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Lo preocupante es que haya sectores femeninos que puedan creer que para ascender profesionalmente tengan que pasar por ciertas humillaciones, cuándo si eres buena en lo tuyo podrás poner en su sitio al más pintado, y si no lo eres, aunque te humilles hasta lo más bajo, no llegarás de ninguna manera porque no es tu sitio.
Suena muy bonito lo que decís, pero es irreal, sobre todo en el mundo del arte, donde la gente compra una entrada para ver a determinada figura, no a todo el elenco necesariamente. La gente decide si cede o no a las presiones, pero la realidad es que gente como Plácido goza de un nivel que apabulla al resto. Suponiendo que sea verdad, estas mujeres podían decir que no, pero se exponían a un veto. ¿Y a quién va a elegir el productor o el resto del elenco? ¿A la cantante desconocida o a la figura que les hace vender las entradas y les garantiza el sueldo? ¿El público va a querer comprar la entrada si en lugar de Plácido les ponen al desconocido Segismundo Gómez, aunque les digan que a Plácido lo sacaron por mano larga? ¿Estás segura que el público se va a solidarizar a ese nivel con la compañía? Y en el arte, no basta con que seas bueno. Te haces notar cuando empiezas a alternar con figuras reconocidas. Por eso los consagrados tienen poder, porque en sus manos tienen la carrera de otras personas. En la ópera es raro que tengas una carrera extensa sino te acompañan ciertas cualidades, pero en otros espacios del arte el carisma te hace una carrera.
En fin... Que yo no pido que dejen de creer en Plácido. Yo misma no me pongo de acuerdo sobre él. Pero sí pido un poco de realismo en los análisis. Parece que vivieran en un tupper.
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