Masacre del McDonald's de San Ysidro
James Oliver Huberty (11 de octubre de 1942) era un "sobrevivalista", veía señales de problemas desarrollándose en EEUU, creyendo que las regulaciones y la intervención del gobierno eran la causa de que los negocios quebraran y del desempleo, incluyendo el suyo. El creía que los banqueros internacionales manipulaban el Sistema de Reserva Federal y estaban provocando la ruina financiera de la nación. Estaba convencido de que la agresión soviética se encontraba en todas partes, y creía que el fin de la sociedad se encontraba cerca, quizá a través de un colapso económico o una guerra nuclear. Se comprometió a prepararse para sobrevivir dicho colapso y mientras estaba en Cantón, almacenó en su casa miles de dólares de comida no perecedera y seis armas que planeaba usar para defender su hogar del caos que se avecinaba. Cuando se mudó a Ohio, dejó toda la comida pero llevó consigo las armas.
La violencia doméstica era frecuente en el hogar Huberty. Su mujer Etna llegó a presentar una denuncia al Departamento de de Asuntos Sociales informando que su marido le había "arruinado" la mandíbula. Para tranquilizar a James y sus episodios de violencia, Etna creó cartas del tarot y pretendía leer su futuro, lo que le producía una calma temporal.
Como resultado de un accidente en motocicleta, Huberty tenía un espasmo incontrolable en el brazo derecho, una condición que hizo imposible que continuara laborando como soldador. En enero de 1984, la familia Huberty dejó Cantón y tuvieron una breve estancia en Mejico antes de establecerse en San Ysidro, California. Ahí fue capaz de encontrar un trabajo como guardia de seguridad de donde fue despedido dos semanas antes de la masacre.
El día antes de la masacre, Huberty había llamado a un centro de salud mental. La recepcionista escribió mal su nombre como "Shouberty", y como él había afirmado que no se trataba de una emergencia, su llamada no fue devuelta. Huberty y su familia fueron al zoo de San Diego en la mañana del 18 de julio, y comieron en un McDonald's en el barrio de Clairemont en el norte de San Diego pocas horas antes de la masacre.
Antes de que Huberty se dirigiera al McDonald's, su esposa Etna le preguntó a dónde se dirigía. Huberty respondió que iría "a cazar humanos". Ese mismo día él le habría comentado a su esposa que "la sociedad tuvo su oportunidad". Al ser interrogada por la policía, Etna no dio ninguna explicación de por qué ella no informó de su comportamiento tan extraño. Un testigo llamó a la policía cuando vio a Huberty salir de su apartamento y se dirigía al Boulevard de San Ysidro con dos armas de fuego, pero la operadora le dio a los oficiales la dirección incorrecta.
Entró en el McDonald's a las 3:40 pm y durante los 77 minutos que duró el tiroteo mató a 21 personas de edades comprendidas entre los 8 meses y los 74 años e hirió a otras 19, la mayoría eran mejicanos o mejicano-estadounidenses. Huberty había gastado 257 rondas de municiones antes de recibier un disparo letal de un francotirador del equipo SWAT que se encontraba encaramado en el tejado de la oficina de correos junto al restaurante.
Inicialmente, la policía y los equipos de emergencia se dirigieron a un McDonald's ubicado cerca de la Frontera Internacional con Tijuana a las 3:15 pm, y 15 minutos más tarde cambiaron de dirección después de enterarse de que el tiroteo era en realidad en el McDonald's junto a la oficina de correos que se encontraba a aproximadamente 3 km de distancia.
Las familias de las víctimas fallecidas, junto con las víctimas sobrevivientes, demandaron a la corporación McDonald's y su franquicia local en la Corte Superior de San Diego. Los casos fueron consolidados y, finalmente rechazados antes del juicio por la petición de la defensa por un juicio rápido. Los demandantes apelaron. En 1987, el Tribunal de Apelación de California (Cuarto Distrito, Primera División) afirmó juicio sumario a los acusados porque no tenían obligación de proteger a los clientes de un asalto imprevisible por un asesino con problemas mentales; y los demandantes no pudieron probar la relación de causalidad, porque las medidas estándar de seguridad normalmente utilizadas por los restaurantes para disuadir a los delincuentes, tales como guardias y cámaras de televisión de circuito cerrado, no podrían haber disuadido a un perpetrador que no se preocupa por su propia supervivencia.
En 1986, Etna Huberty, la viuda de James, demandó a McDonald's y Babcock y Wilcox, su antiguo empleador sin éxito alguno, en un tribunal estatal de Ohio por $5 millones, alegando que la masacre fue provocada por la mezcla combinada de comer demasiados nuggets de pollo de McDonald's y por trabajar en torno a metales altamente tóxicos. Ella alegó que el glutamato monosódico en los alimentos, combinado con los altos niveles de plomo y cadmio en el cuerpo de Huberty fueron las causantes de delirios y de furia incontrolable. Una autopsia reveló que su cuerpo contenía altos niveles de dichos metales, probablemente por acumulación por la inhalación de vapores durante 14 años de ser soldador. Los resultados de la autopsia también revelaron que no había drogas ni alcohol en su sistema en el momento de los asesinatos. Etna Huberty murió en el año 2003.
El restaurante fue derribado y McDonal's cedió el terreno al Ayuntamiento de San Ysidro que estableció un centro de educación, delante de la escuela hay un monumento en recuerdo a las víctimas.
James Oliver Huberty (11 de octubre de 1942) era un "sobrevivalista", veía señales de problemas desarrollándose en EEUU, creyendo que las regulaciones y la intervención del gobierno eran la causa de que los negocios quebraran y del desempleo, incluyendo el suyo. El creía que los banqueros internacionales manipulaban el Sistema de Reserva Federal y estaban provocando la ruina financiera de la nación. Estaba convencido de que la agresión soviética se encontraba en todas partes, y creía que el fin de la sociedad se encontraba cerca, quizá a través de un colapso económico o una guerra nuclear. Se comprometió a prepararse para sobrevivir dicho colapso y mientras estaba en Cantón, almacenó en su casa miles de dólares de comida no perecedera y seis armas que planeaba usar para defender su hogar del caos que se avecinaba. Cuando se mudó a Ohio, dejó toda la comida pero llevó consigo las armas.
La violencia doméstica era frecuente en el hogar Huberty. Su mujer Etna llegó a presentar una denuncia al Departamento de de Asuntos Sociales informando que su marido le había "arruinado" la mandíbula. Para tranquilizar a James y sus episodios de violencia, Etna creó cartas del tarot y pretendía leer su futuro, lo que le producía una calma temporal.
Como resultado de un accidente en motocicleta, Huberty tenía un espasmo incontrolable en el brazo derecho, una condición que hizo imposible que continuara laborando como soldador. En enero de 1984, la familia Huberty dejó Cantón y tuvieron una breve estancia en Mejico antes de establecerse en San Ysidro, California. Ahí fue capaz de encontrar un trabajo como guardia de seguridad de donde fue despedido dos semanas antes de la masacre.
El día antes de la masacre, Huberty había llamado a un centro de salud mental. La recepcionista escribió mal su nombre como "Shouberty", y como él había afirmado que no se trataba de una emergencia, su llamada no fue devuelta. Huberty y su familia fueron al zoo de San Diego en la mañana del 18 de julio, y comieron en un McDonald's en el barrio de Clairemont en el norte de San Diego pocas horas antes de la masacre.
Antes de que Huberty se dirigiera al McDonald's, su esposa Etna le preguntó a dónde se dirigía. Huberty respondió que iría "a cazar humanos". Ese mismo día él le habría comentado a su esposa que "la sociedad tuvo su oportunidad". Al ser interrogada por la policía, Etna no dio ninguna explicación de por qué ella no informó de su comportamiento tan extraño. Un testigo llamó a la policía cuando vio a Huberty salir de su apartamento y se dirigía al Boulevard de San Ysidro con dos armas de fuego, pero la operadora le dio a los oficiales la dirección incorrecta.
Entró en el McDonald's a las 3:40 pm y durante los 77 minutos que duró el tiroteo mató a 21 personas de edades comprendidas entre los 8 meses y los 74 años e hirió a otras 19, la mayoría eran mejicanos o mejicano-estadounidenses. Huberty había gastado 257 rondas de municiones antes de recibier un disparo letal de un francotirador del equipo SWAT que se encontraba encaramado en el tejado de la oficina de correos junto al restaurante.
Inicialmente, la policía y los equipos de emergencia se dirigieron a un McDonald's ubicado cerca de la Frontera Internacional con Tijuana a las 3:15 pm, y 15 minutos más tarde cambiaron de dirección después de enterarse de que el tiroteo era en realidad en el McDonald's junto a la oficina de correos que se encontraba a aproximadamente 3 km de distancia.
Las familias de las víctimas fallecidas, junto con las víctimas sobrevivientes, demandaron a la corporación McDonald's y su franquicia local en la Corte Superior de San Diego. Los casos fueron consolidados y, finalmente rechazados antes del juicio por la petición de la defensa por un juicio rápido. Los demandantes apelaron. En 1987, el Tribunal de Apelación de California (Cuarto Distrito, Primera División) afirmó juicio sumario a los acusados porque no tenían obligación de proteger a los clientes de un asalto imprevisible por un asesino con problemas mentales; y los demandantes no pudieron probar la relación de causalidad, porque las medidas estándar de seguridad normalmente utilizadas por los restaurantes para disuadir a los delincuentes, tales como guardias y cámaras de televisión de circuito cerrado, no podrían haber disuadido a un perpetrador que no se preocupa por su propia supervivencia.
En 1986, Etna Huberty, la viuda de James, demandó a McDonald's y Babcock y Wilcox, su antiguo empleador sin éxito alguno, en un tribunal estatal de Ohio por $5 millones, alegando que la masacre fue provocada por la mezcla combinada de comer demasiados nuggets de pollo de McDonald's y por trabajar en torno a metales altamente tóxicos. Ella alegó que el glutamato monosódico en los alimentos, combinado con los altos niveles de plomo y cadmio en el cuerpo de Huberty fueron las causantes de delirios y de furia incontrolable. Una autopsia reveló que su cuerpo contenía altos niveles de dichos metales, probablemente por acumulación por la inhalación de vapores durante 14 años de ser soldador. Los resultados de la autopsia también revelaron que no había drogas ni alcohol en su sistema en el momento de los asesinatos. Etna Huberty murió en el año 2003.
El restaurante fue derribado y McDonal's cedió el terreno al Ayuntamiento de San Ysidro que estableció un centro de educación, delante de la escuela hay un monumento en recuerdo a las víctimas.