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Ella sabía perfectamente dónde se metía cuando se lió con el principito, era periodista y tenia ya treinta y tantos, no estamos hablando de una doncella de 16 años que nunca ha salido de casa de sus padres. Así que tomó la decisión sabiendo lo que iba a ganar (dinero, lujo, pelotismo, etc.), y lo nada que iba a perder. ¿Seguir de lectora de teleprompter hasta los 60 años? Ella había nacido para mucho más, por lo menos para gueina conzuerte.Bueno, el caso de Letizia parece más bien como el de esos testigos protegidos que testifican frente a alguien al que la policia ha atrapado y luego les deben dar otra identidad. De golpe y porrazo, la apartaron de su vida, y le encasquetaron otra. Debe ser fuerte, sin transición, dejar de poder comprar el pan donde siempre, o saludar a tu vecino, tomar café con esa amiga, o sentarte en tu terraza favorita de la calle donde vives y hacer esas cosas de tu rutina diaria, y empezar en otro lugar, adaptando otra cara, otra personalidad...vamos, como para escribir un libro con la experiencia... si lo hiciera se vendería como churros pero no se lo dejarán escribir. Esa es otra, una periodista en su otra vida, y alguien mudo socialmente en esta.