CAPÍTULO 5 (fragmento)
Benidorm, verano del 95
Mis padres, desde que éramos pequeños, alquilaban como podían un apartamento a medias con unos amigos.
Recuerdo que se llamaban apartamentos Colón. Allí nos metíamos nosotros cinco con la familia de la Mari, con todos sus hijos también. En total, éramos diez personas, con los niños o no tan niños,durmiendo en colchonetas.
En aquellas vacaciones era como si la familia se ampliara. Cómo sería el
buen rollo que había que a estos amigos de mis padres les tengo adoración.
Recuerdo cómo lloraba Pedro el día que mi padre murió… Ella, la Mari, tiene ya
ochenta años y es muy buena. Estábamos juntos muchas veces, porque también se venían con nosotros al río y a la piscina.
Entonces ponían entre todos un fondo de dinero y de ahí iban tirando para
comprar la comida y la bebida. Qué buenos ratos hemos pasado las dos
familias…
Pero el numerito de verdad venía cuando nos íbamos a la playa, allí en Benidorm, a echar el día entero con las mesas plegables y las tumbonas, que las teníamos amontonadas en la terraza —porque, si lo pienso bien, hasta hace no muchos años, yo no había alquilado una hamaca ni pagado cinco euros por
tumbarme en la playa—. Y luego a todo eso había que sumarle la comida metida en la olla exprés, que mi madre se la llevaba hasta a Benidorm, ¡que es que es muy fuerte!
_____________________________________________________________-
"Yo, aparte de mi familia, tengo otra familia en Córdoba que han sido como mis padres. Han estado en mis mejores y peores momentos siempre. Quiero mandar un beso a mi familia de Córdoba -a Mar, Sonia y a Fran-, porque 'el Pirel', que era como un segundo padre para mí, falleció ese día", desveló.
10/07/2018
Ya había hecho la revista LECTURAS
O sea que no se donde está lo que había adelgazado para la revista.
Benidorm, verano del 95
Mis padres, desde que éramos pequeños, alquilaban como podían un apartamento a medias con unos amigos.
Recuerdo que se llamaban apartamentos Colón. Allí nos metíamos nosotros cinco con la familia de la Mari, con todos sus hijos también. En total, éramos diez personas, con los niños o no tan niños,durmiendo en colchonetas.
En aquellas vacaciones era como si la familia se ampliara. Cómo sería el
buen rollo que había que a estos amigos de mis padres les tengo adoración.
Recuerdo cómo lloraba Pedro el día que mi padre murió… Ella, la Mari, tiene ya
ochenta años y es muy buena. Estábamos juntos muchas veces, porque también se venían con nosotros al río y a la piscina.
Entonces ponían entre todos un fondo de dinero y de ahí iban tirando para
comprar la comida y la bebida. Qué buenos ratos hemos pasado las dos
familias…
Pero el numerito de verdad venía cuando nos íbamos a la playa, allí en Benidorm, a echar el día entero con las mesas plegables y las tumbonas, que las teníamos amontonadas en la terraza —porque, si lo pienso bien, hasta hace no muchos años, yo no había alquilado una hamaca ni pagado cinco euros por
tumbarme en la playa—. Y luego a todo eso había que sumarle la comida metida en la olla exprés, que mi madre se la llevaba hasta a Benidorm, ¡que es que es muy fuerte!
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"Yo, aparte de mi familia, tengo otra familia en Córdoba que han sido como mis padres. Han estado en mis mejores y peores momentos siempre. Quiero mandar un beso a mi familia de Córdoba -a Mar, Sonia y a Fran-, porque 'el Pirel', que era como un segundo padre para mí, falleció ese día", desveló.
10/07/2018
Ya había hecho la revista LECTURAS
O sea que no se donde está lo que había adelgazado para la revista.