Semana Santa de la Familia Real. 2018.

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Dignos de admiración son la mirada fulminante y que pretende magnetismo, de esta Leticia, reina de España, acompañada de un toque de lascivia física con una perfecta inclinación hacia atrás, retrato de la starlette de cuarta que protagoniza encantada, a la que no falta más que el vaso con esa bebida que nunca toma. Y digo dignos de admiración por cuanto jamás se le olvidan tales gestos en ocasiones que le parece lo requieren y que menos ante un oficio sacro en una catedral y bien rodeada de la curia correspondiente.
Leticia, sigue, que llegas...

Es lo único que es capaz de proyectar, esa vulgaridad, ese pretender ser sexy a toda costa, a base de pechuga, tacones de agua y contorsiones, no da para más, Es una mujer muy limitada y barata, lo está demostrando cada día.
 
Yo no las veo feas, al menos en comparación a las demás princesas europeas. Lo que van es muy mal vestidas y arregladas, y están tambaleadas constantemente por sus padres que las tocan, las empujan y las posicionan. Qué estrés
El hábito no hace al monje.
 
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