar", dice el Coronel.

12.30. Un voluntario de la Cruz Roja encuentra unas ropas y da el aviso. El cuerpo, semidesnudo, presenta signos de violencia a simple vista: "Se ve claramente que han efectuado claras agresiones sobre ella", dice el coronel Romero. Avisan a los especialistas de los Equipos de Inspección Ocular (ECIO) que llegan desde Madrid para analizar el cadáver y todas las muestras posibles que puedan ser encontradas en el lugar.

18.30. La juez del juzgado de Instrucción número 1 de Valverde del Camino ordena el levantamiento del cadáver que es trasladado al Instituto Anatómico Forense de Huelva, donde ha permanecido hasta hoy.

Investigación. Bernardo permanece oculto. No ha salido a la calle. Y ya han pedido el mandamiento judicial correspondiente para entrar en su casa.

Martes 18 de diciembre, la detención
8.30. Desde primera hora de la mañana los movimientos se han centrado en la casa de Bernardo Montoya. Intentan entrar, pero finalmente tienen que romper un cristal y una puerta para acceder a una destartalada vivienda cerrada a cal y canto. Los investigadores y la secretaria judicial salen de allí, tras horas de registro, convencidos de que ese es el lugar del crimen.

12.00. Detienen a Bernardo Montoya, que se mueve con su coche (ya previamente balizado por los investigadores). Pasa por Huelva, da una vuelta por el hospital Juan Ramón Jiménez —dice que para ir al baño, pero que no paró al ver un coche de la Policía Nacional—. Se dirige de nuevo hacia El Campillo, pero se mete por un camino, y se adentra en una zona forestal. Al sentirse perseguido trata de huir a pie campo a través, pero es finalmente arrestado.

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Montoya, el pasado día 19 a la salida de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva. A. PÉREZ - EUROPA PRESS EUROPA PRESS

Miércoles 19 de diciembre, la confesión
6.00. Tras horas de interrogatorio, Bernardo Montoya confiesa que es el asesino de Laura Luelmo en un relato inverosímil de los hechos a la luz de las pruebas ya recopiladas por los investigadores. Su manifestación, en presencia de su abogado, está llena de falsedades con las que trata de evitar ser acusado de agresión sexual y eludir así una posible condena a prisión permanente revisable.

11.45. Se conocen los resultados preliminares de la autopsia que revelan que Laura Luelmo fue agredida sexualmente y que murió en algún momento entre el 14 y el 15 de diciembre, dos días después de desaparecer. Bernardo Montoya ha mentido en su confesión. Los investigadores creen, no obstante, que Laura Luelmo "murió el mismo día que desapareció" y que esos son solo unos resultados forenses "previos" a la finalización de todos los análisis, que "aún continúan". En todo caso, insisten en que la víctima "no pudo ser consciente de nada".

13.00. El ya asesino confeso es trasladado hasta su propia casa, la escena del crimen para que aporte datos en relación con los objetos de la chica que faltan y los Equipos de Inspección Ocular entran con toda la artillería para encontrar cualquier huella o resto que arroje luz en el brutal asesinato. Hay "abundantes restos de sangre", sobre todo en una de las dos habitaciones, en la que golpeó a la chica contra el suelo. Está todo fregado con lejía y los muebles corridos para tapar manchas de sangre como la del suelo. El detenido asume los hechos y señala los lugares en los que arrojó tanto la manta en la que envolvió a la joven, en el margen de la carretera por donde la llevó hasta el paraje conocido como Las Mimbreras, como sus enseres y la batería del móvil, en una contenedor de basura próximo al cementerio. El terminar del teléfono no ha sido encontrado, el asesino confeso asegura que "lo rompió".

Jueves 20 de diciembre, la inspección del coche
8.30 Desde primera hora los equipos de Inspección Ocular trabajan incesantemente en la recopilación de pruebas e indicios, tanto en la casa del asesino como en su coche. En ambos aparecen restos orgánicos. El detenido permanece en dependencias policiales hasta pasar a disposición judicial. Al día siguiente la juez lo manda a la prisión de Huelva, donde permanece en una celda de aislamiento.

https://elpais.com/sociedad/2018/12/26/actualidad/1545820102_840732.html
 
Buenas tardes a tod@s.
He leído el hilo desde el principio pero no quería intervenir hasta que no hubiese declaraciones oficiales de la Guardia Civil.
No es nuevo que la prensa y las cadenas de televisión lanzan datos al tuntún. Se recogen declaraciones de personas y se les da la validez de un testimonio. Se dice citar a "fuentes de la investigación" cuando el meollo del asunto no es más que un baile de especulaciones.
Por otra parte no se puede esperar a que los responsables de las investigaciones (ya sea en los despachos o a pie de calle) nos ilustren paso a paso de los resultados que van obteniendo, máxime cuando ya se sospecha de la identidad de quien ha cometido un delito. Es más, es acertado jugar al despiste con él.
También es preciso tener en cuenta que algunas actuaciones deben ser autorizadas judicialmente.

Tras ver la rueda de prensa de esta mañana la conclusión que extraigo es la humildad con la que el coronel ha expuesto los hechos. Lejos de colgarse medallas ha citado a todas quienes participaron en la búsqueda de Laura. Explicó el operativo de vigilancia, el operativo de búsqueda, ha evitado alimentar el morbo que podía herir a los familiares de Laura y ha evitado también cargar las tintas contra los familiares de BM (que ya es jodido el ambiente que se respira en Cortegana -doy fé-).


Descansa en paz, Laura.
 
Qué fuerte. Le pregunta una periodista a uno de los GC si Laura salió viva o muerta de la casa y le contestan que no van a entrar en "escenas escabrosas" para no perjudicar a la familia. Esa pregunta no tiene nada de escabrosa. Es la clave para saber si esa chica se pasó días agonizando en el campo o ya estaba muerta y no sufría. Me parece mucho más escabroso el dato que han contado ellos mismos de que Laura no había sufrido en el campo porque si así hubiera sido, la habrían encontrado con las piernas encogidas. Y más escabroso aún el tema que han sacado ellos mismos de las patatas fritas.
 
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