Se puede ser feminista y estar buenorra. No es incompatible. Pero en Meghan no se da ninguna de las dos premisas, ni es feminista ni está buenorra.Típicamente Megan, a los 11 años denuncia una publicidad sexista y unos años después , ella es la protagonista de una publicidad que vende hamburguesas calentando al personal.
Una mujer que se presta a hacer este tipo de publicidad no es precisamente una feminista.