Felipe y Letizia presiden el XL aniversario de las elecciones del 15 de junio de 1977

Todo es un rasgamiento de vestiduras, todo o casi todo. Yo misma en otro post me pronuncié al respecto desde el punto de vista de la torpeza inherente a este gaznápiro petulante y a su bien intencionada y exquisita esposa. Par de zopencos para consigo mismo.
Pero ahora me refiero a la vida que, sin ser siempre justa, si que a veces, como ocurre en este caso, devuelve el remoquete, la puñalada asestada por la ahora víctima consagrada como tal a su propio padre en tiempos de avidez de poder, de traición consensuada con el DICTADOR.
En 1969 una Ley al efecto nombraba como digno sucesor de Franco a Juan Carlos de Borbon a título de Rey con la total aceptación del hoy llamado "campechano". La relación entre padre e hijo se distanció enormemente como no podía ser de otro modo, el legítimo heredero de la dinastía era Juan de Borbón, pero a Juanito de los mil placeres le daba igual, quería llegar, sin más, arrasase lo que fuere por delante. Y así se fue sucediendo el tiempo.
En 1975, fallecido Franco, fue nombrado oficialmente Juan Carlos como lo que llegó a ser, Jefe del Estado en su condición de rey. La felonía, la deslealtad, estaban selladas pero en realidad la base era falsa puesto que el heredero legítimo tenía unos derechos que podía seguir manejando.
Dos años después, 1977, Juan de Borbón renunció a sus derechos dinásticos con lo cual la situación ya se regularizó, que no antes.
Me pregunto, ¿no se acordará este vividor de lo que le hizo a su propio padre y le valdría para disculpar a su hijo?
Los reyes actuales no pasan de fatuos, petulantes, pero ¿tiene la vida su justa correspondencia?

Juan de Borbón jamás hubiese sido rey estando por medio Franco .Quemó sus naves con el Manifiesto de Lausana.
 
Todo es un rasgamiento de vestiduras, todo o casi todo. Yo misma en otro post me pronuncié al respecto desde el punto de vista de la torpeza inherente a este gaznápiro petulante y a su bien intencionada y exquisita esposa. Par de zopencos para consigo mismo.
Pero ahora me refiero a la vida que, sin ser siempre justa, si que a veces, como ocurre en este caso, devuelve el remoquete, la puñalada asestada por la ahora víctima consagrada como tal a su propio padre en tiempos de avidez de poder, de traición consensuada con el DICTADOR.
En 1969 una Ley al efecto nombraba como digno sucesor de Franco a Juan Carlos de Borbon a título de Rey con la total aceptación del hoy llamado "campechano". La relación entre padre e hijo se distanció enormemente como no podía ser de otro modo, el legítimo heredero de la dinastía era Juan de Borbón, pero a Juanito de los mil placeres le daba igual, quería llegar, sin más, arrasase lo que fuere por delante. Y así se fue sucediendo el tiempo.
En 1975, fallecido Franco, fue nombrado oficialmente Juan Carlos como lo que llegó a ser, Jefe del Estado en su condición de rey. La felonía, la deslealtad, estaban selladas pero en realidad la base era falsa puesto que el heredero legítimo tenía unos derechos que podía seguir manejando.
Dos años después, 1977, Juan de Borbón renunció a sus derechos dinásticos con lo cual la situación ya se regularizó, que no antes.
Me pregunto, ¿no se acordará este vividor de lo que le hizo a su propio padre y le valdría para disculpar a su hijo?
Los reyes actuales no pasan de fatuos, petulantes, pero ¿tiene la vida su justa correspondencia?
No sé e no sé yo...ya no me creo nada de la historia de hadas que nos contaron de la Transición,me suena ahora a cuento chino.El "dejar de lado" a Don Juan legimitizaba la elección de Juanito como sucesor del Dictador a los ojos de los fieles al Régimen.Franco era un Dictador fascista pero nada tonto,tener a Juanito jurando los principios del Movimiento contentaba a los franquistas y monarquicos,todos conservadores.Los Borbones se debían dar con un canto en los dientes cuando Franco pensó (o le pensaron ) la idea. Igual a Don Juan le dolió por el orgullo, pero estando en el exilio y pobres como ratas debía estar dándole gracias al Dictador todo el día. Luego vino el 23F y la reconversión de Juanito en Campechano I, El Salvador de la Democracia.Vete a saber qué pasó ahí en realidad pero a JC le vino de perlas,eso seguro.Y luego los millones,codearse con la realeza de igual a igual...Don Juan murió con un estatus que nunca se hubiese imaginado y ahora está su nieto,el que nos contaron se tenía que casar con una Princesa Católica según la costumbre establecida y bla,bla,bola aprovechando que ninguno de los Políticos le critica y a una prensa lacaya callando porque les gusta que todo siga igual,con ellos y sus amigos chupando del bote como han hecho durante siglos
 
Juan de Borbón jamás hubiese sido rey estando por medio Franco .Quemó sus naves con el Manifiesto de Lausana.
Lucrecia, de acuerdo eso es historia.
Pero me refiero a como el hijo no tuvo inconveniente en usurpar a su padre sus derechos más legítimos dentro de una monarquía. La prueba es que estuvieron años sin relacionarse.
O sea, Juan Carlos jamás de los jamases debería entrar en aquel juego `por el que su padre quedaba en la cuneta, por así decirlo.
Y lo recuerdo por lo que el zangolotino de su hijo ha hecho con él en esta función.
Donde las dan las toman.
 
Bueno pues vistas las opiniones por internet, el padre ha conseguido cargarse lo que quiera que pretendiera el hijo utilizando la idea de fondo de lo que se conoce como transición política española. Le ha podido más el ego que mirar por el hijo y la situación general, una vez más. Y utilizar a la prensa para variar. Esta visto que Felipe tiene leales familiares que ante sus posibles errores se apresuran a ventilarlos. Demasiada egolatría en esta familia.
 
Lucrecia, de acuerdo eso es historia.
Pero me refiero a como el hijo no tuvo inconveniente en usurpar a su padre sus derechos más legítimos dentro de una monarquía. La prueba es que estuvieron años sin relacionarse.
O sea, Juan Carlos jamás de los jamases debería entrar en aquel juego `por el que su padre quedaba en la cuneta, por así decirlo.
Tampoco se relaciona Flip con Cristina...presuntamente. Lo que hacen en su "vida privada",donde aprendieron las niñas a esquiar,etc no lo sabremos nunca.Yo creo que hacen lo que tienen que hacer,son como cucarachas:indestructibles
 
Lucrecia, de acuerdo eso es historia.
Pero me refiero a como el hijo no tuvo inconveniente en usurpar a su padre sus derechos más legítimos dentro de una monarquía. La prueba es que estuvieron años sin relacionarse.
O sea, Juan Carlos jamás de los jamases debería entrar en aquel juego `por el que su padre quedaba en la cuneta, por así decirlo.

O eso ,o esa rama borbónica se quedaba sin pillar trono . Otros borbones estuvieron calentando banquillo hasta que el "equipo médico "habitual" hizo su aparición estelar.Y para Jaime de Borbón ,su hermano Juan era el usurpador.No sé dónde está la diferencia entre la "Historia" y la "historia" según sean unos u otros los protagonistas.
 
Última edición:
Lo del Rey, un error, un gran error
JOSÉ ONETO | 29/06/2017


La solemne celebración del cuarenta aniversario de las primeras elecciones democráticas en España, después de una dictadura que duró, significativamente, otros cuarenta años, se recordará como el día en que se cabreó el rey Juan Carlos, al que se le ha dado, sin nadie decirlo formalmente, el título de ”Rey emérito”, un título recibido por el Rey padre, como una auténtica cursilada, como realmente, lo es.

Todavía no había finalizado el acto oficial del Parlamento el pasado Miércoles, y el ambiente era distendido aunque flotaba una sensación de misterio en torno a la ausencia del rey Juan Carlos en el Congreso. Diputados, padres constituyentes, autores de la Constitución, políticos e invitados, cambiaban impresiones sobre el discurso del rey Felipe VI (algunos, algo críticos); sobre la soledad de Pedro Sánchez en el palco de invitados, sin una sola silla ocupada a su alrededor; sobre la chaqueta de invierno de Pablo Iglesias que ha adoptado de uniforme de verano, después de pasar lo más duro de este invierno en mangas de camisa; sobre el homenaje de cariño que por parte de muchos había recibido el exministro Rodolfo Martín Villa al que se querido presentar como el jefe de todas las infamias del franquismo; sobre los intentos de Felipe González por no coincidir con el líder de Podemos empeñado en saludarle ¡Estaba la cal viva, más viva que nunca!

Fue, en ese ambiente, relativamente distendido, cuando estalló la bomba: El País, comenzó a comentarse, publica una columna de Rubén Amón, su columnista estrella, contando la irritación del Rey emérito sobre su veto en un acto conmemorativo al que no se le había invitado, siendo él, uno de los que más han contribuido a ese proceso bautizado como Transición, en el que esas elecciones de Junio de 1977, fueron fundamentales para el inicio de ese proceso. Si El País publicaba eso, conociendo las buenas relaciones del presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, con Don Juan Carlos, y teniendo en cuenta que el antiguo jefe de comunicación de Zarzuela, Javier Ayuso, forma parte del equipo directivo del periódico de Prisa, la noticia adquiría características de auténtico conflicto. Desde el “Por qué no te callas“, dirigido en una Cumbre iberoamericana al presidente venezolano Hugo Chaves, delante del presidente del Gobierno de entonces, José Luis Rodríguez Zapatero, y en defensa, además, de José María Aznar, no se conocía, una reacción tan airada de alguien acostumbrado a aguantar… carros y carretas.

Por primera vez, el Rey hablaba con varios medios y varios periodistas para quejarse, con razón, de que no hubiese sido invitado a un acto en el que además se homenajeaba a quienes, con más o menos protagonismo, cumplieron un papel en el tránsito de la Dictadura a la recuperación de las libertades, porque eso, junto con la reconciliación nacional, fue esencialmente la tan alabada Transición española, cuyo candado hay que abrir según algunos, para terminar definitivamente con el “régimen del 78“. Y cuyo primer paso dicen que ha sido la ruptura del bipartidismo. Si el acto conmemorativo, que se celebraba con dos semanas de retraso por no perturbar lo más mínimo la moción de censura de Unidos Podemos, era también para homenajear a quienes, en esa etapa, contribuyeron al tránsito (todos recibieron una medalla conmemorativa), no tenía sentido dejar fuera de ese homenaje a quien con valentía apostó por la democracia, defendió en su momento la legalidad constitucional y reinó, durante cuarenta años.

Don Juan Carlos abdicó, ha hecho ahora tres años, porque pensó que era lo mejor para el futuro de España y de la Monarquía, y desde entonces ha llevado a cabo lo que le han encargado desde el punto de vista institucional o diplomático. Dentro de unos meses, cumplirá ochenta años, sin que se le haya dado el homenaje de agradecimiento que se merece, porque no puede quedar sin él.

La imagen de la cacería de Botsuana, de su última aventura sentimental. O de los errores de una etapa en la que él mismo reconoció que se había equivocado. Se ha desaprovechado la ocasión para, junto a otros, recibir el reconocimiento de su labor en la normalización política de este país. No vale refugiarse en el protocolo para intentar justificar un error que nunca se debió cometer, como tampoco vale intentar hacer una lectura constitucional de lo que ha pasado, insistiendo, por parte de expertos de constitucionalistas de que “Rey no hay más que uno”. El protocolo está para adaptarse al sentido común y el debate constitucional… en su momento, cuando toque. Y ahora, no toca… Lo del Rey, según el título de un conocido artículo publicado en lo que fue el inicio de la Transición con Adolfo Suárez, ha sido un error, un gran error
 
El cabreo lógico del Rey sin méritos
MELCHOR MIRALLES | 29/06/2017


Crece el cabreo. No se corta en difundirlo. Don Juan Carlos se siente el Rey sin méritos. Se siente injustamente maltratado. Y le sobran motivos para el cabreo con su hijo, la Casa Real y el Gobierno. No le consuelan las palabras de la presidente del Congreso, Ana Pastor, y cree, además, que ha sido un gran error. Esta vez tiene razón. Desconozco quien adoptó la decisión final, pero él o quienes sean se han lucido, y han logrado que hoy siga todo el personal hablando de la ausencia y no de los actos, que fueron tardíos, austeros y con un punto cutre que no se merecía la ocasión. Felipe VI debió haberlo evitado, y ha sido injusto innecesariamente.

Cuarenta años después de las primeras elecciones democráticas algunos no han aprendido nada. Don Juan Carlos jugó un papel esencial, como heredero de Franco a título de Rey, para, con la eficaz ayuda de Torcuato Fernández Miranda, desatar lo atado por el dictador y, de la ley a la ley, posibilitar la llega de la democracia a España. Eso no es discutible. Los méritos del Rey al que ahora esconden no se pueden cuestionar. Otra cosa es que, consolidada la democracia, Don Juan Carlos transitara un camino lamentable de malas compañías que le llevaron a cometer errores gravísimos, a actuar de modo nada ejemplar y a marcar una línea de actuación que después ha tenido consecuencias. Hablo de política, de corrupción y de comportamientos impropios que han hecho mucho daño a la Corona.

Si Felipe VI o Rajoy creyeron que escondiendo a Don Juan Carlos en los modestos actos de celebración de las elecciones de 1977 iban a lograr que los recuerdos de los últimos años de reinado de su padre no contaminaran el evento se han lucido. Es insólito que, cuando nadie puede discutir que Felipe VI ha arrancado su reinado con tino, conducta intachable en lo institucional y en lo personal, con algunos discursos, como el mismo de ayer, brillantes, se adopte una decisión de este calibre que en nada ayuda a Su Majestad, y que puede interpretarse como un intento de apoderarse de una herencia política que no le pertenece.

Lo sucedido demuestra el nivel de lo que tenemos. La crisis económica, de la que, aunque mejoremos, no terminamos de salir, no es nada al lado de la crisis institucional y de valores, la ausencia de liderazgo político en todos los partidos. La mediocridad atrona y los ciudadanos se despegan de lo político por hartazgo. La regeneración democrática sigue siendo un anhelo y no se vislumbran avances a corto plazo, la corrupción nos anega. Pero no se construye el futuro negando el pasado, sino aprendiendo de él. Pero ello no es óbice para renegar de lo bueno que hemos hecho y hemos conseguido, para ser conscientes del papel que jugó cada uno en la hora de la verdad.

Los políticos de hoy tienen mucho que aprender de los de aquellos años. Ayer, en el Congreso, olía un poco a naftalina, y debieran de aprender los responsables del acto a organizar actos de este fuste de modo más moderno y más unido a los ciudadanos, de modo que las generaciones que no vivieron el 77 se sientan incluidas en las celebraciones. Y por este camino no lo conseguiremos
 
40 aniversario de las primeras elecciones democráticas
España
Los partidos reprochan la ausencia de Juan Carlos I en el acto de homenaje a la democracia
REPÚBLICA / AGENCIAS | 29/06/2017
La ausencia del rey Juan Carlos I en el acto de homenaje en el Congreso por el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas en España, ha dado que hablar casi tanto como el acto en sí. A pesar de las explicaciones ofrecidas por la Casa del Rey, que alegó a la necesidad de adaptarse al formato que decidió el Congreso y precisó que, de haberse celebrado en el Salón de Pasos Perdidos, habrían asistido tanto él como doña Sofía, el hecho de que el rey emérito no fuera invitado pese a ser el principal artífice de la transición ha chocado a la mayoría de los partidos.


Hasta el PP se ha sumado a los reproches. El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, ha afirmado que “nadie entiende” que el Rey emérito no estuviera presente en el homenaje que el Congreso rindió a los parlamentarios constituyentes y ha llamado a revisar el protocolo de la Cámara Baja. Aunque ha rechazado “buscar culpables” sobre la ausencia del Don Juan Carlos, Hernando ha insistido en que habría sido “positivo” que el Rey emérito hubiera estado físicamente en el homenaje que se hizo este miércoles a la historia democrática de España, dado que él fue un “piloto” fundamental. “Hay veces que las cosas salen mejor y otras, que salen peor”, ha comentado.

Más prudente, el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, ha destacado el papel del rey Juan Carlos en la transición: “Yo creo que fue un grandísimo acto ayer y don Juan Carlos fue partícipe de la importancia de estos 40 años” ha valorado. Pero sobre su ausencia se ha limitado a señalar que “el tema del protocolo no me corresponde a mí valorarlo. Yo no quiero hacer ningún tipo de valoración sobre eso pero lo que sí que es cierto es la importancia que don Juan Carlos ha tenido en la historia de este país, en la historia democrática, es uno de los artífices de la democracia”, ha destacado.

Entre los dirigentes del PP, que se han mostrado abiertos a comentar el hecho figura el expresidente del Congreso y actual presidente de la Comisión Constitucional, Jesús Posada, quien ha admitido que le habría gustado que el Rey Juan Carlos hubiera estado este miércoles en el homenaje porque fue “el artífice de la transición” y, si no hubiera sido por él, el país no estaría conmemorando aquellos comicios del 15 de junio de 1977.

El diputado ha dicho desconocer las razones de la ausencia de don Juan Carlos en esa ceremonia y ha evitado pronunciarse sobre si entiende que esté irritado por esa exclusión. “No quiero entrar en esas circunstancias porque no lo conozco”, ha dicho. No obstante, Posada ha insistido en que le habría gustado ver al Rey Juan Carlos en los actos.

La sorpresa ha sido evidente en el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. ”A la vista de todas las figuras que estuvieron aquí y tratándose de alguien que sigue vivo, hubiera tenido todo el sentido del mundo”, ha respondido Iglesias en los pasillos del Congreso. En todo caso, el líder de la formación morada ha apuntado que es la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, es quien tenía la responsabilidad de invitarle o no al acto que tuvo lugar este miércoles en el Congreso o bien el actual Jefe del Estado, “que seguro que podía haber influido en que el Rey emérito estuviera”.

Desde Ciudadanos, su presidente Albert Rivera ha comentado en una entrevista en Onda Cero que no cayó en el hecho de que no estaba el rey Don Juan Carlos, a pesar de que hubiera considerado apropiado que estuviera. De hecho, ha confesado que como había tanta gente en el Congreso no se dio cuenta de la ausencia y se enteró por la prensa. Pero ha destacado su papel fundamental y ha valorado que la transición fue casi un milagro democrático
 

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