El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
03/03/2018
CHSSS...
LETIZIA DE AYER Y HOY
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Ante este panorama mediático, no entiendo que, siendo una persona tan seria, permita a su esposa la frivolidad de someterse continuamente a visibles retoques faciales que la están transformando físicamente. Nada que ver la mujer de hoy con la de ayer. Y si ya no es la misma, si ya no se parece ni a su sombra, la pregunta es obligada: ¿Por qué sigue tan enamorado, si es que lo está? “¿Cómo puede admirar tal cosa tan artificial, tan irreal, la más chiripitifláutica?”, (Carmen Rigalt dixit).
El especialista que esté transformando tan irresponsablemente el rostro de la consorte craso favor le está haciendo abusando de los tratamientos. Al parecer, Letizia se ha puesto todo un muestrario de rejuvenecimiento: toxina botulínica en el ceño y en la cola de las cejas, ácido hialurónico en mentón, pómulos y frente, y relleno en los labios. También se le han implantado hilos tensores. Tanto tratamiento llega a inmovilizar ciertos músculos de la cara. “Por eso, el gesto serio de Letizia poco expresivo con los ojos y la sonrisa”, como escribe la querida compañera de este suplemento Beatriz Miranda. De seguir así, va a tener que ponerse en manos de Joanna Vargas, la más famosa esteticista de Hollywood, que ofrece sesiones en su cama de luz para reducir las inflamaciones en el rostro y mejorar las infiltraciones de colágeno o ácido hialurónico. “Lo que empieza mal, mal acaba”, decía Eurípides. ¿Es necesario que le recordemos a Letizia (y también a Felipe) nombres y apellidos de damas españolas muy conocidas adictas a la cirugía estética? Y es que, querida Letizia, lo del Bótox es como el comer y el rascar: todo es empezar.
En la agenda secreta de Francisco Granados, ex secretario general del Partido Popular de Madrid, aparecen unas iniciales que podrían corresponder, según desvela la información de Chicote en ABC, a Javier López Madrid, por entonces consejero de la constructora OHL y yerno de su presidente, Juan Miguel Villar Mir, un buen tipo, por quien este periodista siente simpatía y admiración.
Javier mereció la atención mediática el 6 de marzo de 2016, cuando salió a la luz su presunta vinculación en el caso de las tarjetas black de Caja Madrid. Pero, sobre todo, el descarado e irresponsable apoyo que, en aquellas circunstancias, le prestaron sus grandes amigos Felipe, que lo es desde la época del colegio Los Rosales en el que compartieron pupitre, y Letizia. Sobre todo ésta, como quedó patente en el mensaje de texto reproducido por toda la prensa nacional: “Te escribí cuando salió el articulo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC. Ya sabes lo que pienso, Javier. Sabemos quién eres (?); sabes quiénes somos. Nos conocemos (?), nos queremos, nos respetamos. Lo demás merde. Un beso compi yogui. I miss you”.
Lo de compi yogui, el apelativo que Letizia utilizaba en sus mensajes, se debía a que compartía con Javier las clases de yoga en el chalé del matrimonio López Madrid–Silvia Villar Mir, una sufridora esposa, en la lujosa urbanización madrileña de Puerta de Hierro y que también frecuentaba Don Felipe. Por ella pasaron, en su día, la novia noruega, Eva Sannum, y la norteamericana Gigi Howard. Por supuesto, Isabel Sartorius, primer amor del Príncipe. En todos los casos Javier actuó como cómplice, dando cobijo a las novias de su amigo.
Lo de las tarjetas no fue el único charco en el que se metió el íntimo amigo de Felipe y Letizia. Después vino lo de las comisiones a Ignacio González, bautizado con el nombre de Operación Lezo. Fue detenido el 22 de abril de 2017 por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. Y, además, el turbio asunto de la dermatóloga Elisa Pinto, que todavía colea.
Lo de esta mi semana es muy grave. A nivel familiar. Según se deduce por la citada agenda intervenida por agentes de la UCO de la Guardia Civil, de los 400.000 euros que presuntamente Francisco Granados logró sacarle el 3 de febrero de 2014 a la empresa de Villar Mir para el PP, por medio de Javier López Madrid, CEO entonces de la empresa OHL, sólo le llegó al Partido la mitad. El político y el yerno de Villar Mir se quedaron, presuntamente, 100.000 euros cada uno. Un asunto muy doloroso para el suegro y vergonzoso para el yerno.
Me gustaría conocer la opinión de Felipe pero, sobre todo, de Letizia, que tanto se mojó defendiendo a Javier, qué piensa hoy de lo que dijo ayer. De lo que no queda la menor duda es que, a pesar de lo que le dijo aquel 6 de marzo de 2016 (“Javier, sabemos quién eres”), no tenía ni idea de cómo era su compi yogui.
No llevas razón, querido, cuando dices que no es lo mismo sobar que acosar porque se empieza sobando y se acaba follxxxx (...) La peluquería en Barcelona le ha salido a la cantante mucho más cara que la de Miami: nada menos que 20 millones de euros para empezar. ¡Te has pasado de lista y eso se paga, muchacha! (...) Vale que sea la única consorte que no ha sido designada reina por el sátrapa de su marido y que tampoco aparezca en el protocolo, pero de ahí a que no se le permita estar en la foto junto a los hijos y las hermanas en el lecho del dolor de su esposo es una gratuita humillación que no se merece (...) Nadie ha dicho nunca que una mujer, por disfrutar del s*x* o mas***barse, sea put*, querida Leticia (con “C” de Cote) (...) Cuestionar el honor del gran director español por haber aparecido su nombre en los papeles de Panamá, como ha pretendido el PP aunque rectificando, no es justo. ¿Lo habrían hecho si se tratara de la infanta Pilar que también figuraba? (...) Nuestra admirada amiga ”se acerca a los 70 desafiando las leyes de la gravedad, la física y el tiempo” (...) Muy fuerte el juicio del N.Y.T. sobre nuestra más famosa ‘socialite’: “una mujer de belleza y porte felino con una carrera proto-Kardashian”.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
03/03/2018
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Ante este panorama mediático, no entiendo que, siendo una persona tan seria, permita a su esposa la frivolidad de someterse continuamente a visibles retoques faciales que la están transformando físicamente. Nada que ver la mujer de hoy con la de ayer. Y si ya no es la misma, si ya no se parece ni a su sombra, la pregunta es obligada: ¿Por qué sigue tan enamorado, si es que lo está? “¿Cómo puede admirar tal cosa tan artificial, tan irreal, la más chiripitifláutica?”, (Carmen Rigalt dixit).
El especialista que esté transformando tan irresponsablemente el rostro de la consorte craso favor le está haciendo abusando de los tratamientos. Al parecer, Letizia se ha puesto todo un muestrario de rejuvenecimiento: toxina botulínica en el ceño y en la cola de las cejas, ácido hialurónico en mentón, pómulos y frente, y relleno en los labios. También se le han implantado hilos tensores. Tanto tratamiento llega a inmovilizar ciertos músculos de la cara. “Por eso, el gesto serio de Letizia poco expresivo con los ojos y la sonrisa”, como escribe la querida compañera de este suplemento Beatriz Miranda. De seguir así, va a tener que ponerse en manos de Joanna Vargas, la más famosa esteticista de Hollywood, que ofrece sesiones en su cama de luz para reducir las inflamaciones en el rostro y mejorar las infiltraciones de colágeno o ácido hialurónico. “Lo que empieza mal, mal acaba”, decía Eurípides. ¿Es necesario que le recordemos a Letizia (y también a Felipe) nombres y apellidos de damas españolas muy conocidas adictas a la cirugía estética? Y es que, querida Letizia, lo del Bótox es como el comer y el rascar: todo es empezar.
En la agenda secreta de Francisco Granados, ex secretario general del Partido Popular de Madrid, aparecen unas iniciales que podrían corresponder, según desvela la información de Chicote en ABC, a Javier López Madrid, por entonces consejero de la constructora OHL y yerno de su presidente, Juan Miguel Villar Mir, un buen tipo, por quien este periodista siente simpatía y admiración.
Javier mereció la atención mediática el 6 de marzo de 2016, cuando salió a la luz su presunta vinculación en el caso de las tarjetas black de Caja Madrid. Pero, sobre todo, el descarado e irresponsable apoyo que, en aquellas circunstancias, le prestaron sus grandes amigos Felipe, que lo es desde la época del colegio Los Rosales en el que compartieron pupitre, y Letizia. Sobre todo ésta, como quedó patente en el mensaje de texto reproducido por toda la prensa nacional: “Te escribí cuando salió el articulo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC. Ya sabes lo que pienso, Javier. Sabemos quién eres (?); sabes quiénes somos. Nos conocemos (?), nos queremos, nos respetamos. Lo demás merde. Un beso compi yogui. I miss you”.
Lo de compi yogui, el apelativo que Letizia utilizaba en sus mensajes, se debía a que compartía con Javier las clases de yoga en el chalé del matrimonio López Madrid–Silvia Villar Mir, una sufridora esposa, en la lujosa urbanización madrileña de Puerta de Hierro y que también frecuentaba Don Felipe. Por ella pasaron, en su día, la novia noruega, Eva Sannum, y la norteamericana Gigi Howard. Por supuesto, Isabel Sartorius, primer amor del Príncipe. En todos los casos Javier actuó como cómplice, dando cobijo a las novias de su amigo.
Lo de las tarjetas no fue el único charco en el que se metió el íntimo amigo de Felipe y Letizia. Después vino lo de las comisiones a Ignacio González, bautizado con el nombre de Operación Lezo. Fue detenido el 22 de abril de 2017 por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. Y, además, el turbio asunto de la dermatóloga Elisa Pinto, que todavía colea.
Lo de esta mi semana es muy grave. A nivel familiar. Según se deduce por la citada agenda intervenida por agentes de la UCO de la Guardia Civil, de los 400.000 euros que presuntamente Francisco Granados logró sacarle el 3 de febrero de 2014 a la empresa de Villar Mir para el PP, por medio de Javier López Madrid, CEO entonces de la empresa OHL, sólo le llegó al Partido la mitad. El político y el yerno de Villar Mir se quedaron, presuntamente, 100.000 euros cada uno. Un asunto muy doloroso para el suegro y vergonzoso para el yerno.
Me gustaría conocer la opinión de Felipe pero, sobre todo, de Letizia, que tanto se mojó defendiendo a Javier, qué piensa hoy de lo que dijo ayer. De lo que no queda la menor duda es que, a pesar de lo que le dijo aquel 6 de marzo de 2016 (“Javier, sabemos quién eres”), no tenía ni idea de cómo era su compi yogui.
No llevas razón, querido, cuando dices que no es lo mismo sobar que acosar porque se empieza sobando y se acaba follxxxx (...) La peluquería en Barcelona le ha salido a la cantante mucho más cara que la de Miami: nada menos que 20 millones de euros para empezar. ¡Te has pasado de lista y eso se paga, muchacha! (...) Vale que sea la única consorte que no ha sido designada reina por el sátrapa de su marido y que tampoco aparezca en el protocolo, pero de ahí a que no se le permita estar en la foto junto a los hijos y las hermanas en el lecho del dolor de su esposo es una gratuita humillación que no se merece (...) Nadie ha dicho nunca que una mujer, por disfrutar del s*x* o mas***barse, sea put*, querida Leticia (con “C” de Cote) (...) Cuestionar el honor del gran director español por haber aparecido su nombre en los papeles de Panamá, como ha pretendido el PP aunque rectificando, no es justo. ¿Lo habrían hecho si se tratara de la infanta Pilar que también figuraba? (...) Nuestra admirada amiga ”se acerca a los 70 desafiando las leyes de la gravedad, la física y el tiempo” (...) Muy fuerte el juicio del N.Y.T. sobre nuestra más famosa ‘socialite’: “una mujer de belleza y porte felino con una carrera proto-Kardashian”.