La mujer de Susqueda recibió un disparo en la cabeza
El hombre presenta heridas que pueden ser de cuchillo o de bala, o de ambos
Todavía no se ha certificado la identidad de las víctimas pero todos los indicios coinciden en que son Marc y Paula
Los dos cadáveres que el pasado martes aparecieron en el pantano de Susqueda presentan diversos signos de violencia. Los Mossos d'Esquadra no tienen ninguna duda de que fueron asesinados y más tarde lanzados al agua para ocultar el crimen. Ni de que los cuerpos sean los de los dos jóvenes del Maresme desaparecidos el pasado 24 de agosto
La mujer presenta una fuerte contusión en la cabeza, donde también hay un orificio causado por un arma de fuego, según fuentes consultadas por este diario. El hallazgo implica que el autor de su muerte usó una pistola -o una escopeta- para matarla o para rematarla.
El cadáver del hombre tiene diversos orificios. Se trata de heridas violentas que podrían haber sido causadas tanto por balas como por cuchilladas. Los investigadores desconocen todavía si fue tiroteado o apuñalado, o ambas .
La mujer presenta una fuerte contusión en la cabeza, donde también hay un orificio causado por un arma de fuego, según fuentes consultadas por este diario. El hallazgo implica que el autor de su muerte usó una pistola -o una escopeta- para matarla o para rematarla.
El cadáver del hombre tiene diversos orificios. Se trata de heridas violentas que podrían haber sido causadas tanto por balas como por cuchilladas. Los investigadores desconocen todavía si fue tiroteado o apuñalado, o ambas cosas
Una piedra en la mochila
La unidad acuática de los Mossos d'Esquadra encontró los cadáveres el pasado martes poco antes del mediodía. El primer cuerpo que localizaron fue el del hombre, con toda probabilidad Marc, de 23 años. Estaba completamente desnudo y flotaba no demasiado lejos de una orilla del embalse. Tenía una mochila enredada entre sus brazos. Las cintas de esta bolsa indujeron a pensar -inicialmente- que tenía las manos anudadas, pero al sacársela los investigadores comprobaron que no era así. El asesino le colocó la mochila a su espalda, pero, tras 32 días bajo el agua, la bolsa se desplazó hasta su pecho.
El hombre presenta heridas que pueden ser de cuchillo o de bala, o de ambos
Todavía no se ha certificado la identidad de las víctimas pero todos los indicios coinciden en que son Marc y Paula
Los dos cadáveres que el pasado martes aparecieron en el pantano de Susqueda presentan diversos signos de violencia. Los Mossos d'Esquadra no tienen ninguna duda de que fueron asesinados y más tarde lanzados al agua para ocultar el crimen. Ni de que los cuerpos sean los de los dos jóvenes del Maresme desaparecidos el pasado 24 de agosto
La mujer presenta una fuerte contusión en la cabeza, donde también hay un orificio causado por un arma de fuego, según fuentes consultadas por este diario. El hallazgo implica que el autor de su muerte usó una pistola -o una escopeta- para matarla o para rematarla.
El cadáver del hombre tiene diversos orificios. Se trata de heridas violentas que podrían haber sido causadas tanto por balas como por cuchilladas. Los investigadores desconocen todavía si fue tiroteado o apuñalado, o ambas .
La mujer presenta una fuerte contusión en la cabeza, donde también hay un orificio causado por un arma de fuego, según fuentes consultadas por este diario. El hallazgo implica que el autor de su muerte usó una pistola -o una escopeta- para matarla o para rematarla.
El cadáver del hombre tiene diversos orificios. Se trata de heridas violentas que podrían haber sido causadas tanto por balas como por cuchilladas. Los investigadores desconocen todavía si fue tiroteado o apuñalado, o ambas cosas
Una piedra en la mochila
La unidad acuática de los Mossos d'Esquadra encontró los cadáveres el pasado martes poco antes del mediodía. El primer cuerpo que localizaron fue el del hombre, con toda probabilidad Marc, de 23 años. Estaba completamente desnudo y flotaba no demasiado lejos de una orilla del embalse. Tenía una mochila enredada entre sus brazos. Las cintas de esta bolsa indujeron a pensar -inicialmente- que tenía las manos anudadas, pero al sacársela los investigadores comprobaron que no era así. El asesino le colocó la mochila a su espalda, pero, tras 32 días bajo el agua, la bolsa se desplazó hasta su pecho.
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