Asesinatos impactantes

Masacre del McDonald's de San Ysidro
James Oliver Huberty (11 de octubre de 1942) era un "sobrevivalista", veía señales de problemas desarrollándose en EEUU, creyendo que las regulaciones y la intervención del gobierno eran la causa de que los negocios quebraran y del desempleo, incluyendo el suyo. El creía que los banqueros internacionales manipulaban el Sistema de Reserva Federal y estaban provocando la ruina financiera de la nación. Estaba convencido de que la agresión soviética se encontraba en todas partes, y creía que el fin de la sociedad se encontraba cerca, quizá a través de un colapso económico o una guerra nuclear. Se comprometió a prepararse para sobrevivir dicho colapso y mientras estaba en Cantón, almacenó en su casa miles de dólares de comida no perecedera y seis armas que planeaba usar para defender su hogar del caos que se avecinaba. Cuando se mudó a Ohio, dejó toda la comida pero llevó consigo las armas.
La violencia doméstica era frecuente en el hogar Huberty. Su mujer Etna llegó a presentar una denuncia al Departamento de de Asuntos Sociales informando que su marido le había "arruinado" la mandíbula. Para tranquilizar a James y sus episodios de violencia, Etna creó cartas del tarot y pretendía leer su futuro, lo que le producía una calma temporal.

Como resultado de un accidente en motocicleta, Huberty tenía un espasmo incontrolable en el brazo derecho, una condición que hizo imposible que continuara laborando como soldador. En enero de 1984, la familia Huberty dejó Cantón y tuvieron una breve estancia en Mejico antes de establecerse en San Ysidro, California. Ahí fue capaz de encontrar un trabajo como guardia de seguridad de donde fue despedido dos semanas antes de la masacre.

El día antes de la masacre, Huberty había llamado a un centro de salud mental. La recepcionista escribió mal su nombre como "Shouberty", y como él había afirmado que no se trataba de una emergencia, su llamada no fue devuelta. Huberty y su familia fueron al zoo de San Diego en la mañana del 18 de julio, y comieron en un McDonald's en el barrio de Clairemont en el norte de San Diego pocas horas antes de la masacre.

Antes de que Huberty se dirigiera al McDonald's, su esposa Etna le preguntó a dónde se dirigía. Huberty respondió que iría "a cazar humanos". Ese mismo día él le habría comentado a su esposa que "la sociedad tuvo su oportunidad". Al ser interrogada por la policía, Etna no dio ninguna explicación de por qué ella no informó de su comportamiento tan extraño. Un testigo llamó a la policía cuando vio a Huberty salir de su apartamento y se dirigía al Boulevard de San Ysidro con dos armas de fuego, pero la operadora le dio a los oficiales la dirección incorrecta.

Entró en el McDonald's a las 3:40 pm y durante los 77 minutos que duró el tiroteo mató a 21 personas de edades comprendidas entre los 8 meses y los 74 años e hirió a otras 19, la mayoría eran mejicanos o mejicano-estadounidenses. Huberty había gastado 257 rondas de municiones antes de recibier un disparo letal de un francotirador del equipo SWAT que se encontraba encaramado en el tejado de la oficina de correos junto al restaurante.

Inicialmente, la policía y los equipos de emergencia se dirigieron a un McDonald's ubicado cerca de la Frontera Internacional con Tijuana a las 3:15 pm, y 15 minutos más tarde cambiaron de dirección después de enterarse de que el tiroteo era en realidad en el McDonald's junto a la oficina de correos que se encontraba a aproximadamente 3 km de distancia.

Las familias de las víctimas fallecidas, junto con las víctimas sobrevivientes, demandaron a la corporación McDonald's y su franquicia local en la Corte Superior de San Diego. Los casos fueron consolidados y, finalmente rechazados antes del juicio por la petición de la defensa por un juicio rápido. Los demandantes apelaron. En 1987, el Tribunal de Apelación de California (Cuarto Distrito, Primera División) afirmó juicio sumario a los acusados porque no tenían obligación de proteger a los clientes de un asalto imprevisible por un asesino con problemas mentales; y los demandantes no pudieron probar la relación de causalidad, porque las medidas estándar de seguridad normalmente utilizadas por los restaurantes para disuadir a los delincuentes, tales como guardias y cámaras de televisión de circuito cerrado, no podrían haber disuadido a un perpetrador que no se preocupa por su propia supervivencia.

En 1986, Etna Huberty, la viuda de James, demandó a McDonald's y Babcock y Wilcox, su antiguo empleador sin éxito alguno, en un tribunal estatal de Ohio por $5 millones, alegando que la masacre fue provocada por la mezcla combinada de comer demasiados nuggets de pollo de McDonald's y por trabajar en torno a metales altamente tóxicos. Ella alegó que el glutamato monosódico en los alimentos, combinado con los altos niveles de plomo y cadmio en el cuerpo de Huberty fueron las causantes de delirios y de furia incontrolable. Una autopsia reveló que su cuerpo contenía altos niveles de dichos metales, probablemente por acumulación por la inhalación de vapores durante 14 años de ser soldador. Los resultados de la autopsia también revelaron que no había drogas ni alcohol en su sistema en el momento de los asesinatos. Etna Huberty murió en el año 2003.
El restaurante fue derribado y McDonal's cedió el terreno al Ayuntamiento de San Ysidro que estableció un centro de educación, delante de la escuela hay un monumento en recuerdo a las víctimas.
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Jon Venables y Robert Thompson

El 24 de noviembre de 1993, Jon Venables y Robert Thompson fueron declarados culpables por la muerte del infante James Bulger. En el crimen había tortura y premeditación, por lo que era un insólito acto de sadismo que desconcertaba a la sociedad británica y los colocaba como los asesinos más jóvenes en la historia moderna de Inglaterra. La condena que se les dio fue permanecer en prisión hasta que cumpliesen la mayoría de edad, cosa que pareció demasiado blanda a la indignada sociedad británica.




Robert y John raptaron a un niño de dos años, lo llevaron a una estación de tren abandonada, lo patearon, le tiraron piedras y ladrillos, le bajaron los pantalones y dejaron su cuerpo en la vía férrea para que el tren lo partiera. Su caso conmocionó a Inglaterra, y aún hoy los odian, por lo que deben ocultar sus identidades.

La historia del caso:

Ambos asesinos nacieron en Liverpool, Inglaterra, en el año 1983. Los dos tenían familias disfuncionales, presentaban bajas calificaciones y conductas problemáticas en la escuela, y su día a día en el hogar estaba marcado por episodios de violencia, alcoholismo y peleas de pareja.

Robert Thompson había sido abandonado por su padre cuando tenía seis años, pero aún después de eso la violencia continuó siendo la nota dominante de su entorno familiar, de modo que, como mecanismo de defensa, se volvió emocionalmente desconectado. La vida de Jon Venables no era muy diferente, y los sufrimientos comunes (acoso en la escuela, aislamiento, violencia doméstica, etc) actuaron como imanes que los volvieron grandes amigos. Sin embargo, a veces los vínculos entre víctimas suelen engendrar victimarios, y este fue uno de esos casos… Así, dentro de ellos ya ardía la violencia para cuando vieron Chuky, el Muñeco Diabólico; película que, según declararían, los inspiró a cometer el crimen.

El fatídico día fue un 12 de febrero de 1993. El asesinato estaba pensado para esa fecha, y por eso faltaron a la escuela y se fueron a dar vueltas en el Centro Comercial New Strand (en Liberpool). Allí, según mostraron las cámaras de seguridad, Robert y Jon miraban niños con disimulo, como buscando una presa propicia. En tales faenas pasaron varias horas, hasta que poco antes de las 15:40 encontraron al niño ideal: era James Bulger, que tan solo tenía dos añitos y había salido a dar un paseo con su madre Denise.

Fue en un breve instante de distracción por parte de Denise dentro de la carnicería (en el New Strand), cuando Robert y Jon se aprovecharon para hablarle a James (que se había quedado en la puerta de entrada a la carnicería) y llevarlo de la mano, de modo que, cuando a eso de las 15:42 Denise miró a ver dónde estaba su hijo, éste no aparecía en ningún lado. Entonces salió a buscarlo, pero Robert y Jon eran tan rápidos que no pudo hallarlo, pues lo habían sacado fuera del centro comercial y recorrerían con él unos cuatro kilómetros hasta llegar al Canal Leeds, donde le causaron heridas faciales al dejarlo caer de cabeza, luego de sujetarlo mientras cruelmente bromeaban sobre si lanzarlo o no al torrente de agua…

Ante su horrible situación, el pequeño James lloraba con un chichón en la frente, y algunas personas observaban la situación, pero nadie hizo nada creyendo que, en el peor de los casos, eran dos hermanos mayores molestando al menor. Solo dos individuos se acercaron: al uno, le dijeron que James era un niño perdido al que llevarían a la comisaría más cercana; al otro, que James era el hermano menor y tenía el chichón por una caída…
Después se lo llevaron a una tienda de mascotas, pero fueron expulsados por portarse mal, y entonces decidieron librarse de él y caminaron hasta una vía de tren cerca de la abandonada estación Walton and Anfield.

Junto a la vía del tren, uno de los chicos lanzó pintura azul (robada previamente) en el ojo izquierdo de James, y después ambos comenzaron a patearlo, a darle puñetes y a tirarle piedras y ladrillos, todo sin darle muerte. Cerca no había nadie que viese tales abusos, y Jon y Robert le introdujeron pilas en la boca y, según se sospecha, también en el recto…

Por último y cuando el pequeño estaba repleto de heridas, uno de los dos sádicos le lanzó una barra metálica de 10 kilos, la cual cayó en la cabeza de James, provocándole varias fracturas que se hubiesen podido ver como la causa de muerte, aunque el patólogo Alan William indicó que las heridas eran tantas que no se podía ver concluyentemente en una sola la causa de muerte, sobre todo porque, al verlo inconsciente, Jon y Robert lo acostaron en la vía del tren, le pusieron escombros (tierra, piedras, etc) en la cabeza (para que todo parezca accidental) y se fueron. Minutos después el tren partió en dos el cuerpecito de James.

No pasaron muchas horas sin que el cadáver fuese encontrado y, pese al terrible estado del cuerpo, nadie habría pensado que era un accidente pues… ¿acaso el niño andaba desnudo de la cintura para abajo cuando jugaba?, ¿qué clase de niño corretea solo con una camiseta en aquel abandonado paraje?… Hasta este momento no se ha mencionado, pero a James le habían quitado los zapatos, las medias, el pantalón y los calzoncillos; e incluso, según el informe del patólogo, el prepucio del niño había sido manipulado…

Tiempo después, gracias a los vídeos de las cámaras de seguridad y a una mujer que identificó a Jon Venables en uno de esos vídeos (que se mostraron en los noticieros), la Policía comenzó indagaciones que, junto a ciertas pruebas de ADN, resultaron concluyentes en la culpabilidad de los dos niños.

Cuando se supo la verdad, la indignación fue tal que la familia de uno de los chicos (las fuentes no aclaran cuál) tuvo que huir de Liverpool. Los dos mini asesinos, en la manera como se dijo arriba, fueron condenados a permanecer tras las rejas. Fuera de la cárcel, solo les aguardaba el odio y el deseo de venganza, principalmente por parte de los padres de la víctima. Dijo así la madre de James Bulger: “Cada minuto que pase, deberán vigilar sus espaldas. Aunque se vayan a vivir en el fin del mundo, nunca podrán estar tranquilos”. Por eso, cuando en el 2001 el gobierno les dio libertad condicional bajo nuevas identidades, entre las condiciones estipuladas, además de no verse entre ellos, estaba la de que jamás podrían volver a poner un pie en Liverpool. Aunque eso no sería una garantía de seguridad, pues, como dijo la madre de James Bulger: “Si alguien los mata, yo estaré a su lado en el tribunal para decir: ‘El responsable es el Gobierno porque sólo apoya a los asesinos’. Un día, una pistola apuntará hacia ellos, aunque no sea yo quien la sostenga”. Y al parecer, Denise (la madre de la víctima) podría tener razón, puesto que, al menos Jon, es tan incorregible que actualmente ha vuelto a las rejas, después de que se hiciera pasar por una madre dispuesta a explotar sexualmente a su hija de ocho años a cambio de imágenes de por**grafía infantil que, como es de esperarse, fueron descubiertas en su disco duro.
 
La masacre de Columbine
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En 1996, Eric Harris de 15 años creó un sitio web privado en AOl con el fin de guardar niveles de juego que él y su amigo, Dylan Klebold, crearon para su uso en el videojuego Domm. En este sitio, Harris creó un blog que incluía bromas y escritos cortos con pensamientos sobre sus padres, la escuela y sus amigos. Al finalizar el año, el sitio contenía instrucciones relacionadas con la fabricación de explosivos, y blogs donde describía los problemas que él y Klebold estaban provocando. A principios de 1997, las publicaciones del blog comenzaron a mostrar los primeros signos de la creciente ira de Harris contra la sociedad.

El sitio de Harris atrajo a muy pocos visitantes y no causó ninguna preocupación hasta marzo de 1998 cuando Klebold dio la dirección de la página a Brooks Brown, un antiguo amigo de Harris. La madre de Brown presentó varias quejas ante la oficina del Sheriff del Condado de Jefferson con respecto a Harris, pues creía que se trataba de un joven peligroso. El sitio web contenía diversas amenazas de muerte contra Brown. Klebold sabía que si Brooks accedía al sitio, éste descubriría el contenido e informaría a sus padres, y probablemente las autoridades serían notificadas sobre el hecho. Una vez que los padres de Brown accedieron al sitio, contactaron a la oficina del Sheriff del Condado de Jefferson. El investigador Michael Guerra fue informado sobre el sitio web. Cuando accedió a la página, Guerra descubrió numerosas amenazas violentas dirigidas contra los estudiantes y maestros de la Escuela Preparatoria de Columbine. En la misma página se podían ver algunas frases que Harris había escrito acerca de su odio general a la sociedad, y su deseo de matar a quienes le molestaban.

Harris contó en su página que había fabricado algunas bombas caseras y añadió además una lista negra de individuos, aunque no fijó ningún plan sobre cómo atacarlos. Como Harris había publicado en su página que poseía explosivos, Guerra escribió un proyecto de declaración jurada, solicitando una orden de registro de la casa de Harris. La declaración jurada también mencionó la sospecha de que Harris estaba involucrado en un caso de febrero de 1998 relacionado con bombas. La declaración jurada finalmente no fue presentada. Fue ocultada por la oficina del Sheriff del condado de Jefferson y no fue revelada sino hasta septiembre de 2001, como resultado de una investigación realizada por el programa de televisión 60 minutos

Después de la revelación de la declaración, se dio inicio a una serie de investigaciones del gran jurado sobre las actividades de encubrimiento de los funcionarios del Condado de Jefferson. La investigación reveló que altos funcionarios del condado se habían reunido días después de la masacre para discutir sobre la divulgación de la declaración jurada al público. Debido a que la declaración sobre el apoyo a la emisión de una orden de registro para la casa de Harris por un juez carecía de información, se decidió no revelar su existencia en una próxima conferencia de prensa. Y los puntos a discutir nunca fueron revelados a todo aquel que no formara parte de los miembros del gran jurado. Tras la rueda de prensa, los documentos originales de Guerra desaparecieron. En septiembre de 1999, un investigador del condado de Jefferson no pudo encontrar los documentos durante una búsqueda secreta del sistema informático del condado. Un segundo intento a finales de 2000 encontró copias del documento dentro de los archivos del condado de Jefferson. Los documentos fueron reconstruidos y puestos en libertad al público en septiembre de 2001, pero los documentos originales siguen sin aparecer. La investigación final del gran jurado fue revelada en septiembre de 2004.

En una de las reuniones con su psicólogo designado, Harris se quejó de depresión, enojo y pensamientos suicidas. Como resultado, se le recetó el anti-depresivo Zoloft. También se quejó de tener problemas para concentrarse y problemas de ansiedad. En abril, su doctor cambió su receta por Luvox, un farmaco antidepresivo similar.

Poco después de ser arrestados por robar herramientas de una furgoneta en 1998, empezaron a escribir diarios. En sus diarios escribieron sobre un supuesto plan de un gran bombardeo que rivalizaría con el ocurrido en Oklahoma City. Sus diarios contenían varios escritos sobre formas de escapar a México, secuestrar un avión en el Aeropuerto Internacional de Denver y estrellarlo contra un edificio en la ciudad de Nueva York y detalles sobre el ataque planeado. El dúo esperaba que la detonación de sus explosivos caseros en la cafetería en la hora más concurrida del día matara a cientos de estudiantes y después dispararían a los sobrevivientes que huían de la escuela. Posteriormente, cuando los vehículos de policía, ambulancias, camiones de bomberos y reporteros llegaran a la escuela, las bombas colocadas en los coches de los jóvenes harían explosión, matando al personal de emergencia y a otros. El día de la masacre, los explosivos en sus automóviles no detonaron.

Los jóvenes grabaron vídeos que documentaban sobre los explosivos, las municiones y las armas que habían obtenido ilegalmente. Ellos revelaron la forma en que escondieron sus arsenales en sus hogares, así como la forma en que engañaron a sus padres acerca de sus actividades. El par filmó vídeos de prácticas de tiro en las áreas boscosas cercanas, así como áreas de la escuela que planeaban atacar. El 20 de abril, aproximadamente treinta minutos antes del ataque, hicieron un vídeo final diciendo adiós y pidiendo disculpas a sus amigos y familiares.

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Pongo spoiler porque si no quedaría un post larguisímo

En la mañana del martes 20 de abril de 1999, Harris y Klebold colocaron una pequeña bomba incendiaria en un campo a unos tres kilómetros al sur de la Preparatoria Columbine, y a dos millas al sur de la estación de bomberos. La bomba estaba programada para explotar a las 11:14 de la mañana, con el propósito de distraer a los bomberos y al personal de emergencia de la escuela (ésta detonó parcialmente y provocó un pequeño incendio que fue rápidamente extinguido por los bomberos).

A las 11:10 a.m. Harris y Klebold llegaron de forma separada a la secundaria. Harris estacionó su vehículo en la entrada sur y Klebold estacionó en la entrada occidental. La cafetería de la escuela, su primer objetivo de bomba, se encontraba entre sus zonas de parqueo. Después de estacionar sus vehículos, los cuales contenían bombas programadas para detonarse a las 12:00, el dúo se encontró cerca del auto de Harris y se armó con dos bombas de 20 libras de propano cada una antes de ingresar a la cafetería. Los jóvenes colocaron los explosivos aproximadamente a las 11:17 a.m. dentro de la cafetería y se ubicaron de nuevo en sus autos esperando la explosión para dispararle a todo el que intentara escapar del edificio. Si las bombas hubieran explotado con todo su poder, habrían asesinado o herido a cerca de 488 estudiantes en la cafetería y posiblemente habrían hecho colapsar el techo, derrumbando parte de la biblioteca dentro de la cafetería.

El diputado del Sheriff del condado de Jefferson, Neil Gardner, fue asignado en la escuela preparatoria como oficial de recursos escolares, uniformado y armado a tiempo completo. Gardner comía generalmente con los estudiantes en la cafetería, pero el 20 de abril él estaba comiendo en su coche patrulla en la esquina noroeste del campus. El personal de seguridad de Columbine no se percató de las bombas en la cafetería, ya que un custodio estaba reemplazando la cinta de vídeo de seguridad de la escuela. Las bolsas que contenían las bombas fueron visibles por primera vez en la nueva cinta de seguridad, pero no fueron identificadas como objetos sospechosos. Ningún testigo recordó ver las bolsas de lona que se agregaban a las 400 o más mochilas presentes en la cafetería.

Cuando los dos jóvenes regresaron a sus vehículos, Harris se encontró con Brooks Brown, un amigo y compañero de clase con el que recientemente había solucionado una larga serie de desacuerdos. Brown, que estaba en el estacionamiento fumando un cigarrillo, se sorprendió al ver a Harris, a quien recientemente había notado ausente de un examen importante. Harris no parecía preocupado cuando Brown le recordó este hecho, comentando: "Ya no importa". Entonces Harris le dijo a Brown: "Brooks, ahora me caes bien, sal de aquí, vete a casa." Brown, sintiéndose incómodo, se alejó del lugar.31 Varios minutos más tarde, los estudiantes que salían de Columbine para el almuerzo observaron a Brown caminando por la calle South Pierce, lejos de la escuela. Mientras tanto, Harris y Klebold se armaron en sus vehículos y esperaron a que las bombas explotaran.
Cuando las bombas de la cafetería no explotaron, Harris y Klebold se reunieron y caminaron hacia la escuela. Ambos armados, subieron por las escaleras a la parte superior de la entrada oeste, ubicándose al mismo nivel de los campos atléticos al oeste del edificio y de la biblioteca dentro de la entrada oeste, justo encima de la cafetería. Desde este punto de vista, la entrada oeste de la cafetería estaba ubicada en la parte inferior de la escalera, a un lado del estacionamiento de estudiantes de último año.

A las 11:19 de la mañana, Rachel Scott, de 17 años, almorzaba con su amigo Richard Castaldo mientras estaba sentada en el césped junto a la entrada oeste de la escuela. Castaldo dijo que vio a uno de los muchachos lanzar una bomba, que apenas detonó, lo que le hizo no tomar en serio las acciones de los sujetos. En ese momento, un testigo oyó a Eric Harris gritar, "¡Vaya, vaya!" Los dos atacantes sacaron sus armas, las cuales estaban ocultas en sus gabardinas, y comenzaron a disparar contra Castaldo y Scott. Scott fue impactada cuatro veces y murió al instante. Castaldo fue impactado ocho veces en el pecho, el brazo y el abdomen, perdiendo el conocimiento. No se sabe quién disparó primero. Sin embargo, Harris fue quien disparó y mató a Scott, y Castaldo reportó que Scott fue impactada antes que él.

Después de los dos primeros disparos, Harris se quitó su gabardina y apuntó su carabina de 9 mm por la escalera oeste hacia tres jóvenes: Daniel Rohrbough, Sean Graves, de 15 años, y Lance Kirklin, de 16 años. Kirklin más tarde reportó haber visto a Klebold y Harris de pie en la parte superior de la escalera, antes de que el par abriera fuego. Los tres jóvenes fueron heridos de bala. Dentro de la escuela, algunos de los estudiantes creían que estaban siendo testigos de una broma por parte de los dos estudiantes de último año. Pero en la cafetería, Dave Sanders, un profesor de informática y de negocios, así como entrenador del equipo de atletismo de la escuela, rápidamente se dio cuenta de que no era una broma, sino un ataque deliberado contra la escuela.

Harris y Klebold se voltearon y comenzaron a disparar hacia el oeste en dirección a cinco estudiantes sentados en la ladera cubierta de hierba junto a los escalones y frente a la entrada oeste de la escuela. Michael Johnson, de 15 años, fue impactado en la cara, pierna y brazo, pero corrió y escapó; Mark Taylor, de 16 años, recibió un disparo en el pecho, los brazos y la pierna y cayó al suelo fingiendo su muerte. Los otros tres escaparon ilesos.

Klebold bajó los escalones hacia la cafetería. Se acercó a Kirklin, quien ya estaba herido y tendido en el suelo, pidiendo débilmente ayuda. Klebold dijo, "Claro, te ayudaré", entonces le disparó en la cara, hiriéndolo críticamente. Daniel Rohrbough y Sean Graves habían bajado la escalera cuando Klebold y Harris se distrajeron por los estudiantes sobre el césped; Graves, paralizado de la cintura hacia abajo, se arrastró hasta el umbral de la entrada oeste de la cafetería y colapsó. Klebold le disparó a Rohrbough, quien ya estaba herido de muerte por los disparos que previamente le había hecho Harris a corta distancia por el costado izquierdo, y luego pasó por encima de Sean Graves para entrar en la cafetería. Los funcionarios especularon que Klebold fue a la cafetería para revisar las bombas de propano. Harris derribó a disparos a varios estudiantes sentados cerca de la entrada de la cafetería, hiriendo gravemente y paralizando parcialmente a Anne-Marie Hochhalter, de 17 años, cuando intentaba huir. Klebold salió de la cafetería y subió las escaleras para unirse a Harris.

Dispararon contra los estudiantes cerca de un campo de fútbol, pero no lograron alcanzar a ninguno. Caminaron hacia la entrada del oeste, lanzando bombas, pocas de las cuales detonaron. Mientras tanto, dentro de la escuela, Patti Nielson, una maestra de arte, había notado la conmoción y caminó hacia la entrada oeste con un estudiante de 17 años, Brian Anderson. Ella tenía la intención de ir afuera para decirles a los dos estudiantes que se controlaran, pensando que Klebold y Harris estaban filmando un vídeo o haciendo una broma. Cuando Anderson abrió el primer juego de puertas dobles, Harris y Klebold dispararon a través de las ventanas, hiriendo con los cristales rotos a Anderson y a Nielson en el hombro con restos de metralla. Nielson se puso en pie y corrió por el pasillo hacia la biblioteca, alertando a los estudiantes del peligro y diciéndoles que se escondieran debajo de los escritorios y guardaran silencio. Nielson marcó al 911 y se escondió bajo el mostrador administrativo de la biblioteca. Anderson se quedó atrás, atrapado entre las puertas exteriores e interiores.

A las 11:22, el custodio llamó a Neil Gardner, el oficial de recursos estudiantiles asignado a Columbine por la radio de la escuela, solicitando asistencia en el estacionamiento de los alumnos de último año. La única ruta pavimentada lo llevó alrededor de la escuela al este y al sur sobre Pierce Street, donde, a las 11:23, escuchó en su radio de policía que una mujer estaba herida y asumió que había sido arrollada por un coche. Mientras salía de su coche patrulla en el estacionamiento de estudiantes de último año a las 11:24, escuchó otra llamada en la radio de la escuela que decía: "Neil, hay alguien disparando en la escuela". Harris, en la entrada oeste, disparó inmediatamente su rifle hacia Gardner, que estaba a sesenta metros de distancia. Gardner devolvió el fuego con su pistola de servicio. Él no llevaba sus lentes y fue incapaz de impactar a los tiradores.

De este modo, cinco minutos después de que comenzaran los disparos y dos minutos después de la primera llamada de radio, Gardner estaba involucrado en un tiroteo con Harris y Klebold. Había ya dos muertos y diez heridos. Harris disparó diez veces y Gardner disparó cuatro, antes de que Harris se replegara hacia el edificio. Ninguno de los dos resultó herido en este intercambio de disparos. Gardner informó en su radio de policía: "Disparos en el edificio, necesito a alguien en el estacionamiento sur conmigo".

El tiroteo distrajo a Harris y a Klebold del lesionado Brian Anderson. Anderson escapó a la biblioteca y se escondió dentro de un aula de descanso. De vuelta en la escuela, el dúo se movió a lo largo del pasillo norte, lanzando bombas y disparando en dirección de cualquier persona que encontraran. Klebold le disparó a Stephanie Munson en el tobillo, aunque ella pudo salir de la escuela. El par disparó en dirección de las ventanas hacia la entrada este de la escuela. Después de pasar por el pasillo varias veces y disparar a los estudiantes que vieron, Harris y Klebold se dirigieron hacia la entrada oeste y entraron en el pasillo de la biblioteca.

Paul Smoker, un patrullero en motocicleta de la oficina del Sheriff del condado de Jefferson, estaba diligenciando una infracción de tránsito al norte de la escuela cuando llegó la llamada de una "mujer herida" a las 11:23, probablemente refiriéndose a la ya muerta Rachel Scott. Tomando la ruta más corta, condujo su motocicleta sobre la hierba entre los campos de atletismo y se dirigió hacia la entrada oeste. Cuando vio a Scott Taborsky siguiéndolo en un coche patrulla, abandonó su motocicleta para cubrirse en el coche. Los dos habían comenzado a rescatar a dos estudiantes heridos cerca de los campos de juego cuando otro tiroteo estalló a las 11:26, entre Harris, de vuelta en la entrada oeste, y Gardner, todavía en el estacionamiento; Smoker devolvió fuego desde la cima de la colina, disparando tres balas, y Harris se retiró. Una vez más, nadie fue impactado.

Dentro de la escuela, el profesor Dave Sanders había evacuado con éxito a los estudiantes de la cafetería; donde algunos de ellos subieron por una escalera que conducía al segundo piso de la escuela. Las escaleras estaban situadas a la vuelta de la esquina del pasillo de la biblioteca en el pasillo sur. Para entonces, Harris y Klebold estaban dentro del pasillo principal. Sanders y otro estudiante estaban al final del pasillo todavía tratando de asegurar la escuela lo más que podían, y mientras corrían, se encontraron con Harris y Klebold, que se acercaban desde la esquina del pasillo norte. Sanders y el estudiante se dieron la vuelta y corrieron en la dirección opuesta. Harris y Klebold dispararon contra ambos, Harris impactó a Sanders dos veces en el pecho, pero falló al intentar dispararle al estudiante. Éste último llegó al aula de ciencias y advirtió a todos los allí presentes para que se escondieran. Klebold se acercó a Sanders, quien había colapsado, para buscar al estudiante pero regresó con Harris por el pasillo norte.

Sanders se arrastró hacia el área de ciencias y un profesor lo llevó a un aula donde había treinta estudiantes refugiados. Colocaron un letrero en la ventana que decía "uno desangrándose" para alertar a la policía y al personal médico sobre la ubicación de Sanders. Debido a su conocimiento de primeros auxilios, el estudiante Aaron Hancey fue llevado al aula. Con la ayuda de un compañero de estudio llamado Kevin Starkey, y la maestra Teresa Miller, Hancey administró los primeros auxilios a Sanders durante tres horas; tratando de detener la pérdida de sangre usando camisetas de los estudiantes en la habitación. Usando un teléfono en la habitación, Miller y varios estudiantes mantuvieron contacto con la policía fuera de la escuela. Todos los estudiantes en esta sala fueron evacuados con seguridad.

Mientras se desarrollaba el tiroteo, Patti Nielson se comunicó por teléfono con los servicios de emergencia, contando su historia e instando a los estudiantes a que se escondieran debajo de los escritorios. Según las transcripciones, su llamada fue recibida por un operador del 911 a las 11:25:05 a.m. El tiempo de la llamada desde que contestaron hasta que los tiradores entraron a la biblioteca fue de cuatro minutos y diez segundos. Antes de entrar, los tiradores arrojaron dos bombas a la cafetería, las cuales explotaron. Arrojaron otra bomba al pasillo de la biblioteca, ésta estalló y dañó varios casilleros. A las 11:29 a.m., Harris y Klebold entraron en la biblioteca, donde un total de 52 estudiantes, dos profesores y dos bibliotecarios se habían ocultado.

Al ingresar, Harris gritó: "¡Levántense!". El grito fue tan fuerte que pudo ser escuchado en la grabación del 911 de Patti Nielson a las 11:29:18. El personal y los estudiantes que se escondían en las aulas exteriores de la biblioteca dijeron después que también escucharon a los atacantes decir: "¡Todos los atletas de pie, vamos a matar a los que tengan gorras blancas!" (El uso de una gorra de béisbol blanca en Columbine era una tradición entre los miembros del equipo deportivo, por lo general atletas.) Al ver que nadie se levantó, Harris dijo: "Bien, voy a empezar a disparar de todos modos". Disparó su escopeta dos veces a un escritorio, sin saber que un estudiante llamado Evan Todd se escondía debajo de él. Todd fue herido por astillas de madera, pero no resultó gravemente herido.

Los tiradores caminaron hacia el lado opuesto de la biblioteca, a dos hileras de equipos de cómputo. Todd se escondió detrás del mostrador administrativo. Kyle Velásquez, de 16 años, estaba sentado en la fila norte de computadoras. La policía más tarde dijo que no se había ocultado debajo del escritorio cuando Klebold y Harris habían entrado por primera vez en la biblioteca, pero se había cubierto debajo de la mesa de la computadora. Klebold disparó y mató a Velasquez, impactándole en la cabeza y la espalda. Klebold y Harris dejaron sus maletas llenas de municiones en la fila sur o inferior de las computadoras y volvieron a cargar sus armas. Caminaron hacia las ventanas que daban a la escalera exterior. Al notar que la policía evacuaba a estudiantes fuera de la escuela, Harris dijo: "Vamos a matar a algunos policías". Él y Klebold comenzaron a disparar por las ventanas en dirección de la policía, quienes devolvieron el fuego. Nadie resultó herido en este cruce.

Después de disparar a través de las ventanas hacia los estudiantes que evacuaban y hacia la policía, Klebold disparó su escopeta hacia una mesa cercana, hiriendo a tres estudiantes: Patrick Ireland, Daniel Steepleton y Makai Hall. Acto seguido se quitó su gabardina. Cuando Klebold disparó a los tres, Harris tomó su escopeta y caminó hacia la fila inferior de los mostradores con computadoras, disparando un solo tiro bajo el primer escritorio sin mirar. Impactó a Steven Curnow, de 14 años, con una herida mortal en el cuello. Harris entonces disparó debajo de la mesa adyacente, hiriendo a Kacey Ruegsegger de 17 años con un tiro que pasó completamente a través de su hombro derecho y mano, también rozando su cuello y cortando una arteria importante. Cuando empezó a jadear de dolor, Harris le dijo: "Deja de quejarte".

Harris se acercó a la mesa frente a la fila inferior de computadoras, golpeó la superficie dos veces y se arrodilló, diciendo "Peek-a-boo (Te encontré)" a Cassie Bernall, de 17 años, antes de dispararle una vez en la cabeza, matándola instantáneamente. Harris había estado sosteniendo la escopeta con una mano en este punto y el arma golpeó su cara por la fuerza del disparo, rompiendo su nariz. Los informes iniciales sugieren que Harris le preguntó a Bernall: "¿Crees en Dios?", A lo que respondió que sí, antes de morir. Sin embargo, tres estudiantes que fueron testigos de la muerte de Bernall, incluyendo a Emily Wyant, quien se había ocultado debajo de la mesa con ella, han testificado que Bernall no intercambió palabras con Harris después de su burla inicial, aunque Wyant había estado rezando antes de su asesinato.

Después de dispararle fatalmente a Bernall, Harris se volteó hacia la mesa de al lado y halló a Bree Pasquale. Harris le preguntó a Pasquale si quería morir, y ella respondió con una súplica por su vida. Más tarde, testigos informaron que Harris parecía desorientado, posiblemente porque su nariz había empezado a sangrar. Mientras Harris se burlaba de Pasquale, Klebold observó que Patrick Ireland trataba de ayudar a Hall, quien había sufrido una herida en la rodilla. Mientras esto ocurría, Klebold le disparó a Ireland una segunda vez, impactándole dos veces en la cabeza y una vez en el pie. Ireland fue dejado inconsciente, pero sobrevivió.

Klebold se dirigió hacia otro grupo de mesas, donde descubrió a Isaiah Shoels, de 18 años, Matthew Kechter, de 16 años, y Craig Scott (el hermano menor de Rachel Scott), de 16 años, quienes se escondieron bajo una mesa. Los tres eran atletas populares. Klebold intentó sacar a Shoels de debajo de la mesa. Llamó a Harris, refiriéndose a él por su identidad en línea (REB) y gritando: "¡REB, hay un negro aquí!" Harris dejó a Pasquale y se unió a él. Según testigos, Klebold y Harris se burlaron de Shoels por unos segundos, haciendo comentarios raciales despectivos. Harris se arrodilló y disparó contra Shoels una vez en el pecho a corta distancia, matándolo instantáneamente. Klebold también se arrodilló y abrió fuego, impactando y matando a Kechter. Harris entonces gritó; "¿Quién está listo para morir a continuación?". Craig Scott no fue alcanzado por las balas y fingió su muerte sobre la sangre de sus dos amigos. Harris se volvió y lanzó una bomba de CO2 a la mesa donde Hall, Steepleton e Ireland estaban ubicados. Aterrizó en el muslo de Steepleton, y Hall rápidamente la lanzó lejos de su mesa.

Harris caminó hacia las estanterías entre el oeste y el centro de las mesas de la biblioteca. Saltó sobre una y la sacudió, luego disparó en una dirección desconocida dentro de ese área general. Klebold caminó por la zona principal, pasando por el primer conjunto de estanterías, el escritorio central y un segundo conjunto de libreros en el área este. Harris caminó desde la estantería donde había disparado, pasando por el área central para encontrarse con Klebold. Este último disparó contra una vitrina ubicada junto a la puerta, luego se volvió y disparó hacia la mesa más cercana, golpeando e hiriendo a Mark Kintgen, de 17 años, en la cabeza y el hombro. Luego se volvió hacia la mesa a su izquierda y disparó, hiriendo a Lisa Kreutz de 18 años y a Valeen Schnurr con la misma explosión de escopeta. Klebold se movió hacia la misma mesa y disparó con su TEC-9, matando a Lauren Townsend, de 18 años. En este punto, la gravemente herida Valeen Schnurr comenzó a gritar: "¡Oh Dios mío, oh Dios!" En respuesta, Klebold le preguntó a Schnurr si creía en la existencia de Dios; cuando Schnurr respondió que sí, Klebold simplemente preguntó "¿Por qué?", antes de alejarse de la mesa.

Harris se acercó a otra mesa donde se escondían dos chicas. Se inclinó para mirarlas y las calificó de "patéticas". Harris luego se trasladó a otra mesa donde disparó dos veces, hiriendo a los chicos de 16 años de edad, Nicole Nowlen y John Tomlin. Cuando Tomlin intentó alejarse de la mesa, Klebold le dio una patada. Harris se burló del intento de Tomlin por escapar, antes de que Klebold le disparara al joven repetidamente, matándolo. Harris caminó hacia el otro lado de la mesa donde Lauren Townsend yacía muerta. Detrás de la mesa, una niña de 16 años llamada Kelly Fleming estaba sentada al lado de la mesa. Harris le disparó a Fleming con su escopeta, impactándola en la espalda y matándola instantáneamente. Disparó a la mesa detrás de Fleming, hiriendo de nuevo a Townsend y a Kreutz, e hiriendo a Jeanna Park, de 18 años. Una autopsia más tarde reveló que Townsend murió por los disparos anteriores infligidos por Klebold.

Los tiradores se trasladaron al centro de la biblioteca, donde continuaron recargando sus armas en una mesa. Harris notó que un estudiante se escondía cerca y le pidió que se identificara. Era John Savage, un conocido de Klebold, quien había ido a la biblioteca a estudiar para una prueba de historia. Savage dijo su nombre, creyendo que estaban dirigiéndose sólo a los atletas (algo que Savage no era), en un intento de salvar su vida. Entonces le preguntó a Klebold por lo que estaban haciendo, a lo que él respondió: "Oh, sólo matando gente". Savage preguntó si iban a matarlo. Klebold vaciló un momento y finalmente le dijo que se fuera. Savage huyó inmediatamente y escapó por la entrada principal de la biblioteca.

Después de que Savage se había marchado, Harris se volvió y disparó su carabina a una mesa, rozando la oreja de Daniel Mauser, de 15 años. Cuando Mauser se defendió, empujando una silla hacia Harris, Harris disparó de nuevo y la bala impactó a Mauser en la cara a corta distancia, matándolo. Ambos tiradores se movieron hacia el sur y dispararon aleatoriamente bajo otra mesa, hiriendo críticamente a dos jóvenes de 17 años, Jennifer Doyle y Austin Eubanks, e hiriendo a Corey DePooter, de 17 años. A DePooter, el último en morir en la masacre, a las 11:35, más tarde se le atribuyó haber mantenido a sus amigos en calma durante la masacre.

No hubo más lesiones después de las 11:35 a.m. Habían matado a 10 personas en la biblioteca y herido a 12. De los 56 rehenes de la biblioteca, 34 permanecieron ilesos. Los investigadores descubrirían más tarde que los tiradores tenían suficiente munición para haberlos asesinado a todos.


Varios testigos más tarde dijeron que escucharon a Harris y Klebold comentar que ya no encontraban emoción al disparar a sus víctimas. Klebold fue escuchado diciendo: "Tal vez deberíamos empezar a acuchillar a la gente, eso podría ser más divertido" (ambos jóvenes estaban equipados con cuchillos.) Se alejaron de la mesa y se dirigieron hacia el mostrador principal de la biblioteca. Harris lanzó un coctel molotov hacia el extremo suroeste de la biblioteca, pero no explotó. Harris recorrió el lado este del mostrador y Klebold se le unió desde el oeste; convergieron cerca de donde Todd se había trasladado después de haber sido herido. Harris y Klebold se burlaron de Todd, quien llevaba una gorra blanca. Cuando los tiradores exigieron ver su cara, Todd levantó parcialmente su gorra para que su rostro quedara oscurecido. Cuando Klebold le pidió a Todd que le diera una razón por la que no debía matarlo, Todd dijo: "No quiero problemas". Klebold dijo: "Tu solías llamarme un mari**n. ¿Quién es un mari**n ahora?". Los tiradores siguieron burlándose de Todd y discutieron matarlo, pero finalmente se fueron.

La nariz de Harris estaba sangrando mucho, lo que pudo haberle llevado a decidir abandonar la biblioteca. Klebold se volvió y disparó una vez en una sala de descanso abierta del personal de la biblioteca, impactando un pequeño televisor. Antes de que se fueran, Klebold golpeó una silla en la parte superior de la terminal de la computadora y varios libros en el mostrador de la biblioteca, justo encima de la oficina donde Patti Nielson se había escondido.

Los dos salieron de la biblioteca a las 11:36 a.m., poniendo fin a la situación de rehenes allí. Con cautela y temiendo el regreso de los tiradores, 34 sobrevivientes no lesionados y 10 heridos comenzaron a evacuar la biblioteca a través de la puerta norte, que condujo a la acera adyacente a la entrada oeste. Kacey Ruegsegger fue evacuada de la biblioteca por Craig Scott. Si no hubiera sido evacuada en este punto, Ruegsegger probablemente habría sangrado hasta la muerte por sus heridas. Patrick Ireland, inconsciente, y Lisa Kreutz, incapaz de moverse, permanecieron en el edificio. Patti Nielson se unió a Brian Anderson y al personal de la biblioteca en el cuarto de descanso exterior, en el que Klebold había disparado más temprano. Se encerraron y permanecieron allí hasta que fueron liberados, aproximadamente a las 3:30 p.m.

Luego de dejar la biblioteca, Harris y Klebold deambularon por la escuela realizando disparos ocasionales, pero sin encontrar blancos humanos. Aproximadamente a las 11:44 a.m., el dúo fue capturado por las cámaras de seguridad del sitio cuando se dirigían nuevamente a la cafetería. Luego de salir de la cafetería, Harris y Klebold recorrieron los pasillos sur y norte. A las 12:02 p.m., ingresaron nuevamente a la biblioteca, que se encontraba vacía de estudiantes sobrevivientes excepto por Patrick Ireland y Lisa Kreutz, que se encontraban heridos e inconscientes. Una vez adentro dispararon nuevamente por las ventanas hacia la policía. Aproximadamente a las 12:08 p.m., 32 minutos después de dejar la biblioteca, Patti Nielson escuchó a Harris y a Klebold gritar repentinamente "Uno! Dos! Tres!" al unísono, justo antes de escuchar una fuerte explosión. Dylan y Eric murieron el uno al lado del otro. Ambos cometieron su***dio, Harris se disparó en el paladar y Klebold se disparó en la sien.

Patrick Ireland había recuperado y perdido el conocimiento varias veces después de recibir dos disparos de Klebold. Se arrastró hasta las ventanas de la biblioteca donde, a las 2:38 p.m., abrió la ventana, con la intención de caer en los brazos de dos miembros del equipo SWAT quienes estaban de pie en el techo de un vehículo de emergencia, pero en su lugar cayó directamente sobre el techo del vehículo en una piscina de sangre. Más tarde los miembros del equipo SWAT fueron criticados por permitir que Ireland cayera más de dos metros al suelo, sin hacer nada para tratar de asegurar que pudiera bajar de manera segura o evitar su caída. Lisa Kreutz, de 18 años, con heridas de bala en el hombro, brazos, manos y muslos, permaneció en la biblioteca. En una entrevista posterior, recordó haber oído un comentario como "Tú en la biblioteca", más o menos a la hora de los suicidios de Eric Harris y Dylan Klebold. Kreutz yacía en la biblioteca, siguiendo la pista del tiempo por el sonido de las campanas de la escuela, hasta que llegó la policía. Ella había intentado moverse, pero estaba desorientada. Finalmente fue evacuada a las 3:22 p.m., junto con Patti Nielson, Brian Anderson y los tres empleados de la biblioteca quienes se habían escondido en la sala de descanso.

Fallecieron 15 personas incluyendo a los dos asesinos y 21 más fueron heridas. La masacre provocó un debate sobre las leyes de control de armas, las subculturas y el acoso. Derivó en un mayor énfasis en la seguridad de las escuelas con políticas de cero tolerancia, y un pánico moral sobre la cultura gótica, la cultura de las armas, los marginados sociales (aunque los perpetradores no eran excluidos), el uso de antidepresivos farmacéuticos por los adolescentes, el uso de Internet por parte de los adolescentes y la violencia en los videojuegos.
 
La masacre de Columbine
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En 1996, Eric Harris de 15 años creó un sitio web privado en AOl con el fin de guardar niveles de juego que él y su amigo, Dylan Klebold, crearon para su uso en el videojuego Domm. En este sitio, Harris creó un blog que incluía bromas y escritos cortos con pensamientos sobre sus padres, la escuela y sus amigos. Al finalizar el año, el sitio contenía instrucciones relacionadas con la fabricación de explosivos, y blogs donde describía los problemas que él y Klebold estaban provocando. A principios de 1997, las publicaciones del blog comenzaron a mostrar los primeros signos de la creciente ira de Harris contra la sociedad.

El sitio de Harris atrajo a muy pocos visitantes y no causó ninguna preocupación hasta marzo de 1998 cuando Klebold dio la dirección de la página a Brooks Brown, un antiguo amigo de Harris. La madre de Brown presentó varias quejas ante la oficina del Sheriff del Condado de Jefferson con respecto a Harris, pues creía que se trataba de un joven peligroso. El sitio web contenía diversas amenazas de muerte contra Brown. Klebold sabía que si Brooks accedía al sitio, éste descubriría el contenido e informaría a sus padres, y probablemente las autoridades serían notificadas sobre el hecho. Una vez que los padres de Brown accedieron al sitio, contactaron a la oficina del Sheriff del Condado de Jefferson. El investigador Michael Guerra fue informado sobre el sitio web. Cuando accedió a la página, Guerra descubrió numerosas amenazas violentas dirigidas contra los estudiantes y maestros de la Escuela Preparatoria de Columbine. En la misma página se podían ver algunas frases que Harris había escrito acerca de su odio general a la sociedad, y su deseo de matar a quienes le molestaban.

Harris contó en su página que había fabricado algunas bombas caseras y añadió además una lista negra de individuos, aunque no fijó ningún plan sobre cómo atacarlos. Como Harris había publicado en su página que poseía explosivos, Guerra escribió un proyecto de declaración jurada, solicitando una orden de registro de la casa de Harris. La declaración jurada también mencionó la sospecha de que Harris estaba involucrado en un caso de febrero de 1998 relacionado con bombas. La declaración jurada finalmente no fue presentada. Fue ocultada por la oficina del Sheriff del condado de Jefferson y no fue revelada sino hasta septiembre de 2001, como resultado de una investigación realizada por el programa de televisión 60 minutos

Después de la revelación de la declaración, se dio inicio a una serie de investigaciones del gran jurado sobre las actividades de encubrimiento de los funcionarios del Condado de Jefferson. La investigación reveló que altos funcionarios del condado se habían reunido días después de la masacre para discutir sobre la divulgación de la declaración jurada al público. Debido a que la declaración sobre el apoyo a la emisión de una orden de registro para la casa de Harris por un juez carecía de información, se decidió no revelar su existencia en una próxima conferencia de prensa. Y los puntos a discutir nunca fueron revelados a todo aquel que no formara parte de los miembros del gran jurado. Tras la rueda de prensa, los documentos originales de Guerra desaparecieron. En septiembre de 1999, un investigador del condado de Jefferson no pudo encontrar los documentos durante una búsqueda secreta del sistema informático del condado. Un segundo intento a finales de 2000 encontró copias del documento dentro de los archivos del condado de Jefferson. Los documentos fueron reconstruidos y puestos en libertad al público en septiembre de 2001, pero los documentos originales siguen sin aparecer. La investigación final del gran jurado fue revelada en septiembre de 2004.

En una de las reuniones con su psicólogo designado, Harris se quejó de depresión, enojo y pensamientos suicidas. Como resultado, se le recetó el anti-depresivo Zoloft. También se quejó de tener problemas para concentrarse y problemas de ansiedad. En abril, su doctor cambió su receta por Luvox, un farmaco antidepresivo similar.

Poco después de ser arrestados por robar herramientas de una furgoneta en 1998, empezaron a escribir diarios. En sus diarios escribieron sobre un supuesto plan de un gran bombardeo que rivalizaría con el ocurrido en Oklahoma City. Sus diarios contenían varios escritos sobre formas de escapar a México, secuestrar un avión en el Aeropuerto Internacional de Denver y estrellarlo contra un edificio en la ciudad de Nueva York y detalles sobre el ataque planeado. El dúo esperaba que la detonación de sus explosivos caseros en la cafetería en la hora más concurrida del día matara a cientos de estudiantes y después dispararían a los sobrevivientes que huían de la escuela. Posteriormente, cuando los vehículos de policía, ambulancias, camiones de bomberos y reporteros llegaran a la escuela, las bombas colocadas en los coches de los jóvenes harían explosión, matando al personal de emergencia y a otros. El día de la masacre, los explosivos en sus automóviles no detonaron.

Los jóvenes grabaron vídeos que documentaban sobre los explosivos, las municiones y las armas que habían obtenido ilegalmente. Ellos revelaron la forma en que escondieron sus arsenales en sus hogares, así como la forma en que engañaron a sus padres acerca de sus actividades. El par filmó vídeos de prácticas de tiro en las áreas boscosas cercanas, así como áreas de la escuela que planeaban atacar. El 20 de abril, aproximadamente treinta minutos antes del ataque, hicieron un vídeo final diciendo adiós y pidiendo disculpas a sus amigos y familiares.

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Pongo spoiler porque si no quedaría un post larguisímo

En la mañana del martes 20 de abril de 1999, Harris y Klebold colocaron una pequeña bomba incendiaria en un campo a unos tres kilómetros al sur de la Preparatoria Columbine, y a dos millas al sur de la estación de bomberos. La bomba estaba programada para explotar a las 11:14 de la mañana, con el propósito de distraer a los bomberos y al personal de emergencia de la escuela (ésta detonó parcialmente y provocó un pequeño incendio que fue rápidamente extinguido por los bomberos).

A las 11:10 a.m. Harris y Klebold llegaron de forma separada a la secundaria. Harris estacionó su vehículo en la entrada sur y Klebold estacionó en la entrada occidental. La cafetería de la escuela, su primer objetivo de bomba, se encontraba entre sus zonas de parqueo. Después de estacionar sus vehículos, los cuales contenían bombas programadas para detonarse a las 12:00, el dúo se encontró cerca del auto de Harris y se armó con dos bombas de 20 libras de propano cada una antes de ingresar a la cafetería. Los jóvenes colocaron los explosivos aproximadamente a las 11:17 a.m. dentro de la cafetería y se ubicaron de nuevo en sus autos esperando la explosión para dispararle a todo el que intentara escapar del edificio. Si las bombas hubieran explotado con todo su poder, habrían asesinado o herido a cerca de 488 estudiantes en la cafetería y posiblemente habrían hecho colapsar el techo, derrumbando parte de la biblioteca dentro de la cafetería.

El diputado del Sheriff del condado de Jefferson, Neil Gardner, fue asignado en la escuela preparatoria como oficial de recursos escolares, uniformado y armado a tiempo completo. Gardner comía generalmente con los estudiantes en la cafetería, pero el 20 de abril él estaba comiendo en su coche patrulla en la esquina noroeste del campus. El personal de seguridad de Columbine no se percató de las bombas en la cafetería, ya que un custodio estaba reemplazando la cinta de vídeo de seguridad de la escuela. Las bolsas que contenían las bombas fueron visibles por primera vez en la nueva cinta de seguridad, pero no fueron identificadas como objetos sospechosos. Ningún testigo recordó ver las bolsas de lona que se agregaban a las 400 o más mochilas presentes en la cafetería.

Cuando los dos jóvenes regresaron a sus vehículos, Harris se encontró con Brooks Brown, un amigo y compañero de clase con el que recientemente había solucionado una larga serie de desacuerdos. Brown, que estaba en el estacionamiento fumando un cigarrillo, se sorprendió al ver a Harris, a quien recientemente había notado ausente de un examen importante. Harris no parecía preocupado cuando Brown le recordó este hecho, comentando: "Ya no importa". Entonces Harris le dijo a Brown: "Brooks, ahora me caes bien, sal de aquí, vete a casa." Brown, sintiéndose incómodo, se alejó del lugar.31 Varios minutos más tarde, los estudiantes que salían de Columbine para el almuerzo observaron a Brown caminando por la calle South Pierce, lejos de la escuela. Mientras tanto, Harris y Klebold se armaron en sus vehículos y esperaron a que las bombas explotaran.
Cuando las bombas de la cafetería no explotaron, Harris y Klebold se reunieron y caminaron hacia la escuela. Ambos armados, subieron por las escaleras a la parte superior de la entrada oeste, ubicándose al mismo nivel de los campos atléticos al oeste del edificio y de la biblioteca dentro de la entrada oeste, justo encima de la cafetería. Desde este punto de vista, la entrada oeste de la cafetería estaba ubicada en la parte inferior de la escalera, a un lado del estacionamiento de estudiantes de último año.

A las 11:19 de la mañana, Rachel Scott, de 17 años, almorzaba con su amigo Richard Castaldo mientras estaba sentada en el césped junto a la entrada oeste de la escuela. Castaldo dijo que vio a uno de los muchachos lanzar una bomba, que apenas detonó, lo que le hizo no tomar en serio las acciones de los sujetos. En ese momento, un testigo oyó a Eric Harris gritar, "¡Vaya, vaya!" Los dos atacantes sacaron sus armas, las cuales estaban ocultas en sus gabardinas, y comenzaron a disparar contra Castaldo y Scott. Scott fue impactada cuatro veces y murió al instante. Castaldo fue impactado ocho veces en el pecho, el brazo y el abdomen, perdiendo el conocimiento. No se sabe quién disparó primero. Sin embargo, Harris fue quien disparó y mató a Scott, y Castaldo reportó que Scott fue impactada antes que él.

Después de los dos primeros disparos, Harris se quitó su gabardina y apuntó su carabina de 9 mm por la escalera oeste hacia tres jóvenes: Daniel Rohrbough, Sean Graves, de 15 años, y Lance Kirklin, de 16 años. Kirklin más tarde reportó haber visto a Klebold y Harris de pie en la parte superior de la escalera, antes de que el par abriera fuego. Los tres jóvenes fueron heridos de bala. Dentro de la escuela, algunos de los estudiantes creían que estaban siendo testigos de una broma por parte de los dos estudiantes de último año. Pero en la cafetería, Dave Sanders, un profesor de informática y de negocios, así como entrenador del equipo de atletismo de la escuela, rápidamente se dio cuenta de que no era una broma, sino un ataque deliberado contra la escuela.

Harris y Klebold se voltearon y comenzaron a disparar hacia el oeste en dirección a cinco estudiantes sentados en la ladera cubierta de hierba junto a los escalones y frente a la entrada oeste de la escuela. Michael Johnson, de 15 años, fue impactado en la cara, pierna y brazo, pero corrió y escapó; Mark Taylor, de 16 años, recibió un disparo en el pecho, los brazos y la pierna y cayó al suelo fingiendo su muerte. Los otros tres escaparon ilesos.

Klebold bajó los escalones hacia la cafetería. Se acercó a Kirklin, quien ya estaba herido y tendido en el suelo, pidiendo débilmente ayuda. Klebold dijo, "Claro, te ayudaré", entonces le disparó en la cara, hiriéndolo críticamente. Daniel Rohrbough y Sean Graves habían bajado la escalera cuando Klebold y Harris se distrajeron por los estudiantes sobre el césped; Graves, paralizado de la cintura hacia abajo, se arrastró hasta el umbral de la entrada oeste de la cafetería y colapsó. Klebold le disparó a Rohrbough, quien ya estaba herido de muerte por los disparos que previamente le había hecho Harris a corta distancia por el costado izquierdo, y luego pasó por encima de Sean Graves para entrar en la cafetería. Los funcionarios especularon que Klebold fue a la cafetería para revisar las bombas de propano. Harris derribó a disparos a varios estudiantes sentados cerca de la entrada de la cafetería, hiriendo gravemente y paralizando parcialmente a Anne-Marie Hochhalter, de 17 años, cuando intentaba huir. Klebold salió de la cafetería y subió las escaleras para unirse a Harris.

Dispararon contra los estudiantes cerca de un campo de fútbol, pero no lograron alcanzar a ninguno. Caminaron hacia la entrada del oeste, lanzando bombas, pocas de las cuales detonaron. Mientras tanto, dentro de la escuela, Patti Nielson, una maestra de arte, había notado la conmoción y caminó hacia la entrada oeste con un estudiante de 17 años, Brian Anderson. Ella tenía la intención de ir afuera para decirles a los dos estudiantes que se controlaran, pensando que Klebold y Harris estaban filmando un vídeo o haciendo una broma. Cuando Anderson abrió el primer juego de puertas dobles, Harris y Klebold dispararon a través de las ventanas, hiriendo con los cristales rotos a Anderson y a Nielson en el hombro con restos de metralla. Nielson se puso en pie y corrió por el pasillo hacia la biblioteca, alertando a los estudiantes del peligro y diciéndoles que se escondieran debajo de los escritorios y guardaran silencio. Nielson marcó al 911 y se escondió bajo el mostrador administrativo de la biblioteca. Anderson se quedó atrás, atrapado entre las puertas exteriores e interiores.

A las 11:22, el custodio llamó a Neil Gardner, el oficial de recursos estudiantiles asignado a Columbine por la radio de la escuela, solicitando asistencia en el estacionamiento de los alumnos de último año. La única ruta pavimentada lo llevó alrededor de la escuela al este y al sur sobre Pierce Street, donde, a las 11:23, escuchó en su radio de policía que una mujer estaba herida y asumió que había sido arrollada por un coche. Mientras salía de su coche patrulla en el estacionamiento de estudiantes de último año a las 11:24, escuchó otra llamada en la radio de la escuela que decía: "Neil, hay alguien disparando en la escuela". Harris, en la entrada oeste, disparó inmediatamente su rifle hacia Gardner, que estaba a sesenta metros de distancia. Gardner devolvió el fuego con su pistola de servicio. Él no llevaba sus lentes y fue incapaz de impactar a los tiradores.

De este modo, cinco minutos después de que comenzaran los disparos y dos minutos después de la primera llamada de radio, Gardner estaba involucrado en un tiroteo con Harris y Klebold. Había ya dos muertos y diez heridos. Harris disparó diez veces y Gardner disparó cuatro, antes de que Harris se replegara hacia el edificio. Ninguno de los dos resultó herido en este intercambio de disparos. Gardner informó en su radio de policía: "Disparos en el edificio, necesito a alguien en el estacionamiento sur conmigo".

El tiroteo distrajo a Harris y a Klebold del lesionado Brian Anderson. Anderson escapó a la biblioteca y se escondió dentro de un aula de descanso. De vuelta en la escuela, el dúo se movió a lo largo del pasillo norte, lanzando bombas y disparando en dirección de cualquier persona que encontraran. Klebold le disparó a Stephanie Munson en el tobillo, aunque ella pudo salir de la escuela. El par disparó en dirección de las ventanas hacia la entrada este de la escuela. Después de pasar por el pasillo varias veces y disparar a los estudiantes que vieron, Harris y Klebold se dirigieron hacia la entrada oeste y entraron en el pasillo de la biblioteca.

Paul Smoker, un patrullero en motocicleta de la oficina del Sheriff del condado de Jefferson, estaba diligenciando una infracción de tránsito al norte de la escuela cuando llegó la llamada de una "mujer herida" a las 11:23, probablemente refiriéndose a la ya muerta Rachel Scott. Tomando la ruta más corta, condujo su motocicleta sobre la hierba entre los campos de atletismo y se dirigió hacia la entrada oeste. Cuando vio a Scott Taborsky siguiéndolo en un coche patrulla, abandonó su motocicleta para cubrirse en el coche. Los dos habían comenzado a rescatar a dos estudiantes heridos cerca de los campos de juego cuando otro tiroteo estalló a las 11:26, entre Harris, de vuelta en la entrada oeste, y Gardner, todavía en el estacionamiento; Smoker devolvió fuego desde la cima de la colina, disparando tres balas, y Harris se retiró. Una vez más, nadie fue impactado.

Dentro de la escuela, el profesor Dave Sanders había evacuado con éxito a los estudiantes de la cafetería; donde algunos de ellos subieron por una escalera que conducía al segundo piso de la escuela. Las escaleras estaban situadas a la vuelta de la esquina del pasillo de la biblioteca en el pasillo sur. Para entonces, Harris y Klebold estaban dentro del pasillo principal. Sanders y otro estudiante estaban al final del pasillo todavía tratando de asegurar la escuela lo más que podían, y mientras corrían, se encontraron con Harris y Klebold, que se acercaban desde la esquina del pasillo norte. Sanders y el estudiante se dieron la vuelta y corrieron en la dirección opuesta. Harris y Klebold dispararon contra ambos, Harris impactó a Sanders dos veces en el pecho, pero falló al intentar dispararle al estudiante. Éste último llegó al aula de ciencias y advirtió a todos los allí presentes para que se escondieran. Klebold se acercó a Sanders, quien había colapsado, para buscar al estudiante pero regresó con Harris por el pasillo norte.

Sanders se arrastró hacia el área de ciencias y un profesor lo llevó a un aula donde había treinta estudiantes refugiados. Colocaron un letrero en la ventana que decía "uno desangrándose" para alertar a la policía y al personal médico sobre la ubicación de Sanders. Debido a su conocimiento de primeros auxilios, el estudiante Aaron Hancey fue llevado al aula. Con la ayuda de un compañero de estudio llamado Kevin Starkey, y la maestra Teresa Miller, Hancey administró los primeros auxilios a Sanders durante tres horas; tratando de detener la pérdida de sangre usando camisetas de los estudiantes en la habitación. Usando un teléfono en la habitación, Miller y varios estudiantes mantuvieron contacto con la policía fuera de la escuela. Todos los estudiantes en esta sala fueron evacuados con seguridad.

Mientras se desarrollaba el tiroteo, Patti Nielson se comunicó por teléfono con los servicios de emergencia, contando su historia e instando a los estudiantes a que se escondieran debajo de los escritorios. Según las transcripciones, su llamada fue recibida por un operador del 911 a las 11:25:05 a.m. El tiempo de la llamada desde que contestaron hasta que los tiradores entraron a la biblioteca fue de cuatro minutos y diez segundos. Antes de entrar, los tiradores arrojaron dos bombas a la cafetería, las cuales explotaron. Arrojaron otra bomba al pasillo de la biblioteca, ésta estalló y dañó varios casilleros. A las 11:29 a.m., Harris y Klebold entraron en la biblioteca, donde un total de 52 estudiantes, dos profesores y dos bibliotecarios se habían ocultado.

Al ingresar, Harris gritó: "¡Levántense!". El grito fue tan fuerte que pudo ser escuchado en la grabación del 911 de Patti Nielson a las 11:29:18. El personal y los estudiantes que se escondían en las aulas exteriores de la biblioteca dijeron después que también escucharon a los atacantes decir: "¡Todos los atletas de pie, vamos a matar a los que tengan gorras blancas!" (El uso de una gorra de béisbol blanca en Columbine era una tradición entre los miembros del equipo deportivo, por lo general atletas.) Al ver que nadie se levantó, Harris dijo: "Bien, voy a empezar a disparar de todos modos". Disparó su escopeta dos veces a un escritorio, sin saber que un estudiante llamado Evan Todd se escondía debajo de él. Todd fue herido por astillas de madera, pero no resultó gravemente herido.

Los tiradores caminaron hacia el lado opuesto de la biblioteca, a dos hileras de equipos de cómputo. Todd se escondió detrás del mostrador administrativo. Kyle Velásquez, de 16 años, estaba sentado en la fila norte de computadoras. La policía más tarde dijo que no se había ocultado debajo del escritorio cuando Klebold y Harris habían entrado por primera vez en la biblioteca, pero se había cubierto debajo de la mesa de la computadora. Klebold disparó y mató a Velasquez, impactándole en la cabeza y la espalda. Klebold y Harris dejaron sus maletas llenas de municiones en la fila sur o inferior de las computadoras y volvieron a cargar sus armas. Caminaron hacia las ventanas que daban a la escalera exterior. Al notar que la policía evacuaba a estudiantes fuera de la escuela, Harris dijo: "Vamos a matar a algunos policías". Él y Klebold comenzaron a disparar por las ventanas en dirección de la policía, quienes devolvieron el fuego. Nadie resultó herido en este cruce.

Después de disparar a través de las ventanas hacia los estudiantes que evacuaban y hacia la policía, Klebold disparó su escopeta hacia una mesa cercana, hiriendo a tres estudiantes: Patrick Ireland, Daniel Steepleton y Makai Hall. Acto seguido se quitó su gabardina. Cuando Klebold disparó a los tres, Harris tomó su escopeta y caminó hacia la fila inferior de los mostradores con computadoras, disparando un solo tiro bajo el primer escritorio sin mirar. Impactó a Steven Curnow, de 14 años, con una herida mortal en el cuello. Harris entonces disparó debajo de la mesa adyacente, hiriendo a Kacey Ruegsegger de 17 años con un tiro que pasó completamente a través de su hombro derecho y mano, también rozando su cuello y cortando una arteria importante. Cuando empezó a jadear de dolor, Harris le dijo: "Deja de quejarte".

Harris se acercó a la mesa frente a la fila inferior de computadoras, golpeó la superficie dos veces y se arrodilló, diciendo "Peek-a-boo (Te encontré)" a Cassie Bernall, de 17 años, antes de dispararle una vez en la cabeza, matándola instantáneamente. Harris había estado sosteniendo la escopeta con una mano en este punto y el arma golpeó su cara por la fuerza del disparo, rompiendo su nariz. Los informes iniciales sugieren que Harris le preguntó a Bernall: "¿Crees en Dios?", A lo que respondió que sí, antes de morir. Sin embargo, tres estudiantes que fueron testigos de la muerte de Bernall, incluyendo a Emily Wyant, quien se había ocultado debajo de la mesa con ella, han testificado que Bernall no intercambió palabras con Harris después de su burla inicial, aunque Wyant había estado rezando antes de su asesinato.

Después de dispararle fatalmente a Bernall, Harris se volteó hacia la mesa de al lado y halló a Bree Pasquale. Harris le preguntó a Pasquale si quería morir, y ella respondió con una súplica por su vida. Más tarde, testigos informaron que Harris parecía desorientado, posiblemente porque su nariz había empezado a sangrar. Mientras Harris se burlaba de Pasquale, Klebold observó que Patrick Ireland trataba de ayudar a Hall, quien había sufrido una herida en la rodilla. Mientras esto ocurría, Klebold le disparó a Ireland una segunda vez, impactándole dos veces en la cabeza y una vez en el pie. Ireland fue dejado inconsciente, pero sobrevivió.

Klebold se dirigió hacia otro grupo de mesas, donde descubrió a Isaiah Shoels, de 18 años, Matthew Kechter, de 16 años, y Craig Scott (el hermano menor de Rachel Scott), de 16 años, quienes se escondieron bajo una mesa. Los tres eran atletas populares. Klebold intentó sacar a Shoels de debajo de la mesa. Llamó a Harris, refiriéndose a él por su identidad en línea (REB) y gritando: "¡REB, hay un negro aquí!" Harris dejó a Pasquale y se unió a él. Según testigos, Klebold y Harris se burlaron de Shoels por unos segundos, haciendo comentarios raciales despectivos. Harris se arrodilló y disparó contra Shoels una vez en el pecho a corta distancia, matándolo instantáneamente. Klebold también se arrodilló y abrió fuego, impactando y matando a Kechter. Harris entonces gritó; "¿Quién está listo para morir a continuación?". Craig Scott no fue alcanzado por las balas y fingió su muerte sobre la sangre de sus dos amigos. Harris se volvió y lanzó una bomba de CO2 a la mesa donde Hall, Steepleton e Ireland estaban ubicados. Aterrizó en el muslo de Steepleton, y Hall rápidamente la lanzó lejos de su mesa.

Harris caminó hacia las estanterías entre el oeste y el centro de las mesas de la biblioteca. Saltó sobre una y la sacudió, luego disparó en una dirección desconocida dentro de ese área general. Klebold caminó por la zona principal, pasando por el primer conjunto de estanterías, el escritorio central y un segundo conjunto de libreros en el área este. Harris caminó desde la estantería donde había disparado, pasando por el área central para encontrarse con Klebold. Este último disparó contra una vitrina ubicada junto a la puerta, luego se volvió y disparó hacia la mesa más cercana, golpeando e hiriendo a Mark Kintgen, de 17 años, en la cabeza y el hombro. Luego se volvió hacia la mesa a su izquierda y disparó, hiriendo a Lisa Kreutz de 18 años y a Valeen Schnurr con la misma explosión de escopeta. Klebold se movió hacia la misma mesa y disparó con su TEC-9, matando a Lauren Townsend, de 18 años. En este punto, la gravemente herida Valeen Schnurr comenzó a gritar: "¡Oh Dios mío, oh Dios!" En respuesta, Klebold le preguntó a Schnurr si creía en la existencia de Dios; cuando Schnurr respondió que sí, Klebold simplemente preguntó "¿Por qué?", antes de alejarse de la mesa.

Harris se acercó a otra mesa donde se escondían dos chicas. Se inclinó para mirarlas y las calificó de "patéticas". Harris luego se trasladó a otra mesa donde disparó dos veces, hiriendo a los chicos de 16 años de edad, Nicole Nowlen y John Tomlin. Cuando Tomlin intentó alejarse de la mesa, Klebold le dio una patada. Harris se burló del intento de Tomlin por escapar, antes de que Klebold le disparara al joven repetidamente, matándolo. Harris caminó hacia el otro lado de la mesa donde Lauren Townsend yacía muerta. Detrás de la mesa, una niña de 16 años llamada Kelly Fleming estaba sentada al lado de la mesa. Harris le disparó a Fleming con su escopeta, impactándola en la espalda y matándola instantáneamente. Disparó a la mesa detrás de Fleming, hiriendo de nuevo a Townsend y a Kreutz, e hiriendo a Jeanna Park, de 18 años. Una autopsia más tarde reveló que Townsend murió por los disparos anteriores infligidos por Klebold.

Los tiradores se trasladaron al centro de la biblioteca, donde continuaron recargando sus armas en una mesa. Harris notó que un estudiante se escondía cerca y le pidió que se identificara. Era John Savage, un conocido de Klebold, quien había ido a la biblioteca a estudiar para una prueba de historia. Savage dijo su nombre, creyendo que estaban dirigiéndose sólo a los atletas (algo que Savage no era), en un intento de salvar su vida. Entonces le preguntó a Klebold por lo que estaban haciendo, a lo que él respondió: "Oh, sólo matando gente". Savage preguntó si iban a matarlo. Klebold vaciló un momento y finalmente le dijo que se fuera. Savage huyó inmediatamente y escapó por la entrada principal de la biblioteca.

Después de que Savage se había marchado, Harris se volvió y disparó su carabina a una mesa, rozando la oreja de Daniel Mauser, de 15 años. Cuando Mauser se defendió, empujando una silla hacia Harris, Harris disparó de nuevo y la bala impactó a Mauser en la cara a corta distancia, matándolo. Ambos tiradores se movieron hacia el sur y dispararon aleatoriamente bajo otra mesa, hiriendo críticamente a dos jóvenes de 17 años, Jennifer Doyle y Austin Eubanks, e hiriendo a Corey DePooter, de 17 años. A DePooter, el último en morir en la masacre, a las 11:35, más tarde se le atribuyó haber mantenido a sus amigos en calma durante la masacre.

No hubo más lesiones después de las 11:35 a.m. Habían matado a 10 personas en la biblioteca y herido a 12. De los 56 rehenes de la biblioteca, 34 permanecieron ilesos. Los investigadores descubrirían más tarde que los tiradores tenían suficiente munición para haberlos asesinado a todos.


Varios testigos más tarde dijeron que escucharon a Harris y Klebold comentar que ya no encontraban emoción al disparar a sus víctimas. Klebold fue escuchado diciendo: "Tal vez deberíamos empezar a acuchillar a la gente, eso podría ser más divertido" (ambos jóvenes estaban equipados con cuchillos.) Se alejaron de la mesa y se dirigieron hacia el mostrador principal de la biblioteca. Harris lanzó un coctel molotov hacia el extremo suroeste de la biblioteca, pero no explotó. Harris recorrió el lado este del mostrador y Klebold se le unió desde el oeste; convergieron cerca de donde Todd se había trasladado después de haber sido herido. Harris y Klebold se burlaron de Todd, quien llevaba una gorra blanca. Cuando los tiradores exigieron ver su cara, Todd levantó parcialmente su gorra para que su rostro quedara oscurecido. Cuando Klebold le pidió a Todd que le diera una razón por la que no debía matarlo, Todd dijo: "No quiero problemas". Klebold dijo: "Tu solías llamarme un mari**n. ¿Quién es un mari**n ahora?". Los tiradores siguieron burlándose de Todd y discutieron matarlo, pero finalmente se fueron.

La nariz de Harris estaba sangrando mucho, lo que pudo haberle llevado a decidir abandonar la biblioteca. Klebold se volvió y disparó una vez en una sala de descanso abierta del personal de la biblioteca, impactando un pequeño televisor. Antes de que se fueran, Klebold golpeó una silla en la parte superior de la terminal de la computadora y varios libros en el mostrador de la biblioteca, justo encima de la oficina donde Patti Nielson se había escondido.

Los dos salieron de la biblioteca a las 11:36 a.m., poniendo fin a la situación de rehenes allí. Con cautela y temiendo el regreso de los tiradores, 34 sobrevivientes no lesionados y 10 heridos comenzaron a evacuar la biblioteca a través de la puerta norte, que condujo a la acera adyacente a la entrada oeste. Kacey Ruegsegger fue evacuada de la biblioteca por Craig Scott. Si no hubiera sido evacuada en este punto, Ruegsegger probablemente habría sangrado hasta la muerte por sus heridas. Patrick Ireland, inconsciente, y Lisa Kreutz, incapaz de moverse, permanecieron en el edificio. Patti Nielson se unió a Brian Anderson y al personal de la biblioteca en el cuarto de descanso exterior, en el que Klebold había disparado más temprano. Se encerraron y permanecieron allí hasta que fueron liberados, aproximadamente a las 3:30 p.m.

Luego de dejar la biblioteca, Harris y Klebold deambularon por la escuela realizando disparos ocasionales, pero sin encontrar blancos humanos. Aproximadamente a las 11:44 a.m., el dúo fue capturado por las cámaras de seguridad del sitio cuando se dirigían nuevamente a la cafetería. Luego de salir de la cafetería, Harris y Klebold recorrieron los pasillos sur y norte. A las 12:02 p.m., ingresaron nuevamente a la biblioteca, que se encontraba vacía de estudiantes sobrevivientes excepto por Patrick Ireland y Lisa Kreutz, que se encontraban heridos e inconscientes. Una vez adentro dispararon nuevamente por las ventanas hacia la policía. Aproximadamente a las 12:08 p.m., 32 minutos después de dejar la biblioteca, Patti Nielson escuchó a Harris y a Klebold gritar repentinamente "Uno! Dos! Tres!" al unísono, justo antes de escuchar una fuerte explosión. Dylan y Eric murieron el uno al lado del otro. Ambos cometieron su***dio, Harris se disparó en el paladar y Klebold se disparó en la sien.

Patrick Ireland había recuperado y perdido el conocimiento varias veces después de recibir dos disparos de Klebold. Se arrastró hasta las ventanas de la biblioteca donde, a las 2:38 p.m., abrió la ventana, con la intención de caer en los brazos de dos miembros del equipo SWAT quienes estaban de pie en el techo de un vehículo de emergencia, pero en su lugar cayó directamente sobre el techo del vehículo en una piscina de sangre. Más tarde los miembros del equipo SWAT fueron criticados por permitir que Ireland cayera más de dos metros al suelo, sin hacer nada para tratar de asegurar que pudiera bajar de manera segura o evitar su caída. Lisa Kreutz, de 18 años, con heridas de bala en el hombro, brazos, manos y muslos, permaneció en la biblioteca. En una entrevista posterior, recordó haber oído un comentario como "Tú en la biblioteca", más o menos a la hora de los suicidios de Eric Harris y Dylan Klebold. Kreutz yacía en la biblioteca, siguiendo la pista del tiempo por el sonido de las campanas de la escuela, hasta que llegó la policía. Ella había intentado moverse, pero estaba desorientada. Finalmente fue evacuada a las 3:22 p.m., junto con Patti Nielson, Brian Anderson y los tres empleados de la biblioteca quienes se habían escondido en la sala de descanso.

Fallecieron 15 personas incluyendo a los dos asesinos y 21 más fueron heridas. La masacre provocó un debate sobre las leyes de control de armas, las subculturas y el acoso. Derivó en un mayor énfasis en la seguridad de las escuelas con políticas de cero tolerancia, y un pánico moral sobre la cultura gótica, la cultura de las armas, los marginados sociales (aunque los perpetradores no eran excluidos), el uso de antidepresivos farmacéuticos por los adolescentes, el uso de Internet por parte de los adolescentes y la violencia en los videojuegos.

Recuerdo ese caso fue bastante mediático, alucino que sabiéndolo y con denuncia de por medio no se hiciese absolutamente nada por evitarlo.
 
Jon Venables y Robert Thompson

El 24 de noviembre de 1993, Jon Venables y Robert Thompson fueron declarados culpables por la muerte del infante James Bulger. En el crimen había tortura y premeditación, por lo que era un insólito acto de sadismo que desconcertaba a la sociedad británica y los colocaba como los asesinos más jóvenes en la historia moderna de Inglaterra. La condena que se les dio fue permanecer en prisión hasta que cumpliesen la mayoría de edad, cosa que pareció demasiado blanda a la indignada sociedad británica.




Robert y John raptaron a un niño de dos años, lo llevaron a una estación de tren abandonada, lo patearon, le tiraron piedras y ladrillos, le bajaron los pantalones y dejaron su cuerpo en la vía férrea para que el tren lo partiera. Su caso conmocionó a Inglaterra, y aún hoy los odian, por lo que deben ocultar sus identidades.

La historia del caso:

Ambos asesinos nacieron en Liverpool, Inglaterra, en el año 1983. Los dos tenían familias disfuncionales, presentaban bajas calificaciones y conductas problemáticas en la escuela, y su día a día en el hogar estaba marcado por episodios de violencia, alcoholismo y peleas de pareja.

Robert Thompson había sido abandonado por su padre cuando tenía seis años, pero aún después de eso la violencia continuó siendo la nota dominante de su entorno familiar, de modo que, como mecanismo de defensa, se volvió emocionalmente desconectado. La vida de Jon Venables no era muy diferente, y los sufrimientos comunes (acoso en la escuela, aislamiento, violencia doméstica, etc) actuaron como imanes que los volvieron grandes amigos. Sin embargo, a veces los vínculos entre víctimas suelen engendrar victimarios, y este fue uno de esos casos… Así, dentro de ellos ya ardía la violencia para cuando vieron Chuky, el Muñeco Diabólico; película que, según declararían, los inspiró a cometer el crimen.

El fatídico día fue un 12 de febrero de 1993. El asesinato estaba pensado para esa fecha, y por eso faltaron a la escuela y se fueron a dar vueltas en el Centro Comercial New Strand (en Liberpool). Allí, según mostraron las cámaras de seguridad, Robert y Jon miraban niños con disimulo, como buscando una presa propicia. En tales faenas pasaron varias horas, hasta que poco antes de las 15:40 encontraron al niño ideal: era James Bulger, que tan solo tenía dos añitos y había salido a dar un paseo con su madre Denise.

Fue en un breve instante de distracción por parte de Denise dentro de la carnicería (en el New Strand), cuando Robert y Jon se aprovecharon para hablarle a James (que se había quedado en la puerta de entrada a la carnicería) y llevarlo de la mano, de modo que, cuando a eso de las 15:42 Denise miró a ver dónde estaba su hijo, éste no aparecía en ningún lado. Entonces salió a buscarlo, pero Robert y Jon eran tan rápidos que no pudo hallarlo, pues lo habían sacado fuera del centro comercial y recorrerían con él unos cuatro kilómetros hasta llegar al Canal Leeds, donde le causaron heridas faciales al dejarlo caer de cabeza, luego de sujetarlo mientras cruelmente bromeaban sobre si lanzarlo o no al torrente de agua…

Ante su horrible situación, el pequeño James lloraba con un chichón en la frente, y algunas personas observaban la situación, pero nadie hizo nada creyendo que, en el peor de los casos, eran dos hermanos mayores molestando al menor. Solo dos individuos se acercaron: al uno, le dijeron que James era un niño perdido al que llevarían a la comisaría más cercana; al otro, que James era el hermano menor y tenía el chichón por una caída…
Después se lo llevaron a una tienda de mascotas, pero fueron expulsados por portarse mal, y entonces decidieron librarse de él y caminaron hasta una vía de tren cerca de la abandonada estación Walton and Anfield.

Junto a la vía del tren, uno de los chicos lanzó pintura azul (robada previamente) en el ojo izquierdo de James, y después ambos comenzaron a patearlo, a darle puñetes y a tirarle piedras y ladrillos, todo sin darle muerte. Cerca no había nadie que viese tales abusos, y Jon y Robert le introdujeron pilas en la boca y, según se sospecha, también en el recto…

Por último y cuando el pequeño estaba repleto de heridas, uno de los dos sádicos le lanzó una barra metálica de 10 kilos, la cual cayó en la cabeza de James, provocándole varias fracturas que se hubiesen podido ver como la causa de muerte, aunque el patólogo Alan William indicó que las heridas eran tantas que no se podía ver concluyentemente en una sola la causa de muerte, sobre todo porque, al verlo inconsciente, Jon y Robert lo acostaron en la vía del tren, le pusieron escombros (tierra, piedras, etc) en la cabeza (para que todo parezca accidental) y se fueron. Minutos después el tren partió en dos el cuerpecito de James.

No pasaron muchas horas sin que el cadáver fuese encontrado y, pese al terrible estado del cuerpo, nadie habría pensado que era un accidente pues… ¿acaso el niño andaba desnudo de la cintura para abajo cuando jugaba?, ¿qué clase de niño corretea solo con una camiseta en aquel abandonado paraje?… Hasta este momento no se ha mencionado, pero a James le habían quitado los zapatos, las medias, el pantalón y los calzoncillos; e incluso, según el informe del patólogo, el prepucio del niño había sido manipulado…

Tiempo después, gracias a los vídeos de las cámaras de seguridad y a una mujer que identificó a Jon Venables en uno de esos vídeos (que se mostraron en los noticieros), la Policía comenzó indagaciones que, junto a ciertas pruebas de ADN, resultaron concluyentes en la culpabilidad de los dos niños.

Cuando se supo la verdad, la indignación fue tal que la familia de uno de los chicos (las fuentes no aclaran cuál) tuvo que huir de Liverpool. Los dos mini asesinos, en la manera como se dijo arriba, fueron condenados a permanecer tras las rejas. Fuera de la cárcel, solo les aguardaba el odio y el deseo de venganza, principalmente por parte de los padres de la víctima. Dijo así la madre de James Bulger: “Cada minuto que pase, deberán vigilar sus espaldas. Aunque se vayan a vivir en el fin del mundo, nunca podrán estar tranquilos”. Por eso, cuando en el 2001 el gobierno les dio libertad condicional bajo nuevas identidades, entre las condiciones estipuladas, además de no verse entre ellos, estaba la de que jamás podrían volver a poner un pie en Liverpool. Aunque eso no sería una garantía de seguridad, pues, como dijo la madre de James Bulger: “Si alguien los mata, yo estaré a su lado en el tribunal para decir: ‘El responsable es el Gobierno porque sólo apoya a los asesinos’. Un día, una pistola apuntará hacia ellos, aunque no sea yo quien la sostenga”. Y al parecer, Denise (la madre de la víctima) podría tener razón, puesto que, al menos Jon, es tan incorregible que actualmente ha vuelto a las rejas, después de que se hiciera pasar por una madre dispuesta a explotar sexualmente a su hija de ocho años a cambio de imágenes de por**grafía infantil que, como es de esperarse, fueron descubiertas en su disco duro.


No puedo leer los casos de este hilo, no podria dormir después, y encima casi todos en los USA, pero este lo recuerdo muy bien, en Reino Unido. Dos niños de familias desestructuradas matan a un pequeño imitando la matanza de un juego de ordenador o consola o algo asi.

Veias sus caras, tan pequeños, solo diez años, y, simplemente, no podias creer que hubiesen podido hacerlo con la misma maldad que un adulto. Por un lado veias a los padres del niño - su matrimonio no sobrevivió - y por otro a los dos niños, cuyas identidades y fotografias fueron desveladas por los medios de comunicación violando la ley del menor.

Durante el juicio, que no tuvo cámaras tras el patinazo de la filtración de los nombres y caras de los niños, los niños estuvieron mirandolo todo sin llegar a entender bien lo que veian y escuchaban y sus piernas no alcanzaban el suelo. Desde su detención habian sido separados para siempre. Veias los furgones policiales que transportaban a los pequeños homicidas y los gritos pidiendo su ejecución de la masa te ponia los pelos tan escarpados como el sufrimiento que hicieron pasar al pequeño Jamie.

Esa masa no sentía ni un ápice de autocrítica respecto a que clase de sociedad formaban criando a niños que se convertian en asesinos. Solo sed de sangre. Y eso que se sabia que en esos largos 4 kilómetros muchas personas se cruzaron con ellos y decidieron creer que era el hermanito de uno de ellos, sin interesarse más por la criatura.

Cuando terminaron sus condenas, fueron puestos en libertad con nombres falsos y una nueva vida. Es cierto que uno de ellos ha sido detenido con material ped*filo en el ordenador, pero el otro debe ser un ciudadano normal consciente de lo que hizo, del poco juicio que tenia a esa edad, y que nunca podrá olvidarlo.

Jonathan Trigell se basó en este caso para escribir "Niño A", una historia ficcionada de un niño que podria haber sido uno de ellos y la estrecha relación que establece con uno de sus reeducadores, obsesionado con que tenga una nueva vida protegida y cuyo propio hijo, celoso por la atención que da su padre a ese "asesino", echa a perder la nueva vida anónima del muchacho A. Una novela muy hermosa con un final muy triste. Ya que la sociedad no da segundas oportunidades.

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Recuerdo ese caso fue bastante mediático, alucino que sabiéndolo y con denuncia de por medio no se hiciese absolutamente nada por evitarlo.
Parece ser que se intentó tapar el hecho para evitar que la culpa fuera para el departamento del Sheriff que no investigó los avisos previos. Quizás si lo hubiera hecho no habría pasado lo que pasó.
 
No puedo leer los casos de este hilo, no podria dormir después, y encima casi todos en los USA, pero este lo recuerdo muy bien, en Reino Unido. Dos niños de familias desestructuradas matan a un pequeño imitando la matanza de un juego de ordenador o consola o algo asi.

Veias sus caras, tan pequeños, solo diez años, y, simplemente, no podias creer que hubiesen podido hacerlo con la misma maldad que un adulto. Por un lado veias a los padres del niño - su matrimonio no sobrevivió - y por otro a los dos niños, cuyas identidades y fotografias fueron desveladas por los medios de comunicación violando la ley del menor.

Durante el juicio, que no tuvo cámaras tras el patinazo de la filtración de los nombres y caras de los niños, los niños estuvieron mirandolo todo sin llegar a entender bien lo que veian y escuchaban y sus piernas no alcanzaban el suelo. Desde su detención habian sido separados para siempre. Veias los furgones policiales que transportaban a los pequeños homicidas y los gritos pidiendo su ejecución de la masa te ponia los pelos tan escarpados como el sufrimiento que hicieron pasar al pequeño Jamie.

Esa masa no sentía ni un ápice de autocrítica respecto a que clase de sociedad formaban criando a niños que se convertian en asesinos. Solo sed de sangre. Y eso que se sabia que en esos largos 4 kilómetros muchas personas se cruzaron con ellos y decidieron creer que era el hermanito de uno de ellos, sin interesarse más por la criatura.

Cuando terminaron sus condenas, fueron puestos en libertad con nombres falsos y una nueva vida. Es cierto que uno de ellos ha sido detenido con material ped*filo en el ordenador, pero el otro debe ser un ciudadano normal consciente de lo que hizo, del poco juicio que tenia a esa edad, y que nunca podrá olvidarlo.

Jonathan Trigell se basó en este caso para escribir "Niño A", una historia ficcionada de un niño que podria haber sido uno de ellos y la estrecha relación que establece con uno de sus reeducadores, obsesionado con que tenga una nueva vida protegida y cuyo propio hijo, celoso por la atención que da su padre a ese "asesino", echa a perder la nueva vida anónima del muchacho A. Una novela muy hermosa con un final muy triste. Ya que la sociedad no da segundas oportunidades.

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No sabía que había inspirado un libro... No se yo si tendría estómago para leerlo.

Gracias por el aporte
 
Recuerdo ese caso fue bastante mediático, alucino que sabiéndolo y con denuncia de por medio no se hiciese absolutamente nada por evitarlo.

Sí, marcó muchísimo por el tema del libre acceso a las armas -que sin resolver ha permitido otras tantas matanzas en institutos, universidades, cafeterias, etc. - . Michael Moore hizo el famoso documental. Ahora la madre de uno de ellos - su matrimonio con el padre de su hijo no sobrevivió - tiene que confesar que, a pesar de lo que hizo su hijo, para ella siempre lo será y que jamás habría imaginado que su hijo, con una infancia y un hogar tan normal como el que le habian dado, fuese capaz de algo asi y que siempre recordará al hijo que conoció, no al que cometió la matanza.
 
Última edición:
La masacre de la escuela de Beslán
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1 de septiembre de 2004
A las 09:30, hora local (GMT+3), de la mañana del primer día de las clases de otoño, un grupo islamista de unas 30 personas armadas llegó en camiones e irrumpió en el Colegio de Enseñanza Media Número Uno de Beslán (Osetia del Norte, Rusia), cuyos alumnos tienen entre 7 y 18 años. La mayoría de los atacantes llevaba pasamontañas negros y unos cuantos llevaban cinturones explosivos. Tras un tiroteo con la policía en el que murieron cinco agentes, los atacantes se apoderaron del edificio, tomando como rehenes a 1.181 personas, la mayoría menores. Unos cincuenta rehenes consiguieron huir en el ataque inicial. Hubo confusión sobre el número de rehenes que había en el colegio: el gobierno sostenía que había algo más de 350, pero otras fuentes elevaban ese número a 1500. Más tarde, se oyeron varios disparos provenientes del edificio, que algunos pensaron que eran para intimidar a las fuerzas de seguidad rusas. Más tarde se reveló que los atacantes habían matado a veinte hombres adultos tomados como rehenes y habían tirado sus cuerpos fuera del edificio ese mismo día.

Uno de los atacantes detonó su cinturón explosivo, al parecer por error. Nadie más resultó herido.

Se montó un cordón de seguridad alrededor del colegio, formado por policías rusos y fuerzas del ejercitos, grupos antiterroristas, etc. Los atacantes trasladaron a los rehenes al gimnasio escolar el primer día, minaron el edificio con artefactos explosivos improvisados y los rodearon con trampas explosivas. Para impedir los intentos de rescate, amenazaron con matar a cincuenta rehenes por cada uno de sus miembros muerto por la policía, matar a veinte por cada herido y volar la escuela en caso de ataque de las fuerzas rusas. El gobierno ruso dijo al principio que no haría uso de la fuerza para rescatar a los rehenes, y tuvieron lugar negociaciones para una resolución pacífica los dos primeros días, dirigidas por Leonid Roshal, un pediatra cuya presencia habían reclamado los secuestradores. Roshal había contribuido a negociar la salida de niños en el ataque al teatro de Moscú en 2002 de 2002. Sin embargo, un testigo señaló en la corte que los negociadores rusos confundieron a Roshal con Valdimir Rushailo, un oficial de seguridad ruso.

Por petición de Rusia, tuvo lugar una reunión especial en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la tarde del 1 de septiembre, en la que los miembros del consejo pidieron la "liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes del ataque terrorista".

2 de septiembre
El 2 de septiembre, las negociaciones entre Roshal y los secuestradores fracasaron, y éstos se negaron incluso a permitir la entrada de comida, agua y medicamentos para los rehenes, o a retirar los cadáveres del colegio.7

Las condiciones de vida dentro del colegio empeoraron con rapidez. Muchos rehenes, especialmente los niños, se quitaron la camisa y otras prendas de vestir para aliviar el insoportable calor que hacía dentro del edificio.

Por la tarde, 11 enfermeras y 15 niños pequeños fueron liberados por los secuestradores tras unas negociaciones con el ex presidente ingusetio Ruslán Aushe. El periódico Los Angeles Times escribió que a algunas de las madres con varios hijos se las obligó a elegir a uno de ellos, dejando a los otros. Aproximadamente a las 15:30, se produjeron en un lapso de unos diez minutos dos explosiones que resultaron provenir de granadas disparadas por los secuestradores aparentemente con la intención de mantener a las fuerzas de seguridad lejos del edificio.

3 de septiembre
Por la tarde los secuestradores aceptaron la entrada de un equipo médico para que retiraran los cadáveres del exterior del colegio. El equipo empezó a aproximarse a la escuela, pero en unos segundos, sobre las 13:04, los secuestradores abrieron fuego y se oyeron dos fuertes explosiones. Dos trabajadores del equipo médico murieron y los demás se pusieron a cubierto. Parte del gimnasio se hundió, lo que permitió huir a un grupo de unos treinta rehenes, pero los secuestradores les dispararon; algunos de los fugitivos murieron.

El consejero presidencial Aslambek Aslajanov declaró más tarde que la causa del tiroteo y del posterior asalto fue una explosión repentina. Uno de los rehenes informó que una de las bombas estaba sujetada precariamente mediante cinta aislante y que se había caído, provocando la explosión.

En un relato contradictorio, un trabajador anónimo del Ministerio de Situaciones de Emergencia, dijo que el tiroteo empezó antes de que su camión llegara al punto de recogida. No pudo identificar si el tiroteo lo iniciaron los padres armados de los rehenes o los secuestradores. Los periodistas y el trabajador oyeron crecer el estruendo de las armas automáticas antes de que se produjeran las explosiones.

Estos dos relatos pueden reconcilarse. Ruslan Asherev una primera explosión al tropezar con un cable; como consecuencia, civiles armados, algunos de ellos al parecer padres de los rehenes, empezaron a disparar; el tiroteo hizo creer a los secuestradores que el colegio iba a ser asaltado, a pesar de las garantías dadas por los negociadores de lo contrario; entonces supuestamente anunciaron «De acuerdo, se acabó, llegó la hora de hacer estallar las bombas», lo que tuvo como consecuencia que se diera la orden de asaltar el edificio.

Parece ser que en ese momento, las fuerzas especiales rusas activaron su plan de acción inmediato de asaltar el colegio para rescatar a los que quedaron en el interior. Estalló una batalla caótica mientras las fuerzas especiales intentaban entrar en la escuela al tiempo que protegían la huida de los rehenes. La contundencia de la intervención fue enorme; además de las fuerzas especiales, también participó el ejército regular y tropas del Ministerio de Interior, así como helicópteros de combate y, por lo menos, un tanque. Muchos civiles también se unieron a la batalla portando sus propias armas. Parece muy probable que algunos de los muertos lo fueran a causa del denominado fuego amigo

Los secuestradores provocaron más explosiones, destruyendo totalmente el gimnasio e incendiando buena parte del edificio, mientras los comandos de las fuerzas especiales perforaban las paredes para permitir la huida a los rehenes. Aproximadamente a las 15:00, dos horas después de que se iniciara el asalto, las tropas rusas declararon que tenían bajo control casi todo el colegio. Sin embargo, la lucha seguía y tres terroristas fueron localizados en el sótano con varios rehenes. Fueron abatidos aunque antes asesinaron a los rehenes.

Fallecieron 334 personas (186 de ellos niños) y hubo más de 700 heridos.
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Ni se os ocurra buscar lo de la masacre de Beslan en imágenes de Google (Imágenes muy fuertes)
 
El asesino del Roll

Ahi lo dejo, como pista, un pobre hombre, esperando el autobus para volver a casa tras el trabajo, se convierte en objetivo protagonista como "victima" de un juego de rol entre adolescentes. ¡Que horror!

El asesino de la Katana

Otro que me impactó, sus padres y su hermana con Dawn, imitando a Uma Thurman en Kill Bill.

Los dos casos en España.​
 
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