Cuéntanos alguna anécdota plis siempre son muy heavies.
¿Te refieres a mi mensaje del libro ese?. Si es así, pues la más heavy para mi es la de la pobre chica del hospital o cuando se van de vacaciones a su casa de Egipto.
Tienen casa en El Cairo (o Alejandría ahora no recuerdo) y no sé cómo se enteran de que una familia va a hacerle la ablación a su hija. No sé si eran vecinos o conocidos de amigos o así, o bien que la hija mayor de Sultana tiene una amiga cuya familia es la que va a hacerle la ablación a la hija, no recuerdo cómo dan con esa familia y esta terrible noticia. Sultana considera que la ablación es horrible (es una mujer muy moderna y progresista) y acude a la casa de esa familia a hablar con la madre para convencerla de que no lo hagan: la madre es la que le dice a Sultana que se tiene que hacer y que es firme en sus creencias. La propia madre de la criatura. Flipas como una mujer da razones exponiendo el por qué a su hija le tienen que hacer la burrada y la tía es firme en sus creencias.
Luego hay anécdotas a mil. Como por ejemplo que hay una cantidad de homosexuales de ambos sexos metidos en el armario que es brutal en Arabia y en la cultura árabe en general. Al pasar mucho tiempo las mujeres juntas y los hombres por su lado (fiestas, reuniones) pues que muchos matrimonios tienen más relación con amigos y amigas que con sus parejas. Que era normal ver en fiestas a mujeres bailando lascivas delante de otras que les gustaba y muchas historias rollos entre lesbis y gays que luego mantenían matrimonios de conveniencia.
Está también la anécdota de un amigo del marido de Sultana, padre de una amiga de una de sus hijas. Este tío tiene como varias esposas y concubinas, y se monta orgías con prost*tutas y todo en su casa en habitaciones privadas y en cierta ocasión la hija de Sultana y la amiga espiando a este cerdo ven cómo tiene tendencias rarísimas de vestir a las amantes con plumas y hacerlas desfilar por la habitación. No recuerdo bien si en un momento dado las niñas hacen una trastada a este tío (o le pillan en sus guarradas) que el gilipuertas este va a pedirle explicaciones a los padres de la niña, y al final pues todo se arregla en una segunda visita de este hombre que acude de nuevo a la casa de Sultana ya a dejar claro que no se van a llevar mal por chiquilladas (creo que algo de relación de negocios había entre los dos padres de familia). Era un tío muy despreciable y maleducado, daba asco por lo visto. A la hija de Sultana la castigan por ser un trasto y le piden, para ser educada y pedir disculpas al hombre, que le lleve una jarra de limonada para servirle un vaso por cortesía. La niña entra super sumisa en el salón con la limonada y el hombre este da las gracias y alaba a la niña por su servicio y buenos modales. La niña le confiesa a su madre que antes de llevarle la limonada las mascotas de la casa (desde gatos, loros, bichos raros y animales varios) han bebido de la jarra soltando sus babas y la niña lo hace para joder a este tío. Se va de la sala descojonándose por su hazaña. Creo que la madre la castigó en plan blando pero por dentro se descojonó igual. El subnormal del moro se bebió toda la limonada.
Yo este libro lo recomiendo. La autora es Jean Sasson, lo tengo en casa, es la segunda parte de "Sultana".
Última edición: