¡Disiento!
El padre de mis hijos ( y, de paso, mi costillo... o al revés : el hombre que tuve claro con el que quería tener hijos, que una cosa es que pueda ser una buena pareja y otra que te inspire el deseo de tener hijos con él), pues como iba diciendo, el papá de la casa no podía reñir a sus amadísimos hijos, porque le duraba el disgusto / remordimiento una semana(¡Y de qué manera! ¡No levantaba cabeza el buen hombre!)
Y ya me veis a mí, cuando veía que se estaba enfadando como para echarles la bronca ( muy pocas veces, la verdad sea dicha). encender motores yo para adelantarme a él , aunque pensara que la cosa no era para tanto, para que él no les riñera o, simplemente, se calmase al ver que me enfadaba yo y dijera "bueno, no es para tanto, X, cálmate" ( o algo por el estilo).
El día que me habló de reformar la casa para que los (todavía de aquella) niños tuvieran un espacio más acorde a los treinta y pico años ( porque él no tenía in mente que se fueran de casa), casi me da un soponcio.
Y podría seguir durante días y días contando anécdotas sobre lo padrazo que era,
No puedo hablar más que de oídas de lo padrazo que era mi padre, porque murió cuando yo tenía 6 años, pero sí del papel que como tal hizo mi abuelo materno y puedo decir que fue pieza fundamental para que mi hermana y yo seamos las personas, mujeres y madre ( eso sólo yo) que somos hoy , con, entre otras cosas, el ejemplo que nos dió en su relación con nuestra abuela y nuestra madre.
No, no estoy de acuerdo con esa generalidad: me parece tan injusta, por incierta, como decir que nosotras, las mujeres, somos todas iguales.
Sin ir más lejos ¿son iguales en el obrar que sabemos Paloma y Ana?
