La verdadera historia de Letizia con Pedro Sánchez y el republicanismo
La victoria de Sánchez ha sacado a la palestra su relación con la reina Letizia. La letizióloga de MUNDIARIO imagina a una Letizia fantaseando con la República.
26 de mayo de 2017 (12:28 h.)
Felipe VI observa de reojo a Pedro Sánchez saludado por la reina Letizia. / RR SS
Cacareadas primarias con las que el PSOE ha ponderado su gran carácter democrático - aunque sea solo la segunda vez que lo hagan en sus más de "cien años de honradez"- y corran un tupido velo sobre la otra ocasión, en la que el elegido ganador Borrell salió por patas, no sabemos si Letizia, al enterarse de la victoria, gritó un ¡Pedro! como aquel de su amiga hoy enredada en turbios asuntos fiscales.
Y es que hace unos años, la reina se coló, literalmente, en una audiencia del líder socialista Pedro Sánchez, en una de esas salidas que a la prensa cortesana gusta llamar “espontáneas”, con el motivo de “querer saludar a su antiguo compañero”. ¿Qué se le perdía en esa audiencia más que llamar la atención de los medios o del guaperas Sánchez?
Y es que aunque reputadas publicaciones así lo afirmaron, tal vez para disculpar la incorrecta intromisión de Letizia, no habían sido compañeros en absoluto… Tampoco se quería remover el periplo de la reina en el centro de estudios. Es cierto que nacieron el mismo año y que fueron al mismo instituto, el Ramiro de Maeztu, pero era un centro de más de mil alumnos en el que era imposible que coincidieran, ya que Sánchez estaba matriculado en el turno normal y ella iba al nocturno, más asequible y destinado entonces a facilitar la titulación a aquellos alumnos que trabajaban, a aquellos estudiantes con dificultades académicas o repetidores.
En ninguno de los dos casos estaba ella… que se sepa, porque supuestamente no trabajaba y además ¿no quedamos que era tan listísima? No tenía por qué ir al turno fácil y además tenía que hacer un largo desplazamiento para llegar desde la barriada periférica en la que vivía.
Los analistas dejan entrever que la decisión de ir a ese centro - en el barrio de Salamanca- era para que las niñas se rodearan de un ambiente más elitista que en el instituto que les correspondía por vecindad. Un capítulo más de esa dinámica arribista de la familia, que hizo que Letizia adquiriese de muy joven el sobrenombre de Trepizia.
Un arribismo que ha fructiferado estratosféricamente si echamos un vistazo a aquellas niñas de la barriada del extrarradio que iban en el autobús al instituto del barrio de ricos. Erika tristemente fallecida colocada en un puesto relevante en una ribombante editorial, la cooperante Telma viviendo en un barrio de millonarios de Barcelona llevando a su hija a colegios de precios prohibitivos, la liberada sindical que atormentaba a los médicos de Oviedo, recauchutada veraneando con los Tous o en la exclusiva costa amalfitana, el padre de antenista a profesor de Master y asesor de Lalo Azcona y hasta los que pasaban por allí, como la abuelita de peticiones del oyente se catapultó a un Premio Nacional o el cuñado que pasó de basurero a escultor y de ahí a actual profesor de una elitista Universidad privada.
Pedro Sánchez es difícil que hubiera conocido a Letizia por la razón que hemos comentado, aunque sí es posible que recordara, no a ella, sino su caso, ya que no era habitual que las alumnas menores mantuvieran relaciones con sus profesores y su caso fue sonado… ya que siendo menor tuvo relaciones con Alonso Guerrero, su profesor de Literatura. Pedro siempre ha cambiado de tema cuando le preguntaban sobre su conocimiento de Letizia.
Alonso Guerrero era un joven brillante profesor eventual del Ramiro de Maeztu. Sus compañeros de Facultad recuerdan un trabajo en el que hablaba sobre un enfermo que veía la podredumbre llegar y el derrumbe de su cuerpo. La truculencia del relato dejó pasmados a sus compañeros cuando al final la historia resultó que iba de una muela picada que se caía. Quería demostrar la fuerza de la palabra. Tenía pareja, supuestamente la poetisa Ada Salas, pero comienza una relación con Letizia, que curiosamente pese a ser menor sus padres consistieron. Pronto convivieron y más tarde celebraron su matrimonio en Almendralejo. Estupendo pueblo pero curiosa elección para una que nos venden como tan asturiana.
Habría que analizar en la ideología de Letizia la influencia del que fue su primer marido, Pygmalion y primer mentor, que como articulista político se ha mostrado rabiosamente anticlerical y se muestra sin complejos como un ciudadano de izquierdas. En su artículo, “El contrato social”, carga las tintas sin piedad contra el poder, los ricos y el capitalismo. Otro dedicado a la victoria de Rajoy, “Madrid/Mordor”, relaciona la mayoría absoluta del PP con la bomba atómica y el ascenso de Hitler al poder.También ha comparado a Aguirre con Pinochet acusándola de privatizar la enseñanza y "dársela a los empresarios y a la iglesia”.
Letizia y Alonso estaban tan unidos que Alonso podría haber sufragado parte del master que hizo ella ya casada en México, porque no tenía nivel de inglés para hacerlo en Estados Unidos. Encima de burro apaleado… El master no solo no lo aprobó, sino que además mantuvo varias relaciones extramaritales paralelas poco confesables. En su estancia mexicana -ya de paso- pudo mostrar sintonía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y mostraba pasión por el Subcomandante Marcos, haciendo suyas algunas de las reivindicaciones de los zapatistas.
Daniel Forcada y Alberto Lardíes en el libro La Corte de Felipe VI: amigos, enemigos y validos, hablan de un vídeo donde la joven Letizia daba argumentos a favor de la República y criticaba la monarquía española que hubiesee provocado una grave crisis dentro de Casa Real. Según argumentan algunas fuentes se llegó a pagar un millón de pesetas por aquellas imágenes.
Letizia y la izquierda
La simpatía de Letizia por la izquierda ha sido bastante difundida. De los líderes socialistas se ha publicado la gran sintonía con Madina, a quien ella preferiría como líder de la izquierda. Cuando han coincidido en público se deshace en ojitos, sonrisas y aspavientos –algo que le han dicho por activa y por pasiva que no debe hacer- .Lo mismo hace con los “culturetas progresistas” o actores tipo P o Bardem. Jamás ha mostrado empatía alguna con líderes de la derecha, aunque era algo al que el emérito Borbón nos tenía muy acostumbrados… Recordemos los coleguismos de Juan Carlos con González y su hieratismo con Fraga y Aznar. La frialdad de Letizia con Rajoy parece que se ha acentuado desde que es reina, protagonizando episodios que suavemente podrían calificarse de bochornosos por la falta de educación y la falta de respeto al protocolo Y es que el progresismo de Letizia es “mamado” en casa… Recién proclamado Felipe VI, el periodista británico Andrew Morton sacó a la luz el libro ‘Ladies of Spain”, donde narra el republicanismo exacerbado de su familia con frases como “Su familia odiaba al rey”, “Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos”.
El Rey Felipe VI, la Reina Letizia y Pedro Sánchez.
¿ Ha abjurado Letizia del republicanismo? Dados ciertos comportamientos que ha exhibido en estos años podríamos aventurar que en ningún caso haya abjurado del republicanismo. Es más, es posible que se haya convertido en uno de sus mayores activos.
Una comparativa con Melania Trump
No nos vale que no estaba preparada para ser Reina, nos la vendieron de lumbrera y ha tenido una intensa formación. Tampoco su origen humilde: Melania Trump pasó de una infancia plantando cebollas en Eslovenia a Conejita Play Boy a lideresa del mundo libre y ha aprendido rápido. Cumple hasta el momento de forma impecable como se ha visto en su visita al Pontífice que exhibía la indumentaria y la cabeza cubierta que manda la tradición y sin embargo en su visita a las naciones árabes, se plantó y lució melena y sugerente figura, diferenciando claramente tradición y discriminación.
Letizia, aunque los años de princesa se ceñía al protocolo, comenzó a hacer de las suyas y fue a cabeza descubierta y corta de falda a ver al Pontífice, vestida de vedette al encuentro con el arzobispo de Tegucigalpa y sin embargo con los árabes de pañuelito y pierna tapada porque le encanta la corrección política progresista.
Y es que no sería difícil imaginársela fantaseando con la república. Si llegase la república ella podría trabajar de lunes a viernes sin que nadie la criticase, elegir sus actos, no tener que aguantar a los reyes europeos (en el último acto no se alojó donde los demás), le harían suculentísimas ofertas de trabajo, no tendría que pisar Mallorca, que le aburre, seguiría viviendo en una casa fabulosa, sus hijas tendrían de todo, la gente seguiría peloteándola e invitándola como hacen con los reyes en el exilio..
Habría conseguido con creces todo lo que soñó... y si quiere retomar su profesión se darían bofetadas por contratarla. ¿Alguien da mas? ¿Entienden que haga poco por el mantenimiento de la monarquía?
No está mal.
No da noticias, pero no estå nada mal..
Solo que la hacen presidenta de la republica.
Oiga, eso no.
