JAIME PEÑAFIEL
07/09/2019
CHSSS...
LAS MEMORIAS DESMEMORIADAS DE CAYETANO
LA MODELO ESPAÑOLA
DIFERENTE DESPLIEGUE DE EFECTIVOS
Descubra Orbyt
Cierto es que su existencia ha sido distinta de la de los demás, aunque solo sea por su condición de hijo de la duquesa de Alba de la que también se aprovechó.
Con los hijos de Cayetana me he llevado bastante bien. Con Carlos, respeto por ser el jefe de la Casa. De Jacobo admiro su condición intelectual; simpatía por Alfonso; por Fernando especial debilidad. Y con Eugenia no he tenido trato alguno salvo un tenso encuentro en la sala Vip de la estación de Atocha por haber defendido a Jesús Aguirre. He dejado en último lugar a Cayetano por sus enfrentamientos personales a causa de mi actitud ante el tema de la boda de su madre con Alfonso Díez. Cierto es que Carlos también me lo reprochó, pero de forma más educada.
Eres tan desmemoriado, querido, que cuando escribes que “con la pequeña herencia de mi padre pude comprar algunos ejemplares”, te olvidas que tu madre, a quien tanto criticas, vendió la joya más valiosa de su joyero, la tiara conocida como La rusa (“era muy querida por mí”, me confesaría en una de nuestras confidencias), heredada de su abuela materna, para comprarte el caballo Gigoló, con el que te presentaste en el concurso hípico de Caen (Francia), en mayo de 1996.
También olvidas, en tan desmemoriadas memorias, lo más importante, que tu madre abandonó la comodidad y el lujo del Palacio de Liria y de todos sus palacios, para trasladarse a Holanda y ayudarte a salir de la droga que te estaba arruinando, viviendo contigo en un pequeño apartamento, en la soledad más absoluta, cocinando y fregando los platos con cristasol. Lo contó mi querida compañera Rosa Villacastín en el primer programa Lazos de sangre, en junio de 2018, dedicado a la familia de la duquesa de Alba.
Me sorprende que en tu libro de La Esfera ocultes los nombres de “la señora mayor, esposa de un comerciante de diamantes, que mantenía otra relación paralela con un señor del Club de Campo, con la que me estuve acostando durante un año y medio mientras me pagada 20.000 pesetas”. ¡Un putón! También el de “la modelo española que me acercó un poquito más al lado oscuro (...)Era una mujer maquiavélica, fría, de doble personalidad” y no das su nombre. ¿Será la misma que, según tu madre, “fue la mayor locura de mi hijo y uno de los episodios más desagradables que han sucedido en esta casa. Fue espantoso. Una espiral que nos agarró a todos”? Aunque la duquesa de Alba decía “es absurdo que en unas memorias no se den nombres”, ella lo daba. Yo, personalmente, no lo voy a hacer. Han pasado ya muchos años y aquella modelo, si es la misma a la que te refieres con nombre y apellido, es hoy una madre de familia recibida incluso por el Papa y que intenta reconducir su vida.
De todas formas, querido, dejemos que el pasado sea pasado porque los recuerdos, en forma de memorias, son vientos que inventan nubarrones, tormentas y tempestades familiares. Has abierto la caja de los truenos y corres el riesgo de que alguna de aquellas amantes a las que te refieres en tu libro se anime a poner negro sobre blanco sus experiencias contigo. O lo haga algunos de tus hermanos, defendiéndose o defendiendo la Casa que tan mal parada has dejado.
Era difícil de creer lo que se estaba viendo por la tele: un Rey, al volante de su coche y su consorte de copiloto, llegando a la Quirón para visitar a Don Juan Carlos. Sin nadie más. Minutos después, una caravana de coches se detenía ante la clínica. Del primer y más ostentoso vehículo no descendía nadie hasta que dos escoltas, vestidos de negro, se acercaban a las puertas traseras. El hombre abría la de la derecha y del coche descendía el señor presidente en funciones. En el mismo momento y perfectamente sincronizados, una escolta femenina, of course, abría la de la izquierda para que descendiera Begoña, que va de reina consorte bis. Lo mas curioso es que no se movió de su asiento hasta que la escolta personal no le abrió la portezuela, descendiendo del coche sin mirarla. Y, rodeados de diez escoltas y fotógrafo personal, entraron. ¡Pero qué se habían creído ese chuleta de barrio reconvertido en presidente en funciones y Begoña, su mujer. ¡Qué vergüenza dais!
Es de esperar que ahora que ha fichado por otro programa de la tele saque a su madre de mujer de la limpieza en un colegio y a su padre deje de utilizarle de “chico de los recados”. ¡Qué miserable eres tía! (...) Dicen que el MeToo ha entrado en algunos gallineros de veganas feministas sacando a los gallos para que no se follen a las gallinas. ¡Demencial! (...) ¡Qué coincidencia en la portada del ¡Hola! de esta mi semana. Ella a toda página; él en una ventanilla. (...) Estimado amigo: dejemos que la niña siga siendo una niña, como decía su real abuelo, y no escribamos tonterías y además cúrsiles. (...) Lleva razón Rosa Belmonte cuando escribe que “el tertuliano ha sustituido a los políticos”. (...) Cada vez que oigo el anuncio de la residencia de ancianos me pregunto: ¿qué fue de aquellas empleadas que los maltrataban en ese centro privado? (...) Después de tantos romances como siete “con novios de mucho mérito e índole diversa”, según el compañero Ángel Antonio Herrera, parece que ahora va en serio y está preparando su boda con un ilustre urólogo. (...) ¡Qué cruel eres, compañero, calificando a mi paisana como “una Caballé de verbena”!
07/09/2019
LUIS ENRIQUE
GRETA THUNBERG
PEDRO ALMODÓVAR
JOSÉ MARÍN
Descubra Orbyt
16 años, la niña famosa por sus protestas sobre el cambio climático se ha descubierto que actúa manejada por un entramado de multinacionales que buscan réditos en empresas energéticas. Su padre es su manager que la acompaña y dirige en sus giras mundiales haciendo caja.
Ha recibido, “emocionado hasta las lágrimas”, el León de Oro en el Festival de Venecia en reconocimiento a toda su carrera de genial realizador español, el más grandes después de Buñuel, según el director de la Mostra. Lo consigue 31 años después de Mujeres al borde de un ataque de nervios.
Responsable de Magrudis, la empresa causante del brote de listeriosis, que se ha cobrado ya tres muertes y centenares de casos por la irresponsabilidad de vender embutidos varios sin permiso municipal no solo durante cinco años, sino incluso después de la alerta. ¡Qué irresponsabilidad criminal!
07/09/2019
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Cierto es que su existencia ha sido distinta de la de los demás, aunque solo sea por su condición de hijo de la duquesa de Alba de la que también se aprovechó.
Con los hijos de Cayetana me he llevado bastante bien. Con Carlos, respeto por ser el jefe de la Casa. De Jacobo admiro su condición intelectual; simpatía por Alfonso; por Fernando especial debilidad. Y con Eugenia no he tenido trato alguno salvo un tenso encuentro en la sala Vip de la estación de Atocha por haber defendido a Jesús Aguirre. He dejado en último lugar a Cayetano por sus enfrentamientos personales a causa de mi actitud ante el tema de la boda de su madre con Alfonso Díez. Cierto es que Carlos también me lo reprochó, pero de forma más educada.
Eres tan desmemoriado, querido, que cuando escribes que “con la pequeña herencia de mi padre pude comprar algunos ejemplares”, te olvidas que tu madre, a quien tanto criticas, vendió la joya más valiosa de su joyero, la tiara conocida como La rusa (“era muy querida por mí”, me confesaría en una de nuestras confidencias), heredada de su abuela materna, para comprarte el caballo Gigoló, con el que te presentaste en el concurso hípico de Caen (Francia), en mayo de 1996.
También olvidas, en tan desmemoriadas memorias, lo más importante, que tu madre abandonó la comodidad y el lujo del Palacio de Liria y de todos sus palacios, para trasladarse a Holanda y ayudarte a salir de la droga que te estaba arruinando, viviendo contigo en un pequeño apartamento, en la soledad más absoluta, cocinando y fregando los platos con cristasol. Lo contó mi querida compañera Rosa Villacastín en el primer programa Lazos de sangre, en junio de 2018, dedicado a la familia de la duquesa de Alba.
Me sorprende que en tu libro de La Esfera ocultes los nombres de “la señora mayor, esposa de un comerciante de diamantes, que mantenía otra relación paralela con un señor del Club de Campo, con la que me estuve acostando durante un año y medio mientras me pagada 20.000 pesetas”. ¡Un putón! También el de “la modelo española que me acercó un poquito más al lado oscuro (...)Era una mujer maquiavélica, fría, de doble personalidad” y no das su nombre. ¿Será la misma que, según tu madre, “fue la mayor locura de mi hijo y uno de los episodios más desagradables que han sucedido en esta casa. Fue espantoso. Una espiral que nos agarró a todos”? Aunque la duquesa de Alba decía “es absurdo que en unas memorias no se den nombres”, ella lo daba. Yo, personalmente, no lo voy a hacer. Han pasado ya muchos años y aquella modelo, si es la misma a la que te refieres con nombre y apellido, es hoy una madre de familia recibida incluso por el Papa y que intenta reconducir su vida.
De todas formas, querido, dejemos que el pasado sea pasado porque los recuerdos, en forma de memorias, son vientos que inventan nubarrones, tormentas y tempestades familiares. Has abierto la caja de los truenos y corres el riesgo de que alguna de aquellas amantes a las que te refieres en tu libro se anime a poner negro sobre blanco sus experiencias contigo. O lo haga algunos de tus hermanos, defendiéndose o defendiendo la Casa que tan mal parada has dejado.
Era difícil de creer lo que se estaba viendo por la tele: un Rey, al volante de su coche y su consorte de copiloto, llegando a la Quirón para visitar a Don Juan Carlos. Sin nadie más. Minutos después, una caravana de coches se detenía ante la clínica. Del primer y más ostentoso vehículo no descendía nadie hasta que dos escoltas, vestidos de negro, se acercaban a las puertas traseras. El hombre abría la de la derecha y del coche descendía el señor presidente en funciones. En el mismo momento y perfectamente sincronizados, una escolta femenina, of course, abría la de la izquierda para que descendiera Begoña, que va de reina consorte bis. Lo mas curioso es que no se movió de su asiento hasta que la escolta personal no le abrió la portezuela, descendiendo del coche sin mirarla. Y, rodeados de diez escoltas y fotógrafo personal, entraron. ¡Pero qué se habían creído ese chuleta de barrio reconvertido en presidente en funciones y Begoña, su mujer. ¡Qué vergüenza dais!
Es de esperar que ahora que ha fichado por otro programa de la tele saque a su madre de mujer de la limpieza en un colegio y a su padre deje de utilizarle de “chico de los recados”. ¡Qué miserable eres tía! (...) Dicen que el MeToo ha entrado en algunos gallineros de veganas feministas sacando a los gallos para que no se follen a las gallinas. ¡Demencial! (...) ¡Qué coincidencia en la portada del ¡Hola! de esta mi semana. Ella a toda página; él en una ventanilla. (...) Estimado amigo: dejemos que la niña siga siendo una niña, como decía su real abuelo, y no escribamos tonterías y además cúrsiles. (...) Lleva razón Rosa Belmonte cuando escribe que “el tertuliano ha sustituido a los políticos”. (...) Cada vez que oigo el anuncio de la residencia de ancianos me pregunto: ¿qué fue de aquellas empleadas que los maltrataban en ese centro privado? (...) Después de tantos romances como siete “con novios de mucho mérito e índole diversa”, según el compañero Ángel Antonio Herrera, parece que ahora va en serio y está preparando su boda con un ilustre urólogo. (...) ¡Qué cruel eres, compañero, calificando a mi paisana como “una Caballé de verbena”!
07/09/2019
LUIS ENRIQUE
GRETA THUNBERG
PEDRO ALMODÓVAR
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16 años, la niña famosa por sus protestas sobre el cambio climático se ha descubierto que actúa manejada por un entramado de multinacionales que buscan réditos en empresas energéticas. Su padre es su manager que la acompaña y dirige en sus giras mundiales haciendo caja.
Ha recibido, “emocionado hasta las lágrimas”, el León de Oro en el Festival de Venecia en reconocimiento a toda su carrera de genial realizador español, el más grandes después de Buñuel, según el director de la Mostra. Lo consigue 31 años después de Mujeres al borde de un ataque de nervios.
Responsable de Magrudis, la empresa causante del brote de listeriosis, que se ha cobrado ya tres muertes y centenares de casos por la irresponsabilidad de vender embutidos varios sin permiso municipal no solo durante cinco años, sino incluso después de la alerta. ¡Qué irresponsabilidad criminal!