Asesinato de Manuela Chavero. Eugenio Delgado. Monesterio.

Por cierto, a la hermana del asesino no se le ocurre otra cosa que contestar a los que hablan mal de su hermano .Y todo es entendible, tanto una postura como otra, pero pregunto¿cómo se te ocurre, alma cándida, entrar en FB a el mismo día que toda España se levanta con esta noticia e intentar defender lo indefendible?
Lo que debería hacer es pedir perdón a la familia y decir que el peso de la ley caiga sobre su hermano.
No entiendo a esos padres, hermanos que su familiar es un asesino y lo defienden, Yo creo que si mi hijo es culpable, lo reconocería y le buscaría un abogado, pero pienso que el que la hace, la paga sea mi hijo, mi hermano o Cristo bendito.
 
No entiendo a la hermana del asesino confesó pero tampoco a todos aquellos que van a la cuenta de Facebook a escribir barbaridades y la emprenden también con ella.

Aunque el tío sea una bestia parda para ella será todavía el niño que conoció y no el remedo de hombre que odiaba y deseaba al mismo tiempo a mujeres. La hermana estará todavía en fase de negación, como también lo estará su madre.

Madre e hija pusieron tierra de por medio y el asesino confeso se quedó a cargo de un padre y un abuelo a los que imagino misóginos y cavernarios. En ese momento empezó a lavarse en él el odio hacia las mujeres. Un niño solitario, retraído y necesitado de amor que no le manifestaban ni padre ni abuelo, o si lo hacían era a su manera. Marcado por lo que él considera abandono materno, un bicho raro y cuya única relación en tema afectivo o sexual sería con mujeres del ambiente de la prostit*ción a las que también desea pero desprecia.
 

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