Kate viste, se calza y se peina, como si viviera en los tiempos de su abuela. Ha perdido mucho atractivo y frescura.No es lo mismo una nanny que un militar o un sacerdote, pero si al menos le pusieran un uniforme moderno, no esa horterada espantosa... Ni loca me lo pondria yo, hablaria con Kate del asunto hasta llegar a un acuerdo con el tema, pero antes muerta que llevar esa horterada, que al final hasta los niños se reirán de ella cuando crezcan.
Entonces, el uniforme de fiesta del servicio va acorde a la casa a la que sirven. Los niños recordarán a la nannie española con cariño. Kate no decide, está callada y obediente, porque le conviene. Hay "una", que ha decidido hasta el toque de corneta, no parece que la respeten más que a Kate.
Tener en servicio a una nannie de esa escuela tan elitista es un lujo y un privilegio. La española tenía la licenciatura en pedagogía y el dominio en dos lenguas, antes de ingresar en la escuela. Que la nannie salga vestida, con ese uniforme de los tiempos de Mary Poppins, muestra al vecindario y al mundo que trabaja para una casa con dinero y de clase alta.
En España, al personal doméstico de determinadas familias también se les pone un uniforme ridículo y clasista. No sólo son los Windsor o los británicos de clase alta.