Se estrella en Los Alpes un avión de la compañía alemana Germanwings.

Para mí aquí se ve que los derechos del individuo están a menudo en conflicto con los derechos e intereses de la comunidad. Las companias aéreas no pueden hacer nada contra el secreto médico. Lubitz podía entregar la baja y no se sabría si tendría dolor de espalda agudo o estaba tomando medicamentos que influyen el cerebro y la rapidez de las reacciones o que el médico le hubiera aconsejado dejar de volar. Sólo queda confiar en la responsabilidad del individuo ...

Algo se me olvidaba contar. Esta amiga me refiere que hay ahora bastante desconfianza entre la tripulación. Dos azafatas han hablado ya con ella de como actuar en el caso de un companero del que dicen que a veces no controla la situación y una amiga de otra compania le comenta el caso de una companera musulmana que cuando empezó era bastante occidental y con el paso del tiempo se ha ido radicalizando, incluso las otras companeras musulmanas lo comentan. Creo que va a ser difícil trabajar en ese ambiente de desconfianza.

Por último la novia, fue una relación larga, cuenta que para ella ha sido en los últimos tiempos cuando el problema mental se ha ido agudizando. Según lo formulaba a mí no me parece que estuviera hablando de una depresión.
Es su obigación contarlo a sus superiores.
Todos las personas, tierrra aire, en todo tipo de trabajo , maletero etc etc deben de reportar si un compañero de un dia a otro empieza a comportarse de manera no normal, si cambia de personalidad.
Lo mismo si sospechan que bebe. Se han visto casos en los que un piloto ha reportado a otro justo al salir por "oler" a un compañero a alcohol, viene la policia y ponen otro miembro de tripulación.
Lo del secreto medico no puedo opinar sobre todos los paises aunque pienso es lo mismo en la mayoria.
Aqui en DK se hace un examen extausivo/grande (???) cada año, un examen médico que no dura menos de 4 horas. Y se reporta a la empresa . Supongo que es lo mismo en los otros paises y que en este caso ha fallado algo, el medico en cuestión parece ser que ha fallado A MENOS que el piloto solo tuviera una copia y la empresa ya lo sabia y entonces sigue siendo un fallo.
 
El hacha, ¿cuanto hace ya de la tragedia Torres Gemelas?, bien, antes de ese salvaje atentado, "el hacha" iba fuera de cabina, no como un arma, sino como una herramienta para una emergencia, ni siquiera estaba pensada para usarla para abrir la puerta de cabina, porque antes del 11-S ni había puerta cerrada en muchas cabinas, yo desde determinado lugar del pasaje, estoy cansada de ver una simple cortina, el hacha es antigua en los aviones, como herramienta para emergencias, tras el 11-S, la pusieron en el interior de la cabina, como es natural. Era una herramienta para emergencias.
¿De donde ha salido que el comandante usó el hacha?. Eso no lo he visto en ninguna información seria. Los supuestos me los salto.

He escuchado a un familiar, agradecer la claridad en la información, del Fiscal francés. Palabra por palabra fue impecable. Todas sus palabras tenían el respaldo del estudio realizado por la aportación de la caja negra, que precisamente era la que contenía el sonido.

La información veraz no la dan sin pruebas suficientes.
De acuerdo, es justo lo que he puesto en mi mensaje 944 mas arriba en esta misma página.
Lo del hacha salió en los medios también, que el capitán trataba de romper la puerta con ella, cosa que no entendia tampoco porque las puertas fueron cambiadas también en esa ocasión y no se pueden romper con hachas.
 
A raíz de la última noticia que salió publicada hoy en la que la ex-novia de Andra comenta que una vez le dijo : "Que iba a hacer algo por lo que todo el mundo lo recordaría y que iba a cambiar el sistema actual, mi esposo me comentó que en la antigua Grecia hubo un caso de un pastor de Éfeso convertido en incendiario, que tristemente pasó la historia de manera similar. Se llamaba Eróstrato o Heróstrato, y en aquellos tiempos se prohibió que se repitiera su nombre para no darle el bombo y platillo que buscaba con su acción incendiaria. Aquí les dejó la historia que asemeja a lo que buscaba Andrea Luzbit y que también tiene una denominación en el Diccionario de la Lengua Española:
  • De él se acuñó el término "erostratismo", que según el Diccionario de la lengua española significa: "Manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre".3

Eróstrato


Modelo a escala del Templo de Artemisa
Miniaturk Park. Estanbul
Eróstrato o Heróstrato (en griego Ἡρόστρατος) fue un pastor de Éfeso,1convertido en incendiario. Fue responsable de la destrucción del templo de Artemisa (diosa Artemisa o Diana) de Éfeso, considerado una de lassiete maravillas del mundo, el 21 de julio del año 356 a. C., coincidiendo, según Plutarco, con el nacimiento de Alejandro Magno.



Índice
[ocultar]


Registro histórico[editar]
La confesión del propósito de su crimen le fue sacada bajo el suplicio de la tortura, ordenada por Artajerjes. Según registra la historia, su único fin fue lograr fama a cualquier precio. Al descubrirse la intención del incendiario, se prohibió bajo pena de muerte el registro del nombre de éste para las generaciones futuras, lo cual, evidentemente, no bastó para borrar de la historia ni el nombre ni tampoco la acción. En cita de Valerio Máximo: «Se descubrió que un hombre había planeado incendiar el templo de Diana en Éfeso, de tal modo que por la destrucción del más bello de los edificios su nombre sería conocido en el mundo entero». También el escritor e historiador griego Teopompo reseñó el incendio y registró para la historia el nombre de Eróstrato.

El nombre en la cultura y la ciencia[editar]
La acción realizada por Eróstrato, y su intención de lograr la fama a cualquier precio han tenido eco en la modernidad. En el ambiente académico de la psicología se denomina complejo de Eróstrato al trastorno según el cual el individuo busca sobresalir, distinguirse, ser el centro de atención.2

El nombre de Eróstrato ha pasado a las lenguas modernas.

  • De él se acuñó el término "erostratismo", que según el Diccionario de la lengua española significa: "Manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre".3
  • En alemán, Herostrat es un individuo en constante búsqueda de la fama.
  • El término inglés Herostratic fame ("fama erostrática"), del mismo modo se refiere a Eróstrato.
  • Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, capítulo VIII de la Segunda parte, escribe: «También viene con esto lo que cuentan de aquel pastor, que puso fuego y abrasó el templo famoso de Diana, contado por una de las siete maravillas del mundo, sólo porque quedase vivo su nombre en los siglos venideros; y aunque se mandó que nadie le nombrase ni hiciese por palabra o por escrito mención de su nombre, porque no consiguiese el fin de su deseo, todavía se supo que se llamaba Eróstrato».4
  • Baltasar Gracián, en su alegoría filosófica titulada El Criticón, escribía sobre Eróstrato: «Éste es el que pegó fuego al célebre templo de Diana, en efeto, no más de porque se hablasse dél en el mundo».5
  • Victor Hugo, en su poema Lo que dice la boca de sombra (1855), menciona, entre otros personajes histórico-ficticios, a Eróstrato: «...Y el viento, que hace mucho soplaba en las Sodomas / Mezcla en el sucio hogar y bajo el vil caldero / Al humo de Eróstrato con la llama de Nerón».[cita requerida]
  • Marcel Schwob escribió un cuento corto sobre Eróstrato (titulado ‘’Eróstrato Incendiario‘’), que forma parte del libro Vidas imaginarias, publicado en 1896. En él se puede leer: «No alegó más causa a su acción que la pasión por la gloria y la alegría de oír su nombre».6
  • Antón Chéjov, en su cuento “Tolsty i tonki” (El gordo y el flaco), hace referencia a él con estas palabras: «—Íbamos juntos a la escuela —repitió el flaco—. ¿Te acuerdas de cómo te hacían rabiar llamándote Eróstrato por haber quemado un libro oficial con un cigarrillo?...»7
  • Jean-Paul Sartre escribió un cuento corto titulado Erostratus como parte de El muro (1939). En la historia, un hombre planea cometer crímenes violentos al azar a fin de conseguir fama.
  • Terenci Moix es el autor de un libro titulado Chulas y famosas: La venganza de Eróstrato.
  • Vicente Gutiérrez Escudero escribió un libro de poesía titulado Traqueotomía y otros puzzles: hermano Eróstrato.
  • Herostratus es una película británica de 1967 del cineasta australiano Don Levy.
  • El escritor español Miguel de Unamuno, en su novela Amor y pedagogía, nombra a este personaje para hacer referencia al ansia de inmortalidad inherente al ser humano. La misma idea también se repite en Del sentimiento trágico de la vida, capítulo III, El hambre de inmortalidad.
  • Julio Verne en su cuento corto "Un drama en los aires" hace referencia a Eróstrato. Al preguntarle su nombre, el personaje que sube de polizón e intenta derribar el globo donde se desarrolla la trama responde "Me llamo Eróstrato o Empédocles, como más le guste". Se refiere al primero como destructor de una maravilla(en este caso el globo) y al segundo como un suicida que busca una muerte digna de él.
  • Lope de Vega en el 4º verso del 2º cuarteto del soneto 133 de sus Rimas "y para se[r] Eróstrato, abrasaros". Hace referencia a su pasión por Lucinda y de forma indirecta a su obsesión por lograr la fama literaria.

http://es.wikipedia.org/wiki/Eróstrato
 
A raíz de la última noticia que salió publicada hoy en la que la ex-novia de Andra comenta que una vez le dijo : "Que iba a hacer algo por lo que todo el mundo lo recordaría y que iba a cambiar el sistema actual, mi esposo me comentó que en la antigua Grecia hubo un caso de un pastor de Éfeso convertido en incendiario, que tristemente pasó la historia de manera similar. Se llamaba Eróstrato o Heróstrato, y en aquellos tiempos se prohibió que se repitiera su nombre para no darle el bombo y platillo que buscaba con su acción incendiaria. Aquí les dejó la historia que asemeja a lo que buscaba Andrea Luzbit y que también tiene una denominación en el Diccionario de la Lengua Española:
  • De él se acuñó el término "erostratismo", que según el Diccionario de la lengua española significa: "Manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre".3

Eróstrato


Modelo a escala del Templo de Artemisa
Miniaturk Park. Estanbul
Eróstrato o Heróstrato (en griego Ἡρόστρατος) fue un pastor de Éfeso,1convertido en incendiario. Fue responsable de la destrucción del templo de Artemisa (diosa Artemisa o Diana) de Éfeso, considerado una de lassiete maravillas del mundo, el 21 de julio del año 356 a. C., coincidiendo, según Plutarco, con el nacimiento de Alejandro Magno.



Índice
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Registro histórico[editar]
La confesión del propósito de su crimen le fue sacada bajo el suplicio de la tortura, ordenada por Artajerjes. Según registra la historia, su único fin fue lograr fama a cualquier precio. Al descubrirse la intención del incendiario, se prohibió bajo pena de muerte el registro del nombre de éste para las generaciones futuras, lo cual, evidentemente, no bastó para borrar de la historia ni el nombre ni tampoco la acción. En cita de Valerio Máximo: «Se descubrió que un hombre había planeado incendiar el templo de Diana en Éfeso, de tal modo que por la destrucción del más bello de los edificios su nombre sería conocido en el mundo entero». También el escritor e historiador griego Teopompo reseñó el incendio y registró para la historia el nombre de Eróstrato.

El nombre en la cultura y la ciencia[editar]
La acción realizada por Eróstrato, y su intención de lograr la fama a cualquier precio han tenido eco en la modernidad. En el ambiente académico de la psicología se denomina complejo de Eróstrato al trastorno según el cual el individuo busca sobresalir, distinguirse, ser el centro de atención.2

El nombre de Eróstrato ha pasado a las lenguas modernas.

  • De él se acuñó el término "erostratismo", que según el Diccionario de la lengua española significa: "Manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre".3
  • En alemán, Herostrat es un individuo en constante búsqueda de la fama.
  • El término inglés Herostratic fame ("fama erostrática"), del mismo modo se refiere a Eróstrato.
  • Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, capítulo VIII de la Segunda parte, escribe: «También viene con esto lo que cuentan de aquel pastor, que puso fuego y abrasó el templo famoso de Diana, contado por una de las siete maravillas del mundo, sólo porque quedase vivo su nombre en los siglos venideros; y aunque se mandó que nadie le nombrase ni hiciese por palabra o por escrito mención de su nombre, porque no consiguiese el fin de su deseo, todavía se supo que se llamaba Eróstrato».4
  • Baltasar Gracián, en su alegoría filosófica titulada El Criticón, escribía sobre Eróstrato: «Éste es el que pegó fuego al célebre templo de Diana, en efeto, no más de porque se hablasse dél en el mundo».5
  • Victor Hugo, en su poema Lo que dice la boca de sombra (1855), menciona, entre otros personajes histórico-ficticios, a Eróstrato: «...Y el viento, que hace mucho soplaba en las Sodomas / Mezcla en el sucio hogar y bajo el vil caldero / Al humo de Eróstrato con la llama de Nerón».[cita requerida]
  • Marcel Schwob escribió un cuento corto sobre Eróstrato (titulado ‘’Eróstrato Incendiario‘’), que forma parte del libro Vidas imaginarias, publicado en 1896. En él se puede leer: «No alegó más causa a su acción que la pasión por la gloria y la alegría de oír su nombre».6
  • Antón Chéjov, en su cuento “Tolsty i tonki” (El gordo y el flaco), hace referencia a él con estas palabras: «—Íbamos juntos a la escuela —repitió el flaco—. ¿Te acuerdas de cómo te hacían rabiar llamándote Eróstrato por haber quemado un libro oficial con un cigarrillo?...»7
  • Jean-Paul Sartre escribió un cuento corto titulado Erostratus como parte de El muro (1939). En la historia, un hombre planea cometer crímenes violentos al azar a fin de conseguir fama.
  • Terenci Moix es el autor de un libro titulado Chulas y famosas: La venganza de Eróstrato.
  • Vicente Gutiérrez Escudero escribió un libro de poesía titulado Traqueotomía y otros puzzles: hermano Eróstrato.
  • Herostratus es una película británica de 1967 del cineasta australiano Don Levy.
  • El escritor español Miguel de Unamuno, en su novela Amor y pedagogía, nombra a este personaje para hacer referencia al ansia de inmortalidad inherente al ser humano. La misma idea también se repite en Del sentimiento trágico de la vida, capítulo III, El hambre de inmortalidad.
  • Julio Verne en su cuento corto "Un drama en los aires" hace referencia a Eróstrato. Al preguntarle su nombre, el personaje que sube de polizón e intenta derribar el globo donde se desarrolla la trama responde "Me llamo Eróstrato o Empédocles, como más le guste". Se refiere al primero como destructor de una maravilla(en este caso el globo) y al segundo como un suicida que busca una muerte digna de él.
  • Lope de Vega en el 4º verso del 2º cuarteto del soneto 133 de sus Rimas "y para se[r] Eróstrato, abrasaros". Hace referencia a su pasión por Lucinda y de forma indirecta a su obsesión por lograr la fama literaria.

http://es.wikipedia.org/wiki/Eróstrato
 
Que feo que la novia salga a decir esas cosas, muy feo! Otra que quiere aprovechar y sacarse unas monedas por contar "su historia". Peor todavia es que se aprovecha en un caso tan trágico.
Esto en el caso de que sea verdad porque antes en otras ocaciones también salieron gente cercana a comentar y luego resultó que no eran ellos pero una persona que queria un poco de fama.
Si esta novia sabe algo lo tiene que decir a las autoridades pero no a un medio.
además quién quiere una novia asi luego que va contando intimidades cuando hay una oportunidad de hacerlo.? Habla muy mal de ella, en el caso de que sea verdad, obvio.
 
Eróstrato: Incendiario[Cuento. Texto completo.]
Marcel Schwob

La ciudad de Éfeso, donde nació Heróstratos, se extendía en la desembocadura del Caistro, con sus dos puertos fluviales, hasta los muelles de Panorme, desde donde se veía, sobre el mar de abundantes colores, la línea brumosa de Samos. Rebosaba de oro y tejidos, de lanas y rosas, desde que los magnesios, sus perros de guerra y sus esclavos que lanzaban venablos, fueron vendidos a orillas del Meandro, desde que la magnífica Mileto fue arruinada por los persas. Era una ciudad de molicie, donde se festejaba a las cortesanas en el templo de Afrodita Hetaira. Los efesios llevaban túnicas amórginas, transparentes, telas de lino hilado al torno de colores violeta, púrpura y cocodrilo, sarápides color amarillo manzana y blancas y rosas, paños de Egipto color jacinto, con los fulgores del fuego y los matices móviles del mar, y calasiris de Persia, de tejido apretado, ligero, todos ellos tachonados en su fondo escarlata de granos de oro en forma de copelas.

Entre la montaña de Prión y un alto y escarpado acantilado se divisaba, a orillas del Caistro, el gran templo de Ártemis. Se habían precisado ciento veinte años para construirlo. Envaradas pinturas ornaban sus salas interiores, cuyo techo era de ébano y ciprés. Las pesadas columnas que lo sostenían fueron embadurnadas de minio. Pequeña y oval era la sala de la diosa, en cuyo centro se alzaba una prodigiosa piedra negra, cónica y reluciente, marcada por doraduras lunares, que no era otra que Ártemis. El altar triangular también estaba tallado en piedra negra. En otras mesas, hechas de losas negras, se habían perforado agujeros regulares para que por ellos fluyera la sangre de las víctimas. De las paredes colgaban anchas hojas de acero, con mangos de oro, que servían para abrir las gargantas, y el suelo pulido estaba tapizado de cintas ensangrentadas. La gran piedra oscura tenía dos t*tas enérgicas y picudas. Así era la Ártemis de Éfeso. Su divinidad se perdía en la noche de las tumbas egipcias, y había que adorarla según los ritos persas. Poseía un tesoro encerrado en una especie de colmena pintada de verde, cuya puerta piramidal se hallaba erizada de clavos de bronce. Allí, entre anillos, grandes monedas y rubíes yacía el manuscrito de Heráclito, quien había proclamado el reinado del fuego. El propio filósofo lo había depositado allí, en la base de la pirámide, cuando la construían.

La madre de Heróstratos era violenta y orgullosa. No se supo quién era su padre. Más tarde Heróstratos declaró que era hijo del fuego. Su cuerpo estaba marcado, bajo la tetilla izquierda, con una media luna que pareció encenderse cuando lo torturaron. Las que asistieron su nacimiento predijeron que estaba sometido a Ártemis. Fue colérico y permaneció virgen. Corroían su rostro unas líneas oscuras y el tinte de su piel era negruzco. Desde su infancia le gustó quedarse bajo el alto acantilado, cerca del Artemision. Miraba pasar las procesiones de ofrendas. Por el desconocimiento en que estaban de su estirpe, no pudo ser sacerdote de la diosa a la que se creía consagrado. El colegio sacerdotal hubo de prohibirle varias veces la entrada a la naos, donde esperaba apartar el precioso y pesado tejido que ocultaba a Ártemis. Por eso concibió odio y juró violar el secreto.

El nombre de Heróstratos no le parecía comparable a ningún otro, lo mismo que su propia persona le parecía superior a toda la humanidad. Deseaba la gloria. Primero se unió a los filósofos que enseñaban la doctrina de Heráclito; pero desconocían su parte secreta, por hallarse encerrada en la celdilla piramidal del tesoro de Ártemis. Heróstrato sólo pudo conjeturar la opinión del maestro. Se endureció despreciando las riquezas que le rodeaban. Su asco hacia el amor de las cortesanas era extremo. Creyeron que reservaba su virginidad para la diosa. Pero Ártemis no tuvo piedad de él. Pareció peligroso al colegio de la Gerusia, que vigilaba el templo. El sátrapa permitió que lo desterraran a los suburbios. Vivió en la ladera del Koressos, en una gruta excavada por los antiguos. Desde allí acechaba de noche las lámparas sagradas del Artemision. Algunos suponen que persas iniciados acudieron a conversar allí con él. Pero es más probable que su destino le fuera revelado de golpe.

En efecto, en medio de la tortura confesó que había comprendido de repente el sentido de la frase de Heráclito -el camino de lo alto-, porque el filósofo había enseñado que la mejor alma es la más seca y la más enardecida. Atestiguó que, en este sentido, su alma era la más perfecta, y que había querido proclamarlo. No alegó más causa a su acción que la pasión por la gloria y la alegría de oír proferir su nombre. Dijo que sólo su reino habría sido absoluto, puesto que no se le conocía padre y que Heróstratos habría sido coronado por Heróstratos, que era hijo de sus obras, y que su obra era la esencia del mundo; que así habría sido juntamente rey, filósofo y dios, único entre los hombres.

El año 365, en la noche del 21 de julio, cuando no subió al cielo la luna y el deseo de Heróstratos adquirió una fuerza inusitada, decidió violar la cámara secreta de Ártemis. Se deslizó pues por el zigzag de la montaña hasta la ribera del Caistro y subió las gradas del templo. Los guardas de los sacerdotes dormían junto a las lámparas sagradas. Heróstratos cogió una y penetró en la naos.

Un fuerte olor a aceite de nardo la invadía. Las negras aristas del techo de ébano estaban resplandecientes. El óvalo de la cámara se hallaba dividido por la cortina tejida de hilo de oro y púrpura que ocultaba a la diosa. Su lámpara iluminó el terrible cono de t*tas erectas. Heróstratos las agarró con ambas manos y besó con avidez la piedra divina. Luego dio una vuelta alrededor, y vio de pronto la pirámide verde donde estaba el tesoro. Agarró los clavos de bronce de la puertecilla, y la arrancó. Hundió sus dedos entre las joyas vírgenes. Pero sólo se apoderó del rollo de papiro donde Heráclito había inscrito sus versos. A la luz de la lámpara sagrada los leyó, y conoció todo.

Al punto exclamó: “¡Fuego, fuego!”

Tiró de la cortina de Ártemis y acercó la mecha encendida al paño inferior. La tela ardió al principio despacio; luego, por los vapores de aceite perfumado que la impregnaban, la llama subió, azulada, hacia los artesonados de ébano. El terrible cono reflejó el incendio.

El fuego se enroscó en los capiteles de las columnas, reptó a lo largo de las bóvedas. Una tras otra, las placas de oro consagradas a la poderosa Ártemis cayeron desde las suspensiones a las losas con un estruendo de metal. Luego el haz fulgurante estalló en el techo e iluminó el acantilado. Las tejas de bronce se desplomaron. Heróstratos se erguía en medio del resplandor, clamando su nombre en la oscuridad.

Todo el Artemision fue un montón rojo en el corazón de las tinieblas. Los guardias cogieron al criminal. Lo amordazaron para que dejara de gritar su propio nombre. Fue arrojado en los sótanos, atado, durante el incendio.

Artajerjes envió inmediatamente la orden de torturarlo. No quiso confesar otra cosa que lo que se ha dicho. Las doce ciudades de Jonia prohibieron, bajo pena de muerte, entregar el nombre de Heróstratos a las edades futuras. La noche en que Heróstratos incendió el templo de Éfeso vino al mundo Alejandro, rey de Macedonia.


Eróstrato: Incendiario[Cuento. Texto completo.]
Marcel Schwob

La ciudad de Éfeso, donde nació Heróstratos, se extendía en la desembocadura del Caistro, con sus dos puertos fluviales, hasta los muelles de Panorme, desde donde se veía, sobre el mar de abundantes colores, la línea brumosa de Samos. Rebosaba de oro y tejidos, de lanas y rosas, desde que los magnesios, sus perros de guerra y sus esclavos que lanzaban venablos, fueron vendidos a orillas del Meandro, desde que la magnífica Mileto fue arruinada por los persas. Era una ciudad de molicie, donde se festejaba a las cortesanas en el templo de Afrodita Hetaira. Los efesios llevaban túnicas amórginas, transparentes, telas de lino hilado al torno de colores violeta, púrpura y cocodrilo, sarápides color amarillo manzana y blancas y rosas, paños de Egipto color jacinto, con los fulgores del fuego y los matices móviles del mar, y calasiris de Persia, de tejido apretado, ligero, todos ellos tachonados en su fondo escarlata de granos de oro en forma de copelas.

Entre la montaña de Prión y un alto y escarpado acantilado se divisaba, a orillas del Caistro, el gran templo de Ártemis. Se habían precisado ciento veinte años para construirlo. Envaradas pinturas ornaban sus salas interiores, cuyo techo era de ébano y ciprés. Las pesadas columnas que lo sostenían fueron embadurnadas de minio. Pequeña y oval era la sala de la diosa, en cuyo centro se alzaba una prodigiosa piedra negra, cónica y reluciente, marcada por doraduras lunares, que no era otra que Ártemis. El altar triangular también estaba tallado en piedra negra. En otras mesas, hechas de losas negras, se habían perforado agujeros regulares para que por ellos fluyera la sangre de las víctimas. De las paredes colgaban anchas hojas de acero, con mangos de oro, que servían para abrir las gargantas, y el suelo pulido estaba tapizado de cintas ensangrentadas. La gran piedra oscura tenía dos t*tas enérgicas y picudas. Así era la Ártemis de Éfeso. Su divinidad se perdía en la noche de las tumbas egipcias, y había que adorarla según los ritos persas. Poseía un tesoro encerrado en una especie de colmena pintada de verde, cuya puerta piramidal se hallaba erizada de clavos de bronce. Allí, entre anillos, grandes monedas y rubíes yacía el manuscrito de Heráclito, quien había proclamado el reinado del fuego. El propio filósofo lo había depositado allí, en la base de la pirámide, cuando la construían.

La madre de Heróstratos era violenta y orgullosa. No se supo quién era su padre. Más tarde Heróstratos declaró que era hijo del fuego. Su cuerpo estaba marcado, bajo la tetilla izquierda, con una media luna que pareció encenderse cuando lo torturaron. Las que asistieron su nacimiento predijeron que estaba sometido a Ártemis. Fue colérico y permaneció virgen. Corroían su rostro unas líneas oscuras y el tinte de su piel era negruzco. Desde su infancia le gustó quedarse bajo el alto acantilado, cerca del Artemision. Miraba pasar las procesiones de ofrendas. Por el desconocimiento en que estaban de su estirpe, no pudo ser sacerdote de la diosa a la que se creía consagrado. El colegio sacerdotal hubo de prohibirle varias veces la entrada a la naos, donde esperaba apartar el precioso y pesado tejido que ocultaba a Ártemis. Por eso concibió odio y juró violar el secreto.

El nombre de Heróstratos no le parecía comparable a ningún otro, lo mismo que su propia persona le parecía superior a toda la humanidad. Deseaba la gloria. Primero se unió a los filósofos que enseñaban la doctrina de Heráclito; pero desconocían su parte secreta, por hallarse encerrada en la celdilla piramidal del tesoro de Ártemis. Heróstrato sólo pudo conjeturar la opinión del maestro. Se endureció despreciando las riquezas que le rodeaban. Su asco hacia el amor de las cortesanas era extremo. Creyeron que reservaba su virginidad para la diosa. Pero Ártemis no tuvo piedad de él. Pareció peligroso al colegio de la Gerusia, que vigilaba el templo. El sátrapa permitió que lo desterraran a los suburbios. Vivió en la ladera del Koressos, en una gruta excavada por los antiguos. Desde allí acechaba de noche las lámparas sagradas del Artemision. Algunos suponen que persas iniciados acudieron a conversar allí con él. Pero es más probable que su destino le fuera revelado de golpe.

En efecto, en medio de la tortura confesó que había comprendido de repente el sentido de la frase de Heráclito -el camino de lo alto-, porque el filósofo había enseñado que la mejor alma es la más seca y la más enardecida. Atestiguó que, en este sentido, su alma era la más perfecta, y que había querido proclamarlo. No alegó más causa a su acción que la pasión por la gloria y la alegría de oír proferir su nombre. Dijo que sólo su reino habría sido absoluto, puesto que no se le conocía padre y que Heróstratos habría sido coronado por Heróstratos, que era hijo de sus obras, y que su obra era la esencia del mundo; que así habría sido juntamente rey, filósofo y dios, único entre los hombres.

El año 365, en la noche del 21 de julio, cuando no subió al cielo la luna y el deseo de Heróstratos adquirió una fuerza inusitada, decidió violar la cámara secreta de Ártemis. Se deslizó pues por el zigzag de la montaña hasta la ribera del Caistro y subió las gradas del templo. Los guardas de los sacerdotes dormían junto a las lámparas sagradas. Heróstratos cogió una y penetró en la naos.

Un fuerte olor a aceite de nardo la invadía. Las negras aristas del techo de ébano estaban resplandecientes. El óvalo de la cámara se hallaba dividido por la cortina tejida de hilo de oro y púrpura que ocultaba a la diosa. Su lámpara iluminó el terrible cono de t*tas erectas. Heróstratos las agarró con ambas manos y besó con avidez la piedra divina. Luego dio una vuelta alrededor, y vio de pronto la pirámide verde donde estaba el tesoro. Agarró los clavos de bronce de la puertecilla, y la arrancó. Hundió sus dedos entre las joyas vírgenes. Pero sólo se apoderó del rollo de papiro donde Heráclito había inscrito sus versos. A la luz de la lámpara sagrada los leyó, y conoció todo.

Al punto exclamó: “¡Fuego, fuego!”

Tiró de la cortina de Ártemis y acercó la mecha encendida al paño inferior. La tela ardió al principio despacio; luego, por los vapores de aceite perfumado que la impregnaban, la llama subió, azulada, hacia los artesonados de ébano. El terrible cono reflejó el incendio.

El fuego se enroscó en los capiteles de las columnas, reptó a lo largo de las bóvedas. Una tras otra, las placas de oro consagradas a la poderosa Ártemis cayeron desde las suspensiones a las losas con un estruendo de metal. Luego el haz fulgurante estalló en el techo e iluminó el acantilado. Las tejas de bronce se desplomaron. Heróstratos se erguía en medio del resplandor, clamando su nombre en la oscuridad.

Todo el Artemision fue un montón rojo en el corazón de las tinieblas. Los guardias cogieron al criminal. Lo amordazaron para que dejara de gritar su propio nombre. Fue arrojado en los sótanos, atado, durante el incendio.

Artajerjes envió inmediatamente la orden de torturarlo. No quiso confesar otra cosa que lo que se ha dicho. Las doce ciudades de Jonia prohibieron, bajo pena de muerte, entregar el nombre de Heróstratos a las edades futuras. La noche en que Heróstratos incendió el templo de Éfeso vino al mundo Alejandro, rey de Macedonia.

Marcel Schwob

La ciudad de Éfeso, donde nació Heróstratos, se extendía en la desembocadura del Caistro, con sus dos puertos fluviales, hasta los muelles de Panorme, desde donde se veía, sobre el mar de abundantes colores, la línea brumosa de Samos. Rebosaba de oro y tejidos, de lanas y rosas, desde que los magnesios, sus perros de guerra y sus esclavos que lanzaban venablos, fueron vendidos a orillas del Meandro, desde que la magnífica Mileto fue arruinada por los persas. Era una ciudad de molicie, donde se festejaba a las cortesanas en el templo de Afrodita Hetaira. Los efesios llevaban túnicas amórginas, transparentes, telas de lino hilado al torno de colores violeta, púrpura y cocodrilo, sarápides color amarillo manzana y blancas y rosas, paños de Egipto color jacinto, con los fulgores del fuego y los matices móviles del mar, y calasiris de Persia, de tejido apretado, ligero, todos ellos tachonados en su fondo escarlata de granos de oro en forma de copelas.

Entre la montaña de Prión y un alto y escarpado acantilado se divisaba, a orillas del Caistro, el gran templo de Ártemis. Se habían precisado ciento veinte años para construirlo. Envaradas pinturas ornaban sus salas interiores, cuyo techo era de ébano y ciprés. Las pesadas columnas que lo sostenían fueron embadurnadas de minio. Pequeña y oval era la sala de la diosa, en cuyo centro se alzaba una prodigiosa piedra negra, cónica y reluciente, marcada por doraduras lunares, que no era otra que Ártemis. El altar triangular también estaba tallado en piedra negra. En otras mesas, hechas de losas negras, se habían perforado agujeros regulares para que por ellos fluyera la sangre de las víctimas. De las paredes colgaban anchas hojas de acero, con mangos de oro, que servían para abrir las gargantas, y el suelo pulido estaba tapizado de cintas ensangrentadas. La gran piedra oscura tenía dos t*tas enérgicas y picudas. Así era la Ártemis de Éfeso. Su divinidad se perdía en la noche de las tumbas egipcias, y había que adorarla según los ritos persas. Poseía un tesoro encerrado en una especie de colmena pintada de verde, cuya puerta piramidal se hallaba erizada de clavos de bronce. Allí, entre anillos, grandes monedas y rubíes yacía el manuscrito de Heráclito, quien había proclamado el reinado del fuego. El propio filósofo lo había depositado allí, en la base de la pirámide, cuando la construían.

La madre de Heróstratos era violenta y orgullosa. No se supo quién era su padre. Más tarde Heróstratos declaró que era hijo del fuego. Su cuerpo estaba marcado, bajo la tetilla izquierda, con una media luna que pareció encenderse cuando lo torturaron. Las que asistieron su nacimiento predijeron que estaba sometido a Ártemis. Fue colérico y permaneció virgen. Corroían su rostro unas líneas oscuras y el tinte de su piel era negruzco. Desde su infancia le gustó quedarse bajo el alto acantilado, cerca del Artemision. Miraba pasar las procesiones de ofrendas. Por el desconocimiento en que estaban de su estirpe, no pudo ser sacerdote de la diosa a la que se creía consagrado. El colegio sacerdotal hubo de prohibirle varias veces la entrada a la naos, donde esperaba apartar el precioso y pesado tejido que ocultaba a Ártemis. Por eso concibió odio y juró violar el secreto.

El nombre de Heróstratos no le parecía comparable a ningún otro, lo mismo que su propia persona le parecía superior a toda la humanidad. Deseaba la gloria. Primero se unió a los filósofos que enseñaban la doctrina de Heráclito; pero desconocían su parte secreta, por hallarse encerrada en la celdilla piramidal del tesoro de Ártemis. Heróstrato sólo pudo conjeturar la opinión del maestro. Se endureció despreciando las riquezas que le rodeaban. Su asco hacia el amor de las cortesanas era extremo. Creyeron que reservaba su virginidad para la diosa. Pero Ártemis no tuvo piedad de él. Pareció peligroso al colegio de la Gerusia, que vigilaba el templo. El sátrapa permitió que lo desterraran a los suburbios. Vivió en la ladera del Koressos, en una gruta excavada por los antiguos. Desde allí acechaba de noche las lámparas sagradas del Artemision. Algunos suponen que persas iniciados acudieron a conversar allí con él. Pero es más probable que su destino le fuera revelado de golpe.

En efecto, en medio de la tortura confesó que había comprendido de repente el sentido de la frase de Heráclito -el camino de lo alto-, porque el filósofo había enseñado que la mejor alma es la más seca y la más enardecida. Atestiguó que, en este sentido, su alma era la más perfecta, y que había querido proclamarlo. No alegó más causa a su acción que la pasión por la gloria y la alegría de oír proferir su nombre. Dijo que sólo su reino habría sido absoluto, puesto que no se le conocía padre y que Heróstratos habría sido coronado por Heróstratos, que era hijo de sus obras, y que su obra era la esencia del mundo; que así habría sido juntamente rey, filósofo y dios, único entre los hombres.

El año 365, en la noche del 21 de julio, cuando no subió al cielo la luna y el deseo de Heróstratos adquirió una fuerza inusitada, decidió violar la cámara secreta de Ártemis. Se deslizó pues por el zigzag de la montaña hasta la ribera del Caistro y subió las gradas del templo. Los guardas de los sacerdotes dormían junto a las lámparas sagradas. Heróstratos cogió una y penetró en la naos.

Un fuerte olor a aceite de nardo la invadía. Las negras aristas del techo de ébano estaban resplandecientes. El óvalo de la cámara se hallaba dividido por la cortina tejida de hilo de oro y púrpura que ocultaba a la diosa. Su lámpara iluminó el terrible cono de t*tas erectas. Heróstratos las agarró con ambas manos y besó con avidez la piedra divina. Luego dio una vuelta alrededor, y vio de pronto la pirámide verde donde estaba el tesoro. Agarró los clavos de bronce de la puertecilla, y la arrancó. Hundió sus dedos entre las joyas vírgenes. Pero sólo se apoderó del rollo de papiro donde Heráclito había inscrito sus versos. A la luz de la lámpara sagrada los leyó, y conoció todo.

Al punto exclamó: “¡Fuego, fuego!”

Tiró de la cortina de Ártemis y acercó la mecha encendida al paño inferior. La tela ardió al principio despacio; luego, por los vapores de aceite perfumado que la impregnaban, la llama subió, azulada, hacia los artesonados de ébano. El terrible cono reflejó el incendio.

El fuego se enroscó en los capiteles de las columnas, reptó a lo largo de las bóvedas. Una tras otra, las placas de oro consagradas a la poderosa Ártemis cayeron desde las suspensiones a las losas con un estruendo de metal. Luego el haz fulgurante estalló en el techo e iluminó el acantilado. Las tejas de bronce se desplomaron. Heróstratos se erguía en medio del resplandor, clamando su nombre en la oscuridad.

Todo el Artemision fue un montón rojo en el corazón de las tinieblas. Los guardias cogieron al criminal. Lo amordazaron para que dejara de gritar su propio nombre. Fue arrojado en los sótanos, atado, durante el incendio.

Artajerjes envió inmediatamente la orden de torturarlo. No quiso confesar otra cosa que lo que se ha dicho. Las doce ciudades de Jonia prohibieron, bajo pena de muerte, entregar el nombre de Heróstratos a las edades futuras. La noche en que Heróstratos incendió el templo de Éfeso vino al mundo Alejandro, rey de Macedonia.
 
Es su obigación contarlo a sus superiores.
Todos las personas, tierrra aire, en todo tipo de trabajo , maletero etc etc deben de reportar si un compañero de un dia a otro empieza a comportarse de manera no normal, si cambia de personalidad.
Lo mismo si sospechan que bebe. Se han visto casos en los que un piloto ha reportado a otro justo al salir por "oler" a un compañero a alcohol, viene la policia y ponen otro miembro de tripulación.
Lo del secreto medico no puedo opinar sobre todos los paises aunque pienso es lo mismo en la mayoria.
Aqui en DK se hace un examen extausivo/grande (???) cada año, un examen médico que no dura menos de 4 horas. Y se reporta a la empresa . Supongo que es lo mismo en los otros paises y que en este caso ha fallado algo, el medico en cuestión parece ser que ha fallado A MENOS que el piloto solo tuviera una copia y la empresa ya lo sabia y entonces sigue siendo un fallo.

No, el médico en el sentido legal no ha fallado. Es más incluso después de la masacre era la fiscalía la que tenía que pedir el parte médico, ni el médico lo podía pasar a LH, ni LH se lo podía pasar. No estamos hablando del examen médico de la empresa, estamos hablando de ir a una consulta particular.
 
El complejo de Eróstrato o cómo lograr fama a toda costa / Petra Llamas en LJA
By Petra Llamas García | 27/07/20120 Comments


“Moriré y sé que nadie sabrá de mí más tarde,

nadie bajo los últimos, reverdecidos, cielos (…)

Yo quise tejer músicas con mi fuga y fue en vano,

intenté firmes piedras con el humo y la niebla:

duras lunas doraron de burlas mi fracaso,

serenos, crueles dioses desdeñaron mi esfuerzo”.

Eróstrato de William Ospina



Existen muchas maneras de ser recordado y famoso y en algunos casos, pasar a formar parte de la historia. Sin embargo, no todas son positivas ni recomendables, aunque estas últimas sean las más utilizadas por personajes mediocres, que tienen una vida triste, anodina y solitaria y que esconden una gran necesidad de protagonismo.

Si todo se quedara en algo similar a la conducta de ciertos artistas, deportistas o políticos que han sucumbido al culto a la imagen y hacen lo que sea por conseguir notoriedad, no sería tan grave. Lo realmente preocupante es que algunos recurren a la violencia y al asesinato con tal de tener sus cinco minutos de fama. El escritor Miguel de Unamuno escribía que los héroes siempre buscaban la inmortalidad y consideraba que ese deseo de pasar a la posteridad formaba parte de la esencia del ser humano, denominándolo erostratismo.

Eróstrato fue un pastor griego que pasó a la historia por incendiar una de las siete maravillas del mundo, el templo de Artemisa en Éfeso. Por esta razón, Artajerjes lo mandó matar, previa tortura, en la que confesó que lo había hecho para llamar la atención. Después de esto, se prohibió, bajo pena de muerte, que alguien mencionara su nombre y con ello evitar la fama que se proponía con el incendio.

Sin embargo, existe la posibilidad de que conseguir fama no haya sido la única motivación de Eróstrato. Parece más probable que su vida triste y solitaria, cuidando ovejas y con su pobre situación económica, le hayan provocado malestar y rabia ante lo que él consideró un dispendio, la construcción del templo de Artemisa. Claro que eso nunca podremos saberlo ya que una sesión de tortura no da para hacer elucubraciones o psicoanálisis, así que tenemos que aceptar que el humilde pastor sólo quería notoriedad y adquirir prestigio por las malas.

Pues bien, objetivo logrado, porque a pesar de la prohibición de hablar de él, su nombre ha pasado a la historia, sobre todo porque en psicología se denomina complejo de Eróstrato al trastorno que sufre una persona que busca llamar la atención a toda costa. Sin embargo, hay que aclarar que el pastor sólo destruyó algo material, sin dañar a persona alguna o asesinar gente a mansalva. En cambio el personaje de Jean Paul Sartre, en su cuento “Eróstratus” de El Muro (1939) es un asesino más parecido a los que vemos últimamente en las noticias, ya que mataba a sus víctimas con la finalidad de ser famoso.


Esta necesidad que tiene el ser humano de no pasar desapercibido debe haber existido desde siempre, no obstante, hoy día parece haberse acentuado, dado que estamos en la era de las comunicaciones. Cualquier hecho, sobre todo si es negativo, se difunde en cuestión de segundos por todo el mundo, proporcionándole fama inmediata al protagonista. Estamos en la sociedad de la comunicación, es cierto, pero este tipo de actos no debieran tener una difusión tan grande, porque si es fama lo que buscan, con tanta publicidad es justamente lo que se les está brindando.

Nos estamos acostumbrando a noticias donde integrantes del crimen organizado matan y dejan cuerpos desmembrados por doquier; o a jóvenes enloquecidos que disparan a las personas como si de un videojuego se tratara. En estos hechos, el agresor suele morir durante su terrible acto, pero en otras ocasiones es capturado y lo vemos –de nuevo en los medios– en el juicio que se le sigue, con tanta calma y frialdad que asustan. Mientras tanto nos preguntamos la razón que pudo llevar a esta persona a matar gente inocente e instantáneamente justificamos su barbarie apelando a algún trastorno mental; porque no podemos concebir que un ser humano en sus cabales pueda cometer tales atrocidades.

Por si no tuviéramos suficiente con la realidad, se transmiten programas ficticios cargados de violencia y brutalidad, acostumbrando a la audiencia a ver el dolor, la crueldad y la muerte como algo natural, y con ello se corre el riesgo de que, tarde o temprano, algunos se vayan volviendo insensibles al sufrimiento ajeno. Si a esto le agregamos los videojuegos que simulan escenarios donde se mata a otras personas, ya tenemos el cuadro completo de una educación en y para la violencia. Por eso no debiera extrañarnos tanto que un joven tome un arma y la descargue contra otros, porque de alguna manera, ya ha sido entrenado para ello.

Tal vez, detrás de cada uno de esos actos tan espantosos haya un Eróstrato que quiere tener un momento protagónico y con ello satisfacer su necesidad de reconocimiento; sin embargo, estoy convencida de que en realidad se trata de personas que tienen un largo historial de violencia, real o ficticio, cero sensibilidad al dolor ajeno y mucha soledad; por eso habría que analizar con mucho cuidado el entorno en el que los jóvenes se están desarrollando; la educación que están recibiendo; la facilidad con la que algunos acceden a las armas y la atención que las familias están poniendo en su formación.



petrallamasgarcia@hotmail.com

Twitter: @petrallamas

 
Y sabía que se estaban olvidando más cosas. El piloto (no el copiloto) había empezado en LH y se paso a GW, mi amiga no sabe el motivo, seguramente para no tener que realizar vuelos de larga distancia, para estar estacionado cerca de la familia, porque desde luego era muy buen piloto y muy correcto, pues había un par de copilotos que no le tenían demasiada estima profesional por el cambio que para ellos es más o menos un sacrilegio, ahora se murmura que Andrea L. estaba entre ellos.
 
Lubitz, a su ex novia: «Un día haré algo que cambiará el sistema y todos conocerán mi nombre»
Efe | Madrid | 28/03/2015

Andreas Lubitz.
26-03-2015
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Una mujer que dice haber sido novia del copiloto que presuntamente estrelló de forma deliberada el avión de Germanwings en los Alpes franceses con 150 personas a bordo asegura que el joven estaba en tratamiento psiquiátrico y que más de una vez le había dicho que haría algo por lo que todo el mundo le conocería.

«Cuando oí lo de la catástrofe, me vino una y otra vez a la mente una frase que decía: 'Un día haré algo que cambiará todo el sistema y entonces todos conocerán mi nombre y lo recordarán'. Nunca sabía a qué se refería, pero ahora cobra sentido», afirma la mujer en una entrevista que publica este sábado el diario «Bild».

Según la azafata, de 26 años y que dice haber mantenido el año pasado una relación en secreto con el copiloto Andreas Lubitz que duró unos cuantos meses, «durante los vuelos era una persona amable y abierta».
La joven señala que «en la intimidad era muy tierno, una persona que necesitaba ser querida. Era una buena persona, que podía ser tan dulce, y regalaba flores».


«Siempre hablábamos mucho de trabajo y entonces se convertía en otra persona, se alteraba por las condiciones en las que tenemos que trabajar: poco dinero, miedo por el contrato, demasiada presión», agrega.

Asegura que se separó de él porque cada vez tenía más claro que «tenía problemas».

«De repente perdía los estribos durante una conversación y me gritaba. Yo tenía miedo. Una vez incluso se encerró durante un buen rato en el baño», dice.

Según la auxiliar de vuelo, Lubitz sufría pesadillas y se despertaba por la noches gritando que se iban a estrellar.

«Sabía ocultar muy bien ante los demás lo que le pasaba realmente», asegura y agrega que «de su enfermedad nunca habló mucho, sólo que estaba en tratamiento psiquiátrico».

La azafata cree que el copiloto estrelló deliberadamente el aparato, «porque se dio cuenta de que debido a sus problemas de salud su gran sueño de un empleo en Lufthansa, de trabajar como comandante y piloto de rutas de larga distancia era prácticamente imposible».


«Si a ello se suman problemas de pareja, no lo sé», añade la mujer.

En tanto, el copiloto tenía una nueva novia que trabaja como profesora en Krefeld, una localidad del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, y con la que vivía en su apartamento de Düsseldorf, que ya ha sido registrado por las autoridades alemanas.


http://periodicodeibiza.es/sucesos/...r-sistema-recordara-nombre-segun-exnovia.html
 
El hacha, ¿cuanto hace ya de la tragedia Torres Gemelas?, bien, antes de ese salvaje atentado, "el hacha" iba fuera de cabina, no como un arma, sino como una herramienta para una emergencia, ni siquiera estaba pensada para usarla para abrir la puerta de cabina, porque antes del 11-S ni había puerta cerrada en muchas cabinas, yo desde determinado lugar del pasaje, estoy cansada de ver una simple cortina, el hacha es antigua en los aviones, como herramienta para emergencias, tras el 11-S, la pusieron en el interior de la cabina, como es natural. Era una herramienta para emergencias.
¿De donde ha salido que el comandante usó el hacha?. Eso no lo he visto en ninguna información seria. Los supuestos me los salto.

He escuchado a un familiar, agradecer la claridad en la información, del Fiscal francés. Palabra por palabra fue impecable. Todas sus palabras tenían el respaldo del estudio realizado por la aportación de la caja negra, que precisamente era la que contenía el sonido.

La información veraz no la dan sin pruebas suficientes.

De acuerdo, es justo lo que he puesto en mi mensaje 944 mas arriba en esta misma página.
Lo del hacha salió en los medios también, que el capitán trataba de romper la puerta con ella, cosa que no entendia tampoco porque las puertas fueron cambiadas también en esa ocasión y no se pueden romper con hachas.

@kasikasi, en la pagina 47, Post #931, he colgado una grafica del Washington Post, uno de los dos principales diarios de Estados Unidos, en la que aparece un dibujo del hacha en el piso, al lado del piloto. Tambien lo mencionan en el articulo que acompaña el dibujo señanlando que asi lo habia reportado el peiodico aleman Bild.

La informacion sobre el uso del hacha no salio a la luz inmediatamente, pero segun han pasado los dias, lo mencionan en casi todos los articulos que he leido.
 
@kasikasi, en la pagina 47, Post #931, he colgado una grafica del Washington Post, uno de los dos principales de Estados Unidos, en la que aparece un dibujo del hacha en el piso, al lado del piloto. Tambien lo mencionan en el articulo que acompaña el dibujo señanlando que asi lo habia reportado el peiodico aleman Bild.

La informacion sobre el uso del hacha no salio a la luz inmediatamente, pero segun han pasado los dias, lo mencionan en casi todos los articulos que he leido.

Eso no me resulta creíble. Lo siento.
Cuando iban fuera las hachas hubiera sido posible usarlas. Ahora no.


El Fiscal no dijo nada de eso. La información veridica sale de Francia que es donde están estudiando el caso.
¿Como es posible que mantuvieran fuera el hacha si las normas la metieron dentro hace ya décadas?.
 
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