Azul y Rosa,Jaime Peñafiel.Viernes,28 de Agosto de 2020.

Bingo! Es que se monta películas cutres y baratas este vejete: Sofía nunca fue novia de Harald, sus padres y el padre de el hicieron lo imposible para que Harás se casase con Sofía y esta se ilusiono con el.y la perspectiva de ser reina de Noruega - sea Noruega, España o Kenia, lo importante era ser reina - pero él tenía novia, estaba enamorado de una plebeya y se plantó ante su padre negándose a ennoviarse con la griega. Esta es la realidad, estoy segura de que el despecho de Sofía fue tan mayúsculo que a día de hoy, íntimamente, no traga a la reina Sonia, jajaja...

Es curioso como a Peñafiel cuenta lo de la víspera del compromiso en brazos de la Olguina. Todo lo que haga Juancar a misa, es que él era una víctima. Así justifica la cornamenta de la Sofía a la que no traga: normal, como Juancar no la quería... Y venga nombrar a las amantes como algo natural y que las compaginase con otras. La Corinna malísima por haber tirado de la manta, sino ahora la pondría por las nubes por lo elegante y bien que cuido del rey...

Y soltar la machistada digna del misógino de San Agustín de que detrás de cualquier problema de un hombre, desde Eva, siempre ha habido una mujer...

Este Peña es un dinosaurio, hubiese sido el verdugo decapitaesposas de Enrique VIII.

Aniversario de boda de Harald y Sonia: 'affaire' con doña Sofía y amenaza de su***dio
Su historia de amor es una de las más románticas y estables de la segunda mitad del siglo XX, pese a que el camino hasta el altar no fue precisamente un sendero de rosas

https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/e35/dad/e35daddcae8d90ec65c5a624c7dfeb3e/aniversario-de-boda-de-harald-y-sonia-affaire-con-dona-sofia-y-amenaza-de-su***dio.jpg?mtime=1598607938




Los reyes Harald y Sonia de Noruega. (Reuters)​
César Andrés
29/08/2020 05:00
Este 29 de agosto se cumplen 52 años del enlace matrimonial de los reyes de Noruega, Harald y Sonia, un enlace que celebraron en la catedral de Oslo, hasta donde llegaron en un descapotable Lincoln estrenado para la ocasión y después de sortear muchas dificultades: su camino hasta el 'sí, quiero' no había sido precisamente un sendero de rosas.

Su historia de amor es una de las más románticas y sólidas de la segunda mitad del siglo XX. Se conocieron cuando ambos eran dos adolescentes de 15 años en un campamento de verano. Él era el príncipe heredero, ella la hija de un comerciante. De manera natural, como todo a esa edad, surgió el flechazo. Durante una década Harald V y Sonia mantuvieron su romance en secreto.

En esos diez años, la joven menuda y risueña estudió Diseño de Moda y trabajó como costurera, amplió sus estudios sobre el mundo de la confección en Suiza y, de vuelta a Oslo, se matriculó en numerosos cursos sobre Historia del Arte. Él, quizá no tan atractivo como lo es ahora su hijo Haakon, pero sí muy resultón para las féminas, ingresó en la Escuela de Caballería y en la Academia Militar, donde consiguió el rango de general del Ejército de Tierra y Aire y el de almirante de la Marina.

Sonia y Harald, durante su compromiso. (Getty)
Sonia y Harald, durante su compromiso. (Getty)
Cuando Harald cumplió la mayoría de edad le confesó a su padre, el rey Olav V, que mantenía un romance con una burguesita. Harald estaba dispuesto a comprometerse con ella y su padre a impedírselo. Con el fin de que olvidase a la costurera, el rey de los noruegos mandó a su hijo a Oxford a estudiar y pendonear. Incluso provocó el encuentro de su sucesor con varias princesas europeas. Muchachas nobles que a ojos del rey merecían el amor del heredero. Désirée de Suecia no despertó ningún interés en el príncipe Harald, pero a la princesa Sofía de Grecia le hizo ojitos. La ahora Reina emérita de España negó cualquier tipo de flirteo o noviazgo con el noruego en su primera biografía autorizada escrita por la periodistaPilar Urbano. La mujer de Juan Carlos es de la corriente que defiende que “las reinas no tienen pasado”. Amor no hubo, pero voluntad de que lo hubiese habido -al menos por parte de ambas casas-, sí. Especialmente empeñada estuvo la reina Federica de Grecia, una Hannover con vocación de casamentera.

Los Reyes eméritos, en la celebración del 80 cumpleaños de Harald de Noruega. (Reuters)

Los Reyes eméritos, en la celebración del 80 cumpleaños de Harald de Noruega. (Reuters)
El intento de su***dio de Sonia
En 1968, ante los insistentes rumores de compromiso entre el noruego y la helena, una Sonia enamorada hasta las trancas amenazó con suicidarse. Al príncipe Harald se le hincharon las narices reales y dio un golpe en la mesa y le espetó a su padre: “O me caso con Sonia Haraldsen o renuncio a mis derechos dinásticos”. Aceptó el órdago el rey Olav a regañadientes y también el Parlamento noruego. Habemus matrimonio morganático.

Se casaron el 29 de agosto de 1968 en la sencilla catedral de Nuestro Salvador del siglo XVII. Él vestía uniforme azul marino -más elegante que el verde militar y menos sucio que el blanco marinero- y ella, como se esperaba, una especie de hábito, diseño propio, de corte A en seda blanca con aplicaciones de pedrería en el cuello chimenea y en los puños acampanados. No era noble pero era virgen.

Asistieron miembros de las casas reales más importantes, en ejercicio y en el banquillo; las mismas familias principales que en abril de 1956 rechazaron ser testigos de la boda del príncipeRainiero de Mónacoy la actriz Grace Kellypor tratarse de un matrimonio desigual, entre un miembro de la realeza y una plebeya. Lo que les quedaba por ver.

Harald y Sonia, durante su boda. (Cordon Press)

Harald y Sonia, durante su boda. (Cordon Press)​
En el banquete, después de haber sido servido el popular salmón noruego, el enamorado pronunció las siguientes palabras: "Sabes mejor que nadie lo que siento, tanto ahora como en el pasado. Y mejor que nadie entiendes lo que este momento significa realmente”. A veces los príncipes de carne y hueso emulan a los de los cuentos.

Las habían pasado canutas por el camino. Por ese motivo, cuando su hijo y heredero Haakon les presentó la idea de casarse con Mette-Marit–una joven de pasado entretenido con un hijo rubísimo bajo el brazo–, terminaron por apoyarlo, sin poner demasiado impedimento cuando su hija, Marta Luisa, se empeñó en casarse con el incorrecto y polifacético Ari Behn.

Para lamento del mundo del chisme, y la Historia, los reyes de Noruega nunca se han visto envueltos en líos de faldas o pantalones a lo largo de estos 50 años. Suerte que existen las casas reales mediterráneas. De voluntad floja y sangre más caliente.

Los reyes de Noruega, en una imagen realizada con motivo de sus bodas de oro, en 2018. (Cordon Press)

Los reyes de Noruega, en una imagen realizada con motivo de sus bodas de oro, en 2018. (Cordon Press)​
 
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Aniversario de boda de Harald y Sonia: 'affaire' con doña Sofía y amenaza de su***dio
Su historia de amor es una de las más románticas y estables de la segunda mitad del siglo XX, pese a que el camino hasta el altar no fue precisamente un sendero de rosas

https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/e35/dad/e35daddcae8d90ec65c5a624c7dfeb3e/aniversario-de-boda-de-harald-y-sonia-affaire-con-dona-sofia-y-amenaza-de-su***dio.jpg?mtime=1598607938




Los reyes Harald y Sonia de Noruega. (Reuters)​
César Andrés
29/08/2020 05:00
Este 29 de agosto se cumplen 52 años del enlace matrimonial de los reyes de Noruega, Harald y Sonia, un enlace que celebraron en la catedral de Oslo, hasta donde llegaron en un descapotable Lincoln estrenado para la ocasión y después de sortear muchas dificultades: su camino hasta el 'sí, quiero' no había sido precisamente un sendero de rosas.

Su historia de amor es una de las más románticas y sólidas de la segunda mitad del siglo XX. Se conocieron cuando ambos eran dos adolescentes de 15 años en un campamento de verano. Él era el príncipe heredero, ella la hija de un comerciante. De manera natural, como todo a esa edad, surgió el flechazo. Durante una década Harald V y Sonia mantuvieron su romance en secreto.

En esos diez años, la joven menuda y risueña estudió Diseño de Moda y trabajó como costurera, amplió sus estudios sobre el mundo de la confección en Suiza y, de vuelta a Oslo, se matriculó en numerosos cursos sobre Historia del Arte. Él, quizá no tan atractivo como lo es ahora su hijo Haakon, pero sí muy resultón para las féminas, ingresó en la Escuela de Caballería y en la Academia Militar, donde consiguió el rango de general del Ejército de Tierra y Aire y el de almirante de la Marina.

Sonia y Harald, durante su compromiso. (Getty)
Sonia y Harald, durante su compromiso. (Getty)
Cuando Harald cumplió la mayoría de edad le confesó a su padre, el rey Olav V, que mantenía un romance con una burguesita. Harald estaba dispuesto a comprometerse con ella y su padre a impedírselo. Con el fin de que olvidase a la costurera, el rey de los noruegos mandó a su hijo a Oxford a estudiar y pendonear. Incluso provocó el encuentro de su sucesor con varias princesas europeas. Muchachas nobles que a ojos del rey merecían el amor del heredero. Désirée de Suecia no despertó ningún interés en el príncipe Harald, pero a la princesa Sofía de Grecia le hizo ojitos. La ahora Reina emérita de España negó cualquier tipo de flirteo o noviazgo con el noruego en su primera biografía autorizada escrita por la periodistaPilar Urbano. La mujer de Juan Carlos es de la corriente que defiende que “las reinas no tienen pasado”. Amor no hubo, pero voluntad de que lo hubiese habido -al menos por parte de ambas casas-, sí. Especialmente empeñada estuvo la reina Federica de Grecia, una Hannover con vocación de casamentera.

Los Reyes eméritos, en la celebración del 80 cumpleaños de Harald de Noruega. (Reuters)

Los Reyes eméritos, en la celebración del 80 cumpleaños de Harald de Noruega. (Reuters)
El intento de su***dio de Sonia
En 1968, ante los insistentes rumores de compromiso entre el noruego y la helena, una Sonia enamorada hasta las trancas amenazó con suicidarse. Al príncipe Harald se le hincharon las narices reales y dio un golpe en la mesa y le espetó a su padre: “O me caso con Sonia Haraldsen o renuncio a mis derechos dinásticos”. Aceptó el órdago el rey Olav a regañadientes y también el Parlamento noruego. Habemus matrimonio morganático.

Se casaron el 29 de agosto de 1968 en la sencilla catedral de Nuestro Salvador del siglo XVII. Él vestía uniforme azul marino -más elegante que el verde militar y menos sucio que el blanco marinero- y ella, como se esperaba, una especie de hábito, diseño propio, de corte A en seda blanca con aplicaciones de pedrería en el cuello chimenea y en los puños acampanados. No era noble pero era virgen.

Asistieron miembros de las casas reales más importantes, en ejercicio y en el banquillo; las mismas familias principales que en abril de 1956 rechazaron ser testigos de la boda del príncipeRainiero de Mónacoy la actriz Grace Kellypor tratarse de un matrimonio desigual, entre un miembro de la realeza y una plebeya. Lo que les quedaba por ver.

Harald y Sonia, durante su boda. (Cordon Press)

Harald y Sonia, durante su boda. (Cordon Press)​
En el banquete, después de haber sido servido el popular salmón noruego, el enamorado pronunció las siguientes palabras: "Sabes mejor que nadie lo que siento, tanto ahora como en el pasado. Y mejor que nadie entiendes lo que este momento significa realmente”. A veces los príncipes de carne y hueso emulan a los de los cuentos.

Las habían pasado canutas por el camino. Por ese motivo, cuando su hijo y heredero Haakon les presentó la idea de casarse con Mette-Marit–una joven de pasado entretenido con un hijo rubísimo bajo el brazo–, terminaron por apoyarlo, sin poner demasiado impedimento cuando su hija, Marta Luisa, se empeñó en casarse con el incorrecto y polifacético Ari Behn.

Para lamento del mundo del chisme, y la Historia, los reyes de Noruega nunca se han visto envueltos en líos de faldas o pantalones a lo largo de estos 50 años. Suerte que existen las casas reales mediterráneas. De voluntad floja y sangre más caliente.

Los reyes de Noruega, en una imagen realizada con motivo de sus bodas de oro, en 2018. (Cordon Press)

Los reyes de Noruega, en una imagen realizada con motivo de sus bodas de oro, en 2018. (Cordon Press)​
El último párrafo es La Monda, el mundo del chisme no sé si lamenta o no, tener un rey putero, los ciudadanos que pagamos con nuestros impuestos y fondos reservados a las queridas de algunos, y sus silencios, nos indigna, no, "la sangre caliente", sino la poca cabeza y ligereza de un rey indigno.
Desconozco cómo ha sido Harald en otros aspectos, pero para mí, en el plano personal, como marido, mucho más ejemplar que quien ya sabemos.
 
El último párrafo es La Monda, el mundo del chisme no sé si lamenta o no, tener un rey putero, los ciudadanos que pagamos con nuestros impuestos y fondos reservados a las queridas de algunos, y sus silencios, nos indigna, no, "la sangre caliente", sino la poca cabeza y ligereza de un rey indigno.
Desconozco cómo ha sido Harald en otros aspectos, pero para mí, en el plano personal, como marido, mucho más ejemplar que quien ya sabemos.
Anda que lo de "no era noble pero era virgen"....... ?
 
Anda que lo de "no era noble pero era virgen"....... ?
Sí, el artículo es antológico. Se conocieron de adolescentes (ella, quince años) tuvieron diez años de relación y él amenazó a su padre con renunciar al trono si no se casaban. Y se casaron, ella no era noble, pero era virgen ¡Toma ya!
Y nada, que, tenemos que agradecer los países del sur, tener sangre caliente y que nuestros reyes vayan de flor en flor. Para cotillear y tal. Luego ya, que nos cuesten una pasta sus amantes, no importa. Supongo que el autor es de la escuela de Peñafiel.
:ROFLMAO::ROFLMAO:
 
" desde Adán no ha habido ninguna mala o buena acción en este mundo en la que no haya estado implicada una mujer"

Por si alguien tenía dudas de la misoginia del Peña.

leamos bien....... nada de misoginia
 
Ahí hay misoginia implícita. Por qué tiene que haber una mujer implicada siempre en las acciones malas?
Además, Adán estaba presente cuando la serpiente les engaño. no fue Eva. Según la Biblia, claro, no yo.


¿PARA QUE BUSCARLE 3 PIES AL GATO? Siendo puristas. Eva estaba ahi ¿ no? pues ni modo se vió implicada. Es solo una frase, que si la les de otro modo te darás cuenta que pues sin mujeres el mundo no se mueve, ni para bien ni para ningun lado.
 
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